martes, 31 de mayo de 2016

Francisco Cárdenas Cruz - Frenan leyes anticorrupción, Senadores en desacuerdo

Está más que visto que para que las leyes anticorrupción puedan llegar a tener consenso entre los grupos parlamentarios en la Cámara de Senadores pasarán días y semanas porque los del PRI y PVEM pretenden a toda costa una legislación “light” que diste de obligar a funcionarios públicos a dar cuenta de los cuantiosos bienes que deben presentar, de acuerdo a sus percepciones salariales y cuya explicación de cómo llegaron a poseerlos, les resulta comprometedor.

Ayer, una vez más, la falta de acuerdos en el seno de la senatorial Comisión Anticorrupción en la que supuestamente se iban a aprobar, prevalecieron los desacuerdos y los coordinadores de todos los partidos representados reconocieron la imposibilidad, por ahora, de aprobarlas de cara al periodo extraordinario que habrá después de las elecciones del domingo 5 de junio que son las que más les interesan.








Leo Zukermann - ¿Prohibir la “guerra sucia”?

¿De dónde saca el senador Emilio Gamboa, líder de los priistas en el Senado, que “a la gente no le gusta la guerra sucia, sino comparar experiencia, capacidad, preparación, lo que ha hecho en los lugares donde ha trabajado”? Seguramente a él le disgusta pero, ¿se puede decir lo mismo de todo el electorado mexicano? ¿Tiene el senador una encuesta que así lo demuestre? No lo sé. Lo que sé es que a mí, en lo personal, me encantan los periodos electorales porque es cuando los votantes vemos cómo sale todo el estiércol de la política a la superficie. Como dije en un artículo anterior, el asunto me asquea pero prefiero enterarme de la verdad que vivir en la ignorancia.

Por eso me parece una barbaridad la propuesta del senador Gamboa quien afirma que es necesario hacer otra reforma electoral más para prohibir la “guerra sucia” en las campañas: “la ley debe ser más rigurosa; al rato no vamos a saber cómo te van a perseguir, por eso es necesario que no se pueda atacar a ningún candidato personalmente y mucho menos a sus familias. Es criminal ver en los periódicos que si la novia, el amante o el dinero; si hay algo hay que sacarlo de frente en el debate. Lo que no se puede es la guerra sucia en la que se daña a la familia, y se debe sancionar más severamente a los candidatos hasta el grado de sacarlos de la elección, porque pierde todo México y no progresa la política”.









Ciro Gómez Leyva - El secuestro de Alan Pulido, ¡qué carajos fue eso!

Eso no existe en el secuestro, me dice Humberto Padgett, de quien hablábamos ayer aquí.

Qué es lo que no existe, de acuerdo con el autor del libro de reciente aparición, Tamaulipas, la casta de los narcogobernadores, un eastern mexicano. De acuerdo con Padgett y cientos de personas que ayer expresaron también sorpresa por el secuestro y liberación del futbolista Alan Pulido el domingo en Ciudad Victoria. Veamos:

*1 Alan es secuestrado con su novia, a quien se deja en libertad. Es decir, habría claridad en cuanto a que el objetivo era el famoso futbolista. Se trataría de un secuestro estudiado. Y caliente.








Dan T - ¡Súper Alan!

Entra el empleado a la oficina de su jefe y, evidentemente temeroso (le temblaba la voz y le sudaban las manos, ¿o le temblaban las piernas y le sudaban las nalgas?), le dijo:

–Jefe, perdone que lo moleste, pero necesito hablar con usted.

–Pasa, hombre, ¿qué te ocurre?

–Mire, usted sabe que llevo ya 18 años en la empresa y nunca he tenido un aumento de sueldo.

–¡¡¡18 años ya!!! Hombre, qué rápido. Felicidades, no todo el mundo tiene un trabajo.

–Pues sí, jefe, lo agradezco, pero no puedo seguir ganando el mínimo.

–¡Ah, caray! Ahora resulta que tienes muchos gastos, ¿no?








Ricardo Alemán - ¡Secuestro idiota!

En un primer momento, el secuestro del futbolista Alan Pulido prendió todos los focos de alerta.

Se había llevado a cabo en Tamaulipas –la entidad con niveles más altos de violencia–; el secuestrado era un famoso futbolista y –por si fuera poco–, el plagio tuvo lugar a una semana del proceso electoral.

Era el escenario perfecto para esperar lo peor. Por eso muchos pensaron en el crimen de Rodolfo Torre Cantú, hace seis años.










