jueves, 5 de enero de 2012

Oculta el gobierno cifra de muertos en la guerra contra el narco


El gobierno de Felipe Calderón decidió ya no informar cuántos muertos se han registrado en la guerra contra el narcotráfico.La cifra correspondiente al año 2011 ha sido catalogada como reservada y confidencial, según se desprende de dos expedientes elaborados apenas en noviembre pasado por los comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información y Datos Personales (IFAI).
En respuestas a dos solicitudes de acceso a la información tramitadas por ciudadanos –de los cuales sus nombres fueron omitidos por protección de datos personales- la Procuraduría General de la República (PGR) y la Presidencia pusieron bajo llave esta información sin que exista una fecha –mes y año- para que pudiera conocerse en el futuro tal y como lo marca la Ley Federal de Transparencia.
El plazo máximo que dispone dicha norma es de 12 años para información reservada. Para la PGR, la cifra de muertos ahora es confidencial por razones de seguridad nacional por  lo que ni siquiera podría conocerse en algún momento. En tanto, para la Presidencia se trata de información reservada toda vez que los datos preliminares aún no han sido verificados; sin embargo,  no estableció cuánto tiempo más demorarían en ese trabajo.
Más en http://www.animalpolitico.com/2012/01/oculta-el-gobierno-cifra-de-muertos-en-la-guerra-contra-el-narco/

Ciro Gómez - El Gobierno dejará de contar muertos en público



Era extraño que, sin explicación de por medio, el gobierno del presidente Calderón abandonara la tarea de informar sobre el número de personas ejecutadas en la lucha contra el crimen organizado. Fue hace un año, el 13 de enero, cuando el portavoz Alejandro Poiré comunicó que de enero de 2007 a diciembre de 2010, la cifra era de 34 mil 612 personas. Un total más alto, por cierto, del que registramos entonces en Milenio.

Un reportaje del sitio Animal Político, con base en un par de expedientes del IFAI, detalla que la Presidencia de la República y la PGR “pusieron bajo llave esa información”.

Dice el reportaje firmado por Daniel Lizárraga: “Para la PGR, la cifra de muertos es ahora confidencial por razones de seguridad nacional, por lo que ni siquiera podría conocerse en algún momento. En tanto, para la Presidencia se trata de información reservada, toda vez que los datos preliminares aún no han sido verificados; no estableció cuánto tiempo más demoraría en ese trabajo”.

Al cierre de este texto, el Gobierno no había desmentido, corregido o aclarado algo a Animal Político. Si lo publicado, pues, es rigurosamente correcto, el Gobierno habría decidido dejar de contar muertos en público.

Costaría, mucho, entender los porqués. Crearía la percepción de que los ejecutados son alarmantemente más de lo que se supone. Y que en vez de difundir partes sólidos y confiables habría optado por ocultar cadáveres.

Con el Gobierno haciéndose a un lado, la única cifra confiable para nosotros será la de Milenio: 

*12 mil 284 ejecutados en 2011

*46 mil 969 durante el sexenio    


Jorge Castañeda- Una guerra muy cara


Calderón ha pagado un coste enorme por su lucha contra el narcotráfico: casi 50.000 muertos, cerca de 50.000 millones de dólares de gasto adicional en seguridad y el desprestigio de México en el mundo



