jueves, 29 de marzo de 2012

Mini editoriales

La esquina de Crónica de Hoy

Casualmente, apenas antes de que empiece la veda a la autopromoción del gobierno, el Presidente reúne a sus fieles para hablar de los logros de lo que va de su gestión. Quién sabe si de verdad cree que México ha cambiado tanto y en ese liderazgo histórico que se ha atribuido. Lo seguro son dos cosas: que no había ánimo informativo, sino propagandístico en ese acto, y que a los mexicanos nos hubiera gustado vivir en el país que pintó Calderón.          

Caminante de La Razón

El candidato presidencial del Panal va a arrancar campaña con una sesión de buceo en las aguas costeras de Veracruz. Imposible entender el mensaje de esa excentricidad. O tal vez querrá decir que en el fondo no es tan malo.  

Rayuela de La Jornada

No sólo el Ejecutivo, también Carstens metido hasta el fondo de las próximas elecciones. ¿Y qué se fizo la tan cacareada independencia del Banco de México?            

Sin Embargo Casa de citas - El informe mañoso del Presidente

La justificación de Felipe Calderón Hinojosa para organizar, por todo lo alto, un mini informe de sus logros de gobierno fue que, desde el 30 de marzo, debido a la veda electoral que le impide difundir sus éxitos en la Presidencia de la República. 

Pero hay muchas preguntas que ayer quedaron en el aire: ¿por qué hacerlo antes y no después de las elecciones del próximo 1 de julio?, ¿por qué movilizar a 10 mil burócratas hasta el Auditorio Nacional para justificar ante ellos las decisiones que ha tomado durante el sexenio?, ¿por qué no, simplemente, dirigir un mensaje a la nación en sus tiempos oficiales de televisión y radio?, ¿por qué, incluso, como muchos lo interpretaron, despedirse en marzo y no hasta el próximo 30 de noviembre, que es cuando termina su mandato? 

Ese informe, donde por enésima ocasión justificó su la guerra contra el crimen organizado, se interpretó como el inicio del ocaso … el de un Presidente necesitado de reconocimiento, de reflectores –como el que lo siguió todo el tiempo en el Auditorio Nacional–, que siente que el poder se le escapa. Pero también, políticamente, se leyó como un burdo acto electoral y muy costoso, por cierto; un espaldarazo para su partido, el PAN, pues en el recinto se transmitieron imágenes de 2006, cuando el propio Calderón hizo su campaña presidencial, y por tanto, todo el tiempo, se destacó el logo del blanquiazul, además de las frases “Vivir Mejor”. 

Un asunto que llamó la atención de los periodistas es que los invitados al acto asistieron prácticamente uniformados: todos con corbata azul. Por si fuera poco, para llenar el Auditorio, se registró el acarreo de miles burócratas, que fueron transportados en camiones desde distintos puntos de la Ciudad de México. Por ejemplo, funcionarias de la Procuraduría General de la República dijeron a la prensa que fueron avisadas del evento martes y que se les ofreció el transporte. La Secretaría de Relaciones Exteriores trasladó en seis autobuses a su personal y lo mismo hicieron otras dependencias. Y no sólo eso. Los organizadores del evento también acarrearon a beneficiarios de programas sociales federal: mujeres indígenas de Milpa Alta e incluso campesinos del estado de Hidalgo, por ejemplo. 

Las crónicas periodísticas del evento coinciden en que el informe del Presidente fue un gran show. Calderón fue tratado como un rockstar… claro, por sus propios empleados. Estuvo arropado por su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo, sus hijos, todos los integrantes del gabinete, el líder del PAN, Gustavo Madero Muñoz, y algunos gobernadores panistas. En su mensaje de 101 minutos destacó que México está mejor que en 2006 y se comprometió a terminar su mandato con un país “más humano, más seguro, más limpio y más justo”. 

