Hoy los tres grandes partidos deliberan sobre la mejor manera de seleccionar su candidato. En el PRD, la dirigencia no decide, sino AMLO y Ebrard. Ellos ya acordaron que la encuesta sea el mecanismo. En el PAN se duda si abren o medio cierran la puerta de los electores. Se sabe que el padrón partidario no es confiable. Es una pena que haya retrocedido tanto y tan pronto.
Más en http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9040650
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RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
domingo, 9 de octubre de 2011
Román Revueltas: A la mitad de la guerra te das cuenta que...
Felipe Calderón inició una llamada “guerra” contra los delincuentes, pero a medio camino se dio cuenta de que su policía no estaba lo suficientemente preparada. La aparición del Ejército y de la Marina, en este sentido, no es una disposición que resulte de una vocación particular —el deseo de mostrar músculo—, sino la utilización, casi desesperada, de un último recurso.
Más en http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9040645
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Llama Vázquez Mota a ser corresponsables en lucha anticrimen
Veracruz, 9 Oct. (Notimex).- La aspirante a la candidatura presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, aseguró que en la lucha contra el crimen organizado cada orden de gobierno debe actuar responsablemente.
“Cada orden de gobierno tiene que asumir su responsabilidad, tiene que responder con la parte que lo corresponde, hay que fortalecer esta comunicación entre los tres órdenes de gobierno, tenemos que fortalecer los gobiernos locales”, manifestó.
Más en http://www.elarsenal.net/2011/10/09/llama-vazquez-mota-a-ser-corresponsables-en-lucha-anticrimen/
“Cada orden de gobierno tiene que asumir su responsabilidad, tiene que responder con la parte que lo corresponde, hay que fortalecer esta comunicación entre los tres órdenes de gobierno, tenemos que fortalecer los gobiernos locales”, manifestó.
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Aprueba el PRI elegir candidato presidencial en consulta abierta
Luego de instalar su nuevo Consejo Político Nacional, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprobó que la selección de su candidato a la Presidencia sea producto de una consulta abierta y directa entre sus militantes y simpatizantes, y ordenó al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) emitir la convocatoria correspondiente para el proceso electoral constitucional de 2012.
La instalación del nuevo consejo, que fue organizado para funcionar como caja de resonancia de la unidad del PRI, también sirvió para establecer que los candidatos a diputados federales y senadores por el principio de mayoría relativa sean elegidos por el método de convención de delegados.Más en : http://www.jornada.unam.mx/2011/10/09/politica/005n1pol
Muestran su juego Ebrard y AMLO
Ernesto Núñez Ciudad de México (9 octubre 2011).- Andrés Manuel López Obrador se escurre con una metáfora beisbolera y dice que lo que lo pone nervioso es estar al bat, con tres hombres en base y el partido empatado. El jefe de gobierno del Distrito Federal duda, al admitir que la encuesta podría no favorecerlo. "Si la gente no quiere que vaya de candidato, pues no quiere y ya, será después, será otro día, o no será"´, comenta Ebrard. El ex candidato presidencial ya habla de su triunfo en 2012 y explica que ha decidido reunirse con empresarios y viajar al extranjero para afianzar su proyecto. "Como representante de Morena tengo que hablar con todos, informar, aclarar que no somos como nos pintan", apunta López Obrador. Ebrard no oculta su relación con Elba Esther Gordillo, pero afirma que no busca su apoyo y que no condicionaría su proyecto educativo a un pacto político con la lideresa del SNTE, como lo hicieron Vicente Fox y Felipe Calderón. "Si el costo de un acuerdo electoral es no hacer lo que pienso en educación, no jalo", afirma. López Obrador afirma que es imposible hacer cualquier cambio en educación pública mientras la maestra siga controlando la SEP. "La educación no puede seguir en manos de esta señora. Ella encarna la inmoralidad", advierte. Los dos aspirantes de la izquierda a la Presidencia ofrecen