sábado, 5 de mayo de 2012

Recuerdos musicales de los 70's por Arpegio.

Recientemente le pedi a mis cuates y familia en el "fais" que me recordaran aquellas canciones de los 70's que mas les gustaban e hice esta lista compilando sus recomendaciones con las mias... esta lista es de antes de que me convirtiera en Rockero.

Give a little bit - Supertramp


Stumbling in Suzie Quatro.



It's so easy to fall in love - Linda Rondstand.



Olivia Newnton John - Magic ( ahhh como me gustaba esta huerita )



Blondie - Heart of Glass ( mmmm, tambien me gustaba mucho la Blondie )


Bonnie Tyler - It's a heartache. ( de plano...tambien me gustaba la condenada esta )


Paul Simon - Slip sliding away



Que las disfruten y les traigan muchos buenos recuerdos...

Saludos.

LOS HONESTOS AMIGOS DE AMLO Por Andrés González.


Robles - Las apuestas en el debate


  No es casualidad. La decisión de AMLO de jugarse todo en el debate del próximo domingo expresa con claridad su estrategia. A diferencia de hace seis años, que decidió no participar en el primero que se hiciera en esa campaña presidencial (en estos días sin pruebas y como si su dicho fuera suficiente, informó que se trataba de una trampa y que por eso no asistió), ahora quiere hacer de este ejercicio un punto de inflexión, un aspecto central en su estrategia. Desde luego la circunstancia no es la misma. En aquel momento encabezaba las encuestas. Ahora se encuentra en el tercer lugar, arañando la posición de Josefina Vázquez Mota. Le urge remontar esta situación y colarse al segundo para hacer realidad su deseo de hacer de su campaña una confrontación con Enrique Peña Nieto. De convertirla en un cara a cara. No en balde ha solicitado una cadena nacional y ha convertido este tema en su preocupación central esta semana. Lo ha hecho porque le urge que muchos sean testigos de su intención de “desnudar” al candidato del PRI con algún documento, acusación o verdad a medias de esas que tanto le gusta retomar. Sin embargo, su planteamiento enfrenta varios problemas y puede convertirse en un búmeran. En primer lugar, porque para el equipo albiazul el debate es también una oportunidad para contrastar al mexiquense y difícilmente le dejará toda la cancha al tabasqueño. No obstante, AMLO sabe que puede no haber consistencia en la candidata panista y, de hecho, para él no será considerada una adversaria a la que en ese momento tenga que confrontar. En su lógica misógina es invisible. En segundo lugar, el formato no da mucho margen. Fiel a su estilo ha argumentado que la intención es proteger al mexiquense, escondiendo con ello que su representante en el IFE lo avaló y que, en dicho órgano electoral, participan consejeros muy honorables que simpatizan además con él y que difícilmente permitirían que se aprobara algo que no fuera equitativo. Pero a sabiendas de esto, utiliza el argumento para mostrar al candidato tricolor como alguien incapaz de debatir. Ese puede ser su mayor error.
Despreciar de esa manera al mexiquense les impide tener una estrategia adecuada frente a alguien que tiene carisma y representa para muchos una renovación generacional que López Obrador difícilmente puede abanderar. El haber repetido tantas veces que EPN es incapaz de articular ideas y propuestas puede ser el factor que se le revierta este próximo domingo. Ha sido López Obrador el encargado de bajar al extremo la expectativa sobre el desempeño de Peña. Con cuidarse, formular las propuestas y no engancharse en provocaciones, Peña Nieto puede salir avante precisamente porque sus opositores le han abaratado enormemente su participación. Por el contrario, sobre todo López Obrador ha encarecido la suya. Seguramente prepara una sorpresa (de esas que le gustan), y fiel a su estilo se saltará literalmente las trancas en el momento que considere conveniente para colocarse en el centro y pretender con ello apoderarse del posdebate. Pero esta estrategia ya está muy sobada y de no ser algo contundente, los resultados para él pueden ser raquíticos. Ha elevado de tal manera el costo de la apuesta que, sin algo espectacular, será difícil que la situación cambie. Por lo demás, la diferencia en las encuestas es tan amplia que EPN puede administrar perfectamente su participación sin poner en riesgo su condición de puntero. El debate es importante, pero, en el contexto actual, no parece que cambie las tendencias. Para concluir no se puede obviar que la discusión que se dio esta semana refleja algo que no se puede obviar. Proponer que ver el debate se convierta prácticamente en una obligación de los ciudadanos y que los mismos no tengan la posibilidad de ejercer su derecho a decidir es una posición poco libertaria. Es cuestionable que una televisora menosprecie el proceso electoral olvidando su condición de concesión pública y la importancia de acreditar su compromiso con México en estos momentos. Pero de ahí a querer imponer es otra cosa. Quienes así lo propusieron, lo único que hicieron fue mostrar su tufo autoritario.
Ser… o neceser
Que los perros ladren, dijo el clásico.



