Hace seis años obtuvo 14.7 millones de votos. Ahora, López Obrador tendría que partir de esa base firme y dedicar su campaña a ganarse nuevos votos. Pero las encuestas no le han confirmado tal fidelidad.
¿Cuáles son las razones para volver o no a votar por él? Difícil saberlo, y seguramente el argumentario será tan diverso como todo lo mexicano. Para darle vuelo a mi curiosidad me puse a preguntar a personas que, en el DF, Guadalajara y Monterrey, me dijeron que habían votado por López Obrador hace seis años. ¿Votarías de nuevo por él? Va lo que me respondieron:
Sí, porque es el que tiene la mejor propuesta de gabinete. Votaría por tener a Ebrard de Secretario de Gobernación y a Mario Molina en Energía. Además, han hecho bien las cosas en el DF. La ciudad no ha sido gobernada por radicales, han sido moderados.
Sí porque AMLO es el único que puede hacer algo en temas fundamentales como la pobreza y el fortalecimiento del mercado interno... De cualquier manera sé que después de tres años me estaré arrepintiendo de mi voto.
Sí porque es el menos peor entre los candidatos. Propone una economía más distributiva, y eso es urgente. Antes no lo explicó bien, pero ahora incluso algunos empresarios han entendido que la riqueza debe permear en una sociedad que, de cualquier manera, buscará equilibrios.
Sí, para mí es la propuesta diferente al régimen actual. Mi voto es duro, soy parte del voto del PRD, por ideología y porque siempre he votado por la izquierda.
Sí, porque no le conozco en 12 años nada que me avergüence. Nadie le ha hallado un pecado capital, y vaya que se lo han buscado. Me da tranquilidad, es un buen hombre. Aunque tal vez no con el mejor carácter, es un buen hombre.
No, porque yo voté por un AMLO que es real. El de ahora es un AMLO apaciguado artificialmente. Su cambio de tono me decepcionó. Sobre todo, no le creo que haya cambiado, o es un cambio mañoso. Se necesita ser un sentimental o un iluso para creérselo.
No, porque después de las elecciones de 2006 empecé a ver el cambiazo. López Obrador azuzaba a la gente en contra de los medios y los reporteros. En un acto multitudinario los señaló y dijo: “estos son espías”. Su beligerancia, sumada a los cierres de Reforma y Juárez, fue ofensiva, agresiva.
No, tras la derrota López Obrador cayó en el discurso de la confrontación y del encono. Dividió al país y le hizo daño. No me convence del todo su discurso conciliador actual. De hecho, ahora estoy por no votar. Me siento decepcionada, eso de la democracia es una ilusión. Y lo incluye a él.
Tal vez sí. Pero si Josefina Vázquez Mota llega adelante, me sumaré al voto útil y votaré por ella para que el PRI no regrese a la Presidencia.
Ahí están las razones que me dieron. Y hay algo de lo que ninguno habló, de Bartlett. Llama la atención: ¿Un tabú?