Su acto de promoción fue redondo, aunque políticamente ha dejado un muy mal sabor de boca por los excesos. Si partir del 30 de marzo las leyes mexicanas no le permiten dar cuenta de su gestión, para no inferir en la campaña electoral que culminará con los comicios del 1de julio, bien pudo esperar hasta después de las elecciones para organizarse un “homenaje” como el de ayer. Pero no. “Calderón está en campaña”, como publicó la revista británica The Economist a principios de este mes. Y esa campaña incluye la de su partido, la de su candidata –aunque de esto se duda– y la propia, claro, porque ese show innecesario también muestra que su ocaso está ya a la vuelta de la esquina. 

 * * * 
Por supuesto, y luego de revisar todos los elementos que incluyó el mini informe de Felipe Calderón Hinojosa, el PRI y el PRD informaron que denunciarán al Presidente de la República ante el IFE, por violar la veda electoral. Sebastián Lerdo de Tejada, representante del PRI en el IFE, y Camerino Márquez Madrid, del PRD, anunciaron en la sesión ordinaria del Consejo General del IFE, que dicho informe fue “a propósito de nada”, además de “ilegal e impertinente”. Márquez Madrid destacó que Calderón rompió la equidad en la contienda electoral, e hizo un llamado a la autoridad electoral para que se mantenga bajo vigilancia todas las promociones del gobierno federal. “El acontecimiento del día de hoy [miércoles 28 de marzo] en el Auditorio Nacional viene a ser un elemento que pone en riesgo la equidad de la contienda electoral, toda vez que ha sido transmitido en cadena nacional por diferentes medios de la televisión y la radio que nos genera y nos agravia total y absolutamente a otros partidos”, afirmó Márquez. Se verá, entonces, si esta denuncia –que ambos representantes consideraron como “un agravio a todos los partidos”– es resuelta por el IFE y si llega la sanción para el Jefe del Ejecutivo federal. 

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Por lo visto, algunos líderes de la Iglesia católica también andan en campaña. Entusiasmado todavía por la visita de Benedicto XVI y en una celebración con motivo de su cumpleaños número 79, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, aprovechó para llamar a los fieles a que, en las elecciones de julio, razonen el voto y no se vayan por una “cara bonita o el copete más levantado”, aunque aclaró que no señalaba a nadie en especial. De acuerdo con un reporte del diario El Informador, el polémico cardenal –quien ha sido impulsor de gobernadores panistas de Jalisco desde 1991, cuando ese partido se adueñó de la plaza– pidió también que antes de elegir por quién votarán, los ciudadanos analicen la capacidad de los candidatos, así como su moral y trayectoria: “Que se fijen qué traen dentro de la cabeza y qué capacidad tienen de servirle al pueblo”, expresó el arzobispo, quien desde su trinchera también pretende llevar agua a su molino.

Leído en  http://www.sinembargo.mx/opinion/29-03-2012/5959

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Lorenzo Meyer - La fragilidad de un empeño de dos siglos

EL CIUDADANO

Asumir plenamente las responsabilidades y los derechos que implica ser ciudadanos nos está tomando más tiempo del que se supuso cuando se inició el proceso hace un par de siglos. Y lo peor es que no se puede descartar una reversión en el futuro.

Antes de que entrara en vigor nuestra primera Constitución en marzo de 1812, esa que entonces llamaron "La Pepa" y que hoy se conoce como "Constitución de Cádiz", los mexicanos eran súbditos de un reino -Nueva España-, y tenían como rey a un monarca absoluto que residía en Madrid pero al que los franceses habían destronado desde 1808. En algún momento posterior a ese marzo de 1812, los mexicanos se fueron enterando de que ya no eran súbditos sino ciudadanos de la recién nacida nación española. Dos siglos después aún seguimos tratando de asumir la esencia de ese cambio.

