domingo, 29 de julio de 2012

Luis Carlos Ugalde - Sin "pruebas" no hay imposición

Luis Carlos Ugalde
El éxito en toda controversia presentada ante un órgano judicial se basa en dos elementos: que haya un argumento de que una ley ha sido violada y que existan pruebas para acreditar la infracción. En ocasiones hay comportamientos malignos o indeseables socialmente pero que no están sancionados por la ley y cuyos perpetradores no van a la cárcel aunque se acredite la falta (por ejemplo, la trata de personas antes de 2012). También ocurre que ciertos actos son tipificados como delitos por la ley (el homicidio doloso, por ejemplo) pero en ocasiones se carecen de pruebas para acreditarlo. Entonces el delincuente queda impune y no paga por su mal comportamiento.

El Movimiento Progresista que postuló a Andrés Manuel López Obrador como candidato a la presidencia de México ha argumentado que aunque la compra del voto o los gastos excesivos de campaña no sean causales expresas en la ley para anular una elección, su existencia podría constituir una violación a los principios constitucionales de equidad, libertad del sufragio y autenticidad de las elecciones. Y que por tanto, el Tribunal debe proceder a invalidar la elección presidencial.

Cabe recordar que en la reforma electoral de 2007, el Congreso quiso eliminar la llamada “causal abstracta” que había usado el Tribunal Electoral para anular elecciones por razones de inequidad (Tabasco en 2000 y Colima en 2003, por ejemplo) y estableció en el artículo 99 constitucional que las elecciones solo podían anularse por causas expresas en la ley. Y según la Ley del Sistema de Medios de Impugnación solo procede anular una elección presidencial cuando se presenten “irregularidades” en el 25 por ciento de las casillas o cuando el candidato ganador sea inelegible.

Esas irregularidades incluyen instalar casillas en lugar distinto al señalado por el IFE; recibir la votación en fecha distinta a la señalada por la ley; dolo o error en la computación de los votos; permitir a ciudadanos sufragar sin credencial para votar; impedir el acceso de los representantes de los partidos políticos a las casillas; actos de violencia o presión sobre los miembros de la mesa directiva de casilla o sobre los electores y, en general, irregularidades graves, plenamente acreditadas y no reparables durante la jornada electoral.

A pesar de los intentos de los partidos políticos para atarle las manos al Tribunal y evitar que anule elecciones, me parece claro y evidente que los magistrados tienen plena jurisdicción para proteger los principios constitucionales que garanticen que las elecciones sean “auténticas”. Sin embargo, el problema no es teórico sino de veracidad: ¿Ocurrieron realmente prácticas generalizadas de compra del voto? ¿Son 5 millones de sufragios corrompidos? ¿Hubo un trato desigual de los medios a los partidos durante las campañas? ¿Fueron las encuestas un medio de propaganda y esa presunta práctica esta prohibida en la ley?

Los magistrados requieren no solo argumentos teóricos o denuncias políticas, sino sobre todo pruebas que generen plena convicción de que las denuncias presentadas contienen evidencia de que hubo prácticas ilegales para poner en duda razonable que la elección haya sido libre y autentica. Y ahí está el mayor problema que enfrenta la solicitud de invalidez que ha presentado el Movimiento Progresista: que carece de pruebas convincentes, sólidas y relevantes, igual que ocurrió en 2006 con la demanda de impugnación que también se presentó en aquel año para pedir se anulara la elección.

A continuación se presentan algunos ejemplos de las pruebas dadas por el Movimiento Progresista al Tribunal Electoral:

1. Sobre la adquisición de tiempo en radio y televisión con recursos públicos – especialmente a Grupo Televisa –para publicitar la imagen del candidato Enrique Peña Nieto:

-Queja presentada ante el IFE interpuesta contra Enrique Peña Nieto, el PRI, el Estado de México y Televisa por adquisición encubierta de tiempo en radio y televisión.

-Diversas notas periodísticas que dan cuenta de la adquisición encubierta de tiempo en radio y televisión de espacios publicitarios para Enrique Peña.

