En distintos momentos hemos argumentado –con santo y seña–, que la
alianza PAN-PRD, en general, pero en especial en la capital del país,
fue un grave error y que el mayor costo lo está pagando el partido
amarillo.
Y
es que a 51 días del proceso electoral para seleccionar al nuevo jefe
de Gobierno –además de la elección presidencial y del Congreso—casi
todos los sondeos de opinión muestran que la candidata de la coalición
Por México al Frente, Alejandra Barrales, se derrumba de manera
incontenible.
Y no, no sólo se trata de los sondeos de opinión –a los que aquí no
hemos dado más que un valor referencial, no de certeza y
confiabilidad—sino que entre los equipos de campaña se percibe la poca
eficacia de los mensajes y los discursos.
Pero lo más curioso es que a pesar de que el PRD y Morena son más de lo
mismo, lo cierto es que el partido rojo y su candidata, Claudia
Sheinbaum, continúan a la punta de los sondeos. ¿Por qué esa aparente
contradicción de los votantes, que no alcanzan a ver que no existe
diferencia entre Morena y el PRD?
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RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
viernes, 11 de mayo de 2018
Eduardo Ruiz-Healy - Las anticuadas campañas presidenciales de Anaya y Meade
Diariamente recibo de las campañas del ahora priista José Antonio Meade y
del panista Ricardo Anaya, información sobre las actividades que
realizaron o realizarán. Recibo textos de sus discursos, boletines de
prensa, sus tuits y mensajes vía Facebook, y fotos de sus actos de
campaña, incluidas aquellas en donde el candidato se ve rodeado de miles
de seguidores, como si en realidad esos eventos reflejaran su verdadera
fuerza electoral.
Las de Anaya y Meade son campañas tradicionales, anticuadas, en donde falta más creatividad en su uso de las redes sociales y medios de comunicación tradicionales y en sus anuncios de radio y televisión. Hace unos días le pedí a un grupo de periodistas que me dijeran alguna frase que recordaran de la campaña del panista y ninguno pudo hacerlo. Supongo que lo mismo hubiera ocurrido si me refiriera a la campaña de Meade.
Ambos candidatos se enfrentan a Andrés Manuel López Obrador, que arrancó su campaña presidencial el 29 de marzo de 2000 al inscribirse como candidato del PRD a la jefatura del Gobierno del Distrito Federal. Desde entonces hasta ahora ha estado en la noticia, es conocido por virtualmente todos los mexicanos que votarán el 1 de julio entrante. En cambio, el panista y el ahora neopriista apenas iniciaron sus campañas en diciembre pasado y sus personalidades e ideas no han permeado a la sociedad como las del morenista. Han ido cuesta arriba en su persecución del puntero en las encuestas.
Las de Anaya y Meade son campañas tradicionales, anticuadas, en donde falta más creatividad en su uso de las redes sociales y medios de comunicación tradicionales y en sus anuncios de radio y televisión. Hace unos días le pedí a un grupo de periodistas que me dijeran alguna frase que recordaran de la campaña del panista y ninguno pudo hacerlo. Supongo que lo mismo hubiera ocurrido si me refiriera a la campaña de Meade.
Ambos candidatos se enfrentan a Andrés Manuel López Obrador, que arrancó su campaña presidencial el 29 de marzo de 2000 al inscribirse como candidato del PRD a la jefatura del Gobierno del Distrito Federal. Desde entonces hasta ahora ha estado en la noticia, es conocido por virtualmente todos los mexicanos que votarán el 1 de julio entrante. En cambio, el panista y el ahora neopriista apenas iniciaron sus campañas en diciembre pasado y sus personalidades e ideas no han permeado a la sociedad como las del morenista. Han ido cuesta arriba en su persecución del puntero en las encuestas.
Raymundo Riva Palacios - Campañas de odio
La
libertad de expresión es el pilar de la democracia. No es un lugar
común, sino un axioma de las sociedades modernas. Sin ella no podrían
existir otras libertades, como la libertad de prensa, o la libertad para
pensar y para hablar, para escribir sin interferencias, o criticar y
denunciar ilegalidades, así como la incompetencia de los gobernantes,
sin temor a represalias. Sin esta libertad las minorías no podrían ser
escuchadas y los abusos tampoco podrían ser neutralizados. Una sociedad
sin libertad de expresión está sometida a los tiranos. Pero en los
últimos años, algo cambió. Como apuntó Steven Rosenbaum en un artículo en la revista Forbes en
noviembre de 2014, al transformarse la libertad de expresión en un
discurso de odio, ruin, enconado, amenazados, racista, con epítetos
misóginos disparados como armas a los adversarios políticos.