Al concluir el quinto y penúltimo año del mandato de Felipe Calderóncomo presidente de México, comienza el debate dentro y fuera del país sobre el juicio político —en las urnas—, el juicio jurídico —ante tribunales externos— y el juicio moral —ante la historia— de su legado. Y será recordado, alabado o condenado por una sola vertiente de su gestión: la guerra contra el narcotráfico. Los tres juicios revisten aristas internas y externas difíciles de desentrañar.
El juicio político se dará en los comicios presidenciales de julio del año entrante. La elección será un referéndum sobre los 12 años de Gobierno del partido de Calderón (y de su predecesor, Vicente Fox), y en particular sobre los costos y resultados de su tema emblemático y monotemático: la lucha contra el mal. Por ahora, a pesar de encuestas que muestran que la popularidad de Calderón solo se sitúa ligeramente por debajo de la de sus predecesores, y que la población aprueba la participación del Ejército en la guerra contra el narco, el PAN se encuentra unos 20 puntos porcentuales debajo del candidato priísta,Enrique Peña Nieto, y apenas empatado con el candidato de izquierdaAndrés Manuel López Obrador. Si el PRI logra impedir que la elección se juegue sobre su regreso al poder, y si no se producen cambios notables en la guerra —una disminución clara de la violencia, la captura de un verdadero capo narcotraficante— parece difícil que en menos de siete meses Calderón y quien resulte ser candidato del PAN remonten una desventaja tan grande. Ese será el juicio político de los votantes.
El juicio legal empieza con el propósito de distintos sectores de la izquierda mexicana de solicitarle al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya, Luis Moreno Ocampo, y a su colaborador, Baltasar Garzón, que inicie un “análisis preliminar” de las violaciones a los derechos humanos en México. En particular subrayan las casi 50.000 muertes ya ocurridas en este sexenio. Esta idea, además de estar condenada al fracaso, evidentemente, constituye una venganza o represalia por lo que ese sector del espectro político nacional considera como el atropello de la elección de 2006.
Por varias razones jurídicas no es verosímil la propuesta de llevar a Calderón a la CPI: ninguno de los delitos que pudieran haber cometido corresponden a crímenes por los que podrían ser juzgados allí; no se puede argumentar que el sistema judicial mexicano sea “unwilling or unable” de determinar si se han cometido delitos y juzgarlos; y difícilmente se evitaría un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU por imputar a Felipe Calderón, tal y como se hizo con Gadafi.
No obstante, el empeño de los demandantes puede surtir un efecto político: obligar a funcionarios del actual Gobierno a responder, a defenderse, en su caso a contratar abogados, y a someterse a la angustia que genera la posibilidad hipotética de un juicio internacional algún día en alguna parte. Es una pesadilla, sobre todo si se contempla la opción de residir fuera del país por un tiempo (como se rumorea en lo tocante al deseo del presidente Calderón de ocupar un cargo ad hoc en la ONU sobre cambio climático).
Todo esto viene a colación por el costo ya descomunal de la guerra. Aunque el Gobierno dejó de publicar cifras hace casi un año, la prensa mexicana entrega los llamados ejecutómetros cada semana; según los más fiables, habríamos llegado a casi 45.000 muertos al finalizar 2011. Ya nadie cree, ni siquiera el Gobierno, que el 90% de los mismos son asesinatos intranarcos. Según el informe de Human Rights Watchdivulgado en México el 9 de noviembre, de los 35.000 homicidios acontecidos en el país y vinculados al crimen organizado entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, solo 1.000 habrían sido investigados por las autoridades federales; de estos solo había presuntos culpables detenidos en 330 casos, y únicamente 22 habían sido sentenciados. Ante la pregunta de quién ha investigado los otros 34.000 homicidios, funcionarios mexicanos reconocieron que eso le corresponde a las autoridades estatales, pero que en muchos casos no cuentan con la capacidad para hacerlo. La enumeración de incidentes de tortura, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, la impunidad de los responsables de estos delitos, y el rechazo sistemático del Gobierno a impulsar cambios para remediar esta situación, empieza a crear una sombra que puede oscurecer el porvenir de muchas de las personas involucradas en estos actos. Como señaló el director ejecutivo de Human Rights Watch en una entrevista al Financial Times: “Nadie acusa al presidente Calderón de haber ordenado estos abusos, pero los está tolerando gracias a una serie de políticas equivocadas”.
Aquí se juntan los elementos internos del juicio legal con los de índole externa. Se trata de hechos ya lejanos, pero por desgracia todavía pertinentes: la demanda civil interpuesta contra el expresidente Ernesto Zedillo (1994-2000) por familiares de víctimas de la masacre de Acteal en diciembre de 1997, en un tribunal federal norteamericano en Connecticut, y que aún no ha sido rechazada por el juez; más aún, Zedillo ya fue notificado formalmente de la demanda en su contra, ha contratado al bufete de abogados Wiggins and Dana y presentará su recurso de nulidad en enero, para que sea descartada la reclamación por 50 millones de dólares. Los familiares invocaron dos leyes norteamericanas (la Alien Tort Claims Act y la Torture Victim Protection Act), así como la residencia real, aunque no jurídica, de Zedillo en Estados Unidos. El juez le dio hasta el 6 de enero de 2012 para presentar un recurso de nulidad por inmunidad diplomática, y hasta marzo para solicitar el rechazo a la demanda por razones de procedimiento o de sustancia.
Es casi un hecho que Zedillo ganará el juicio; el Gobierno de Obama le otorgó al expresidente de Colombia Álvaro Uribe inmunidad como exjefe de Estado de un país aliado para fines de testimonio hace meses, y el caso de Zedillo se justifica mucho más. Según los documentos públicos del juzgado, el expresidente ya solicitó la inmunidad, y los jueces federales de EE UU suelen seguir las recomendaciones de Washington en esta materia. Pero entre que son peras o son manzanas, los abogados de los familiares de las víctimas ubicados en Miami le habrán hecho la vida muy difícil al exmandatario.
Es evidente la pertinencia del caso Acteal para los casos del Ejército, de los funcionarios civiles, y del propio Calderón. Si algunos familiares de las víctimas de una masacre de 47 personas pudieron, al término de 14 años, integrar finalmente un expediente, encontrar abogados y recursos (muchos en México se preguntan quien financia la operación contra Zedillo) y presentar una demanda de 53 páginas, ¿qué no podrán los familiares de más de 50.000 víctimas en los primeros días del siguiente sexenio? Si el entonces expresidente Felipe Calderón, o los excomandantes del Ejército o los exresponsables de las policías federales o estatales, buscan residir en EE UU, el universo de demandantes potenciales es demasiado extenso para que no vaya a suceder algo. La inmunidad diplomática de Uribe puede ser extensible a Zedillo y a Calderón, o puede no serlo.
Nadie dice que Calderón, los militares o los funcionarios civiles deban ser juzgados por violaciones a los derechos humanos en tribunales internacionales, por no hablar de las cortes mexicanas. Esa eventualidad es remota o francamente imposible. Lo que no es improbable, o más bien resulta casi seguro, es que por distintos motivos se generen intentos más o menos responsables, más o menos exitosos, de este tipo de juicios. Así llegamos al juicio moral. Es imposible demostrar una tesis contra-factual: qué hubiera sucedido si Calderón no declara la guerra en diciembre de 2006, enviando al Ejército a Michoacán, a petición del entonces gobernador del Estado, según fuentes cercanas al gobernador, sin que dicha solicitud jamás haya sido formulada en esos términos.
México ha pagado un costo enorme: casi 50.000 muertos, casi 50.000 millones de dólares de gasto adicional en seguridad, violaciones cada vez más numerosas a los derechos humanos, un desprestigio bárbaro del país en el mundo. Los resultados son magros: si la totalidad de las exportaciones de drogas desde México se dirigen a Estados Unidos, el informe de Monitoring the Future de diciembre de este año sobre el aumento vertiginoso del consumo de marihuana entre jóvenes norteamericanos nos dice que todo esto ha sido en vano. ¿Para qué puso México tantos muertos, tanto dinero, tanto deterioro de su imagen? ¿Para que en lugar de consumir cocaína, los estadounidenses vuelvan a la marihuana, al éxtasis, a la heroína o las demás drogas de diseño? Es probable que el Gobierno de México sea condenado por las urnas en el juicio político, gane el juicio legal, y pierda terriblemente el juicio moral. Es el peor de los juicios.

Sergio Aguayo - Guía para el 2012





Este año tendremos que decidir por quién votamos o si el desencanto nos empuja hacia la abstención o el voto nulo. Hay métodos que facilitan el tránsito por tan amargos dilemas.

