domingo, 8 de enero de 2012

Federico Berrueto - 2012, mejor que 2006


Para una mejor democracia se requiere una ciudadanía exigente y activa. Pero es una tontería que se pretenda hacer de cada voto un ejercicio exquisito de análisis sobre lo que hacen y dicen los candidatos. Además, los electores entienden con más generosidad los rasgos de la condición humana, así sean los errores de Peña Nieto, la intransigencia de AMLO o la paciencia de Josefina.



Analistas hablan sobre lo exiguo de la caballada en 2012 y de las insuficiencias de las campañas. Lo primero no es cierto y lo segundo es precipitar conclusiones. Son varios los signos de riesgo, pero ninguno pone en entredicho la normalidad de las elecciones y las campañas. El crimen organizado es el factor mayor de genuina preocupación; su carácter disruptivo genera temor en los ciudadanos y alerta en las autoridades, pero no impide que los comicios tengan lugar en forma. Su presencia en la financiación o intimidación de candidatos debe inquietar, pero esto no es tarea del IFE, sino del esquema de colaboración entre el gobierno federal y los partidos políticos.

Acotado lo que pueda hacer el crimen organizado y las acciones preventivas del Estado mexicano, los problemas son los de siempre; el mayor, la parcialidad de las autoridades. Aún así, al menos para el nivel local, las elecciones de gobernador revelan que la voluntad ciudadana prevalece frente a las prácticas más primitivas y autoritarias. El balance de la democracia electoral es positivo, aunque no es ajena a insuficiencias.
El IFE se ha consolidado como estructura eficaz para la organización de las elecciones. La presidencia del consejo no tiene la lucidez y el prestigio de las anteriores, pero el conjunto del órgano supremo lo hace confiable, más por la acertada designación de los últimos tres consejeros. El Tribunal Electoral también es una instancia confiable, a pesar de la muy discutible decisión de anular los comicios de Morelia. Los problemas más graves y serios que encaran las autoridades electorales tienen su origen en la mala legislación electoral.

Las opciones de 2012 serán mejores que las de comicios anteriores. Es superficial evaluar aspirantes a partir de lo que están haciendo ahora. Los reflejos para la reacción inmediata son dignos de juicio, pero no dan para sentencias concluyentes de lo que cada cual es. Tampoco la propuesta. Lo más importante sobre los candidatos, la prueba de ácido, es lo que han hecho cuando han tenido poder, cuando han gobernado.
Es positivo que haya exigencia temprana y rigurosa sobre los candidatos: a Peña Nieto le ha costado los tropiezos de inicio, pero su fortaleza se deriva de un buen desempeño en el gobierno de la entidad más poblada del país y de cumplir lo que promete: la eficacia es su divisa. López Obrador fue buen gobernante de la Ciudad de México; remitirse a él por la intransigencia después de la elección de 2006 es un exceso: la moderación y prudencia de ahora se remite a la que caracterizó a su gobierno; lo suyo es la congruencia y la sensibilidad social. Las baladronadas y desplantes de Cordero contradicen la imagen de inteligente seriedad y sobriedad como funcionario, de allí las dificultades de hoy para concitar apoyo y entusiasmo. Josefina Vázquez Mota ha tenido una trayectoria ejemplar y su proselitismo ha sido consecuente, por ello los mejores resultados han sido para ella. Absurdo que Creel la responsabilice por lo que no ha hecho el Congreso. Lo cierto es que el mejor argumento para ganar el voto es lo que los candidatos han hecho, no las promesas fáciles ni las ingeniosas campañas publicitarias.

Para una mejor democracia se requiere una ciudadanía exigente y activa. Pero es una tontería que se pretenda hacer de cada voto un ejercicio exquisito de análisis sobre lo que hacen, dicen y proponen los candidatos. Los ciudadanos ven mucho más que eso y su juicio es más riguroso y complejo que el de muchos sesudos analistas. Además, los electores entienden mejor y con más generosidad los rasgos de la condición humana, así sean los errores de Peña Nieto, la intransigencia de López Obrador o la paciencia de Josefina. La realidad es que existen mejores condiciones para una contienda con un elevado piso de civilidad y honorabilidad entre los contendientes, aunque en el PAN todavía falta saber quién será su candidato o candidata.