Álvaro Delgado - Juegos de poder

Sólo el cinismo en boga permite confundir el ejercicio arbitrario del poder concesionado con el derecho al rating y el ejercicio medroso de la función pública con actos de autoridad. Ese es el eje de la relación entre el duopolio televisivo y el Instituto Federal Electoral, en cuyo centro queda prensado el electorado bajo la mirada indolente de un gobierno ausente.

No, no se trata de escoger entre ver un partido futbol o un debate político como tampoco de implorar u obligar a los concesionarios a privilegiar el desarrollo de la cultura política nacional. Se trata del fracaso de un Estado que, en su hundimiento, tolera el sacrificio del interés general en beneficio del interés privado y, en contradicción con su postulado civilizatorio, alienta la barbarie y el uso de la fuerza como código de entendimiento.

El desplante de las televisoras al negarse a transmitir el debate entre los candidatos presidenciales por cadena nacional revela la debilidad de un Estado incapaz de someter al imperio de la ley y la civilidad a las fuerzas que disputan, por fuera y por dentro de los canales institucionales de participación, espacios de dominio y de poder.



Mucha, mucha más hondura tiene la transmisión del debate entre los candidatos presidenciales. Ilustra cómo el desajuste en el control y el ejercicio del poder tienen al Estado contra la pared y a la autoridad política como avestruz.

El desplante del duopolio televisivo es el desplante del crimen, el desplante de Elba Esther Gordillo, el desplan- te de los caciques políticos, el desplante de los grandes monopolios que, conscientes de la ausencia de equilibrio, coordinación y entendimiento de los poderes formales, ven en su propio peso y fuerza la oportunidad de imponer sus intereses sobre los de la nación.

La administración, incapaz de cons- tituirse en gobierno, se cubre de gloria -eso cree- desenfundando las armas contra los cárteles criminales, pero guardando hasta el gesto y la voz ante los cárteles económicos, políticos y gremiales que, como el crimen, desfiguran al Estado e invitan a que cada quien, en la medida de su posibilidad, tome cuanto quiera, le pertenezca o no.

Ese es el fondo del debate sobre la transmisión del debate. Su agregado es la no tan inocente ilusión de quien, decidido a ganar la elección como sea, sabe de antemano que quizá se ciña la corona pero no haga suyo el bastón de mando porque, en cuanto se tercie al pecho la banda tricolor, será prisionero de esa red intereses particulares que hoy lo impulsan para enclaustrarlo mañana. Cosa de preguntarle a Felipe Calderón.



Por eso, hablar con entusiasmo de la elección, de la normalidad democrática o de la sucesión como el fin de esta temporada negra... no es algo sencillo.