Quienes se interesan por las elecciones de este año pueden dividirse en conversos y reflexivos. Los primeros persiguen datos u opiniones que confirmen su creencia de que lo mejor para México es la victoria de su nuevo candidato o candidata. Los reflexivos tienen dudas y están dispuestos a valorar los datos, hechos y argumentos a favor y en contra de los aspirantes. En estos últimos pienso cuando preparo esta columna.

Las decisiones se construyen con referentes que incluyen, en primer lugar, los textos académicos que dan un marco interpretativo general en el cual se pueden insertar los textos coyunturales (columnas, reportajes, entrevistas, etcétera) que van desentrañando el acontecer diario. En esos textos aparecen antecedentes sobre los candidatos y sobre lo que dijeron e hicieron o, tal vez más importante, sobre lo que dejaron de decir o hacer. Es particularmente útil conocer sus relaciones con los partidos que los respaldan, con los poderes fácticos y con diferentes grupos de la sociedad.

Las correlaciones entre discurso y realidad son particularmente importantes en un México lastrado por la profundísima corrupción de su sistema político. No hay escapatoria. Cualquier candidato termina cargando aliados incómodos. Ninguno se salva aunque siempre hay matices para justificarse.

En la izquierda que rodea a Andrés Manuel López Obrador hay personajes y organizaciones con olor a cañería. Es el caso del hermético Partido del Trabajo que hace unos días difundió un lamentable comunicado elogiando al recientemente fallecido Kim Jong Il, dictador de Corea del Norte. ¿Ese es el cambio que nos proponen? López Obrador debería hacer alguna aclaración, pero generalmente guarda silencio cuando sus aliados incómodos enseñan su verdadera naturaleza. Pareciera considerarlos un mal menor frente a las reformas que impulsará una vez llegado a Los Pinos. Las dudas son inevitables.

Enrique Peña Nieto, por su parte, tampoco reacciona ante la evidencia sobre sus alianzas con el Parque Jurásico priista o sobre la pobreza de su gestión como gobernador del Estado de México. Guardó silencio cuando se difundió hace semanas el Índice de Desarrollo Democrático de México 2011, elaborado por la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania, la Coparmex y la consultora Polilat de Argentina (Reforma, 13 de diciembre de 2011). De acuerdo con este trabajo el ahora aspirante priista dejó al Estado de México en el sitio 30 del ranking democrático, seguido, oh paradoja, de dos estados gobernados por el PRD: Guerrero y Michoacán.

Los panistas también ofrecen muchísima tela para la confección de la crítica. Son particularmente vulnerables por la relación que han establecido desde el gobierno federal con los poderes fácticos: es impresentable su relación con el sindicato magisterial de Elba Esther Gordillo, con las todopoderosas televisoras o con los mandarines del juego organizado.

De ese trío cargado de contradicciones tendremos que elegir a quien ocupará Los Pinos al final de este año. Las vacilaciones se transforman en depresiones cuando se contempla a la pléyade de aspirantes a los miles de cargos en juego. Las opciones restantes son los votos diferenciados, la anulación o la abstención pero aun así hay que blindarse de relativismo para filtrar las campañas, las declaraciones y los derrapones de quienes aspiran a los cargos.

Lo anterior se irá reflejando de una u otra manera, tarde o temprano, en las encuestas que permiten saber cómo evolucionan las intenciones del voto. Por el manoseo de sondeos de opinión en otra ocasión enumeraré criterios para evaluar encuestas. La calidad de las fuentes es un problema tan real que tienen vigencia los textos del sociólogo francés Pierre Bourdieu fustigando a los expertos en opinión pública que manipulaban las encuestas para sus propios intereses. Con bastante mordacidad los tachó de "científicos de la apariencia". Los ojos del lector tienen la carga adicional de filtrar libros, columnas, encuestas, programas y noticias para ir seleccionando aquel material que les parezca más confiable.

Ante el panorama existente mi última sugerencia sería relajarse y disfrutar lo más que se pueda un espectáculo de mediocre calidad porque ese es el estado de nuestra democracia. Serán meses intensos y cargados de pasión y nos tentarán frases pegadoras que tienen la calidad nutricional de los "productos chatarra".

Es útil recordar de cuando en cuando que es muchísimo más trascendente la redefinición de la relación entre sociedad y gobierno, aspecto que será oscurecido por las fanfarrias y los estruendos de un año electoral en tiempos de crisis. La política es demasiado importante para dejársela a los político



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/640/1279322/

Carlos Loret - Movimientos que preocupan.



Cuando hablaba de la APPO (Asamblea Popular de las Pueblos de Oaxaca), el entonces secretario de Seguridad Pública Federal, Eduardo Medina Mora, se ponía serio. Contaba que al grupo liderado por Flavio Sosa debía dársele toda la importancia no tanto por sus demandas políticas o su presencia en medios de comunicación, sino por su extraordinaria base social: eran capaces de reunir a 10 mil personas en cosa de 10 minutos en cualquier parte de la capital oaxaqueña.
En la recta final del sexenio de Vicente Fox, a Medina Mora le tocó enfrentar la crisis de gobernabilidad que generó en esa Entidad el régimen del priista Ulises Ruiz Ortiz, acusado no sólo de actos de corrupción y desvío de recursos, sino de asesinatos de opositores.
(El mismo discurso de la base social, al arranque de la administración del Presidente Felipe Calderón y la guerra contra el crimen organizado, fue con el que alertó el propio Medina Mora —ya como procurador general de la República— con respecto del narcotráfico: lo más peligroso era que en cada vez más lugares de México, a los capos la gente los protegía y avalaba).
En el conjunto de los grupos de presión social que pueden derivar en problemas de seguridad nacional, el movimiento de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, es una de las principales preocupaciones del Gobierno federal (claro, después de la prioridad que es lograr que el PAN gane las elecciones de 2012). La primera asamblea de los futuros profesores, posterior al asesinato de sus dos compañeros estudiantes en la Autopista del Sol a la altura de Chilpancingo, no reunió a más de 50 personas, y eso que ya habían llegado en su apoyo los macheteros de Atenco (Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, con su dirigente Ignacio del Valle al frente). Los discursos fueron dispersos en sus demandas, largos en su duración, aburridos en su oratoria.
Sin embargo, dos días más tarde, eran tres mil marchando por Chilpancingo. Eso reencendió las alertas. Y más aún, tras observar imágenes que recordaron de inmediato el conflicto que se devoró a Oaxaca entre 2005 y 2006: jóvenes radicales encapuchados tomando estaciones de radio y televisión. Ya sin contar que se sumaron a la protesta normalista los integrantes de la filial guerrerense de la APPO, la APPG (Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero). Y que la coincidencia de fechas es inevitable: ambos movimientos surgen en la víspera de procesos electorales de sucesión presidencial.
El peligroso potaje en que han convertido a Guerrero está como para soñar con sus playas y tener pesadillas con lo demás.
Saciamorbos
El líder histórico, sentado en primera fila de la Asamblea en el auditorio de la Escuela Normal, dormitaba durante las deliberaciones. Eso sí: machete empuñado descansando sobre el muslo.