2. Sobre violaciones al tope de gastos de campaña del candidato de la coalición PRI-PVEM a la presidencia:
-Queja (Q-UFRP 22/2012) presentada ante el IFE por la violación al tope de gastos de campaña.

-La documental presentada en el escrito de queja en la que se aportan indicios de que, a partir del testimonio de José Luis Ponce de Aquino, los servicios de la empresa estadunidense Frontera Television Networks fueron utilizados para encubrir la obtención, transferencia y manejo de fondos financieros para la campaña de Enrique Peña por un monto de 56 millones de dólares de procedencia desconocida.

3. Sobre la compra de votos

-Documental consistente en escrito de queja en contra de Enrique Peña Nieto por actos de presión y coacción de electores. Se denuncia entrega de tarjetas para llamadas telefónicas y de descuento en comercios, lo que vulnera el derecho al voto libre.

-Video en donde aparece la candidata a senadora por el Estado de México, María Elena Tapia, entregando tarjetas de prepago de Soriana a cambio del voto por la coalición Compromiso por México.

4. Sobre el caso Monex

Denuncia del PAN ante el IFE (SCG/QPAN/CG/132/PEF/156/2012) en la que se aportan cinco tarjetas denominadas de “recompensas” emitidas por el banco Monex.

5. Otros

-Oficio CEEM-609/2012 dirigido a la FEPADE en relación a denuncias presentadas el día de la jornada electoral en el que se señala que el IFE no tiene información sobre la jornada electoral.

-Copia simple del boletín de prensa del 3 de julio publicado por Alianza Cívica en donde se acredita la existencia de irregularidades graves y compra y coacción del voto.

Igual que en 2006, buena parte de las pruebas que ofrece el Movimiento progresista son recortes de periódico y denuncias que ellos mismos han promovido ante el IFE y otras autoridades. En 2006 el Tribunal rechazó los recortes de periódico como medio de prueba, porque muchas notas periodísticas partían de supuestos, dichos y declaraciones políticas, no de hechos probados. También rechazó copias de quejas o denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante la FEPADE, porque esas denuncias “son manifestaciones unilaterales” que, pudiendo anticipar la probable comisión de ilícitos, no son prueba definitiva de que en efecto hayan ocurrido, en tanto no haya conclusión judicial.

Igual que en 2006, muchos alegatos para solicitar la invalidez de la elección carecen de sustento documental y, en su mayoría, son enumeraciones retóricas e hipotéticas que no corresponden al formalismo legal y procesal de un tribunal. Por ejemplo, para acreditar la compra del voto se presentaron otras “pruebas”, entre ellas siete mandiles de plástico, cuatro comales, una lonchera, un brillo labial “Enrique Peña Nieto” y un perfume de bolsillo del mismo nombre.

Creo que México padece un problema creciente de clientelismo electoral y de un gasto exorbitante durante las campañas. Creo también que todos los partidos recurren a ambas prácticas y que muchos grupos y clientelas organizadas entran en intercambio voluntario con los partidos. Considero que el clientelismo electoral, ya sea compra, inducción, condicionamiento o movilización de votantes, es indeseable y demerita la democracia. Creo también que los partidos gastan cada vez más en esas campañas de tierra, casi siempre en efectivo, por lo que esos recursos son difícilmente rastreables. 

Pero también creo que castigar esos delitos requiere, primero, buenas leyes y segundo, apegarnos al marco legal vigente que exige probar los dichos y las acusaciones para que haya sanción. Grave me parece que se esté construyendo una verdad popular sobre la elección (exagerada y magnificada) y que al final del camino tengamos una verdad jurídica que poco corresponderá con las creencias populares. Desafortunadamente, sin pruebas no hay razón jurídica para argumentar “imposición”, aunque la realidad sea otra.

Leído en: http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2012/07/27/sin-pruebas-no-hay-imposicion/

Jaime Sánchez Susarrey - La hora del PAN

Jaime Sánchez Susarrey
La campaña de Vázquez Mota fracasó. Nada estaba escrito al inicio. De hecho, arrancó en segunda posición. La ventaja inicial sobre López Obrador era de 10 o 12 puntos. Pero se fue desvaneciendo. Primero, registró un empate. Y al final se situó en el tercer sitio.

