domingo, 29 de abril de 2012

Colaboración de José Enrique - Una mujer que lee.



Una mañana, el marido vuelve a su cabaña después de varias horas de pesca y decide dormir una siesta.

Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro..

Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice:

 -'Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo? '

- Leyendo un libro- responde ella (pensando '¿No es obvio?')

-Está en zona restringida para pescar- le informa él.

- Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.

-Si, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.

- Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer...

-Pero ni siquiera la toqué !!! - dice el guarda.

- Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.

-Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue....

MORALEJA:

Nunca discutas con una mujer que lee.. Sabe pensar.

Federico Berrueto - Cada cual en espera de su milagro.

Federico Berrueto.
No hay sorpresa. Conforme mayor es la ventaja, más agresiva es la campaña de ataque al puntero. Así sucedió en 2006 y ahora se presenta la misma mala historia. La diferencia es que AMLO acudió al engaño, cayó en la provocación; una cuota de soberbia y el desdén o la mala lectura a las encuestas le impidieron reaccionar a tiempo. Se equivocó y perdió. Tenía la elección ganada. No eran 10 puntos, pero sí tenía ventaja suficiente. El PAN ganó con culpa y la izquierda perdió mal y a la mala; los colaboracionistas del PRD reventaron y usufructuaron la resistencia de AMLO. El PRI mantuvo sus territorios y desde allí inició, primero, su recuperación y, después, su proyecto para ganar.

 Peña Nieto ha recibido una andanada de ataques. El PAN lo ha hecho muy mal y AMLO golpea las reglas electorales que los suyos aprobaron por unanimidad y que lo dejan en desventaja en las prerrogativas. Debiera reclamar a los diputados y senadores del PRD que aprobaron la reforma electoral; por cierto, los del PT y entonces Convergencia, por interés propio, alertaron de las trampas y la inequidad implícita en el cambio legal.

La mala campaña negra del PAN ha perjudicado a su candidata. En la pretensión de bajar a Peña Nieto, AMLO ha sido el beneficiario. Los estrategas del PAN ignoran que la competencia es de tres. Piensan jugar a las vencidas con Peña. Es muy probable que las encuestas que se estén levantando en estos días registren que Josefina Vázquez Mota ya esté debajo de López Obrador. No reaccionan en el PAN y cuando lo hagan será tarde, al menos para ser un digno segundo lugar. Sorprende, porque Josefina realizó una extraordinaria campaña al interior del PAN; aunque unos dicen que quien ganó, en realidad fue, como en la elección de gobernador en Michoacán, el anticalderonismo. De ser así, hubiera prevalecido Creel, no Vázquez Mota; ella triunfó porque los panistas la vieron con mejores elementos y perspectivas para la competencia constitucional.

El coordinador de la precampaña y de la campaña, Roberto Gil Zuarth, ha mostrado capacidad y talento donde quiera que ha estado. Es de lo mejor del PAN y de la nueva generación de políticos. Seguramente le afecta el poder acotado por la “sabiduría” de los “expertos” que están llevando al pozo a su candidata. Gustavo Madero y Ramírez Acuña dejan la campaña cuando más se les necesita. Un mal mensaje, mucho más en el caso del primero. Inaudito que el dirigente nacional de un partido gobernante arroje la toalla en plena campaña. Un golpe brutal contra la candidata en el momento más difícil de su periplo para la Presidencia.

Que un partido gobernante pierda una elección no es lo más común, pero es propio de toda democracia. Que pierda por mucho, también puede acontecer. Lo que es singular es que pierda doble, es decir, pierda frente a su adversario histórico y pierda, también, frente a su adversario ideológico. Estar debajo del PRI puede resultar penoso, pero no trágico. Tener menos votos que el PRI y que el PRD significa perder el privilegiado lugar de ser el opositor. Es un tema nada menor para el futuro del PAN.

Que AMLO tuviera el segundo lugar es un mensaje confuso. Así es, porque no hay coherencia orgánica ni institucional en su candidatura, ni siquiera ideológica. AMLO alude al populismo, no a las coordenadas que la izquierda democrática. Lo de él es el movimiento, es un proyecto político con base en su persona; en el fondo es una propuesta providencialista que mucho dice de la cultura política y del déficit cívico al hacer del rencor social, razón y argumento.Los partidos, el Congreso, las reglas y las instituciones todas son un obstáculo por vencer frente a la esperanza que ofrece un líder sin otro límite que el que él decida imponerse.En la actual circunstancia, la seducción populista no da para mucho, en el mejor de los casos, para un segundo lugar.