Revelan interés de Calderón y se cae la consulta.


Después de la polémica desatada por la intención del PAN de realizar una jornada indicativa antes de la elección de su candidato, la cúpula panista ya no siguió con la discusión. Los integrantes del CEN conocieron el retiro de la propuesta, bajo el argumento de que ninguno de los supuestos que la originaron estaba vigente.
La decisión fue tomada luego de la revelación de que la propuesta de realizar una consulta indicativa se abordó, en su momento, con el Presidente de la República, Felipe Calderón; el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero y con cada uno de los precandidatos.
Luego de que Santiago Creel, precandidato del PAN, dio a conocer esta información, la confrontación entre dos de los tres aspirantes a la candidatura panista arreció.
“En su momento yo lo rechacé...no es un ejercicio democrático... altera los términos acordados de la convocatoria”.
Al respecto, Ernesto Cordero, también precandidato presidencial panista aseguró no tener conocimiento de que el Presidente de la República tratara este asunto con los precandidatos.
Josefina Vázquez Mota, tercera precandidata presidencial de este partido, había que avalaría la propuesta, únicamente, si cumplía con requerimientos como acuerdo entre los tres precandidatos y el aval de la Comisión Nacional de Elecciones.
Creel, quien mantuvo mayor oposición, explicó que la jornada indicativa era un ejercicio sesgado, que sólo convocaba a una parte del padrón de los panistas del país. “Deja fuera a 1 millón 400,000 militantes, de un padrón de 1 millón 700,000”.
Antes de que la propuesta fuera retirada Cordero dijo que le parecía “buena idea ante la dificultad de tener instrumentos de medición para saber cómo vamos los aspirantes. Nos daría el reflejo... de dónde está cada uno”.
Para Vázquez Mota “es un asunto que tiene que ver con fortalecer la unidad, la cohesión del partido, con cuidar la vida institucional, con respetar la expresión misma de los panistas”.
CONTRA RESOLUTIVO DEL IFE
Dos horas les llevó a los integrantes del CEN elaborar un exhorto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que revise y rectifique el fallo del IFE con relación a los alcances que tienen los precandidatos.

La cumbia del copete fino y los proles

ANTE LA CASI DESAPARICIÓN DE LOS MEDIOS DEL CANDIDATO DEL PRI, FORO PARALELO, EN SU AFÁN DE MANTENER INFORMADOS A LOS FORISTAS, SÓLO ENCONTRÓ ESTO 

AMLO ratifica paz con todos, pero matiza con Elba


Asegura que la lideresa del SNTE pretende adueñarse de la educación. “Busca aliarse con Peña Nieto, ahora que ve en lo que se ha convertido el PAN

El candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, aseguró en Morelos que hay reconciliación con todos, pero “se reservan el derecho de admisión” para entrar en diálogo con la presidenta nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo.

López Obrador dijo que la lideresa magisterial pretende quedarse con la Secretaría de Educación Pública y busca pactar con el aspirante presidencial priista, Enrique Peña Nieto, “ahora que ve en lo que se ha convertido y acabado el PAN”, señaló.
“Ella maneja la educación pública porque se alió a Calderón en 2006, en la elección y a cambio Calderón le dio la Secretaría de Educación Pública, pero de forma encubierta. El yerno de la maestra Elba Esther fue nombrado subsecretario de Educación Básica.”
Aseguró que en su momento Elba Esther pactó con el PAN y ahora pretende hacerlo con el PRI, “pero con nosotros no lo hará, porque nos reservamos el derecho de admisión”.

Desconoce espectaculares

El precandidato presidencial de las izquierdas llamó a sus seguidores de Morena, PRD, PT y Movimiento Ciudadano a fortalecer la unidad para terminar con la violencia en Morelos, lograr la transformación del país y ganar las elecciones.