Cuando el crimen cobra tributo como Hacienda, determina qué carreteras son de peaje, disputa con el Ejército el ejercicio de la violencia, controla territorios y cuelga, decapita o descuartiza a sus competidores o enemigos. Cuando el duopolio televisivo sataniza, borra o silencia a quienes cuestionan su compostura y cuenta qué legisladores son suyos y cuántos debe comprar, alquilar o doblar. Cuando la lideresa del magisterio dicta la política educativa afín al interés gremial y no escolar. Cuando los empresarios con responsabilidad social se quejan de la obesidad de los niños sin dejarlos de engordar. Cuando la cúpula eclesial se escandaliza frente al derecho al aborto y calla ante la pederastia con sotana. Cuando las burocracias partidistas postulan bandidos y delincuentes porque, además de ese arte, garantizan votos. Cuando los caciques sindicales no levantan la voz y el puño en defensa de los trabajadores siempre y cuando la autoridad respete su imperio. Cuando los gobernadores que pueden -hay quienes no pueden- manejan a capricho las finanzas públicas y se conducen como amos y dueños de su dominio. Cuando los concursos para licitar contratos públicos dan por resultado jugosas fortunas entre convocantes y ganadores sin garantizar la obra o el servicio...

Cuando ese es el día a día, hablar con entusiasmo de la elección, la democracia y la sucesión es una quimera.



El descuadramiento del sentido, el ejer- cicio, la concesión y la distribución del poder data desde Carlos Salinas de Gortari. Con la mano en la cintura, el ilegítimo desmanteló el régimen prevaleciente sin interesarse por diseñar el sustituto. Abrió la economía y cerró la política. El hombre salió fortalecido, el Presidente debilitado.

Data desde entonces ese descuadramiento, junto con una ilusión: la consolidación de los partidos políticos. Luego, la primera alternancia -la legislativa, 1997- dejó en claro que la República carecía de instituciones e instrumentos para practicar exitosamente el gobierno dividido y construir acuerdos, la segunda alternancia -la presidencial, 2000- exhibió el populismo de derecha sin proyecto y anuló la alternativa. A la clase política, sí, le interesaba el poder pero sin saber para qué ni cómo ejercerlo y ni siquiera advertir que ese poder ya no era suyo o sólo suyo.

En el fracaso de la clase política para replantear la estructura de un nuevo régimen, los poderes fácticos vieron su oportunidad y a ejercer su poder se pusieron. Sin reglas establecidas, sin respeto por la legalidad, el juego era de fuerza. Poderes fácticos de toda índole y laya vieron al país ya no como una República sino como un botín digno de disputa. Felipe Calderón sólo animó el festín combatiendo exclusivamente a una porción del poder criminal, aliándose para sobrevivir con otras expresiones del poder fáctico -Elba Esther Gordillo en primer lugar-, y dejando hacer y deshacer a los otros poderes que hoy lo anulan mientras asfixian la democracia.



Lo más inquietante de esa realidad es que los candidatos presidenciales miran a los lejos sin fijarse dónde pisan. El futuro es su jardín; el presente, su pantano.

Enrique Peña Nieto no es lo que pretende, pero ya está en brazos de quienes lo van a asfixiar. Josefina Vázquez Mota insiste en ganar la candidatura que no acaba de hacer suya y señala los errores de sus competidores sin ver que los de Calderón y los suyos son al cubo. Andrés Manuel López Obrador da por sentado que con honradez y austeridad todo se va arreglar y cuadrar. Y Gabriel Quadri, bueno, él sí va a ganar lo que se propuso.

En ninguno de ellos cabe proponer acuerdos mínimos para, sin importar quién llegue a Los Pinos, abrirle espacio al electorado... aunque los poderes fácticos digan que el asunto ya está decidido.


sobreaviso@latinmail.com


Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/656/1310696/

Alemán - Fusilarán a Peña


Vamos a suponer que –a pesar del intenso y saludable debate sobre el debate, y de los intentos por reventar la primera de dos confrontaciones–, los cuatro candidatos presidenciales se encuentran, como está previsto, para debatir el domingo próximo a las 20:00 horas.

¿Cuál será la estrategia a seguir por cada uno de los contendientes?

El sentido común dice que a causa de la descomunal distancia que lleva el puntero respecto al segundo y tercer lugar –por no hablar de la cuarta posición–, los tres candidatos rezagados afilan sus lanzas para hacer todo por crucificar al candidato que encabeza las preferencias.

