Al margen de filias y fobias, la elección presidencial de Estados Unidos está empatándose. Todo indica que en dos semanas, el martes 6 de noviembre, podríamos llegar a una situación de un volado, es decir, 50% de probabilidad de que se reelija el Presidente y 50% que lo desbanque el candidato republicano.
El lunes fue el último de los tres debates presidenciales. Versó sobre política exterior aunque, como era predecible, los dos candidatos volvieron a tocar temas internos, sobre todo el que más preocupa a los estadounidenses: la economía. A Obama le fue bien. Se vio presidencial y conocedor de los temas internacionales. Presumió todo lo que pudo el abatimiento de Osama Bin Laden.