El concepto mismo de ciudadanía no sólo implica la pertenencia a una nación soberana sino también la igualdad política y jurídica así como los derechos y obligaciones de un individuo libre y protegido por la ley. Las raíces de ese concepto son dos: la clásica -la que nació en Grecia hace dos milenios y medio- y la moderna o liberal.

La ciudadanía griega -la de la Atenas de Solón- era la minoría de hombres libres (sostenidos por esclavos) que se habían desembarazado de reyes y tiranos e inventado la democracia. La esencia de ese ciudadano consistía en servir en el Ejército y en el gobierno, pagar impuestos y deliberar y votar libremente sobre todos los asuntos públicos. Un par de milenios más tarde y como criatura de la Europa de la Ilustración y del capitalismo liberal, nació el ciudadano actual. Ya no era posible la democracia directa sino la indirecta, la representativa, y ejercida ya no en el pequeño espacio de la ciudad-estado sino en el del gran Estado nacional y a través de cuerpos electos y representativos de la voluntad general. Esta nueva democracia nació compatible con la monarquía, aunque ya no con la absoluta sino con una constitucional.

El elemento clave en ambas democracias fue la definición de ciudadano. En la antigua, esta calidad la tenían sólo los hombres libres con antepasados originarios de la ciudad y no incluía a esclavos, libertos, extranjeros y mujeres. La definición moderna de ciudadano fue más incluyente, aunque al inicio menos de lo que es hoy.

 EL ORIGEN EXTERNO

La ciudadanía echó pie a tierra en lo que hoy es México como consecuencia de un gran evento externo: la Revolución Francesa, pero sería muy difícil que arraigara la idea de la igualdad política en una sociedad fundada en la desigualdad social extrema.

La destrucción del antiguo régimen en Francia en 1789 fue la conclusión de un proyecto ideológico -la democracia liberal-, que ya se había materializado antes en una sociedad esclavista: la de Estados Unidos. El acontecimiento francés produjo una gran onda expansiva que pareció poner fin a la monarquía borbónica de España pero que también generó una reacción nacionalista. La mezcla de liberalismo, nacionalismo y resistencia al cambio terminó por poner en crisis al sistema colonial en la América española.

La ausencia del rey en 1808 obligó a plantear en España y América el asunto de la soberanía, que se intentó resolver con la democracia liberal: la nación española, que incluía a los reinos y posesiones de ultramar, reasumió su soberanía para depositarla en unas juntas y luego en unas cortes que, finalmente, se reunieron en un rincón de España libre del poder francés -la Isla de León y Cádiz- pero con fiebre amarilla, bombardeado sistemáticamente y apenas protegido por pantanos, la flota y la fuerza expedicionaria inglesa y por lo que quedaba del Ejército español.

La magnitud de esa crisis obligó a llamar en Cádiz a diputados de las Américas -se necesitaba su apoyo económico- y ese llamado fue uno de los gérmenes de la ciudadanía mexicana. La Constitución redactada ahí declaró ciudadanos a peninsulares, criollos, indios y mestizos y apenas dejó fuera a los sirvientes domésticos y a los africanos y sus descendientes -alrededor de 6 millones y que residían básicamente en América- aunque sí les dio la nacionalidad. En la práctica, un buen número de esos excluidos terminaron por tomarse el derecho al voto mientras la Constitución estuvo vigente (Jaime E. Rodríguez, "La ciudadanía y la Constitución de Cádiz", México: Conacyt, 2005).

 LA OTRA PUERTA

La ciudadanía también entró a México por una puerta propia: esa que abrió violentamente el movimiento de independencia. En 1814, y en condiciones aún más precarias que las que se habían vivido en Cádiz, se promulgó la Constitución de Apatzingán. Este documento mexicano oficializó la independencia, asumió la soberanía y la hizo radicar ya no en la nación sino directamente en el pueblo, definió al Estado como la unión voluntaria de los ciudadanos, ya no discriminó contra los africanos y abolió la monarquía. La base de "la felicidad de un pueblo" fueron los derechos ciudadanos: libertad, igualdad, propiedad y seguridad jurídica.