Más en http://impreso.milenio.com/node/9089793

Rosario Mosso Castro y Enrique Mendoza Hernández -28 cárteles en México

Traficantes se reestructuran
Al final del sexenio de Vicente Fox había siete cárteles, mientras que el Presidente Felipe Calderón sólo reconoce a 11 organizaciones criminales en 2011. Jefes de matones convertidos y cabecillas, se reparten y pelean el control criminal en los 32 estados del país. Se conocen, se matan y denuncian entre sí. Como eran brazos armados, se dedican a todos los delitos: el trasiego de droga, la venta interna en los municipios mexicanos, el secuestro, la extorsión y el tráfico de personas, sin que las grandes mafias puedan controlarlos.
Los golpes del gobierno federal a los cárteles del narcotráfico han ocasionado su recomposición, admitió en mayo de 2008 el Presidente de la República, Felipe Calderón.
Efectivamente, desde diciembre de 2006, cada vez que detienen a un capo llegan tres ó 10 a tratar de suplirlo. Este efecto multiplicador ha generado la operación de células, usualmente de sicarios, que por ambición y traiciones terminan convertidas en cartelitos que se meten a la lucha por el control y la ampliación territorial del tráfico de drogas.
De las escisiones en los siete cárteles de la droga que operaban en México a la llegada de la administración calderonista en 2006, la poda les ha permitido multiplicarse en un 400 por ciento. Actualmente los gobiernos coordinados se encuentran combatiendo por lo menos a 28 grupos criminales.
Además de los cárteles grandes, reconocidos por la Procuraduría General de la República (PGR), como los Arellano Félix, el de Colima, el de Juárez, el de Sinaloa, el del Golfo, el de Milenio y el de  Pedro Díaz Parada.
Ahora las autoridades y la sociedad deben enfrentar los secuestros extorsiones, el tráfico de droga, de personas y homicidios cometidos por células de matones empoderadas:
Los Zetas
Los Matazetas
Cártel de Acapulco
Gente Nueva
Cártel del Pacífico Sur
Cártel de Acapulco
Cártel de Guadalajara
Cártel del Centro Narco
Cártel de Jalisco Nueva Generación
Cártel del Milenio
La Familia Michoacana
Los Caballeros Templarios
Los Pelones
Los Güeros
La Barredora
Los Aztecas
La Línea
En Baja California, Los Teos y grupos independientes de Guadalajara, así como Los Aboytes en el Estado de México y Los Antrax en Sinaloa, y otra serie de grupos criminales que la PGR anunció durante 2011, están a punto de la aniquilación.
Lo cierto es que de los 28 grupos de narcotraficantes registrados por ZETA, durante su “Mensaje por Motivo del Quinto Año de Gobierno”, el 8 de diciembre en Monterrey, Calderón sólo reconoció a 11 cárteles: Golfo, Zetas, La Familia, Pacífico, Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Resistencia, Beltrán Leyva, Arellano Félix, Juárez, Caballeros Templarios y Barbie.
 Baja California y el CAF
Esta atomización del crimen organizado mexicano, que ha favorecido la expansión de cartelitos, en su mayoría extensiones de los cárteles de Sinaloa, Juárez, el Golfo y Los Zetas, llegó a Tijuana.
Primero, se revela Eduardo García Simental “El Teo”, jefe del brazo armado del Cártel Arellano Félix (CAF), que en 2006 quedó a cargo de Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero” tras la captura del Javier Arellano Félix alias “El Tigrillo”.
Con apoyo de José Soto “El Tigre”, que procedía del Cártel de Sinaloa, entra el trasiego de marihuana en grande, inicia una pugna contra el sobrino de los Arellano, nacen “Los Teos”, llega del cártel sinaloense asentado en Mexicali, Alfredo Arteaga y/o Arzate; a finales de 2009, principios de 2010, gana para Sinaloa la plaza de Tijuana, convirtiéndose en proveedor de  droga de todas las células del CAF, y en una especie de concesionarias independientes del cártel encabezado por Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Además, surgen “Los Aquiles”, que operan directamente para el traficante y se abre la puerta para la llegada de otros lugartenientes de Sinaloa, como Gustavo Inzunza, “El Sergio” y Cenobio Flores “El Checo”.
Precisamente en medio de la pugna generada a partir de 2008 y ante el debilitamiento del CAF en los últimos dos años, la presencia de La Familia Michoacana se incrementó en el estado, evidenciando el aumento de capturas.
De hecho, durante el primer semestre de 2010 (ZETA edición 1877), las autoridades detectaron la presencia en Tecate de  José de Jesús Méndez Vargas, mejor conocido como “El Chango”, que tenía su centro de operaciones nada más y nada menos que en La Rumorosa. Fue detenido en Aguascalientes en junio de 2011 como líder de La Familia aliado a Los Zetas.
En la zona costa de Baja California, pagaban plaza “El Ingeniero”, pero los matones de “El Aquiles” los empezaron a matar y denunciar con las autoridades.
Otro presencia que ha destacado, es la de grupos que se dicen independientes del Cártel de Guadalajara, que también pagan plaza al CAF y operan con bajo perfil, cobijados por Manuel López Núñez “Don Balas”.
Durante 2011, sólo la Policía Estatal Preventiva (PEP) capturó a 304 delincuentes procedentes de Jalisco, Michoacán o Sonora.
Como renteros y concesionarios del Cártel de Sinaloa, por lo menos siete células que le rinden cuentas a Fernando Sánchez Arellano siguen operando en la zona costa de Baja California, encabezadas por “Pelioni”, “El Kieto”, “El Mostro”, “Chikaka”, Manuel Núñez López “Don Balas”; Mario Montes de Oca “El Mario”; “El Turbo”, “El Bibi” y Melvin Gutiérrez Quiroz “El Melvin”; además de “El Camacho” o “El Marino”.
Cártel del Pacífico o Sinaloa: Fortalecido
Considerado actualmente como el narcotraficante más rico y poderoso, Joaquín “El Chapo” Guzmán encabeza con Ismael “El Mayo” Zambada este cártel, cuya presencia fue denunciada el presente año por autoridades en Estados Unidos, Centro y Sudamérica, y Europa.
“Los cárteles mexicanos se han convertido en organizaciones trasnacionales con poder para influir en elecciones y en Estados Unidos, son la cara del nuevo crimen organizado, peor que la mafia italiana”, en tanto  Joaquín Guzmán “es el criminal más peligroso del mundo, y probablemente el más rico, con un poder insuperable para influir, corromper y matar”, fijaría este mes a la agencia informativa EFE el director de la Agencia Federal Antidrogas (DEA) en Chicago, Jack Riley.
El grupo delictivo nació a finales de los 80s, cuando Miguel Ángel Félix Gallardo repartió la ruta del Pacífico tras su captura.