Y sería una estrategia elemental. ¿La razón?. Que los tres rezagados ya probaron todo contra Peña Nieto, en el primer tercio de la contienda formal –tanto para mostrarse como alternativa, como para tumbar a Peña–, y no han conseguido remontar la distancia que los separa del candidato del PRI. Y claro, menos reducir los niveles de aceptación del mexiquense.

Por eso, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, intentarán fusilar a Peña Nieto en la primera edición del debate entre los presidenciables, lo que podría confirmar la primera gran alianza entre la derecha y las izquierdas, para derribar al puntero. Y también por eso la pregunta. ¿Peña Nieto permanecerá en calidad de botarga; aguantará todo lo que le envían sus adversarios, sólo para el lucimiento de la derecha y las izquierdas?

LA BOTARGA CON MISILES.

Lo cierto es que los generales del PRI, y los estrategas de Peña Nieto, llegarán preparados para todo. Bueno, es lo que argumentan. Es decir, que al momento de arrancar el debate, Su candidato subirá al atril que le corresponda, con “parque suficiente” para combatir casi cualquier misil que le envían sus adversarios.

Sin embargo, en general, la estratagema a seguir por Peña Nieto será la misma que ya probó el mexiquense a lo largo del primer tercio de la contienda presidencial; que utilizó incluso para un spot en respuesta a los ataques de sus adversarios, y la misma que, en su momento, utilizó su delfín al gobierno mexiquense, Eruviel Ávila. Es decir, no responder ataques sin fundamento, desmentir las mentiras evidentes y recurrir al “descontón”,  sólo cuando sea estrictamente necesario.

Pero en especial se equivocan, de cabo a rabo, aquellos que creen que si Peña Nieto va a seguir la estrategia de no caer en provocaciones, se quedará callado y no responderá los misiles enviados por sus adversarios. No, en realidad los generales y estrategas del mexiquense prepararon cuidadosos “expedientes negros” de cada uno de los candidatos, de tal manera que, si es necesario, Peña Nieto sacará a relucir “los trapitos” de aquel candidato que crea debe ser contenido o debilitado.

Y es que los priistas estudiaron no sólo los debates en los que han participado los adversarios de Peña Nieto, sino que cuentan con elementos suficientes para una eventual guerra de lodo. Sobre todo, pusieron atención en el segundo debate en que participó López Obrador en 2006, cuando “dejó la víbora chillando”, al lanzar al misil Hildebrando.

El golpe –como se recuerda–, fue lanzado casi al final del debate, al grado que el PAN y su candidato, Felipe Calderón, fueron tomados mal parados y casi los envía a la lona. En buena medida se trataba de una intriga que el PAN no supo responder. Por eso los tricolores también diseñaron una salida de emergencia para esos casos.

De la misma manera, Peña Nieto ensaya respuestas para todos los escenarios de guerra posibles; reúne información dura para contrarrestar los ataques de sus adversarios, al tiempo que carga sus alforjas con los “temas calientes”, tanto de AMLO, como de la señora Vázquez Mota y del señor Quadri; material que pudiera no ver la luz nunca o, en su caso, podría tener el mayor peso específico de su participación en el debate.

TODOS CONTRA PEÑA.

Pero acaso lo más llamativo del debate sea esa alianza de facto que ya hoy prefiguran las izquierdas de AMLO y la derecha de la señora Vázquez Mota. Acaso por eso, porque ya es evidente que en el debate las dos corrientes políticas se lanzarán contra Peña Nieto, la candidata de los azules dijo que su partido y sus generales no tienen previsto aliarse con las izquierdas para derrotar al mexiquense.

Lo cierto es que esa alianza –precisamente montada contra Peña Nieto –, existe desde hace por lo menos tres años e hizo posible que juntos, las izquierdas y la derecha, ganaran gobiernos como los de Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Y también para esa eventualidad tiene una salida emergente el PRI. Por lo pronto, el jefe de la campaña de Peña Nieto ya hizo circular la versión de que –según sus encuestas–, la candidata presidencial del PAN ya cayó al tercer lugar, y el aspirante de las izquierdas se ha posicionado en el segundo lugar.