Quienes van abajo apuestan fuerte al debate. Es explicable. Pero las preferencias tienen otra dinámica. Se procesan de manera mucho más compleja. Se entiende que cada candidato, a su manera, ande en búsqueda de su propio milagro. AMLO dice que después del debate vendrá lo mejor; Josefina está a la espera de que le cumplan sus asesores de que la campaña negra le lleve al primer lugar y no al tercero; Peña Nieto quiere ganar con mayoría el Congreso y quitarle al PAN Morelos, Jalisco y Guanajuato. 

Los electores también andan en lo suyo. Lo de ellos es más básico, más elemental. Que este primer domingo de julio no se vuelva continuidad de la pesadilla en la que se tornó la esperanza de aquel julio del 2000, que el milagro esperado, ahora sí, deje algo de la alternancia en la Presidencia.

Leído en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9145969

Grandes Bandas de Rock : Foreigner.

Recomendacion de Arpegio.

Foreigner es una banda liderada por el británico Mick Jones (ex-Nero and the Gladiators, Spooky Tooth y The Leslie West Band) quien a principios de los 70's encontró al ex King Crimson Ian McDonald formando así Foreigner junto a Lou Gramm, Dennis Elliot, Al Greenwood y Ed Gagliardi como un sexteto. A Jones se le ocurrió el nombre de Foreigner (Extranjero) por el hecho de que tanto él, como McDonald y Elliot eran británicos, junto a Gramm, Greenwood y Gagliardi, que eran estadounidenses.

Para 1981, Foreigner presenta "4", el primer álbum que los lleva a los primeros sitios de las listas. Con "Urgent", tema rock pop logran entrar al Top 10, pero es "Waiting For a Girl Like You" una "power ballad" muy bien elaborada, la que los lleva a lo más alto del Billboard estadounidense.
Dentro de las rolas mas representativas de esta banda están las siguientes: En ellas se puede apreciar el notable registro que alcanzaba la voz de Lou Gramm.

Urgent


Juke Box Hero.



Waiting for a girl like you.



Esta banda vio sus mejores dias en los 80's pero el legado que dejaron fue grande.

Buen Domingo.

CACAROOOO!!! PRIMERA FUNCIÓN.

El experimento
2001
País: Alemania
Director: Oliver Hirschbiegel
 
 
El experimento

Sinopsis
Llegaron a una cárcel ficticia buscando una forma rápida de ganar dinero fácil. Ahora sólo buscan la manera de sobrevivir. Todo empezó como un experimento científico protagonizado durante dos semanas por veinte hombres que cobrarían por su colaboración 4.000 marcos. El proyecto consistía en estudiar el comportamiento agresivo en un ambiente carcelario simulado. A los participantes se les asigna el papel de guardianes (ocho) o prisioneros (doce). Los prisioneros deben obedecer las órdenes, y los guardias deben mantener el orden. Pero dar a un hombre un poco de poder puede tener consecuencias insospechadas...






CACAROOOO!!! SEGUNDA FUNCIÓN.

Hasta donde los pies me lleven
2001
País: Alemania
Director: Hardy Martins
 
 
Hasta donde los pies me lleven


Sinopsis
Años después de la II Guerra Mundial (1939-1945), el soldado alemán Clemens Forell huyó de un campo de concentración de Siberia y emprendió una larga y dramática huida a través de las heladas llanuras siberianas con la obsesión de regresar a su casa. Tuvo que recorrer, paso a paso, un difícil camino hasta que llegó a Irán, consiguiendo así salvar la vida y recuperar la libertad.






UN POEMA DE:

ALBERTO CORTEZ.
(1940)



SOY UN SER HUMANO.