Como brazos armados que posteriormente iniciaron operaciones como cartelitos, tiene a:
Gente Nueva
Luego de la muerte de “Nacho” Coronel en Zapopan, el 29 de julio de 2010 y el posterior surgimiento del Cártel de Jalisco Nueva Generación de manera independiente del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán combate al Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Zetas a través del grupo delictivo conocido como Gente Nueva.
Gente Nueva opera en Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y Veracruz, donde “El Chapo” disputa al Cártel del Golfo y Los Zetas, el control del codiciado Puerto de Veracruz y Boca del Río.
De hecho, la matanza de 35 personas en Boca del Río, el 20 de septiembre de 2011, se adjudicó (a través de firmas en narcomantas junto a los cadáveres) a este grupo.
Los Artistas Asesinos y los Mexicles
En Chihuahua, principalmente Ciudad Juárez, Noé Salgueiro, uno de los fundadores de Gente Nueva, encabezó hasta octubre pasado a los grupos de matones identificados como AA y Mexicles, que encabezan unos 20 mil jóvenes menores de 20 años, integrados a pandillas homicidas que controlan el narcomenudeo y las rutas de trasiego.
Los Güeros
Identificados desde principios del año 2000, los hermanos Rodríguez Olivera, originarios de Jalisco, operan con Sinaloa de Cancún a Texas y actualmente están boletinados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como líderes del cártel de narcotraficantes, y lava dólares.
Cártel de Juárez
Fundado por Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, es uno de los más poderosos del país. Está dedicado al trasiego de cocaína y marihuana, pero permite el paso de heroína por su territorio a cambio de cuotas de estupefacientes.
Separados de los Sinaloenses, este cártel también ha tendido sus tentáculos a lo largo del país y tiene presencia prácticamente en más de 21 de las 32 entidades federativas, a través de diversos cartelitos:
La Línea y Los Aztecas
En ciudad Juárez  son el brazo armado del Cártel de Juárez, que les ha permitido conservar la plaza criminal, integrados en su mayoría por jóvenes pandillas que, como sus enemigos  de la AA, se cuentan por decenas de miles, y operan en ambos lados de la frontera.
Los Beltrán Leyva y Cártel del Pacífico Sur
Empezaron como operadores del Cártel de Juárez. En el presente milenio se cobijaron con Guzmán Loera, pero desde 2004 empezaron a operar como semi-independientes. En 2008 se separaron del Cártel de Sinaloa porque la gente de “El Chapo” puso para su captura a Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”.
En diciembre de 2009, tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, el grupo responsabiliza a Édgar Valdez “La Barbie”, y los Beltrán quedan como cabeza de lo que desde entonces se identifica como Cártel del Pacífico Sur, grupo señalado por el homicidio del hijo del poeta Javier Sicilia.
Cártel del Centro
Formaban parte del grupo armado del Cártel del Pacífico y, al debilitarse y separarse de “La Barbie”, se independizan e integran en dos grupos que controlan la actividad criminal en el centro del país: uno encabezado por Adrián Ramírez “El Hongo”, y  José Jorge Balderas Garza “El JJ”; otro a cargo de Óscar Osvaldo García Montoya “El Compayito”, mismos que se autonombran La Mano con Ojos. Todos están detenidos, pero suplidos por otros sicarios que esperaban ansiosamente su oportunidad de, por fin, convertirse en capos.
Los Negros
Independizados de Édgar Valdez, eran un grupo de matones que hasta agosto de 2010 operó principalmente en Morelos y Guerrero, cuando su líder fue capturado.  Entonces se volvieron a dividir: Los Negros quedaron bajo el mando del suegro de “La Barbie”, Carlos Montemayor González “El Charro”, detenido en noviembre.
Cártel Independiente de Acapulco (CIDA)
El grupo armado encabezado por Isidro Juárez Solís “El Kirry”, Gilberto Castrejón Morales “Comandante Gil” y Benjamín Flores “El Padrino”, crearon el Cártel de Acapulco, identificados como responsables del secuestro y homicidio de 20 turistas michoacanos. Tienen como principal enemigo al Cártel del Pacífico Sur y La Barredora.
La Barredora
Otro grupo surgido de la división del cártel de “La Barbie”, auto-identificado como  La Barredora, encabezada por Eder Jair Sosa Carbajal “El Cremas”, Christian Hernández Tarín “El Chris” y Víctor Manuel Rivera Galeana “El Gordo”, todos capturados y suplidos a finales del presente año.
Este grupo surgió porque Moisés Montero, Carlos Barragán e Isidro Juárez Solís, intentaron matar a “El Chris”.
Cártel de Guadalajara
El original operó desde los 60s hasta finales de los 80s, encabezado por Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, repartiéndose a principios de la década de los 90s, dando origen a los cárteles que operan en el Pacífico y centro del país.
Hasta el 29 de julio de 2010, cuando lo mataron, estuvo encabezado en Jalisco por Ignacio “Nacho” Coronel; después quedó bajo el cargo de los hermanos Beltrán Uriarte. Actualmente los detenidos de esta ala del crimen organizado se identifican como independientes, pero como grupo rebelde surgió lo que se conoce como:
Cártel de Jalisco Nueva Generación
Luego del abatimiento por parte del Ejército en Zapopan el 29 de julio de 2010 de “Nacho” Coronel (líder del Cártel de Sinaloa en Jalisco), abrió paso al surgimiento del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), de la mano de Margarito Soto Reyes “El Tigre”, sucesor de Coronel.
Durante el segundo semestre de 2010, el CJNG acostumbró a poner mantas en la vía pública de Guadalajara para darse a conocer. La célula delictiva disputa la plaza de Jalisco a La Resistencia. Ha perdido a sus líderes: el sobrino de “Nacho” Coronel, Mario Carrasco Coronel “El Gallo”, asesinado el 30 de julio de 2010; Margarito Soto Reyes, detenido por el Ejército el 27 de septiembre del mismo año; el 10 de julio de 2011, fue detenido por el Ejército en Zapopan otro sobrino de “Nacho” Coronel, Martín Beltrán Coronel “El Águila”.
Actualmente Nemesio Oseguera “El Mencho”, dirige el CJNG, legado todavía de “Nacho” Coronel y algunos parientes de éste.
La Resistencia
El abatimiento por parte del Ejército en Zapopan, el 29 de julio de 2010, de Ignacio “Nacho” Coronel (líder del Cártel de Sinaloa en Jalisco) y la extradición de Óscar Orlando Nava Valencia (líder del Cártel del Milenio), convirtieron a Jalisco en zona de guerra entre el Cártel de Jalisco y La Resistencia.