¿Cuál es el objetivo de esa revelación?

Es evidente, el PRI pretende “coagular” la pelea del debate, en una lucha por el segundo lugar. Es decir, que la señora Vázquez Mota también golpee a AMLO y que el tabasqueño distraiga sus misiles en la candidata del PAN. ¿Morderán el anzuelo? ¿Cara o Cruz?.

¿SE ACUERDAN?

Hace seis años, buena parte de la opinión pública convirtió a Felipe Calderón en el triunfador del primer debate presidencial.

Viene a cuenta recordar que en aquella ocasión, sólo cuatro de los cinco candidatos debatieron. Y es que Andrés Manuel López Obrador prefirió no asistir al encuentro.

Al parecer, la victoria en el debate era el empujón que faltaba en la campaña de Calderón. Luego del evento, el candidato modificó su discurso y adoptó uno más combativo y agresivo en contra de López Obrador. Además reestructuró a su equipo de campaña por tercera ocasión y días después repuntó en las encuestas.

Como era de esperarse, los candidatos del PRD y del PRI –López Obrador y Roberto Madrazo–, sintieron el levante de Calderón e incrementaron considerablemente su presencia en medios.

¿Qué podremos esperar del debate y post debate en esta elección?, ¿será que alguno de los tres coleros dará “la sorpresa” como hizo Felipe Calderón?

Lorenzo Meyer - Indochina y nuestro '5 de mayo'


POLÍTICA COMPARADA

Y alguien se preguntará: ¿qué tiene que ver nuestro "5 de mayo" con Indochina? Pues mucho, ambos comparten una misma raíz: el imperialismo francés. México y Vietnam atrajeron al mismo tiempo el interés de la Francia de Napoleón III. En Asia los franceses tuvieron éxito pero no en México. En el largo plazo, naufragó en ambos lugares.



EL 5 DE MAYO DE 1862

La intervención de los franceses en México en la segunda mitad del siglo XIX duró exactamente 1,915 días: del desembarco en diciembre de 1861 a la salida de las últimas tropas de la fuerza expedicionaria -que llegó a contar con 39 mil hombres, un quinto del ejército francés- a inicios de 1867.

La batalla del 5 de mayo no fue una acción mayor pero tampoco fue insignificante. La fuerza francesa en México se componía de 6 mil 48 hombres comandados por el general Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, y habían llegado a Veracruz como parte de la acción tripartita de España, Francia e Inglaterra para obligar a México a pagar lo que se debía a sus nacionales. Ingleses y españoles se retiraron tras negociar el pago, los franceses no. El 5 de mayo de 1862, en las afueras de Puebla, 4 mil franceses se toparon con una fuerza mexicana equivalente. Tras cinco horas y media de combate el comandante mexicano, el general Ignacio Zaragoza, dio parte de su victoria. Según las cifras oficiales, las bajas francesas fueron 476 muertos y 345 heridos, es decir el 20.5% de los atacantes. Zaragoza dijo tener sólo 83 muertos, 250 heridos y 12 desaparecidos: 7.3% de sus efectivos.

La lucha -mezcla de guerra internacional y civil- seguiría y, a mediados de 1863, los franceses, ya muy reforzados, ocuparon Puebla y luego la Ciudad de México. Los invasores se impusieron, pero en 1867 debieron retirarse sin haber logrado consolidar al Segundo Imperio encabezado por Maximiliano de Habsburgo. Así pues, perdieron la guerra y no pudieron evitar la caída y fusilamiento del emperador austriaco al que habían pretendido imponer, ni el fracaso de su proyecto imperial.



EL SISTEMA MUNDIAL

Imperialismos siempre ha habido, pero el moderno, el que se nutrió de la fuerza de la revolución industrial capitalista y globalizadora y de la ideología liberal, es de origen europeo y norteamericano. Los imperialismos centrales del siglo XIX fueron el inglés y el francés, pero no hay que menospreciar al alemán, al belga, al holandés, al norteamericano, ni al italiano, portugués y español.