La Constitución gaditana funcionó por un corto tiempo y la de Apatzingán fue aún más efímera, pero ambos documentos dejaron en claro que México ya no aceptaba la vieja idea de las dos repúblicas -la de indios y la de españoles- y que los mexicanos eran ciudadanos sin distinción de raza, propiedad o educación, aunque más tarde sí se pusieron requisitos para votar: propiedad y educación.

 EL VOTO

Al existir la ciudadanía, la raíz de la legitimidad del gobierno sólo sería la voluntad del pueblo expresada por la vía del voto. Y los elegidos ya no representarían, como antes, a grupos, sectores o corporaciones, sino al conjunto.

Como lo han mostrado las investigaciones históricas, en los primeros comicios en México el derecho al voto lo ejercieron prácticamente todos los que quisieron, y lo más interesante es que lo hicieron con entusiasmo, y con frecuencia le dieron el triunfo a candidatos que no deseaban las autoridades (Virginia Guedea, "Las primeras elecciones populares en la Ciudad de México: 1812-1813" en Mexican Studies/Estudios Mexicanos, 1991, No. 7, pp. 1-28). Esa primavera ciudadana y democrática no duraría.

 
 PROBLEMA

México, una sociedad de súbditos y de desigualdades extremas, no era terreno fértil para el desarrollo de la ciudadanía liberal y democrática que llegó de fuera y que fue reafirmada en las constituciones de 1824 y 1857. Pese al buen inicio, los grandes temas políticos del México del siglo XIX nunca los decidió el voto de una ciudadanía poco participante (Hilda Sabato calcula que en Latinoamérica, en ese primer siglo constitucional, sólo votó entre el 0.2 y el 2% de la población, "On Political citizenship in nineteenth century Latin America", American Historical Review, octubre 2001, p. 1302). En su estudio sobre el Porfiriato, Francois-Xavier Guerra mostró que efectivamente había pocas personas con capacidad para actuar como ciudadanos, que las estructuras antiguas pervivieron y que las elecciones nunca decidieron nada importante (México: del antiguo régimen a la revolución, Vol. I, México, FCE, 1985, pp. 37-41).

La Constitución revolucionaria de 1917 reafirmó los principios de soberanía popular, democracia y ciudadanía (en 1955 se extendió el derecho al voto a las mujeres y en 1970 a todos los que tuvieran de 18 años en adelante), pero al mismo tiempo se empezó a estructurar un sistema autoritario aún más refinado que el anterior. El régimen del PRI fue uno de elecciones sin contenido y presidencialismo sin contrapesos que no dejó mucho espacio a la ciudadanía. Esto pareció cambiar cuando, tras un enorme esfuerzo, el pluralismo político se impuso en 1997 y 2000, pero la realidad pronto frustró este supuesto arribo a la modernidad política.

 
CAMINO POR RECORRER

Sin duda México ha avanzado en la construcción de una ciudadanía democrática, pero después de dos siglos seguimos sin poder tener elecciones limpias, el corporativismo se mantiene vivo, la división de poderes en algunos estados simplemente no existe, el respeto del Estado a los derechos del individuo necesita del batallar constante de las comisiones de derechos humanos y de las cortes internacionales para no hundirse y la partidocracia ha terminado por hacer de la representatividad una caricatura.

Las encuestas vaticinan la restauración del PRI. De ser el caso, el poder volvería a manos de una estructura que cuando fue partido de Estado hizo de la ciudadanía una ficción. Así, lo que estará en juego el próximo julio no es quién encabezará el próximo gobierno, sino el avanzar o retroceder en un empeño que ya lleva dos largos siglos.


Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/651/1301150/default.shtm

Puig - El largo adiós de Felipe Calderón


Hace unos 14 años, un amigo mutuo me presentó en una comida a Felipe Calderón Hinojosa. Fue en el Costa Vasca en la colonia Nápoles de la Ciudad de México. Al final de la reunión me quedó claro que Calderón tenía una ruta trazada que, si salía bien, lo llevaría a la candidatura del PAN y después a la Presidencia de México. 
Ayer, después de haber cumplido aquella ruta con disciplina, comenzó a decir adiós.
El Presidente conoce los tiempos y las formas de la política mexicana. Él mismo bromeó hace unos días que andaba apurado porque la carroza se le convertiría en calabaza. Nuestra absurda ley electoral y nuestro siempre caldeado ambiente político hacen que a partir del viernes tenga que someterse a una especie de reclusión. Y sabe que el 2 de julio la atención estará en quien será, a partir de diciembre, su sucesor. Y tendrá el ex presidente Calderón apenas 50 años de edad.
Lame Duck, Pato cojo o herido, le llaman los americanos a estos políticos que aun en su posición ya no tienen poder, o no el que tenían. Así andará los próximos ocho meses el Presidente de la República. Parte de nuestra anomalía institucional es esta larguísima —creo yo dañina— transición.
Ayer en el evento del Auditorio, el tono del Presidente lindó con la frustración.
Reclamó a los gobernadores no haber hecho lo suyo: “Del total de delitos que se cometen en el país, más de 90 por ciento debe ser atendido por autoridades locales”. Respondió en una frase el reclamo más veces repetido, el de haber golpeado innecesariamente el avispero de la violencia. “Se equivocan” —dijo el Presidente. “La intervención del gobierno no es lo que generó la violencia. Es la violencia la que obligó, en cada uno de estos rincones del país, que interviniera el gobierno”.
Parecía ayer un Presidente herido. Que se siente incomprendido. Un puñado de veces empezó una frase con “Mienten quienes afirman” o “Nada más falso” o “Se equivocan”… Era una respuesta a sus críticos más que un reporte a sus partidarios.
Y un reclamo con dolor cuando habló de la libertad de expresión “no sólo para hablar, para insultar, para calumniar a un gobierno o a un Presidente”.
Ha comenzado las despedidas. Y no son felices. Sabe que llevará en sus espaldas el peso de la leyenda de los “muertos de Calderón”, que a partir del año que viene comenzarán las denuncias y las demandas. Que le cargarán desaparecidos, heridos y secuestrados. Corruptelas, ineficiencias y excesos de otros. Será un ex presidente presente, tal vez por acosado.
Eso no era lo que imaginaba Felipe Calderón aquel mediodía en la Costa Vasca cuando la Presidencia era un sueño lejano.
Ayer comenzó a decir adiós. Un adiós tan largo, que podría no terminar en años.

Gómez Leyva - "Tercer Grado", dos horas con Felipe Calderón



El presidente Calderón traía cuerda para seguirle. O al menos con esa impresión me quedé cuando Leopoldo Gómez despidió el Tercer Grado de anoche, la entrevista de ocho a uno que duró cerca de dos horas.
Lo he expresado en otras ocasiones: el mejor Calderón es el polemista. Le encanta el debate. Se fajó con Carlos Loret de Mola en el tema de las plazas federales de los maestros, y con Denise Maerker en el de Florence Cassez. Resguardó como un comandante a Genaro García Luna. Dijo que le gustaría ser el consorte de una Margarita Zavala presidenta de la República. Confesó que perdona los insultos de Andrés Manuel López Obrador, pero no los olvidará. Rechazó, una y otra vez, que Peña Nieto le descomponga el estómago. Se dibujó ante las cámaras el 1 de julio felicitando al ganador. Y como si estuviera en el Castillo de Chapultepec, se revolvió en el asiento y levantó la voz para defender su estrategia en la lucha contra el crimen. Pregunta tras pregunta, arremetida tras arremetida.
En cierto sentido, fue su última entrevista como mandatario. La castrante ley electoral le impondrá la congeladora hasta el día de las votaciones. Entonces habrá un presidente electo. Las entrevistas con Calderón serán otra cosa.
Me llevo dos imágenes de la experiencia de anoche: la de un hombre que cree fervorosamente en lo que hace y la de un político que disfruta su trabajo. No vi en él la sombra del paso del tiempo, que tanto marca y deteriora el alma y el cuerpo.
Novedoso, interesante ejercicio para nosotros. Según me informan, vienen ahora Josefina, Peña Nieto, López Obrador y Quadri. Calderón les está dejando el listón bien alto.