No hubo, a largo de esos 90 días, autocrítica ni rectificación Sin embargo, prácticamente todas las encuestas mostraban el descenso de Vázquez Mota y el ascenso de López Obrador.

El error fue doble. Los frutos de la campaña negativa contra Peña Nieto los cosechó el candidato del Movimiento Progresista.

Peor aún. Durante dos largos meses toda la estrategia se concentró en atacar al puntero y se descuidó la retaguardia. No hubo spots ni declaraciones contra López Obrador. Era como si no existiera.

Pero además, al hacer campaña negativa y definir a Peña Nieto como "un peligro para la democracia" se adentró en los terrenos donde AMLO se mueve como pez en el agua.

Por eso no sorprende que muchos ciudadanos que fueron receptivos a sus mensajes hayan optado, al final del día, por el remedio más extremo.

¿Había otra alternativa? Por supuesto que sí. Vázquez Mota pudo haber hecho una campaña prepositiva y pudo, también, haber defendido los logros de las administraciones panistas. La estabilidad económica era y es el principal.

Pero lejos de ello, Vázquez Mota se comportó como si hubiera sido una candidata de oposición y no una funcionaría de primer nivel en los gobiernos de Fox y Calderón. Por eso la campaña no giró en tomo de los logros y carencias del gobierno federal, sino sobre las fallas del gobierno del Estado de México.

En descargo de Vázquez Mota hay que advertir que la campaña del PAN se iniciaba en condiciones complicadas. Doce años en el poder desgastan a cualquier partido en cualquier parte del mundo. Además de la espiral de la violencia y los 50 mil muertos en lo que va del sexenio.

Pero dicho esto y por lo mismo, haber arrancado en el segundo sitio constituía una ventaja estratégica fundamental. Amén de que López Obrador registraba un índice enorme de negativos. La prudencia más elemental aconsejaba consolidar el segundo sitio e impedir que AMLO repuntara.

Nada de eso se hizo y los resultados están a la vista. El tiempo no se puede echar para atrás. Sin embargo, la coyuntura actual constituye una oportunidad de oro. El PAN tiene literalmente el sartén por el mango. Puede jugar igual que el PRI en 2006 o recuperar la experiencia de 1988.

Las reformas que Peña Nieto esbozó como programa de campaña -y que ha refrendado como candidato vencedor obligan a una negociación con el PAN.
No hay otro interlocutor posible. Porque AMLO se levantará contra cualquier iniciativa -ya hasta Manuel Camacho definió la eventual reforma de Pemex como una triquiñuela privatizadora.

La oportunidad es única por dos razones. Primero, y no es lo más importante, porque el PRI y sus aliados no obtuvieron k mayoría absoluta en el Congreso. La segunda, y ésa sí es fundamental, porque sólo un presidente priista puede meter al aro a su partido.

0 dicho de otro modo, la resistencia del PRI a avanzar en las reformas planteadas por Calderón no fue efecto de una estrategia perversa, sino de algo más complejo. En el priismo hay distintas corrientes y no había forma de crear un consenso para avanzar en reformas de gran calado.

De hecho, Peña Nieto fue un critico de las limitaciones de la reforma energética que se aprobó en 2008 y su propuesta programática va mucho más allá. Y lo mismo puede decirse de la reforma fiscal.

Así que es ahora o nunca. Ponqué la realidad es que sin un presidente priista reformador, el PRI jamás entraría en esa lógica.

El problema, la pregunta, es si el PAN estará a la altura de las circunstancias y sabrá comportarse responsablemente. El bandazo que dio su presidente, Gustavo Madero, no es un buen augurio. ¿Que necesidad tenía de llevar agua al molino de López Obrador? ¿Los panistas necesitan bules para nadar?

El antipriismo rampante explica, en buena medida, la derrota en la pasada elección. Reeditarlo ahora es absurdo. De entrada, porque la experiencia histórica no miente. Los electores terminan por premiar alas oposiciones responsables. Lo hicieron con el PAN después de 1988 y lo repitieron con el PRI después de 2006.