En su estudio sobre el concepto moderno de imperialismo, Richard Koebner y Helmut Dan Schmidt señalan que fue precisamente en la Francia de Napoleón III donde se acuñó el término, aunque sería en la Inglaterra victoriana donde adquiriría su pleno significado y dimensión. En el inicio, el concepto de imperialismo se refería básicamente a una forma interna de gobierno autoritario revestido de gran proyecto en el exterior: la búsqueda de la grandeza y del prestigio nacional de Francia por medio de sus acciones militares, ya fuese en Argelia, Crimea, China, Indochina, México, África, etcétera (Imperialism. The story and significance of a political word, 1840-1960, Londres: Cambridge U. Press, 1965, pp. 1-26). Más adelante el término se afinó y se refirió exclusivamente a la imposición, por la fuerza, de la autoridad e intereses económicos de un Estado nacional desarrollado sobre sociedades lejanas y disímbolas que aún no llegaban a un estadio de capitalismo maduro o que ni siquiera lo habían iniciado.

Esa ola imperial de las economías industriales de Europa y Estados Unidos en el siglo XIX llegó a su punto culminante en la lucha por el dominio de toda África y de partes de Asia. Sin embargo, sus logros se desvanecieron después de la Primera Guerra Mundial y finalmente se perdieron después de concluir la Segunda Guerra Mundial. Francia se resignó a abandonar el grueso de sus colonias en África y Asia pero se resistió a salir de Argelia y Vietnam. En Argelia, Francia llegó a mantener un ejército de ocupación de medio millón de efectivos pero finalmente los argelinos -dirigidos por el FLN- se independizaron en 1962, tras ocho años de lucha feroz.



INDOCHINA

Lo que en la segunda mitad del siglo XIX y hasta 1950 se conoció como la Indochina francesa (Vietnam, Laos y Camboya) era un entramado muy antiguo y complejo de sociedades con influencias de India y China, dominadas por monarquías políticamente inestables y que terminaron cayendo bajo el dominio de Francia. La vieja forma de autoridad persistió pero el verdadero poder pasó a manos del gobernador general francés; en Vietnam del sur -la Conchinchina-, el dominio francés fue directo hasta que en 1940 apareció otro imperialismo: el japonés. Al concluir la Segunda Guerra, los franceses ya no pudieron recuperar el control efectivo de Indochina y fueron remplazados en el empeño por los norteamericanos. Sin embargo, en 1975, y con la toma de Saigón por el Ejército Popular de Vietnam, también estos imperialistas debieron abandonar la empresa.

La intervención francesa en Indochina se inició como defensa de las misiones católicas en esa región. Como en México, la acción francesa inicial contó con apoyo español. Y, entre 1858 y 1862, aprovechando la situación de inestabilidad política local, Francia consolidó la primera etapa de su conquista. Siglos atrás los vietnamitas ya habían expulsado a los invasores chinos, pero el desgaste por sus conflictos internos les impidió la cohesión interna necesaria para hacer frente con efectividad a los europeos; lo mismo sucedió en México. La resistencia militar inicial de los vietnamitas en Danang se puede comparar a la mexicana en Puebla, pero finalmente resultó inútil. En Indochina, Francia pudo usar desde el inicio y a fondo su superioridad naval, lo mismo en el Golfo de Tonkin que en el delta del Mekong y es de notar que la resistencia fue más sistemática entre las clases populares que entre los mandarines, ¿como en México? (Neil L. Jamieson, Understanding Vietnam, Berkeley, U. of California Press, 1995, pp. 42-49). La ocupación de Saigón por los franceses tuvo lugar en 1859 y el dominio francés se inició justo el mismo año que los mexicanos se enfrentaron a las tropas del general Lorencez: 1862. La resistencia vietnamita nunca cesó del todo, aunque a partir de 1867 -justo cuando los franceses dejaron México- dejó de ser efectiva. Para 1885 el control de los imperialistas de la región era un hecho.