A su vez, La Resistencia está conformada por el Cártel del Milenio, La Familia Michoacana y el Cártel del Golfo.
La Resistencia era liderada por Víctor Manuel Torres García “El Papirrín”, detenido el 28 de febrero de 2011 por la Policía Federal.
Actualmente La Resistencia opera en Jalisco, Michoacán, Estado de México y Distrito Federal. Es encabezada por Elpidio Mojarro “Don Pilo” y “El Melón”, y tiene como objetivo “alinear y limpiar la plaza” de la invasión de Los Zetas.
Ni el gobierno estatal panista ni el Presidente Felipe Calderón, pueden poner orden en Jalisco: 2 mil 535 ejecuciones en el actual sexenio federal.
Cártel del Golfo
El Cártel del Golfo (CG) es una de las organizaciones criminales más antiguas de México, teniendo su apogeo en los 80s y 90s, cuando era liderada por el capo Juan García Ábrego en estados como Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, principalmente. Tras su detención, el 14 de enero de 1996, Osiel Cárdenas Guillén asume el liderazgo hasta su aprehensión, ocurrida el 14 de marzo de 2003; a partir de entonces su hermano, Ezequiel Cárdenas Guillén, encabezó la organización criminal.
Durante la guerra contra el crimen organizado de Felipe Calderón, el 5 de noviembre de 2010 fue asesinado Ezequiel Cárdenas en Matamoros por elementos de la Marina. Jorge Eduardo Costilla Sánchez “El Coss” asumió el control del Cártel del Golfo.
Los Rojos y Los Metros
Luego de la separación de Los Zetas del Cártel del Golfo en diciembre de 2009, este último se quedó con dos brazos armados: Los Rojos, muy cercanos a la familia Cárdenas (Rafael Cárdenas, sobrino de Osiel y Ezequiel) y Los Metros, fieles a Eduardo Costilla.
Recientemente, el 30 de noviembre, Ezequiel Cárdenas Rivera, de 23 años, vástago de Ezequiel Cárdenas Guillén, fue detenido por la Marina en Matamoros.
Los Zetas
Extremadamente sanguinarios, originalmente eran el grupo armado del Cártel del Golfo que lideraba Osiel Cárdenas Guillén; sin embargo, de acuerdo con sicarios detenidos a la vez declarantes ante la PGR, en diciembre de 2009 rompieron con sus aliados por diferencias en el control de mercados y rutas.
Liderados por el ex militar Heriberto Lazcano Lazcano  “El Lazca”, Los Zetas disputan el control de las rutas del trasiego de cocaína proveniente de Colombia, originalmente controladas por el Cártel del Golfo.
En el enfrentamiento entre “Zetas” y “Golfos” en Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, ZETA ha documentado 4 mil 767 muertes entre 2010 y 2011; es decir, el 7.8 por ciento de ejecuciones de un total de 60 mil 420 en lo que va del sexenio del Presidente Calderón, han ocurrido en esas tres entidades.
Actualmente Los Zetas pelean no sólo por el dominio en Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, sino que se ha convertido en la segunda organización delictiva de mayor presencia en todo el país, disputando el control en casi todo el país al Cártel de Sinaloa.
Los Matazetas
Encapuchados, de facha militar, armados con “cuernos de chivo”, vestidos de negro. Se dicen llamar Los Matazetas. El grupo paramilitar surgió oficialmente a la mitad del sexenio del Presidente Felipe Calderón, en 2009, cuando una llamada anónima a las mismísimas oficinas de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) alertó: “Cancún y Veracruz ya empezamos a eliminar Zetas, porque somos ciudadanos hartos de los crímenes”. El surgimiento de Los Matazetas coincide con en el año en que el Cártel del Golfo y Los Zetas se dividieron.
Indudablemente, el hecho que marcó un parteaguas en la identificación del grupo paramilitar fue cuando, en un video subido a YouTube, Los Matazetas se adjudicaron la matanza de 35 personas encontradas el 20 de septiembre en Boca del Río, Veracruz.
El grupo paramilitar que se autodenomina “brazo armado del pueblo” o “guerreros sin rostro”, emitió en el video: “Sólo peleando en igualdad de condiciones podremos erradicar de raíz al cártel de Los Zetas. Y para ello pedimos que las autoridades que los apoyan que dejen de hacerlo… y que la sociedad confíe en que nosotros no extorsionamos, no secuestramos ni afectamos el patrimonio”.
Aseguran: “Nuestro objetivo son Los Zetas, respetamos las Fuerzas Armadas y a los poderes del Estado”.
A la fecha, misteriosamente ni el aparato de inteligencia de los estados ni el gobierno del Presidente Felipe Calderón, ha propiciado la detención de ningún paramilitar de Los Matazetas.
La Familia Michoacana
 Originalmente, desde 2006 era el grupo armado del Cártel del Golfo y Los Zetas en el estado de Michoacán para combatir al Cártel del Milenio de los Hermanos Valencia o del Milenio en tierras purépechas.
Luego que Felipe Calderón obtuvo la Presidencia de la República el 2 de julio de 2006, a un mes de tomar posesión de su cargo, en noviembre del mismo año, la organización criminal michoacana, que trabajaba para el Cártel del Golfo y Los Zetas, se independizó. A partir de entonces acostumbra a mandar mensajes a sus adversarios y a las autoridades, a través de mantas en lugares públicos de las ciudades michoacanas, aun en medio del mismísimo “Operativo Michoacán”, iniciado a la par del sexenio del mandatario nacional.
La Familia Michoacana surgió por el liderazgo de Esteban González  “El M5”; José de Jesús Méndez Vargas “El Chango Méndez”; Arnoldo Rueda Medina “La Minsa” (detenido el 11 de julio de 2009); Enrique Plancarte “La Chiva”; Servando Gómez “La Tuta” y Nazario Moreno “El Chayo” (abatido por el Ejército el 9 de diciembre de 2010). A la muerte de “El Chayo” siguió el surgimiento de otro cártel en Michoacán.
 Los Caballeros Templarios
 A un mes de la muerte de Nazario Moreno, Servando Gómez “La Tuta” y Enrique Plancarte formaron,  en enero de 2011, el grupo delictivo Los Caballeros Templarios, debido a las diferencias que éstos tuvieron con “El Chango Méndez”.
Se dieron a conocer a través de narcomantas en diversas ciudades de Michoacán, entre éstas Morelia, Zitácuaro y Apatzingán.
Los Caballeros Templarios firmaban: “A la sociedad michoacana les hacemos de su conocimiento que a partir del día de hoy (marzo de 2011) estaremos laborando aquí las actividades altruistas que antes realizaban los de La Familia Michoacana”.
Algunos de los objetivos de Los Caballeros Templarios plasmados en narcomantas, son parecidos a los de Los Matazetas: “Salvaguardar el orden, evitar robos, secuestros, extorsiones”; hecho que el gobierno del Presidente Calderón no puede asegurar en el país.
 Cártel del Milenio