Y eso sin mencionar la dimensión histórica. Las grandes reformas de los últimos 30 años fueron efecto de acuerdos entre el PAN y los gobiernos priistas. La enumeración habla por sí sola: las privatizaciones, el T LC, la autonomía del Banco de México, la reforma de los artículos 3 y 130 y, finalmente, la reforma del ejido.

Todas ellas, para no hablar de las reformas electorales, introdujeron a México en el siglo XXI. I -a estabilidad económica que hoy goza el país es consecuencia de esa convergencia. "La izquierda", por su parte, ha jugado siempre un papel retardatario. Y todo indica que lo seguirá jugando.

Si el PAN no actúa con altura de miras y se convierte en una oposición a ultranza, que además coquetea con la "izquierda", perderá esta oportunidad histórica Y no sólo eso. Le estará pavimentando el camino a López Obrador, que apostará al fracaso de Peña Nieto.

Y, en ese sentido, hay que entender que no-se trata sólo de una veleidad personal, sino a una convicción profunda. AMLO considera que las reformas estructurales constituyen un atentado contra la soberanía nacional. Tal como pensó cuando se aprobó el TLC y cuando se otorgó autonomía al Banco de México.

Así que el dilema es claro. Y también es claro que Gustavo Madero no es el hombre adecuado para asumir el liderazgo de Acción Nacional en los tiempos que corren.

Leído en: http://noticias.terra.com.mx/mexico/politica/jaime-sanchez-susarrey-la-hora-del-pan,3eb5b9e151ec8310VgnVCM3000009acceb0aRCRD.html




José Fernández Santillán - México: democracia y populismo

José Fernández Santillán
Con frecuencia los mexicanos nos ensimismamos para dizque tratar de entender lo que nos sucede. Tal es el caso del proceso electoral del 1 de julio y la secuela de impugnaciones y controversias a las que ha dado lugar.

Todo lo queremos interpretar mirando hacia adentro. No obstante, en lugar de seguir en esa actitud deberíamos voltear hacia afuera, más allá de nuestros confines con el propósito de enriquecer los planteamientos acerca de lo que nos ocurre. Desde este mirador observaríamos que hay ciertas pautas constantes en el área latinoamericana.

Esto se me ocurrió al recordar lo que pasó la mañana del 5 de octubre de 2008 en el XIII Congreso del CLAD en Buenos Aires, Argentina. Allí, en la sesión plenaria, al intelectual español Ludolfo Paramio presentó la conferencia "El regreso del Estado: entre el populismo y la regulación". Uno de los párrafos que alebrestó al auditorio fue el siguiente: "Desde el ascenso de (Hugo) Chávez se habla de resurrección del populismo en América Latina. Al eje populista se adscribirían los regímenes actuales de Venezuela, Bolivia y Ecuador, pero también se señalan coincidencias estructurales con los gobiernos argentinos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y afinidades ideológicas con el actual gobierno de Daniel Ortega de Nicaragua, o con las candidaturas de Ollanta Humala en Perú y de Andrés Manuel López Obrador en México".

A continuación Ludolfo señaló algunas características de la política neopopulista: el repudio a los otros partidos por considerarlos traidores a los intereses populares; la afirmación de que dentro del sistema prevaleciente no existen alternativas a los problemas del país; el hablar en nombre de una fuerza prexistente que ha permanecido fuera del gobierno en los momentos en que se acumula la frustración social; el presentarse como ajeno a la "vieja corrupción" que el caudillo resolverá apenas llegue al poder.

En la sesión de preguntas y respuestas los ánimos se caldearon aún más al grado de que aquello estuvo a punto de terminar en un zafarrancho. Las aguas, como en el Éxodo de la Biblia, se dividieron en dos: chavistas y antichavistas. Gracias a la oportuna intervención del mexicano Alejandro Carrillo Castro, y otros más que lo secundaron, esas aguas retomaron su cauce.

Valga la anécdota porque refleja lo que el neopopulismo ha producido: la polarización tanto de la política internacional del mundo latinoamericano como de la política interior en varios países del área, México incluido. El neopopulismo se presenta como una fuerza refundadora que desafía a la democracia así como a sus instituciones y leyes. De allí el ataque sistemático tanto al sistema de partidos como al entramado institucional y jurídico que lo sustenta. Quiere establecer una "democracia diferente" de contornos deliberadamente imprecisos.

