Sin duda que se trata de una imagen perturbadora, sobre todo porque congela una típica postal del absurdo.
Es decir, resulta difícil concebir que un hombre que convalece en una institución hospitalaria privada luego de ser baleado, resulte "rematado" a tiros por dos presuntos médicos que, en realidad, eran matarifes a sueldo que, como "Pedro por su casa", entraron al nosocomio sin que nadie hiciera nada.
Pero en realidad, esa perturbadora imagen –joya del absurdo-, fue el colofón de una cadena de intolerables complicidades y absurdos nada casuales que involucran lo mismo a la autoridad municipal de Cuernavaca, a la estatal de Morelos, a la del Distrito Federal, al Poder Judicial y, por si faltara, a los responsables del hospital del IMSS en Cuernavaca y del nosocomio privado donde fue asesinado Crisóforo Rogelio Maldonado Jiménez, alias "el bocinas", presunto líder de la banda de "Los Rojos", célula del cártel de Los Beltrán Leyva que opera en los estados de Morelos y Guerrero.