También en el Distrito Federal el proceso está en curso. Al igual que en lo nacional, se perfilan opciones de excelencia: Beatriz Paredes por el PRI y Miguel Ángel Mancera por el PRD. De Beatriz Paredes habla su experiencia y su honestidad. Algunos la remiten al viejo PRI; sin embargo, casi nadie con esos años en la política resiste el examen de probidad de ella. Mancera ha marcado distancia del clientelismo; ha sido un buen procurador y es muy probable sea el candidato de la izquierda. El PAN, ahora en un muy bajo tercer lugar, está obligado a arriesgar con una opción joven. Tiene de donde escoger.

La exigencia de buenas campañas no debe anteponerse a lo fundamental: buenos políticos, probados por lo que han hecho, no por la seducción de lo que dicen y hacen. Las elecciones de 2012 serán mejores que las de 2006.

Leído http://impreso.milenio.com/node/9091215

Sorpresiva Inauguración de la Estela de Luz para evitar protestas.

A través de las redes sociales, los ciudadanos habían convocado a una manifestación mañana por la tarde, con velas, para así convertir a la torre de cuarzo y acero en un monumento a las miles de víctimas civiles durante la guerra emprendida por el Presidente Calderón contra del narcotráfico.
http://www.animalpolitico.com/2012/01/calderon-se-adelanta-a-protesta-inaugura-hoy-la-estela-de-luz/


La inauguración en medios internacionales:

La inauguración de la Estela de Luz, realizada este sábado de manera sorpresiva –a los reporteros se les informó unas cuantas horas antes– aunque se suponía que debía estar listo para el 2010 del bicentenario de México, le ha dado la vuelta al mundo. Y no por las buenas razones. Desde The Washington Post hasta diarios asiáticos, publican información de AP, Reuters, EFE y otras agencias en el mismo tono:

La inauguración fue casi un año y medio tarde, muy por encima del presupuesto, y con olor a corrupción.

 “Algunos mexicanos han sugerido que la torre de luz de cuarzo vestidos de ser considerado ‘el monumento a la corrupción’. Cuesta casi se triplicó, pasando de 400 millones de pesos a más de mil millones (equivalente a las tasas actuales de alrededor de $ 75 millones), y los auditores encontraron que el 95 irregularidades en la contratación que resultó en cargos criminales contra al menos cuatro empleados públicos”, dice la nota del Post, enviada por la agencia AP.

“Se suponía que debía haber estado listo el 15 de septiembre de 2010, para las celebraciones del bicentenario del inicio del movimiento de la Independencia de 1810”, agrega.

“Va a ser recordado como un ejemplo de robo y el gasto incontrolado”, dijo el dentista Francisco Ponce, de 40 años, quien salió a ver la inauguración. “Será recordado como un monumento a la corrupción”.

“Lo peor es que ni siquiera es mexicano”, dijo Ponce, citado por el Post.

Las columnas de acero inoxidable tuvo que ser importado de Italia, los paneles de cuarzo de Brasil y un sistema de iluminación especial hecho por una compañía de propiedad alemana, recuerda la nota de la agencia AP que publican varios medios.

Más en http://www.sinembargo.mx/08-01-2012/114560 


VIDEO  DE UN CIUDADANO SOBRE LA ESTELA DE LUZ




VISITA LA ESTUPENDA COLUMNA DE MAAVBE84 SOBRE LA ESTELA DE LUZ


LA ESTELA DE LUZ, MONUMENTO A LA CORRUPCION PANISTA.

El pasado viernes, la empresa Triple iii entrego la estela de luz, monumento conmemorativo del bicentenario de la independencia y de la Revolución, 15 MESES DESPUES DEL TERMINO Y CON 600 MILLONES MAS DE GASTO.

El domingo pase por Reforma, la vi y pensé, que  nadie en su sano juicio puede afirmar que esa cosa, vale 1,000 millones de pesos, ni la mitad, es más,  un país tan desigual como el Mexicano no merece un monumento que cueste tanto, ni juegos pirotécnicos de millonada, merece escuelas o hospitales, me vino a la cabeza aquel ataque mediático que por años ha sostenido la derecha mexicana contra la construcción del segundo piso, en el gobierno de AMLO, pero al día de hoy, ahí está, totalmente funcional, usado por millones de mexicanos, efectivamente, no soluciona el problema del tráfico, pero sirve por lo menos a cientos de miles de personas cada día como  vía alternativa, un bien común pues, a diferencia del segundo piso de Peña Nieto, que va vacio, por la simple razón que lo cobra y bastante caro. Comparo el escándalo mediático, de la exigencia de transparentar los recursos destinados a la obra capitalina, responsabilizando directamente a Obrador, con la casi nula cobertura de ciertos medios sobre la responsabilidad directa del titular del gobierno federal con la estela de luz.

