lunes, 16 de febrero de 2015

SOLO PARA INFORMAR

Con la novedad que el blog fue bloqueado por el servidor VK por que alguien lo reporto por violar derechos de autor o uso de pornografía, por eso les comunico que de ahora en adelante solo podre insertar películas de YouTube y solo colocare los vínculos de VK, ni modo así es esto de le censura, a mi me da una mezcla de burla y lastima la gente que se dedica a hacer este tipo de "gracias", son los "redentores" de la moral y la ética, pero en realidad son unos mezquinos mochos sin mecate.

TAN TAN

Salvador García Soto - Nuño: ¿de Los Pinos a San Lázaro?

Con la definición en puerta de las listas plurinominales del PRI (27 o 28 de febrero), el presidente Enrique Peña Nieto prepara una jugada audaz y pocas veces vista: sacar de la casa presidencial al próximo coordinador de los diputados priistas y mandar a San Lázaro a uno de los tres hombres más influyentes en su gobierno: el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer.

En un movimiento que nunca lograron otros influyentes asesores presidenciales en el pasado mientras estaban en funciones, desde José Córdoba Montoya hasta Ramón Muñoz o Liévano Saénz, Peña Nieto busca asegurar el liderazgo de una eventual mayoría priista en la segunda mitad de su mandato para un hombre de todas sus confianzas, aunque sin experiencia previa como parlamentario.






João Guimarães Rosa - La tercera orilla del río

João Guimarães Rosa

La tercera orilla del río

Nuestro padre era hombre cumplidor, de orden, positivo; y así había sido desde muy joven y aún de niño, según me testimoniaron diversas personas sensatas, cuando les pedí información. De lo que yo mismo me acuerdo, él no parecía más raro ni más triste que otros conocidos nuestros. Sólo tranquilo. Nuestra madre era quien gobernaba y peleaba a diario con nosotros -mi hermana, mi hermano y yo. Pero sucedió que, cierto día, nuestro padre mandó hacerse una canoa.

Iba en serio. Encargó una canoa especial, de madera de viñátigo, pequeña, sólo con la tablilla de popa, como para caber justo el remero. Pero tuvo que fabricarse toda con una madera escogida, fuerte y arqueada en seco, apropiada para que durara en el agua unos veinte o treinta años. Nuestra madre maldijo la idea. ¿Sería posible que él, que no andaba en esas artes, se fuera a dedicar ahora a pescatas y cacerías? Nuestro padre no decía nada. Nuestra casa, por entonces, aún estaba más cerca del río, ni a un cuarto de legua: el río por allí se extendía grande, profundo, navegable como siempre. Ancho, que no podía divisarse la otra ribera. Y no puedo olvidarme del día en que la canoa estuvo lista.