Marín - Con un probable "caballero consorte"


Si, como se sabe, a Felipe Calderón le dolió hasta el tuétano la muerte de su entrañable Juan Camilo Mouriño, la inimaginable de Francisco Blake (también como secretario de Gobernación) parece haberle sido aún más estrujante.   
De todo lo que el Presidente habló ayer (incluido su precoz balance de sexenio en el Auditorio), lo que más me impresionó fue la manera en que, durante la edición especial de Tercer Grado, recordó cuando se lo informaron, y evocó a Blake niño acompañando a su padre jardinero a trabajar en casas (quizá de mexicanos) en California, o a él mismo transmitiendo la devastadora noticia a la viuda y a los hijos.
Lo importante, estoy seguro, no necesariamente es periodístico y, sin dudar de que el trajín presidencial incluyó borbotones de afirmaciones, reflexiones y cifras importantes, vale la pena dejar constancia del Calderón doliente que vi ante la batería de periodistas que coordina el doctor Leopoldo Gómez.
Eso sí, mucho más importante y periodístico a la vez, el Calderón que acepta su probable conversión en“caballero consorte de la Presidenta Margarita…”.

¿POR QUIÉN DEBO AFLIGIRME?



Un hombre se vio obligado a dejar su casa durante unos días para ir en busca de empleo. En su ausencia, el único hijo que tenía enfermó súbitamente y murió. Cuando el hombre regresó a su hogar, su esposa, deshecha en lágrimas, le dio la amarga noticia. Pero el hombre permaneció extraordinariamente sereno y ecuánime. La esposa no podía salir de su asombro e indignación. Comenzó a increparle agriamente su actitud.

El hombre la tranquilizó y luego explicó: “Querida, la otra noche soñé que tenía siete hijos y que con ellos mi vida estaba llena de satisfacción y felicidad. Sí, realmente, yo era muy feliz con mis hijos. Al despertarme, de pronto, los perdí a todos. Ahora te pregunto: ¿Por quién debo afligirme? ¡Por los siete hijos o por el que hemos perdido?”

 *El Maestro dice: Para el que ha trascendido todos los fenómenos y apariencias, la vida es de la misma sustancia que un sueño.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India

Gibrán Jalil Gibrán - El perro sabio.

Gibrán Jalil Gibrán
(1883-1931)


EL PERRO SABIO.


Un día, un perro sabio pasó cerca de un grupo de gatos.

Y viendo el perro que los gatos parecían estar absortos, hablando entre sí, y que no advertían su presencia, se detuvo a escuchar lo que decían.

Se levantó entonces, grave y circunspecto, un gran gato, observó a sus compañeros.

-Hermanos -dijo-, orad; y cuando hayáis orado una y otra vez, y vuelto a orar, sin duda alguna lloverán ratones del cielo.

Al oírlo, el perro rió para sus adentros, y se alejó de los gatos, diciendo:

-¡Ciegos e insensatos felinos! ¿No está escrito, y no lo he sabido siempre, y mis padres antes que yo que lo que llueve cuando elevamos al Cielo súplicas y plegarias son huesos, y no ratones?”

Leído en: http://yo-cuento-cuentos.blogspot.mx/2009/11/khalil-gibran-varios.html

Cartones de ayer











Fotogramas sacados de:



http://tvolucion.esmas.com/noticieros/tercer-grado/165870/el-presidente-felipe-calderon-tercer-grado-2