El neopopulismo concibe a la política como un conflicto entre, de una parte, la vieja clase política y los intereses económicos a los que supuestamente sirve y, de otra, el caudillo y las multitudes que lo aclaman. Los que no están con él están en el error. Al estilo marxista, la misión es despertar a los enajenados. La agudización del conflicto es inevitable. No se puede permitir que se instale la "normalidad democrática".

El neopopulismo ya instalado en el mando ha concentrado el poder en la figura del líder; elimina los equilibrios y contrapesos; debilita y persigue sistemáticamente a la oposición; los derechos humanos son un estorbo.

En tanto no está en el poder el neopopulismo utiliza un doble discurso: de una parte dice ser pacífico y respetar las reglas del juego; pero, de otra parte, sus huestes hostigan a los intelectuales, periodistas y medios de comunicaciones que no le son afines. Es, para emplear otra imagen bíblica, el fariseísmo en política.

Leído en: http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2012/7/27/mexico-democracia-populismo-307437.asp

Juan Villoro - El aire clásico está en crisis


Juan Villoro

Escribo estas líneas en la isla de Naxos, en vísperas de las Olimpíadas de Londres. En 2004, los juegos regresaron a su lugar de origen, Atenas. Lo que no ha regresado son los mármoles del Partenón. Inglaterra celebra el espíritu de lo que no ha devuelto.
El mundo se une para el deporte entendido como negocio (Niké, diosa griega de la victoria, se ha convertido en una marca de artículos deportivos). Cada cuatro años, las Olimpíadas son un pretexto para hablar de paz, pero la política encuentra el modo de ensuciarlas. La Olimpíada de Munich padeció un atentado terrorista, la de Moscú fue saboteada por Estados Unidos y la de Los Ángeles por la Unión Soviética.
Grecia, país que dio nombre y cultura a un continente, juzgó que los Juegos Olímpicos de 2004 eran una oportunidad para recuperar los mármoles que Lord Elgin llevó a Inglaterra en 1804. El tema parecía resuelto desde 1982, cuando la UNESCO aprobó la petición de Melina Mercouri de que las esculturas del Partenón volvieran a Atenas. De manera emblemática, aquella conferencia se celebró en México, que algo sabe de expolios. Pero el mundo se organiza mejor para el negocio que para la equidad: la FIFA tiene más agremiados que la ONU (y le hacen caso). La resolución de la UNESCO no ha sido acatada por Gran Bretaña.
El tema enfrenta criterios irreconciliables. El British Museum argumenta que Lord Elgin, embajador inglés ante el imperio otomano, salvó piezas que de otro modo se habrían perdido.
La Acrópolis estableció un resistente canon de belleza. En forma paralela, la asombrosa invención del arquitecto Fidias despertó ánimos de destrucción. Nada más atractivo para un bárbaro o un fanático que mancillar aquello que lo supera. El Partenón fue transformado en iglesia bizantina, iglesia latina y mezquita musulmana. En 1687, bajo el dominio turco, fue depósito de pólvora y estalló por los aires. Agraviada como arquitectura, la Acrópolis se perfeccionó como ruina.
El British Museum argumenta que Elgin salvó los mármoles. Según Melina Mercouri, el más dañino expolio de la Acrópolis fue precisamente el que practicó el embajador inglés.
Los dioses griegos no llegaron a Londres como celebridades. De 1804 a 1816 estuvieron en el jardín de Elgin, expuestos a humedades que provocan reumatismo hasta a los inmortales. La demora se debió que el museo no aceptaba el precio fijado por el embajador. Los traficantes no son altruistas.
La conservación tampoco ha sido impecable. En los años treinta las piezas fueron sometidas a una limpieza salvaje. Aunque la entrada al British Museum es gratuita, eso no convierte al saqueo en una causa noble. La estatura de Elgin disminuye en comparación con la del arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, descubridor de Troya. Después de abrir la tumba de Agamenón, Schliemann escribió al gobierno griego: “Como mi único interés es el amor a la ciencia, entrego a ustedes estas piezas para que enriquezcan el legado de su pueblo”.
El gobierno británico desoyó la propuesta de la UNESCO de 1982, pero Grecia no ha perdido la esperanza de recuperar su patrimonio. Los Juegos Olímpicos de 2004 eran una buena oportunidad para relanzar el tema, entre otras cosas, porque el Partenón pertenece al espíritu olímpico. Cada cuatro años la procesión de atletas pasaba por ahí.
Con la complicidad del sistema financiero mundial, Grecia se endeudó para construir instalaciones deportivas. Como es usual, no faltaron los escándalos locales. En su novela Suicidio perfecto, Petros Márkaris narra el tráfico de influencias y las estafas perpetradas a la sombra de los Juegos Olímpicos.
El fuego de los héroes volvió a Grecia. Ocho años después el país es estrangulado por la banca europea. Cada dos o tres meses, Angela Merkel regaña a los griegos por incumplimiento. La ilusión de una Europa unida ha dado lugar a una Europa desigual.
Viajé a Grecia en compañía de unos amigos catalanes. Ayer se les descompuso el aire acondicionado y el recepcionista del hotel les dijo: “¡Grecia en crisis, España en crisis, aire en crisis!”.
Las playas de Naxos no dejan de llenarse de turistas. Bruñidos por el sol, ocupan por unos días el territorio de Aquiles, el héroe que no usaba bloqueador.
Mientras tanto, en el British Museum, los dioses prosiguen su coloquio. Zeus, Júpiter y Poseidón se preguntan si volverán a casa. Durante los juegos de Londres, el espíritu de Grecia arderá en el pebetero. Mientras tanto, el aire griego está en crisis. El país que creó la sátira, la comedia y la tragedia se apresta a vivir todos estos géneros.
A propósito de la presión que los países ricos ejercen sobre Grecia, Günter Grass escribió el poema “La vergüenza de Europa”. Ahí dice: “País condenado a ser pobre/ cuya riqueza adorna cuidados museos”, y concluye: “Sin ese país te marchitarás, Europa, privada del espíritu que un día te concibió”.
 Leído en: http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=106843