En la década de los 70s, José Valencia se aburrió de sembrar aguacates para mejor incursionar en el fructífero negocio de marihuana, allá en el fértil municipio de Aguilillas, Michoacán. El cártel alcanzó su apogeo en los 80s y 90s, debido a sus nexos con el entonces Cártel de Medellín de Colombia.
Al inicio de la primera década del nuevo milenio, la SIEDO consideró al cártel como “una banda menor”, debido a la aprehensión de su líder, Armando Valencia, el 16 de agosto de 2003.
El Cártel del Milenio perdió en manos del Cártel del Golfo a uno de sus líderes, Ventura Valencia Valencia, el 17 de abril de 2007. Posteriormente, Óscar Nava Valencia “El Lobo” fue detenido el 28 de octubre de 2010 por el Ejército y extraditado a Estados Unidos el 29 de enero de este año. Finalmente, el 6 de mayo, el Ejército también detuvo a José Luis Nava Valencia, quien decía llamarse Francisco Javier Orozco Villaseñor o Víctor Hugo Nava López.
A pesar de los asesinatos y detenciones, el gobierno del Presidente Calderón no puede acabar con el Cártel del Mileno, al contrario, actualmente es liderado por Eric Valencia y Salvador Revueltas Ureña, entre otros sicarios.
 Cártel de Oaxaca
 También conocido como el Cártel de los Díaz Parada, Cártel de Oaxaca o Cártel del Istmo de Tehuantepec, fue fundado en los 80s por Pedro Díaz Parada “El Cacique Oaxaqueño”, detenido el 17 de enero de 2007 por elementos del Ejército y la Policía Federal.
Apenas el 6 de mayo, el gobierno federal anunció la captura de una mujer y dos hombres de los Díaz Panoja, familiares Pedro Díaz Parada.
De acuerdo con la PGR, el Cártel de Oaxaca opera en esa entidad y Guerrero, y sus áreas de influencia se extienden a Veracruz, Chiapas, Tamaulipas, Durango, Chihuahua y Distrito Federal.
 Cártel de Colima
Establecido por José de Jesús y Adán Amezcua Contreras a finales de los 80s, mientras todos los cárteles se entretenían con el cultivo y trasiego de marihuana y cocaína, este par de hermanos no perdió el tiempo y prefirieron incursionar, por lo menos desde 1988, en el moderno negocio de drogas sintéticas: efedrina, pseudoefedrina y fenilpropanolamina. A pulso se ganaron el mote de “Reyes del Éxtasis”. Fueron detenidos en 2004.
El puerto de Manzanillo es el principal receptor de materia prima desde Asia y Europa como antigripales para la producción de las drogas sintéticas para su exportación.
Al igual que el Cártel de Tijuana, en el que detrás de los varones de apelativo Arellano está Enedina Arellano, el Cártel de Colima es liderado por Patricia Amezcua, por cierto, hermana de José de Jesús y Adán.
Finalmente, tanto en el interior del Cártel de Sinaloa, Cártel de Juárez, Cártel del Golfo, Cártel del Milenio, Cártel de Oaxaca y Cártel de Colima, se prevén divisiones de sus brazos armados.
La tendencia es clara: células encabezadas por familiares de los fundadores de los cárteles contra brazos armados de los mismos, pero que no son sus parientes. Un ejemplo muy claro es el Cártel del Golfo: sus brazos armados, Los Rojos (cercanos a la familia Cárdenas Guillén) y Los Metros (liderados por Eduardo Costilla), son grupos antagónicos y están a punto de dividirse, por lo que se advierte que próximamente el número de cárteles aumente a más de 28 durante el último año de gobierno del Presidente Felipe Calderón.
Además de la multiplicación de grupos, las capturas tampoco han afectado el flujo de droga. El número de consumidores de marihuana de mayores de 12 años en Estados Unidos, creció de 14 millones en 2007, a más de 17 millones en 2010, de acuerdo a la encuesta nacional en ese país. En México, el porcentaje de usuarios de la hierba se cuadruplicó en los últimos 12 años, según informe presentado en febrero de 2011 por el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, al Congreso, basado en el Reporte Mundial de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que registra 3 millones de mexicanos que usan ese enervante.
Lo cierto es que, mientras el Presidente Felipe Calderón reconoce sólo 11 organizaciones delictivas, la realidad es que ZETA ha registrado ya 28 grupos criminales independientes. Es decir, si en 2006 la PGR reconocía siete cárteles y en 2011 este Semanario da cuenta de 28 organizaciones criminales, el promedio anual de surgimiento de “cartelitos” es de 4.2.
Los anuncios de divisiones criminales dejan claro que al final de su sexenio, habrá en México más de 30.