Por ley, el presidente de la republica,  fue el presidente de la Comisión organizadora de los festejos del bicentenario, la cual delego en varias ocasiones comenzando por Cárdenas hasta llegar a Lujambio, los primeros renunciaron, llama la atención la renuncia de Tovar y de Teresa, otro ex priista, yerno de López Portillo, que lo hace en el 2008, al parecer por pugna del control presupuestal, pues llega José Manuel Villalpando César, que había estado con Tovar y de Teresa, renunciándole, para posteriormente ser designado directamente por Calderón, amigo cercano, los dos egresados como abogados de la libre de Derecho, con el pleno aval de Vázquez Mota, en ese entonces la jefa de Villalpando, con este se da el primer acto de corrupción de la obra, no me refiero al concurso arquitectónico, me refiero a violar la ley, al no licitar la  construcción del monumento, que por monto debía haber sido licitada de acuerdo a ley de adquisiciones,, IMPLICANDO UNA FLAGRANTE VIOLACION A LA LEY 


A manera de derecho de réplica, el Presidente Calderón y su justificación sobre el monumento.  (Min. 8 con 32 seg)



Un cartón alusivo





Rafael Cardona - Patrones, tradiciones y rupturas


Lo gritaban por las calles hasta secarse la garganta. Por eso lo supimos.

Como el pueblo, la izquierda unida jamás sería vencida. Pero todo se les iba en la proclama, el verbo andariego, la marcha, el mitin, la protesta. Poco dejaban para la construcción.

Y de pronto ‒al menos para los fines electorales de la democracia burguesa, como se le decía antes durante las radicales madrugadas de la gestación revolucionaria‒, la armonía hizo su aparición. Junto a ella descendió de las alturas pendencieras el Mesías del amor democrático y quizá por su templanza y madurez política, todo se resuelve ahora con formas educadas.

‒Cómo no, compañero, pase usted, de ninguna manera, ¿cómo va a ser?

Y formados todos en la disciplinada fila resuelven primero la candidatura presidencial mediante una encuesta en la cual nadie podría creer, pero cuya invocación fue suficiente para entregarle a Marcelo Ebrard la salvaguarda del orgullo, y después fueron arrancando uvitas al racimo hasta dejar en la lista real de los aspirantes al gobierno de la ciudad a la diputada Alejandra Barrales (primero las damas) y al casi apolítico Miguel Ángel Mancera habilitado en la militancia perredista al cuarto para las doce, pero habilitado al fin de cuentas.

Y todos aceptan y todos callan y todos tienen un discurso similar de untuosa resignación.

‒He considerado reconsiderar mi consideración inicial pues considero inconsistentes los apoyos y ante las posibilidades ya consideradas anteriormente, pongo a su consideración mi humilde decisión de hacerme a un lado y ya sabe usted compañero a partir de ahora considere usted mi entera disposición de servirle desde cualquier posición en la cual usted considere útiles mi aportación, concurso, empeño y compromiso…

Y así se disciplinan hasta los insumisos tradicionales. como por ejemplo el gran Porfirio Muñoz Ledo a quien la trayectoria ya no le permite seguir en aquellos trotes rijosos con los cuales soltó ventoleras memorables, pues ha transitado por todos los desiertos y todas las coloraturas de la voz política, y ahora, sólo ahora, puede cantar en el coro de las resignaciones.

Pero sin duda la “declinación” más notoria en todo este proceso ha sido la de Mario Delgado, a cuya figurita de barro no fue posible insuflarle vida ni con el repetido soplo de la divinidad. Hartos esfuerzos hizo Marcelo Ebrard por llevarlo a las alturas pero el globo nunca se elevó y la aerostática intención se vio frustrada como les ocurría a los imitadores mexicanos de Von Braun quienes intentaban lanzar al espacio cohetes siderales desde el mítico Cabo Nopal, traducción cactácea de aquel Cabo Kennedy del siglo pasado.