acabar con la guerra y la violencia, y regresar al Ejército a los cuarteles con un método similar: impulsando la educación, creando empleos, evitando que millones de jóvenes sigan marginados de la educación media y media superior, y replicando en todo el país el modelo policial de la Ciudad de México. Ebrard dice que las tropas abandonarían las labores policiacas en etapas y prefiere no ponerle fecha a ese proceso. López Obrador propone hacerlo en el primer año de gobierno y dice que haría lo mismo que cuando estuvo al frente de la Capital: tener reuniones diarias, a primera hora, con el gabinete de seguridad. El jefe de gobierno advierte que debe investigarse lo ocurrido durante la guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón; el tabasqueño dice que vería hacia adelante y asegura que respecto al sexenio de Calderón habría justicia, pero no venganza. Ninguno acepta el cobro de IVA a alimentos y medicinas como una medida razonable para fortalecer a la hacienda pública. Los dos perredistas advierten que impulsarían una reforma fiscal que acabe con privilegios como los regímenes de excepción o la consolidación fiscal. En materia energética, López Obrador insiste en que construiría cinco refinerías para dejar de importar gasolina y convertir al petróleo en "palanca del desarrollo". Ebrard asegura que una verdadera reforma sería tomarse en serio las energías alternativas, como la solar y eólica, para prepararse para cuando no haya petróleo. Ambos dicen que abrirían totalmente el mercado de las telecomunicaciones, para generar competencia en materia de televisión y telefonía. "En este caso, como en todos los monopolios, la mejor receta es la competencia", dice López Obrador, "si Slim quiere meterse al negocio de televisión, que lo pueda hacer; como también, si Azcárraga o Salinas Pliego quieren meterse a la telefonía, que lo puedan hacer". "Tenemos que fomentar la competencia lo más que podamos", advierte Ebrard, "y deberíamos tener une televisión pública nacional; ésa es la diferencia entre la Italia de Berlusconi y Alemania, Inglaterra y Francia, sí hace una gran diferencia". |
Carmen Aristegui habla sobre el síndrome de Hybris y Calderón
De la sección lo que no leíste en la semana.
Esta semana vio la luz el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina 2011 que realiza la consultora Poli Lat y la fundación Konrad Adenauer. No hay, precisamente, buenas noticias porque no se identifican mejorías en la calidad institucional ni en los indicadores de democracia para la ciudadanía en lo general. Aunque hay algunos avances en lo general hay retrocesos y acechanzas. Entre las principales: "...la inseguridad y el narcotráfico". Destaca el "...severo llamado de atención para una dirigencia latinoamericana que parece más concentrada en los mecanismos espurios de retención del poder obtenido, que en alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio". Este último fenómeno hizo recordar a Jorge Arias, director de Poli Lat, el extraordinario libro del médico y político inglés David Owen: En el poder y en la enfermedad (Ed. Siruela), que describe el llamado "Síndrome de Hybris", un padecimiento derivado del ejercicio de poder. "Para Owen, la relación entre la enfermedad y la política es estrecha y puede ser fundamental en la toma de decisiones de los políticos. Libro fascinante donde se revisan los casos clínicos de las grandes figuras del poder en el mundo: Lincoln, Kennedy, Churchill, Thatcher, etcétera, y de cómo sus padecimientos y males influyeron en la toma de sus grandes decisiones. De Kennedy dice, por ejemplo, que padeció desde niño el mal de Addison y lo mantuvo siempre en secreto. Su tratamiento incluía esteroides que, al combinarlos con testosterona y las anfetaminas que ingería, lo habrían conducido a una probable adicción al sexo. A partir de este cuadro clínico Owen afirma que Kennedy estaba en muy malas condiciones para tomar decisiones".
Coincidentemente, este mismo libro me fue obsequiado, hace algunos meses, por un buen amigo que con ello quería acompañarme durante la crisis que me hizo salir del programa matutino de MVS y después regresar en un singular capítulo producido por haberme atrevido a preguntar acerca del estado de salud del actual mandatario.