Beatriz Pagés - Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera


Beatriz Pagés

Miguel Angel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal electo, declaró que trabajará con el próximo presidente de la república —“se llame como se llame”— y que no tendrá objeción alguna en aparecer a lado de Enrique Peña Nieto.
El ex procurador de justicia de la capital del país lanza de esta manera una importante señal vanguardista de civilidad política que responde, no sólo a la necesidad  y al reclamo nacional, sino a una tendencia de reconciliación que comienza —en forma incipiente— a tomar forma en diversas esferas internacionales.
La posición de Mancera confirma también que la relación entre el presidente de México y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, la entidad más poblada del territorio y donde se asientan los poderes federales, no puede estar marcada por el conflicto, la ruptura o el desconocimiento, como sucedió durante una parte del sexenio de Marcelo Ebrard.
Los costos de que el “gobernador” del Distrito Federal no acepte sentarse a trabajar con el titular del Ejecutivo federal lo pagan cada uno de los 9 millones de habitantes que viven en la ciudad y los 20 millones que se asientan en la zona metropolitana del Valle de México.
Lo pagan no sólo en falta de servicios, por la ausencia de acuerdos en materia de presupuesto, sino en términos de presión política. La capital del país es, paradójicamente, la entidad menos democrática del territorio nacional. La paz y convivencia, e incluso sus libertades, han sido secuestradas por el mismo partido gobernante que critica en otros tradiciones y prácticas autoritarias.
Uno de los grandes retos de Mancera será, sin duda, la democratización del Distrito Federal, cuyo gobierno, delegaciones y Asamblea Legislativa han permanecido desde hace varias décadas en manos de un solo grupo político.
La formación jurídica de Mancera, el trato suave y respetuoso que lo caracteriza, seguramente le permitirán reconstruir el tejido social de la capital. Roto no sólo por razones de inmensa pobreza, sino porque la cultura del odio y  resentimiento, el maniqueísmo exacerbado que hoy se expresa en forma de marchas por las principales avenidas han hecho de la antigua Tenochtitlan una caja de Pandora del desencuentro y la división nacional.
Muchos mexicanos esperan que Mancera tenga la capacidad, la fuerza y el talento para colocar las semillas de una cultura política diferente, inspirada en una auténtica modernidad democrática, donde las divergencias se resuelvan civilizadamente, sin azuzar a la violencia y  cuyo próximo horizonte sea la reconciliación del país.
La nueva democracia tiene que estar sustentada necesariamente en una filosofía contraria a la del eje del bien contra el eje del mal, desprendida de posiciones fanáticas y  concentrada en buscar puntos de encuentro. Esta nueva tendencia comienza a ser defendida por destacados intelectuales, cuya intervención será determinante para resolver, a partir de nuevos esquemas, viejos conflictos internacionales.
Es el caso, por ejemplo, del antiguo diferendo limítrofe entre Chile y Perú, dos países que se disputan un área de más de 35 mil kilómetros cuadrados del Pacífico, que ha sido causa de una permanente e insuperable guerra política y militar desde 1879, y en la que Bolivia exige salida al mar.
Jorge Edwards, Premio Cervantes y embajador de Chile en París, y Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura,  presentaron en Madrid una carta abierta en la que llaman a sus respectivos países a terminar con el “resquemor mutuo” que arrastran desde hace siglos y que ha tenido serias consecuencias para la unidad latinoamericana.
Un ejercicio similar debe llevarse a cabo en la ciudad de México. Si la llamada sociedad civil, si los intelectuales y académicos han sido convocados en diferentes ocasiones para denunciar prácticas anticonstitucionales y antidemocráticas, hoy es imprescindible que los capitalinos se organicen para exigir se ponga punto final a la violencia política y verbal entre gobiernos de diferente signo partidista.