Más allá de cualquier ideología 
mas allá de lo sabio y lo profano 
soy parte del espacio, soy la vida 
por el hecho de ser un ser humano. 
yo soy el constructor de mis virtudes, 
como lo soy a la vez de mis defectos. 
torrente inagotable de inquietudes 
genial contradicción de lo perfecto. 
Yo puse las espinas en la frente, 
los clavos en los pies y ambas manos 
después rompí a llorar amargamente 
la muerte irreparable de mi hermano. 
Por mi se hace polémica la duda 
quien soy? a donde voy? de donde vengo? 
a través de los tiempos tan aguda 
que por ella renazco y me sostengo. 
Soy el que abrió la caja de pandora 
que guardaba los males del planeta. 
no escapo la esperanza, en buena hora. 
por ella sobrevivo y soy poeta 
Yo soy quien ha creado las prisiones 
y la lucha fratricida y la injusticia 
pero también he inventado las canciones 
y el encanto sutil de una caricia. 
En nombre de mi dios 
soy asesino, embustero, fanático y tirano. 
desafiando las leyes del destino 
tengo sangre de siglos en las manos 
Mas también en su nombre soy la rienda 
que consigue domar a tanto potro. 
seria sin un orden la merienda 
de comernos los unos a los otros 
Soy el poder 
que condena los instintos naturales del hombre. 
mi censura, reptando por oscuros laberintos 
impone la moral de su estatura. 
Yo soy un individuo entre la masa. 
la coincidencia es sólo un accidente. 
busco esposa, doy hijos, tengo casa, 
soy la opción de un cerebro inteligente. 
Que vale mas, inquietud de mi existencia, 
cuando llegue el final y quede inerte, 
si el arte, por fijar mi trascendencia, 
o el eterno misterio de la muerte. 
Por todo, 
mas allá de cualquier ideología, 
mas allá de lo sabio y lo profano 
soy parte del espacio, soy la vida 
por el hecho de ser un ser humano.











Lucía Scosceria de Cañellas - La muerte del juez.

Lucía Scorceria de Cañellas
(1945-2008)



La muerte del juez.  

-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Perdóneme, padre, porque he pecado. Este es mi pecado: Maté a un hombre.

Alguien rezó el rosario con voz monótona. Fue cortado por breves instantes por el llanto de María, a quien manos piadosas la tomaron de los hombros y la llevaron con delicadeza fuera de la sala. Sus desgarradores sollozos arrancaron las frases clásicas que las beatas,infaltables en los velorios, suelen pronunciar.

Pobre, María. Sin mamá y ahora sin papá.

Pobre, don Ramón. Tan bueno que era. Tan justo y cabal.

La muerte lo sorprendió una mañana en el despacho de su casa, mientas el sol de enero cocinaba las plantas del jardín y convertía en polvo rojo la tierra de las calles.

Nadie vio nada. Sólo se oyó un disparo. Cuando lo llamaron, el silencio fue la respuesta.

Rompieron la puerta para entrar. Y ahí, con la cabeza reventada, sobre el escritorio lleno de libros y actas de nacimiento, se desangraba don Ramón. A su lado, un revólver, que después los hijos reconocieron como suyo.

Parecía un suicidio.

Claro que era imposible. ¿Don Ramón quitarse la vida? Jamás. Era un hombre tranquilo, bondadoso, solícito, buenpadre y buen vecino. Además, un mes más y se casaría con la maestra más bonita del pueblo,la más codiciada por todos los solteros de la región. La señorita Rocío.

¿Quién haría algo así a las nueve de la mañana? Nadie. Después de un buen desayuno, como tomó él. No.

Todos repetían lo mismo. Alguien lo asesinó. Pero...¿Quién?

¿Un político opositor? Tal vez. Los ánimos habían quedado algo caldeados después de las elecciones, así que esta era una buena teoría.

¿Algún enemigo? Los perdedores de pleitos nunca aceptaban un fallo adverso.

Y sí, en un puesto así, se tienen enemigos.

¿Y los Gómez? Juraban que los había arruinado en no sé qué juicio por dinero.

Otro recordó a los Benítez, que perdieron muchos animales por su culpa.

¿Y el odio que sentían por él los Montero? Decían que don Ramón era un ladrón con patente y que les había robado limpiamente diez hectáreas de tierra, las que están cerca del arroyito, las más lindas, para más.

¿Y Saturnino? Estuvo muy enamorado de la maestra. Pero ella eligió al juez.

Y la lista continuaba, de boca en boca, de tereré en tereré bajo la fresca y tupida sombra de los paraísos y obeñas que salpicaban el patio de la casa del señor juez.

Dios no recibe en su seno a los que se quitan la vida, la iglesia no puede darle cristiana sepultura -la voz del padre Venancio sonó segura en la sala caliente de la parroquia. Y todos dijeron que sí, que era cierto, pero no era menos cierto que don Ramón no se quitó la vida y que eso sólo lo decían las malas lenguas y hacía mucho calor y lo tenían que velar y enterrar.Tal vez hubo otras razones que alegaron los parientes. Fueron convincentes, porque se consiguió el permiso para darle "cristiana sepultura".