Owen fue ministro de Sanidad (1974-1976) y canciller de su país (1977-1979) además de ser un connotado médico neurólogo. Desarrolló la tesis sobre el "Síndrome de Hybris" como un trastocamiento de personalidad cuyos síntomas serían la falta de atención, aislamiento e incapacidad para escuchar a cercanos o a expertos. Quienes lo padecen "se encapsulan y hablan en nombre de la nación, tienen una confianza desbordante y se recluyen en sí mismos". Eso aumenta, notablemente, las posibilidades de tomar malas decisiones. Aunque hay debate al respecto, el autor sostiene que -al igual que el trastorno narcisista- esto también debe ser reconocido como una enfermedad.
En el caso del "Síndrome de Hybris" -palabra usada por los griegos para referirse al héroe que al alcanzar la victoria se embriaga de poder y se empieza a ver como un Dios capaz de realizar cualquier cosa- no hay que desestimar la alerta de los expertos que analizan el estado de nuestras democracias. La definición de Owen se puede leer en las páginas 19 y 20 de su libro:
"La medida en que la enfermedad puede afectar a los procesos de gobierno y a la toma de decisiones de los dirigentes, engendrando locura en el sentido de estupidez, obstinación o irreflexión, es un tema con el que me enfrenté de forma muy directa en una serie de ocasiones después de ser nombrado ministro de Asuntos Exteriores y me ha interesado desde entonces. Me fascinaban también aquellos líderes que no estaban enfermos y cuyas facultades cognitivas funcionaban correctamente pero desarrollaron lo que he venido a describir como 'Síndrome de Hybris'. Los actos de hybris son mucho más habituales en los jefes de Estado y de Gobierno, sean democráticos o no, de lo que a menudo se percibe; la hybris es un elemento fundamental de la definición de insensatez que ofrece Tuchman: 'una perversa persistencia en una política demostrablemente inviable o contraproducente'. Y prosigue: 'La estupidez, la fuente del autoengaño, es un factor que desempeña un papel notablemente grande en el gobierno. Consiste en evaluar una situación en términos de ideas fijas preconcebidas mientras se ignora o rechaza todo signo contrario (...) por lo tanto, la negativa a sacar provecho de la experiencia'. Una característica de la hybris es la incapacidad para cambiar de dirección porque ello supondría admitir que se ha cometido un error". Aceptar el error para quien padece el Síndrome puede resultar insoportable y de ahí el empecinamiento.
Esta semana vio la luz el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina 2011 que realiza la consultora Poli Lat y la fundación Konrad Adenauer. No hay, precisamente, buenas noticias porque no se identifican mejorías en la calidad institucional ni en los indicadores de democracia para la ciudadanía en lo general. Aunque hay algunos avances en lo general hay retrocesos y acechanzas. Entre las principales: "...la inseguridad y el narcotráfico". Destaca el "...severo llamado de atención para una dirigencia latinoamericana que parece más concentrada en los mecanismos espurios de retención del poder obtenido, que en alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio". Este último fenómeno hizo recordar a Jorge Arias, director de Poli Lat, el extraordinario libro del médico y político inglés David Owen: En el poder y en la enfermedad (Ed. Siruela), que describe el llamado "Síndrome de Hybris", un padecimiento derivado del ejercicio de poder. "Para Owen, la relación entre la enfermedad y la política es estrecha y puede ser fundamental en la toma de decisiones de los políticos. Libro fascinante donde se revisan los casos clínicos de las grandes figuras del poder en el mundo: Lincoln, Kennedy, Churchill, Thatcher, etcétera, y de cómo sus padecimientos y males influyeron en la toma de sus grandes decisiones. De Kennedy dice, por ejemplo, que padeció desde niño el mal de Addison y lo mantuvo siempre en secreto. Su tratamiento incluía esteroides que, al combinarlos con testosterona y las anfetaminas que ingería, lo habrían conducido a una probable adicción al sexo. A partir de este cuadro clínico Owen afirma que Kennedy estaba en muy malas condiciones para tomar decisiones".