Raymundo Riva Palacio - Secuestros de alto impacto

De la nada, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo ante representantes para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, que México ya no confrontaba al crimen, sino que estaban generando “entornos de armonía en el mediano y largo plazo, a partir de un tejido social fuerte y oportunidades efectivas para el desarrollo individual y colectivo”, como la solución a la inseguridad. Sus palabras se colapsaron rápidamente al mostrar el domingo lo hueco y fallida que es la estrategia contra la delincuencia que dirige Osorio Chong, con el secuestro del futbolista Alan Pulido en Tamaulipas que desató una reacción nacional e internacional, porque es una de las estrellas del club Olympiakos de Grecia, y volvió a poner en entredicho al Gobierno mexicano.

Las palabras de Osorio Chong son preocupantes, pero la realidad neutraliza los temores. Preocupa porque en las condiciones de violencia que arrastra México desde hace años, la estrategia que dijo ante los europeos sólo podría tener éxito si de por medio hubiera un pacto con los criminales. Para su fortuna –aunque políticamente es su infortunio-, es tal el desastre de la política de seguridad pública, que no se puede plantear objetivamente que el Gobierno Federal haya pactado con criminales. El secuestro de Pulido pulverizó las palabras del Secretario de Gobernación y enfatizó cómo la seguridad en México se ha deteriorado durante el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.








Carlos Ramírez - New York Times, en el juego desestabilizador de EE.UU.

Si el tema de los derechos humanos es un instrumento de presión constante de los EE.UU. sobre México, la información de la semana pasada del The New York Times debe leerse más en el contexto de un replanteamiento de una estrategia de inteligencia y seguridad nacional en el escenario del avance de Donald Trump hacia la Casa Blanca.

El NYT ha dejado hace tiempo de ser una hazaña periodística porque se han ido descubriendo sus actividades como parte de la política exterior desde la seguridad nacional del imperio. El Times censuró notas propias y no incluyo otras en función de los intereses de seguridad nacional de la diplomacia de la dominación.









Sergio Sarmiento - Secuestro y rescate

"Culpable no es el que comete el pecado, sino el que causa la oscuridad."

Victor Hugo

El secuestro se está convirtiendo en uno de los delitos más comunes y de mayor costo para la sociedad. El caso del futbolista Alan Pulido, capturado por un comando armado la noche del sábado 28 de mayo, ratifica que cualquiera puede ser víctima de este crimen. Su rescate en menos de 24 horas, revela también que las autoridades mexicanas pueden ser sumamente eficaces: lástima que no lo sean en todos los casos de secuestro, sino sólo en los de gente "importante". Esperemos ahora que los jueces no liberen a los secuestradores por fallas en el procedimiento.



Lea la columna completa aquí  http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/secuestro-y-rescate











Eduardo Ruiz Healy - Los fracasos de Felipe Calderón

Como la mayoría de los que lo antecedieron en el cargo, Felipe Calderón Hinojosa desaprovechó la oportunidad que se le presentó para promover una transformación a fondo del país y prefirió dedicar toda su inteligencia y energía a la conducción de una guerra que de entrada estaba perdida. Ahora pretende gobernar nuevamente a México a través de su esposa, quien sido diputada local ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (1994-97), diputada federal (2003-06) y primera dama (2006-12).

Durante su administración, la economía creció un promedio de 1.86 por ciento anual, el segundo peor desempeño desde 1935, después del 0.30 por ciento anual que se registró durante el sexenio de Miguel de la Madrid.








Fernando Iwasaki - Pabellón de cáncer

Fernando Iwasaki  (  1961 )
Pabellón de cáncer

Al principio no entendí por qué me había mandado llamar, pues hacía más de doce años que estábamos divorciados. Nunca quiso aceptar nuestra separación y siempre trató de responsabilizarme de sus penurias, sus desamores, sus amarguras.

Tampoco fue fácil para mí sobreponerme a la soledad. El penetrante olor del hospital me trajo a la memoria otras agonías, otros muertos, otras pesadillas. En la penumbra de la habitación distinguí el brillo exangüe de sus ojos, y me enfrenté a la mirada líquida de aquel cráneo árido y verdoso, vagamente familiar. ¿Qué puedo hacer por ti?, pregunté tragando saliva.

Entonces encendió la luz. Cualquier semejanza con el rostro que alguna vez amé había desaparecido para siempre, y no tuve más remedio que huir cuando las negras encías de aquella atrocidad insinuaron una perversa sonrisa, pues comprendí que me había llamado para que su recuerdo me acosara mientras viviera.

 Ajuar funerario.Ed Páginas de espuma. 2009



El odio es su cáncer


Leído en  http://www.uncuentoaldia.es/?p=8353