sábado, 8 de febrero de 2014

René Delgado - Leyes sin cultura

Reconocido el mérito de algunas de las reformas y sin volver al problema de su articulación con el conjunto del texto constitucional, hay un asunto inquietante: el marco jurídico no embona en el lienzo de la legalidad.


Dicho de otro modo: México es un país de leyes sin cultura de la legalidad.
El espacio entre lo ideal y lo real se mantiene abierto. Ese hueco no es un vacío, es el pantano donde florece la doble moral, el doble discurso, la corrupción y la pusilanimidad disfrazada de uso y costumbre. Si ese paso no se da, el ideal seguirá siendo anhelo y la realidad una pesadilla.
Dar ese paso no es nada sencillo, exige por condición darlo de conjunto y al unísono, al costo de sacrificar la complicidad urdida entre la clase dirigente, pública y privada, que sobrepone el interés particular al nacional. Demanda también la radicalización de la ciudadanía y la determinación firme de un sector de la clase política.



Jaime Sánchez Susarrey - Malos augurios

Ernesto Zedillo, en la segunda mitad de su sexenio, Vicente Fox y Felipe Calderón pusieron en marcha estrategias y procedimientos contra el secuestro. Todas fallaron.

El delito, en lugar de reducirse, ha aumentado. El reciente anuncio de la Secretaría de Gobernación de nombrar un zar antisecuestros, Renato Sales Heredia, se ha acompañado de una serie de medidas.

Muchas de ellas no son nuevas. Retoman lo que en su momento plantearon los gobiernos anteriores. De ahí la pregunta obligada: ¿la cuarta será la vencida?

Por lo pronto, hay que constatar que la promesa que Peña Nieto hizo durante su campaña no se ha cumplido. Los delitos de alto impacto social no han bajado drásticamente. En el caso del secuestro ha ocurrido exactamente lo contrario: se ha disparado.



Raymundo Riva Palacio - Las tres traiciones de Zedillo

PRIMER TIEMPO: Nunca es tarde… ¡para un escándalo! Qué habrá pasado por la cabeza y el corazón de Esteban Moctezuma estos días, es un misterio, pero que este viernes sacó un cañón con misil intercontinental, quién lo dudará. Moctezuma, quien hoy preside la Fundación Azteca, trabajaba en enero de 1995 como el primer secretario de Gobernación de la novel administración de Ernesto Zedillo. Era una de las estrellas que más brillaban en una nueva generación de políticos. Había sido secretario particular de Francisco Labastida, cuando fue secretario de Energía en el gobierno de Miguel de la Madrid, y lo acompañó a Sinaloa como secretario de Gobierno cuando fue electo gobernador. Moctezuma había conocido a Zedillo como secretario de Educación en el gobierno de Carlos Salinas, y comenzó a trabajar con él cuando Luis Donaldo Colosio lo hizo coordinador de su campaña presidencial. Zedillo era invisible para esa campaña, pero cuando asesinaron a Colosio, lo sustituyó. Moctezuma se convirtió en su jefe de campaña y de manera casi natural alcanzó la Secretaría de Gobernación. Los dos parecían uno solo, pero este viernes, en El Universal, Moctezuma sacó su alma y una voz de amargura justiciera para narrar los dos momentos que lo llevaron a renunciar al cargo por una traición política del Presidente. 