Coincidentemente, este mismo libro me fue obsequiado, hace algunos meses, por un buen amigo que con ello quería acompañarme durante la crisis que me hizo salir del programa matutino de MVS y después regresar en un singular capítulo producido por haberme atrevido a preguntar acerca del estado de salud del actual mandatario.
Owen fue ministro de Sanidad (1974-1976) y canciller de su país (1977-1979) además de ser un connotado médico neurólogo. Desarrolló la tesis sobre el "Síndrome de Hybris" como un trastocamiento de personalidad cuyos síntomas serían la falta de atención, aislamiento e incapacidad para escuchar a cercanos o a expertos. Quienes lo padecen "se encapsulan y hablan en nombre de la nación, tienen una confianza desbordante y se recluyen en sí mismos". Eso aumenta, notablemente, las posibilidades de tomar malas decisiones. Aunque hay debate al respecto, el autor sostiene que -al igual que el trastorno narcisista- esto también debe ser reconocido como una enfermedad.
En el caso del "Síndrome de Hybris" -palabra usada por los griegos para referirse al héroe que al alcanzar la victoria se embriaga de poder y se empieza a ver como un Dios capaz de realizar cualquier cosa- no hay que desestimar la alerta de los expertos que analizan el estado de nuestras democracias. La definición de Owen se puede leer en las páginas 19 y 20 de su libro:
"La medida en que la enfermedad puede afectar a los procesos de gobierno y a la toma de decisiones de los dirigentes, engendrando locura en el sentido de estupidez, obstinación o irreflexión, es un tema con el que me enfrenté de forma muy directa en una serie de ocasiones después de ser nombrado ministro de Asuntos Exteriores y me ha interesado desde entonces. Me fascinaban también aquellos líderes que no estaban enfermos y cuyas facultades cognitivas funcionaban correctamente pero desarrollaron lo que he venido a describir como 'Síndrome de Hybris'. Los actos de hybris son mucho más habituales en los jefes de Estado y de Gobierno, sean democráticos o no, de lo que a menudo se percibe; la hybris es un elemento fundamental de la definición de insensatez que ofrece Tuchman: 'una perversa persistencia en una política demostrablemente inviable o contraproducente'. Y prosigue: 'La estupidez, la fuente del autoengaño, es un factor que desempeña un papel notablemente grande en el gobierno. Consiste en evaluar una situación en términos de ideas fijas preconcebidas mientras se ignora o rechaza todo signo contrario (...) por lo tanto, la negativa a sacar provecho de la experiencia'. Una característica de la hybris es la incapacidad para cambiar de dirección porque ello supondría admitir que se ha cometido un error". Aceptar el error para quien padece el Síndrome puede resultar insoportable y de ahí el empecinamiento.
R. Alemán se pregunta: ¿Por qué nadie le cree a AMLO?
De la sección lo que no leíste en la semana
La pregunta se ha convertido en un clásico, y se formula en todas las tertulias, reuniones y charlas en donde el tema son los presidenciables.
¿Quién cree que Andrés Manuel López Obrador se retirará de la contienda presidencial, si Marcelo Ebrard le gana —en una o más encuestas—, la candidatura presidencial por la llamada izquierda?
Y si la pregunta es un clásico, la respuesta es aplastante. No se conoce una sola opinión, de enterados o conocedores del tema, que conceda siquiera una ligera posibilidad de que López Obrador honrará su palabra.
Más en http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=772095
La pregunta se ha convertido en un clásico, y se formula en todas las tertulias, reuniones y charlas en donde el tema son los presidenciables.
¿Quién cree que Andrés Manuel López Obrador se retirará de la contienda presidencial, si Marcelo Ebrard le gana —en una o más encuestas—, la candidatura presidencial por la llamada izquierda?
Y si la pregunta es un clásico, la respuesta es aplastante. No se conoce una sola opinión, de enterados o conocedores del tema, que conceda siquiera una ligera posibilidad de que López Obrador honrará su palabra.
Más en http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=772095
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