María Amparo Casar - La parálisis política en los procesos electorales

María Amparo Casar
NOTA DEL EDITOR: María Amparo Casar es licenciada en Sociología por la UNAM; maestra y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la University of Cambridge, King's College; catedrática e investigadora del Departamento de Estudios Políticos del CIDE; columnista en el diario Reforma; miembro de los comités editoriales de la revista Nexos y el Fondo de Cultura Económica, y colaboradora en espacios de análisis como el programa Primer Plano de Once TV México.
Las opiniones de los colaboradores y los usuarios de ADNPolítico.com no representan el punto de vista de este sitio ni el de Grupo Expansión.



No sé si a ti, pero a mí me parece que el país lleva un largo tiempo en una especie de parálisis de la que no emergerá hasta el próximo 1 de diciembre o, si corremos con suerte, el 5 de septiembre.
Eso de que se redujeron las campañas no solo para hacer menos cara a la democracia sino también para hacerla menos improductiva, resultó un cuento chino. Nos dijeron que había que acortar los tiempos para competir y disentir y alargar los tiempos para acordar y pactar, pero lo que vemos es que México lleva más de un año centrado en los procesos y conflictos electorales y trabajando a medio gas -si acaso- en las cosas que realmente importan.  A ese año va a haber que agregarle otro medio hasta que el nuevo presidente asuma el ejercicio del poder.
Y está bien que las elecciones importen, pero un país no puede darse el lujo de quedar paralizado durante tanto tiempo con motivo de un cambio de gobierno.
Fíjate: las labores en el Congreso y los acuerdos entre las fuerzas políticas pasaron a segundo plano desde que a mediados del 2011 el PRI decidió retirar su apoyo a la reforma laboral por miedo a que su aprobación afectara tanto el triunfo de Eruviel Ávila en el Estado de México como la candidatura de Peña Nieto.
De las reformas fiscal, educativa, y de radio y televisión, ¡ni hablar! Cada una podría tener tan profundos como inconvenientes impactos políticos. Desde entonces toda decisión ha pasado por el tamiz electoral: vino el arranque formal de la competencia en octubre del año pasado, después los dos meses de precampaña, el periodo de silencio y los 90 días de campañas.
No contentos con 9 meses de improductividad política, ahora tendremos otros 2 meses para litigar ante los tribunales el resultado electoral. Los mexicanos no sabremos, con la certeza jurídica que el caso amerita, quién será Presidente de México sino hasta el 5 de septiembre. 
En esas condiciones, ni hablar de acuerdos. Y, ¿después? Pues después nos daremos el lujo de abrir otro largo periodo de improductividad en el que otra vez lo que importará serán los reacomodos de poder y no los acuerdos para crecer.
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CACAROOOO!!! PRIMERA FUNCIÓN

