Así como hay políticos que se crecen ante la adversidad y que saben
sacar partido de un mal momento, hay otros que sólo saben timonear en
momentos de bonanza, pero cuando les toca una tormenta, en lugar de
crecer y sacar el barco a flote, se pueden achicar e irse a pique. La
reflexión viene a cuento por el momento delicado por el que atraviesa el
país y el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que en apenas dos
años de su administración vive momentos tan aciagos que a los mexicanos
nos remiten a un final de sexenio.