Beatriz Pagés - A Michoacán ... todo

Los michoacanos hicieron una traducción precisa del gesto adusto y la actitud de soberbia, ya natural en la senadora Luisa María Calderón. ¿Cómo no iba a estar molesta, si su hermano, el expresidente Felipe Calderón, oriundo del estado, no tuvo la visión, ni la generosidad política de llevar el apoyo inédito que Enrique Peña Nieto acaba ordenar?
La mezquindad de la michoacana —ni un solo aplauso al discurso presidencial— era comprensible: la apuesta de ella, de la mafia y de la oposición, es la destitución del gobernador Fausto Vallejo.
¿Ahorita? Sí, ahorita. ¿Sin importar que se aliente una crisis de gobierno y se debiliten aún más las instituciones? Por eso, precisamente, porque la excandidata a la gubernatura de Michoacán cree que la profundización de la violencia y la anarquía en el estado la harían ganar las elecciones, ahora sí, en el 2015.
La presencia del presidente de la república y de su gabinete en Michoacán para anunciar que la federación invertirá 45 mil 500 millones de pesos en el desarrollo integral de la entidad fue un golpe seco a quienes sobrevuelan el Palacio de Gobierno.




Manuel Espino - Seguridad sin michoacanazos

Uno de los axiomas más certeros de la vida pública es que la justicia política primero es política, pero nunca justicia. Cuando se usa el sistema judicial y los aparatos de seguridad pública para hacer avanzar proyectos personales o de grupo, e incluso esfuerzos electorales, se carcome la esencia misma del Estado, pues se le resta la imparcialidad que funda su autoridad.

Justo eso pasó el sexenio pasado, con el uso artero de una estrategia de manipulación mediática: se arrestaba a personas durante momentos clave en el desarrollo de procesos políticos, para luego lanzar campañas de desprestigio contra partidos y gobiernos locales.





Francisco Martín Moreno - Peña y Castro: la foto



Por supuesto que agrede a la vista ver al presidente Peña Nieto retratado al lado de un tirano como Fidel Castro. 
Son bien conocidas sus relaciones secretas con Washington mientras se encontraba en la Sierra Maestra para derrocar a Fulgencio Batista. Es evidente que tiempo después, en buena parte por culpa de Eisenhower, Castro traicionó a quienes lo habían apoyado desde el exterior, así como traicionó a millones de cubanos haciéndoles creer que él era un enemigo recalcitrante del comunismo. Ahí están para la historia sus declaraciones y su conducta. 
Por si fuera poco, Castro ya cumplió 54 años en el poder convirtiéndose en uno de los dictadores que más han permanecido en el cargo a sangre y fuego. 



José Saramago - El desquite


El desquite

El muchacho venía del río. Descalzo, con los pantalones arremangados por encima de las rodillas, las piernas sucias de lodo. Vestía una camisa roja, abierta en el pecho, donde los primeros vellos de la pubertad empezaban a ennegrecer. Tenía el pelo oscuro, mojado por el sudor que le escurría por el cuello delgado. Se inclinaba un poco hacia delante, bajo el peso de los largos remos, de los que pendían hilos verdes de limos aún goteantes. El barco quedó balanceándose en el agua turbia y, allí cerca, como si lo espiasen, afloraron de repente los ojos globulosos de una rana. El muchacho la miró, y ella le miró. Después la rana hizo un movimiento brusco y desapareció. Un minuto más y la superficie del río quedó lisa y tranquila, y brillante como los ojos del muchacho. La respiración del limo desprendía lentas y muelles burbujas de gas que la corriente arrastraba. En el calor espeso de la tarde los chopos altos vibraban silenciosamente y, de golpe, flor rápida que naciese del aire, un ave azul pasó rasando el agua. El muchacho levantó la cabeza. Desde el otro lado del río una muchacha le miraba, inmóvil. El muchacho levantó la mano libre y todo su cuerpo dibujó el gesto de una palabra que no se oyó. El río fluía, lento.

El muchacho subió la ladera, sin mirar atrás. La hierba se acababa allí mismo. Hacia arriba, hacia allá, el sol calcinaba los terrones de los barbechos y los olivares cenicientos. Metálica, durísima, una cigarra roía el silencio. En la distancia la atmósfera temblaba.




Vicent Fenoll - El silencio perfecto

El silencio perfecto
2006
País: España
Director: Vicent Fenoll



Sinopsis:
Un hombre vive atrapado por los ruidos que le rodean.