La cicatriz
1948
País: USA
Director: Steve Sekely



Sinopsis 
Tras salir de la cárcel, John Muller (Paul Henreid), un astuto criminal con estudios en medicina y psiquiatría, decide recuperar el tiempo perdido y dar "el gran golpe" asaltando junto con un grupo de amigos un conocido club de juego propiedad del implacable mafioso Rocky Stansyck,  el cual logran concretar pero son descubiertos y sentenciados a muerte por el capo. Para ocultarse John Muller se ve obligado a desempeñar un aburrido trabajo de oficina, donde será confundido con el Dr. Bartok, prestigioso psquiatra, debido a su asombroso parecido. Muller tratará de aprovechar la ocasión para desaparecer suplantando la personalidad del doctor. Para ello, deberá autoinflirgirse una herida que le deja una cicatriz idéntica a la del conocido psiquiatra...

Realmente una excelente película inmersa en una atmósfera agobiante, sórdida donde sus protagonistas viven en una especie de cárcel siendo prisioneros de un destino al que intentan enfrentar de la mejor manera posible para tratar de escapar de la trampa existencial en la que se sienten acorralados, surge un romance redentor entre Muller y la recepcionista del Dr. Bartok (Joan Bennett) donde se barrunta la posibilidad de redención en Muller. Exelente descripción novelada de lo que es una personalidad psicopática.





CACAROOOO!!! SEGUNDA FUNCIÓN

Boogie el aceitoso
(2009)
País: Argentina
Director: Gustavo Cova

SINOPSIS:
Boogie, el aceitoso” es un producto argentino, hijo del costado más escéptico del humanista Fontanarrosa  que apareció por primera vez en 1972, en la mítica revista Hortensia, que recopilaba todo el humor de la época. Inversamente a lo que pasó con otros personajes más ingenuos, las historias de este asesino a sueldo, racista, sádico y machista no han perdido vigencia, algo que él mismo se encarga de aclarar en su autopresentación: “Puedes cambiar de paisaje o de jungla, siempre habrá alguien a quien darle duro”.

Formado en la escuela de las malditas guerras que desangran a los países subdesarrollados, este mercenario lleva al extremo los lugares comunes de un bastardo: sólo confía en sí mismo, la única verdad en que cree es la de su pistola Magnum y el dinero es su solitario objetivo.

Con una estética afín a la comedia negra y referencias al cine de gangsters, bélico, policial, e incluso al western, el argumento de la película que lo tiene como protagonista está hecho a su medida. Un jefe mafioso depende, para no ir a la cárcel, de que el único testigo no se presente a declarar en su contra. Como Boogie exige por la tarea de aplastar al testigo una suma considerada excesiva por los asistentes de “il cappo”, contratan a otro criminal más joven y con tácticas novedosas. Cuando el viejo matón boogie se entera de que lo han reemplazado, inicia una serie encadenada de sucesos para demostrar que sigue siendo el mejor y el más fuerte.







UN POEMA DE:

Jaime Sabines.
(1926-1999)


LA LUNA.



La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.









Mario Benedetti - La noche de los feos

Mario Benedetti
(1920 - 2009)
La noche de los feos


Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.

Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.

Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.

Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura.

Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal.

Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.

La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.

La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo. 

Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.

"¿Qué está pensando?", pregunté.

Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.

"Un lugar común", dijo. "Tal para cual".

Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo.

"Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?"

"Sí", dijo, todavía mirándome.

"Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida."

"Sí."

Por primera vez no pudo sostener mi mirada.

"Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo." 

"¿Algo cómo qué?"

"Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad."

Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas. 

"Prométame no tomarme como un chiflado."

"Prometo."

"La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?"

"No."

"¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"

Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata.

"Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."

Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico.

"Vamos", dijo.


No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.

Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron.

En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso.

Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.

Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.

Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble.




Leído en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/benedett/mb.htm

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