Al rato ya estaba el finado en lo que sería su "lecho eterno", un cajón lustrado con asas doradas en la sala de su casa. Recién pintada, con piso de cerámica brillante y otros arreglos que se hicieron para celebrar la boda en febrero. Ahora no habría casamiento. Sólo funeral.

La gente iba y venía. El calor era húmedo y pegajoso. Todos mostraban rastros de sudor en las ropas de algodón. Las sillas en el patio estaban siempre ocupadas por algún vecino, familiar o amigo del difunto.

Ya no había un lugar vacío en ninguna parte de la casa. Los chismes volaban como palomas en los tejados.

¿Qué no son esos los hermanos Benítez? Sí, esos que bajaron del caballo. Y dan los pésames a María y a su hermano.

¿Vieron que hablaron de balde? Si lo hubieran matado no hubiesen venido.

¿Y quién es la gorda que grita? ¿Es María Elena, la hermana del juez? Sí. Ella es. ¿Y quién es la Juana, a quién acusa de asesina ? ¿Qué no sabes? La mujer del juez, hace tiempo, desde que enviudó. ¿La que tiene un hijo de seis años? Ese mismo, no reconocido, pero hijo suyo.

Miren, miren. Ahí está la maestra con Sor Teresa.

¡Qué linda es Rocío! ¡Y qué cutis blanco y qué hermosos ojos!

Huellas de llanto en las mejillas. Llora frente al que debía ser pero no fue.

En una tregua de las conversaciones, se oyeron los Dios te salve....

Que se vaya esta mujer, asesina, caradura, sin verguenza, grita María Elena arrojándose sobre Juana.

Déjenme, que yo haré justicia.. Lo mataste porque nunca se casó contigo.

No sea así señora, ella tiene derecho a estar aquí.

¿Por qué me acusas a mí? ¿Por qué no a Eulalia, que siempre lo odió porque no volvió jamás con ella? ¿O Blanca, que tuvo un hijo suyo y él jamás lo reconoció? A mí siempre me quiso,nunca me abandonó.

Alguien pidió más respeto y por un instante todos guardaron silencio.

 Como si hubieran obedecido una orden, todas las miradas se posaron en Rocío. Seguida de Sor Teresa, se dirigió hacia la puerta con un resto de su dignidad perdida después de todo lo que se enteró.

¿Quién era el hombre con quién iba a casarse? ¿El que decía amarla sólo a ella? ¿El que le cantaba canciones de amor y la había conquistado con su sencillez y ojos sinceros? ¿El que le escribía cartas cómplices y la hacía sentir feliz? ¿El viudo solitario que al fin había encontradoel amor? Qué no tenía compromisos con nadie. No, este hombre de quien todos hablaban no era Ramón, su Ramón, el que ella conoció, el que amaba a su familia, ayudaba a los demás y censuraba los vicios y la corrupción. No podía tener otras mujeres, otros hijos, otros compromisos mientras la enamoraba.

Unas horas en su velorio le hicieron conocer más sobre él que en un año de relaciones.

¡Qué risa! ¿Qué no es que cuando morimos todos somos buenos? El dicho se había vuelto al revés.
Su cuerpo estaba aún caliente en el cajón y lo tachaban de corrupto, mal padre, mujeriego, ladrón y ¡horror! hasta se insinuaba que había asesinado a su mujer.

¿Era Ramón el hombre que estaba en el féretro? Para ella se convirtió en un desconocido.

Al día siguiente el sol pintó el horizonte de naranja furioso, anunciando otra jornada salvajemente calurosa. El viento norte sopló con fuerza alterando todos los ánimos.

La comitiva llegó al cementerio con el ataúd sostenido por amigos y parientes. El sonido de la tierra sobre el cajón volvió lúgubre el llanto de las mujeres en la mañana estival. Una lluvia inesperada mojó a los presentes que se mantuvieron impávidos hasta que desapareció el féretro bajo tierra.

Los comentarios sobre la misteriosa muerte de Don Ramón no amenguaron, al contrario,recrudecieron después de la novena. Los hijos del finado pidieron una investigación. Querían saber el nombre del asesino. Exigían justicia.

Y acudieron al comisario del pueblo. Ocupaba el cargo desde las últimas elecciones, unos tres años atrás. Su obesidad lo había convertido en un hombre afable y tranquilo. Solucionaba los problemas que se presentaban eligiendo el camino más sencillo. Su lema era "no complicarse la vida"porque esta era complicada de por sí. Preocupado por su futuro, decidió estudiar en la ciudad vecina la carrera de Derecho. No le importaban las canas que peinaba, porque decía que nunca era tarde para el estudio. Después de tres años cursaba el segundo curso en horas de la noche.