El fracaso francés en nuestro país fue un catalizador que permitió arrancar la verdadera construcción de la actual nación mexicana. En Vietnam el proceso sería igual aunque más largo, complicado y sangriento.



MÉXICO, NACIÓN A MEDIO HACER

Tras la Independencia, la imposibilidad de lograr un consenso entre las élites en México acabó con el Primer Imperio. Esa falta de unidad fue también determinante en perder la posterior guerra contra Estados Unidos y esa ausencia de unidad llevó a la Guerra de Reforma. Este ambiente de desunión y de precariedad de recursos para el gobierno federal llevó a los conservadores a pedir la intervención de un poder externo europeo para superar su imposibilidad de construir la hegemonía que poco antes habían supuesto que conseguirían con Antonio López de Santa Anna. Sin esa división de las elites mexicanas, Napoleón III no hubiera concebido intervenir en nuestro país.



EL FACTOR AMERICANO

El empeño colonial francés en Vietnam buscó crear una zona donde los intereses franceses dominaran y excluyeran los de las otras potencias imperiales (Dennis J. Duncanson, Government and revolution in Vietnam, Londres: Oxford U. Press, 1968, pp. 82-87). En el caso de México, el empeño francés también era excluyente: aprovechar la guerra civil norteamericana para hacer de México un "Estado tapón" e impedir la expansión y consolidación de los intereses norteamericanos al sur del Río Bravo. El término "Latinoamérica" se acuñó entonces para identificar a la parte sur de nuestro continente con Francia. Desafortunadamente para este proyecto, la guerra civil de Estados Unidos la ganó la Unión y de inmediato Washington reimpuso los principios de la "Doctrina Monroe" y Francia no pudo acabar a tiempo con la resistencia mexicana. Nada similar ocurrió en Vietnam, donde el proyecto francés continuó hasta que fue sustituido por el norteamericano como parte de la Guerra Fría.



EN CONCLUSIÓN

No es común que la lucha antiimperialista mexicana simbolizada por el "5 de mayo" se vea como parte de un proceso antiimperialista que involucró la derrota francesa de Dien Bien Phu (1954) y la norteamericana de Saigón (1975). Pero ese fue el caso.

  Leído en Reforma

Juana de Ibarbourou - La mancha de humedad.

Juana de Ibarbourou
(1895-1979)
La mancha de humedad.

Hace algunos años, en los pueblos del interior del pais no se conocía el empapelado de las paredes. Era éste un lujo reservado apenas para alguna casa importante, como el despacho del Jefe de Policía o la sala de alguna vieja y rica dama de campanillas. No existía el empapelado, pero si la humedad sobre los muros pintados a la cal.

Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo. Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un deforme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo, una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares capaces de suplir las flores y los paisajes del papel más abigarrado. En esa mancha yo tuve todo cuanto quise: descubrí las Islas de Coral, encontré el perfil de Barba Azul y el rostro anguloso de Abraham Lincoln, libertador de esclavos, que reverenciaba mi abuelo; tuve el collar de lágrimas de Arminda, el caballo de Blanca Flor y la gallina que pone los huevos de oro; vi el tricornio de Napoleón, la cabra que amamantó a Desdichado de Brabante y montañas echando humo, de las pipas de cristal que fuman sus gigantes o sus enanos. Todo lo que oía o adivinaba, cobraba vida en mi mancha de humedad y me daba su tumulto o sus líneas.

Cuando mi madre venía a despertarme todas la mañanas generalmente ya me encontraba con los ojos abiertos, haciendo mis descubrimientos maravillosos. Yo le decía con las pupilas brillantes, tomándole las manos:

-Mamita, mira aquel gran río que baja por la pared. ¡Cuantos árboles en sus orillas! Tal vez sea el Amazonas. Escucha, mamita, cómo chillan los monos y cómo gritan los guacamayos.

Ella me miraba espantada:

-¿Pero es que estás dormida con los ojos abiertos, mi tesoro? Oh, Dios mio, esta criatura no tiene bien su cabeza, Juan Luis.

