sábado, 23 de febrero de 2013

José Woldenberg -Ni exorcismos ni magia; política


Una derivación virtuosa y, al parecer, no planeada del Pacto por México, es que por lo pronto parecen quedar congeladas las aspiraciones por modificar la legislación para convertir a una mayoría relativa de votos en una mayoría absoluta de escaños. Me explico.

Como se sabe o debería saberse, el resultado más decantado y visible de nuestro proceso democratizador es que en el Congreso coexiste una pluralidad política equilibrada. Ninguno de los partidos ha logrado desde 1997 la mayoría absoluta (50 por ciento más uno) de los diputados, y lo mismo ha sucedido en el Senado desde el año 2000. No es una casualidad, tampoco una sorpresa. Es el resultado de un sistema multipartidista que refleja a una sociedad diversa, compleja, con muy distintas sensibilidades y aspiraciones.