Así que esclarecer la muerte del juez fue un terrible problema. . Porque eso significaba trabajo. Y él era alérgico a una sobredosis, y ya la estaba teniendo. Para él, la cosa era suicidio cantado. Todos decían que no, que no podía suicidarse en vísperas de su casamiento.

¿Cómo que no podía suicidarse? Nadie sabía qué pasaba por la cabeza de un viudo con más de cincuenta años. Tal vez tenía una enfermedad terminal y no quería amargar a sus parientes con eso. O no podía olvidar a la finada. O tal vez fuese verdad lo que veloces lenguas repitieron cuando ella murió. Que la mató porque no la soportaba más. Y los remordimientos dormidos, despertaron. Vaya uno a saber.

Además, en el lugar de los hechos, comprobó que la puerta del despacho estaba cerrada con llave. Por dentro. Él la cerró para llevar a cabo su propósito. Y el revólver, era suyo. Claro que la ventana abierta podía ser una salida para el asesino, si fue asesinado.

Y no podía negar que mucha gente se alegró con su muerte. Muchos tenían motivos para matarlo. Si los exámenes no estuvieran tan cerca... Maldijo por lo bajo. Si lo mataron, ¿por quéno lo hicieron en otra fecha? Si se quitó la vida, porqué no esperó el otoño? Comenzó la investigación.

Los hermanos Benítez acudieron a la comisaría con cara de pocos amigos. Dijeron que estaban en el monte esa mañana a las nueve. Marcaron algunas reses. Qué quién podría corroborar la historia? Cayetano, el capataz. Y Kaí, el mitái que cebaba tereré. Pero el capataz no sabía si eran las nueve o las nueve y media. Kaí tenía siete años y norecordaba ni el día lunes. Sí, marcaron animales, pero no estaban seguros de la hora. Encerró el apellido con un círculo rojo y maldijo soezmente. No podía eliminarlos de la lista de sospechosos.

Los Gómez. ¿Nosotros? No tenemos nada que ver con la muerte del juez. Si llega a saber quién lo hizo, nos avisa, eh? le vamos a regalar el mejor caballo de la estancia.
¿Cómo que por qué?Por limpiar de carroña el pueblo.¿Qué dónde estaban a las nueve de la mañana ese día lunes? Pues dónde iba a ser. En el campo, arando la tierra, aprovechando que la lluvia del sábado la había dejado justa para labrar.¿ Quién podía dar fe de eso? Después de las explicaciones de lo que significaba "dar fe" respondieron: sólo los cuervos que sobrevolaban el lugar porque había muerto un carpincho y los restos....interrumpidos por la autoridad, agregaron que siempre iban solos a la chacra.
Nadie podía decir que estaban ahí, pero aclararon, tampoco nadie podía decir que estaban en lo de don Ramón, ¿Cómo que por qué?  Porque estaban en la chacra. Un nuevo círculo rojo sobre el nombre de los hermanos le dejó con malhumor.

Días después interrogó a Saturnino. A esa hora estaba en el almacén que atendía con su hermana.. ¿Por qué habría de odiar al juez? En todo caso debería odiarla a ella, que lo había rechazado. Le pareció lógica la respuesta. El problema fue que nadie estuvo en el almacén a esa hora, nadie lo vio. O sí. Sor Teresa pasó por la vereda, iba hacia la iglesia, pero no estaba seguro que lo viera. Sólo su hermana podía atestiguar. Pero ¿era su hermana, no? ¿Quién entiende a las mujeres? Saturnino era un joven bien parecido, alto, fuerte, cuyos bíceps potentes escapaban debajo de las mangas de su camisa, mientras que el finado era bastante mayor, obeso y muy lejos de ser apuesto. Ambos tenían la misma posición económica, así que no tenía nada que ver el dinero con la elección.¿Qué conquistó a la maestra? Algo habrá tenido el juez para despreciar a Saturnino por él.

Los Montero parecían nerviosos. Dijeron alegrarse por la muerte del viejo. Que seguro estaría en el infierno pagando por todas sus tropelías. Con gusto lo hubieran matado. Pero no lo hicieron. Y si hay justicia, esas tierras que les pertenecieron desde la llegada de los españoles, esas, que están cerca del arroyito, volverían a ser de la familia. ¿A las nueve? Estaban todos en el campo. Pregunte a todo el personal, claro. Al fin eliminó un nombre de su frondosa lista.

