viernes, 30 de septiembre de 2016

Francisco Martín Moreno - Hablemos de populismo

Me resulta realmente imposible abordar el tema del populismo sin recordar la definición con la que sentenció Henry Louis Mencken a esta política suicida que cuida tanto los pobres que los multiplica por doquier: “Populista es aquella persona que predica ideas que sabe falsas entre personas que sabe idiotas”. Claro está que en América Latina, en donde prevalece lamentablemente la ignorancia y todavía se dan millones de analfabetos ante el fracaso incontestable de la educación, es muy fácil engañar a los indigentes y a los desesperados con promesas que, de antemano, se sabe son imposibles de cumplir.
Aquí en México vemos a un López Obrador que promete erradicar la corrupción, facilitar el acceso a las universidades a millones de personas, acabar con la miseria, vender a Estados Unidos jugo de naranja para nivelar la balanza comercial y enajenar el avión presidencial para detonar el crecimiento económico, para así elevar al ser humano al mínimo nivel exigido por la más elemental dignidad humana. Prometer, podemos prometer todos: yo prometo, tú prometes, él promete, ellos prometen, nosotros prometemos, sí, pero yo incumplo, tú incumples, él incumple y todos incumplimos porque no podemos inventar el dinero, porque no podemos inventar la riqueza, porque no podemos inventar el bienestar y al final de cuentas es realmente imposible materializar el sueño populista que finalmente acaba en un auténtico desastre, en donde el vendedor de fantasías se convierte en tirano al querer imponer la felicidad y su voluntad a la fuerza. El populismo por lo general acaba un baño de sangre.








José Yuste - La tormenta económica

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, se reunió con senadores del PAN, y los legisladores reseñan que el banquero central les dijo que se acercaba una tormenta económica, independientemente de quien gane la presidencia de EU, Hillary Clinton Donald Trump.
Ambos son proteccionistas. Los dos querrán meterle mano al TLC. Uno, Trump, de manera torpe, con nacionalismos del siglo pasado. La otra, Clinton, con preceptos de la agenda demócrata, como el medio ambiente, lo laboral y algunos productos.
Como sea: México debe estar preparado para lo peor, y cerrar la pinza entre la política monetaria y la fiscal, para que ambas fortalezcan la economía.