Y como se dice a veces, a otra cosa mariposa; mientras, un tercero en concordia (no se advierten signos de discordia), Carlos Navarrete, usa sus bien cultivadas dotes de rollero profesional para explicar en sucesivas entrevistas cómo se va a comportar si pierde y muy poco para proponer cosas serias cuando gane, pues desde ahora se exhibe dispuesto a sumarse al proyecto vencedor una vez concluido el proceso cuyo anuncio se espera para la primera quincena de este primer mes, lapso en el cual Barrales y Mancera deberán caminar con pies de plomo en el jabonoso suelo de las horas previas.

Por no dejar Gerardo Fernández Noroña se apunta para la final, pero lo suyo no parece cosa seria como tampoco se podía tomar como asunto trascendente la inscripción de Benito Mirón Lince (quien se baja sin haberse subido), Laura Velásquez o Alejandro Rojas, lo cual ya era de chiste.

Marcelo Ebrard tiene bien controlados los hilos de la sucesión y las tradiciones perredistas comienzan a romperse o a modificarse.

Obligado por las circunstancias. Marcelo no pudo usar la Ciudad de México como peldaño para una candidatura mayor, tal hicieron en su momento Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel, lo cual provocó ‒se diga cualquier otra cosa‒, una regresión antidemocrática: cuando los jefes de gobierno, electos salían, repetían la vieja figura constitucional y designaban a un jefe político llegado al cargo con un solo voto, exactamente como cuando el DF no era una ciudad sino un espacio para gestión administrativa de un departamento burocrático.

Así se hicieron los gobiernitos fugaces de Rosario Robles y Alejandro Encinas cuyos resultados caben en un pañuelo. Y un pañuelo chico.

El viejo anhelo de una ciudad gobernada por quien los ciudadanos hubieran escogido, se diluyó dos veces con el dedazo convenenciero de los jefes anteriores para dejarles el cierre a sus respectivos incondicionales. Y habría ocurrido de nuevo si AMLO no le pone enfrente un muro a Marcelo.

Pero por angas o mangas el proceso no se repitió. Ebrard se quedó como árbitro en la designación de un candidato y ahora juega como tahúr de feria y les pregunta a todos, ¿dónde quedó la bolita? Mientras, sobre una mesa con paño amarillo, mueve en círculos las tres cáscaras de nuez.

Días tensos les esperan a Alejandra y Miguel Ángel.

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Se ha dicho tanto y en tantos tonos como para no insistir ya más en la penosa historia en torno del monumento más criticado en la historia de México: la Estela de luz. Ya no tiene sentido ‒ni originalidad‒, hablar del costo excesivo e inútil ni mucho menos querer indagar cómo, bajo cuál interés público, una convocatoria fue groseramente incumplida y distorsionada hasta lograr que un arco se transformara en un doble rectángulo.

Eso ya es cosa sabida y juzgada. Y en ningún caso para bien.

La alta burocracia acudió con la cara dura a la repentina inauguración del enorme lampadario y todo transcurrió de noche (de día no luces las luces) digna del olvido. Como si nada hubiera ocurrido mientras la asistencia controlada aplaudía el luminoso cromatismo como si se tratara de un momento sublime.

Quizá lo único útil ahora sea apreciar y calificar el resultado final. La célebre estela es un esperpento. Lo primero equivocado es su ubicación. Demasiada altura para el espacio donde se asienta, sin perspectiva natural para apreciarla.

Junto a la Torre Mayor parece una goma de borrar o una lápida perdida en un jardín. Su tiesura y falta de gracilidad contrastan de manera ríspida con el edificio art decó de la Secretaría de Salubridad del cual es vecino. Cuando se termine el rascacielos bancario de Lieja y Reforma, perderá el escaso aire en uno de sus costados.

Cuando la estela está apagada no tiene atractivo ninguno. Se hizo un monumento nocturno, insignificante en las horas de mayor circulación de personas. Es como una enorme persiana de piedra cuyos cantos permiten ver una compleja maraña de tubos cuyo destino previsible es la herrumbre. Así detallada, tiene la apariencia de algo no terminado.

No tiene los elementos rotundos de pieza sólida como los de la escultura de Luis Barragán, El Faro del Comercio, en el centro de la Macroplaza de Monterrey, evidentemente copiada por el arquitecto Pérez. Con esto se comprueba una vez más, no valen lo mismo creación e imitación.

Y el arquitecto Pérez Becerril, autor de la estela es un arquitecto (al menos en este caso) sin talento excepto para la copia descarada.

