domingo, 25 de marzo de 2012

Vicente Bello - Peña Nieto y las mujeres

El forcejeo por la Presidencia de la República ha ocupado totalmente los territorios del Congreso de la Unión. Barbota, indefectible, en cuanto proceso legislativo es finiquitado en las Cámaras. De todo lo que se hace y no hace en las Cámaras federales es el común denominador. 

La nueva ley contra la trata de personas, una norma social por antonomasia, fue aprobada finalmente por el Pleno de la Cámara de Diputados; pero el tufo electorero estaba allí, contaminándola, sobre todo cuando la gente del PAN daba las gracias al resto de los partidos políticos, como quien ha recibido el apoyo para una causa propia. 

La nueva ley fue aprobada luego de que no pudo lograrse en las dos sesiones pasadas: el jueves de hace ocho días quedó trunca por falta de quórum; el martes, por el sismo. Convertida en Minuta, se le ha enviado al Senado para la continuación de su proceso legislativo, adonde tendría que ser refrendada en este periodo ordinario, si los legisladores quieren que la ley pueda entrar en vigor el año entrante, cuando se le incorpore a los montos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2013. 

Además de la aprobación de la ley de marras, había quedado pendiente un debate sobre feminicidios, insuflado la semana pasada por un comentario que el diputado federal del PRI Francisco Moreno Merino hizo en alusión terrible a las mujeres. 

Todo comenzó el martes 14 cuando la diputada federal del PRI Diva Hadamira Gastélum no se aguantó y recriminó a su correligionario la bajeza que había dicho en la víspera (lunes 13: “…la mujer bonita tira a meretriz”) y le exigió disculparse y aun retractarse. 

Oportunidad en charola de plata, así se lo plantearon diputadas del Partido Acción Nacional, quienes de inmediato pidieron a la presidencia de la mesa directiva incorporar a la orden del día, en la sección de la agenda política, abrir un debate sobre la discriminación de la mujer en México y, aprovechando, en torno de los feminicidios. 

Fue el día en que la sesión se rompió por falta de quórum. El PRI intentaba echar marcha atrás. A toda costa el priísmo rechazaba el debate, porque el feminicidio es un tema que golpea directamente a Enrique Peña Nieto, que cuando gobernador del estado de México jamás demostró esfuerzos para contrarrestar un delito que ha crecido en los últimos siete años en el estado mexiquense. 

Carolina Viggiano Austria decía en nombre del PRI que el tema de los feminicidios es tan delicado que no se podían permitir politizarlo y partidizarlo. 

La priísta, de oratoria fina, era evidente también que su propósito no era otro que el de suavizar la andanada que venía sobre el lomo encallecido y cínico de Enrique Peña Nieto. “No es momento de oportunismos”, insistía la Viggiano. “La situación del país, y particularmente de las mujeres, es muy delicada. La nación reclama seriedad y entereza para asumir con responsabilidad el juicio de los resultados”. 

Y remachaba la priísta: “El porcentaje de mujeres ocupadas, sin pago, duplica el de los hombres. Entre las trabajadoras remuneradas cuatro de cada 10 no cuenta con acceso a los servicios de salud. Más de la tercera parte no cuenta con prestaciones y casi la mitad trabaja sin tener un contrato escrito. El 80 por ciento de los llamados ninis son mujeres jóvenes. Por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 91 por el mismo trabajo. Y esto sólo cultiva resentimiento social, desesperación y pérdida de expectativas en el proyecto de vida personal y comunitario”. 

Al final, apostilló: “Los homicidios de mujeres han aumentado 85% en esta década y los suicidios de adolescentes siguen a la alza. Esto sólo nos refleja una cosa, las políticas públicas que el Estado mexicano ha implantado, han fallado”. 

Rosa Adriana Díaz Lizama, del PAN, puso de inmediato en la mira a Enrique Peña Nieto. Y afirmó: “Basta sólo mirar que en el Estado de México la desaparición de mujeres ha ido en aumento de manera sostenida desde hace cinco años, a tal grado que sólo en 2011 se reporta que desaparece en promedio una mujer al día”. 

Y su apostille también: “De hecho, los reportes oficiales indican que las desapariciones de mujeres en este estado han crecido mil 225% entre 2007, desde que se tiene estadística, y 2011, al pasar de 43 a 570 casos, respectivamente”. 

El asunto de los feminicidios, visto por el PRI, no era más que un pretexto para golpear políticamente a Peña Nieto; pero el PRD, como el PAN, no opinaba igual. Leticia Quezada Contreras, perredista, dijo: “Desde hace más de un año hemos pedido en la Comisión de Equidad y Género que se vote un punto de acuerdo de una alerta de género en el estado de México. Solicitud que fue denegada. ¿Por qué? Porque aquí vienen a decir un discurso de doble moral o de doble cara; que no se partidice el problema de las mujeres en el país, dicen, cuando en la Comisión de Equidad y Género no ha pasado ningún punto de acuerdo que toque con el pétalo de un punto de acuerdo al ex gobernador Enrique Peña Nieto”. 

El PVEM hizo causa común con el PRI. Alejandro del Mazo, pvemista, contra argumentaba diciendo que el estado de México “es la entidad con el marco legal más avanzado e innovador para la defensa de la mujer”. Y contra atacaba, que el estado de Jalisco, gobernado por el PAN, “tuvo un incremento del 22 por ciento en este tipo de homicidios”. Y asegundaba su dicho: “En Jalisco, en lo que va del año se han registrado cerca de 20 homicidios contra mujeres. En 2011 hubo más de cien”. 

ESTRIBO 

En San Lázaro, el gobernador de Durango Jorge Herrera Caldera, de filiación priísta, pidió al Ejecutivo Federal que los 34 mil millones de pesos que éste prometió enviar al campo, para contrarrestar los efectos de la sequía, heladas e inundaciones, ya se les distribuya con urgencia en los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Coahuila, San Luis Potosí. Asistió a una reunión donde se habló de sequía y los efectos brutales que aún no son mitigados en el país.

Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/pena-nieto-y-las-mujeres1

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