La discusión sobre esta libertad está en choque permanente. Hay una corriente de opinión internacional que considera que una vez que la libertad de expresión es limitada, deja de ser libre. Otra habla del autocontrol del individuo, o de mecanismos, incluidos legales, para impedir actos radicales en el ejercicio de esa libertad que tengan externalidades que lamentar. Un ejemplo de la contradicción se dio luego de que dos jóvenes armados con fusiles se metieran en enero de 2015 a las instalaciones del semanario satírico parisino Charlie Hebdo y mataran a 12 personas, en venganza por unos cartones donde se burlaban de Mahoma. La indignación fue masiva en el mundo occidental, y la organización PEN, que defiende la libertad de expresión, premió a la publicación por su valentía. El contrapunto lo hizo el afamado monero Gary Trudeau, autor de la tira cómica Donesburry, que al criticar el premio, apuntó: “Al golpear hacia abajo, al atacar a los que no tienen poder, a una minoría marginada con dibujos crudos y vulgares más parecidos al grafiti, Charlie se perdió en el campo del discurso de odio”.
La discusión sobre esta libertad está en choque permanente. Hay una corriente de opinión internacional que considera que una vez que la libertad de expresión es limitada, deja de ser libre. Otra habla del autocontrol del individuo, o de mecanismos, incluidos legales, para impedir actos radicales en el ejercicio de esa libertad que tengan externalidades que lamentar. Un ejemplo de la contradicción se dio luego de que dos jóvenes armados con fusiles se metieran en enero de 2015 a las instalaciones del semanario satírico parisino Charlie Hebdo y mataran a 12 personas, en venganza por unos cartones donde se burlaban de Mahoma. La indignación fue masiva en el mundo occidental, y la organización PEN, que defiende la libertad de expresión, premió a la publicación por su valentía. El contrapunto lo hizo el afamado monero Gary Trudeau, autor de la tira cómica Donesburry, que al criticar el premio, apuntó: “Al golpear hacia abajo, al atacar a los que no tienen poder, a una minoría marginada con dibujos crudos y vulgares más parecidos al grafiti, Charlie se perdió en el campo del discurso de odio”.
Carlos Ramírez - Indicador Político
1.- El caso del periodista Ricardo Alemán marcó el inicio de la fase decisiva de las elecciones: la lucha sin cuartel por el poder. Dos palabras agregadas a un retuit provocaron el linchamiento del columnista, el cierre-censura de tres medios al periodista y elevaron el nivel de adrenalina en la competencia.
2.- EL PRI inició la semana con un relanzamiento de su campaña el domingo 6, ya con nuevo presidente de comité ejecutivo nacional, el guerrerense operador René Juárez Cisneros, aunque con el mismo coordinador de campaña: Aurelio Nuño Mayer.
3.- La semana 6 también definió el espacio de lucha: mientras se apuntalaba al PRI con nuevo dirigente, el gobierno federal siguió soltando dardos envenenados contra el candidato PAN-PRD Ricardo Anaya en el tema de la nave industrial, no con la intensidad de antes pero sí con suficiente contenido como para mandar el mensaje de que no habrá negociación de Peña Nieto para marginar a José Antonio Meade Kuribreña y buscar un pacto con Anaya.
2.- EL PRI inició la semana con un relanzamiento de su campaña el domingo 6, ya con nuevo presidente de comité ejecutivo nacional, el guerrerense operador René Juárez Cisneros, aunque con el mismo coordinador de campaña: Aurelio Nuño Mayer.
3.- La semana 6 también definió el espacio de lucha: mientras se apuntalaba al PRI con nuevo dirigente, el gobierno federal siguió soltando dardos envenenados contra el candidato PAN-PRD Ricardo Anaya en el tema de la nave industrial, no con la intensidad de antes pero sí con suficiente contenido como para mandar el mensaje de que no habrá negociación de Peña Nieto para marginar a José Antonio Meade Kuribreña y buscar un pacto con Anaya.
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