Pero mi padre movía la suya entre dubitativo y sonriente, y contestaba posando sobre mi corona de trenzas su ancha mano protectora:

-No te preocupes, Isabel. Tiene mucha imaginación, eso es todo.

Y yo seguía viendo en la pared manchada por la humedad del invierno, cuanto apetecía mi imaginación: duendes y rosas, ríos y negros, mundos y cielos.

Una tarde, sin embargo, me encontré dentro de mi cuarto a Yango, el pintor. Tenía un gran balde lleno de cal y un pincel grueso como un puño de hombre, que introducía en el balde y pasaba luego concienzudamente por la pared dejándola inmaculada. Fue esto en los primeros días de mi iniciación escolar.

Regresaba del colegio, con mi cartera de charol llena de migajas de biscochos y lápices despuntados. De pie en el umbral del cuarto, contemplé un instante, atónita, casi sin respirar, la obra de Yango que para mí tenía toda la magnitud de un desastre. Mi mancha de humedad había desaparecido, y con ella mi universo. Ya no tendría más ríos ni selvas. Inflexible como la fatalidad, Yango me había desposeído de mi mundo. Algo, una sorda rebelión, empezó a fermentar en mi pecho como burbuja que, creciendo, iba a ahogarme. Fue de incubación rápida cual las tormentas del trópico.

Tirando al suelo mi cartera de escolar, me abalancé frenética hasta donde me alcanzaban los brazos, con los puños cerrados. Yango abrió una bocaza redonda como una O de gigantes, se quedó unos minutos enarbolando en el vacío su pincelque chorreaba líquida cal y pudo preguntar por fin lleno de asombro:

-¿Qué le pasa a la niña? ¿Le duele un diente, tal vez?

Y yo, ciega y desesperada, gritaba como un rey que ha perdido sus estados:

-¡Ladrón! Eres un ladrón, Yango. No te lo perdonaré nunca. Ni a papá, ni a mamá que te lo mandaron.
¿Qué voy a ahacer ahora cuando me despierte temprano o cuando tía Fernanda me obligue a dormir la siesta? Bruto, odioso, me has robado mis países llenos de gente y de animales. ¡Te odio, te odio; los odios a todos!

El buen hombre no podía comprender aquel chaparrón de llanto y palabras irritadas. Yo me tiré de bruces sobre la cama a sollozar tan desconsoladamente, como sólo he llorado después cuando la vida, como Yango el pintor, ma ha ido robando todos mis sueños. Tan desconsolada e inútilmente.

Porque ninguna lágrima rescata el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece...

¡Ay, yo lo sé bien!

Leído en:http://www.ensayistas.org/curso3030/textos/narrativa/lamancha.htm


EL TIGRE QUE BALABA.



Al atacar a un rebaño, una tigresa dio a luz y poco después murió. El cachorro creció entre las ovejas y llegó él mismo a tomarse por una de ellas, y como una oveja llegó a ser considerado y tratado por el rebaño.

Era sumamente apacible, pacía y balaba, ignorando por completo su verdadera naturaleza. Así transcurrieron algunos años.

Un día llegó un tigre hasta el rebaño y lo atacó. Se quedó estupefacto cuando comprobó que entre las ovejas había un tigre que se comportaba como una oveja más.

No pudo por menos que decirle:

–Oye, ¿por qué te comportas como una oveja, si tú eres un tigre? 

Pero el tigre-oveja baló asustado. Entonces el tigre lo condujo ante un lago y le mostró su propia imagen.

Pero el tigre-oveja seguía creyéndose una oveja, hasta tal punto que cuando el tigre recién llegado le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla.

–Pruébala -le ordenó el tigre.

Asustado, sin dejar de balar, el tigre-oveja probó la carne. En ese momento la carne cruda desató sus instintos de tigre y reconoció de golpe su verdadera y propia naturaleza.

*El Maestro dice: El ser humano común está tan identificado con la burda máscara de su personalidad y su ego que desconoce su genuina y real naturaleza.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India