La zona ajardinada y su conexión con el paseo de Los Leones, cuyo remate es el Altar a la Patria, quedaron mutiladas después del controvertido proyecto malogrado desde el principio. La estela quedó como arrumbada en un rincón. De cerca abruma; de lejos, se pierde.

Quizá el dictador Porfirio Díaz tenía muchos pecados, pero su sentido de la grandeza en nada se parecía a esta política ratonera. De la majestuosidad inflamada del Centenario, caímos irremediablemente en la codicia rastacuera del Bicentenario. Pero a lo mejor hay en el horizonte cercano una impensada similitud.

Pocas semanas después de la inauguración del Monumento a la Independencia, el Plan de San Luis inició la revolución cuyo resultado fue el confinamiento de la derecha por casi setenta años. Ahora, meses después de encender la “lámpara maravillosa” del Bicentenario, el Partido Acción Nacional podría subirse a un nuevo Ipiranga.

Entrevista a López Dóriga- Ni me presionan, ni me dan línea


Los medios de comunicación son medios… punto!, y no deben aspirar a más. No son autoridad, ni jueces, fiscales o árbitros


Los medios de comunicación son única y exclusivamente eso y el poder que dan solamente marea a los pendejos”, dice en entrevista Joaquín López Dóriga, conductor del noticiero de televisión con mayor audiencia en el mundo de habla hispana.

Su trayectoria periodística inicia durante el movimiento estudiantil del 68 a la edad de 18 años y como reportero del periódico El Heraldo de México; dos años más tarde Jacobo Zabludovsly lo invita incorporarse al noticiero 24 Horas en donde se destaca como enviado de guerra en Vietnam, Medio Oriente y Bangladesh. En repetidas ocasiones a recibido el Premio Nacional de Periodismo. En 1978 fue designado director general de noticieros de canal 13 y conductor del noticiero Siete Días, compitiendo con su amigo y maestro Jacobo Zabludovsky.

Lo entrevistamos minutos antes de entrar al aire, en el pasillo que conduce al estudio “D” de Televisa Chapultepec. “La mera verdad, cada vez que voy al aire me sudan las manos y me dan ganas de hacer “pipi”, la tele impone un chorro”.

-¿Como te va en la vida?
-¡Uta!, me va de pelos, me siento muy, pero muy contento.

 -¿A lo mero macho, sientes mucha responsabilidad hablar cada noche?
-Creeme que es una enorme carga y responsabilidad pero la tomo con el respaldo de este gran equipo de trabajo y de quienes están a la cabeza de Televisa.

 -¿Lo dices de corazón o es un cumplido para quedar bien con tu jefe Azcárraga?
-Momento, yo no soy hipócrita. Sin la ayuda de este gran equipo no podría hacer esto, para que funcione un noticiero de televisión, el conductor es lo que menos importa.

 -¿La silla que haces girar cada noche lo haces para disipar la sombra que dejó Jacobo Zabludovsky?
-Ja, ja, ja, para nada, además, en la noche las sombras no existen.

 -¿Entonces, cómo lograste imponer tu estilo personal?
-Simplemente hago lo que tengo que hacer basado en la importancia de la noticia y en la calidad periodística de cada historia.
  
-¿Existe una auténtica política de comunicación social del presidente Calderón? ¿Recibes línea o ya te acostumbraste a ese tipo de presiones?
-A mí, ni me presionan ni me dan línea. Debo reconocer que el presidente Calderón es muy aguantador tanto para las críticas como para las bromas.

 -¿Es decir, el que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta?
-Por supuesto que el que se ríe se lleva. “La línea” en el actual gobierno no existe…

 -¿Golpes de pecho para decir que no manipulas la información?
-Quien diga que manipulo la información no solamente me falta el respeto sino al público en general. Si alguien es verdaderamente profesional para ver televisión en México es la misma gente, detecta inmediatamente cuando se le engaña.

 -¿Los medios de comunicación en México se han convertido en reguladores del poder?
-Los medios son medios… punto!!, y no deben aspirar a más. No son autoridad, ni jueces, fiscales o árbitros.

67 AÑOS DAVID BOWIE 67 AÑOS

Para celebrar el cumpleaños de uno de los grandes, compartimos algunos de sus videos

Heroes


Starman

The man who sold the world




Changes


China Girl




As the world falls down