Juana contó llorando cómo amaba al juez. Él no quiso casarse por los hijos, pero se entendían así. Cuidaba bien de ella y de su pequeño. Y si tenía otras no le importaba, ¿para qué preocuparse si le respondía siempre?. Se estremeció su busto impresionante al compás de los sollozos. ¿Matarlo por qué iba acasarse? No. Lo prefería casado con otra que muerto. Sin él no podría vivir. Y él había prometido asistirla. Siempre cumplió con sus promesas. ¿A las nueve? En la cocina. Preparando la comida. No. Nadie la vio. No, no tenía empleada. Era de poco salir. Un nuevo círculo rojo alrededor de su nombre indicaba que no tenía coartada. Pero tuvo la corazonada que ella era inocente.

Eulalia era algo mayor.¿Por qué la molestaban? Hacía años que no hablaba con el juez, seis, para ser exactos, uno después de enviudar.¿Por qué habría de matarlo? Lo suyo era historia antigua. ¿A las nueve? En la misa. Claro. Ella no faltaba ni un día de la semana. ¿Quiénes la vieron? Todos los feligreses. Y el padre Venancio, por supuesto. Con satisfacción tachó otro nombre de la larga lista.

Blanca. Fue una burla ponerle ese nombre. Negra como el demonio. Mulata de piel lustrosa. Hijo negro como noche sin luna. Tal vez por eso Don Ramón no le dio su apellido. Mi negrito es hijo del finado. Claro, él no lo creyó. Y que se pudra en el infierno por lo injusto que fue con nosotros.¿Qué por qué lloro? De rabia, nomás. Pero no lo maté. Y eso que lo merecía. Sus pechos inmensos se agitaban como botes en aguas tormentosas cuando gesticulaba. Juro que quise matarlo, muchas veces. Pero no lo hice.¿A las nueve? En casa de los Sarquis, todos los días, de lunes a lunes. Hago los trabajos de la casa. Hace años.Y borró su nombre de la lista.

Llamó a Rocío y le preguntó dónde estaba a las 9 de la mañana ese funesto lunes. Fue al convento para buscar a Sor Teresa, su confidente. Sor Teresa dijo que no vio a Saturnino en el almacén, porque no se fijó, cuando pasó para ir a la Iglesia. No sabía la hora. Pero a eso de las nueve estaba en su despacho, ordenando los documentos que debía entregar a un superior. La señorita Rocío había venido a verla. Cerca de las nueve, tal vez nueve y media. No lo recordaba con exactitud.

El arma se había enviado a la capital para buscar huellas. Pero había vuelto con un informe que decía que las únicas que se encontraban eran las del juez. Los días pasaban y no sabía cómo había muerto el juez. Ya ni estaba seguro de su teoría del suicidio.

El azar acudió en su ayuda. Lorenzo, un vago borracho, como todos los que hay en cada pueblo, murió de un infarto en su celda. Lo habían encerrado días atrás, por causar alboroto en el pueblo.No tenía parientes ni amigos, así que tendrían que pagar el cajón con contribuciones de la municipalidad y la iglesia. La coincidencia del día lunes le dio la idea al comisario. Dos muertes en un mes. Las dos un día lunes.
Recordó que el finado había amenazado de muerte al juez cuando lo envió a la cárcel, meses atrás, por robo. Diría que había encontrado al asesino. Lorenzo.
Que había confesado antes de morir. Así, si fue suicidio, nadie lo sabría, se salvaría la honra de la familia. Y si alguien lo asesinó, pues que lo pagase con remordimientos o en el infierno, y no él, con tanto trabajo y los exámenes encima.

Contento con la idea, la puso en práctica. La noticia corrió como el viento.

¿Vieron que no era cierto lo del suicidio? Mediante la inteligencia del comisario se supo la verdad. Los Gómez no dieron el mejor caballo de la estancia al comisario. Ellos aclararon que se lo iban a dar al asesino como premio. Y que en el infierno, donde seguro estaba ahora, no le serviría. Pero le regalaron uno por la "excelente labor" desplegada.

Pusieron a Lorenzo en un cajón sin lustrar. Le quedaba chico, pero le doblaron los pies y cupo perfectamente. Nadie lo veló. Sólo dos conscriptos, que evitaban mirarlo porque tenían miedo de los difuntos.

-Sigue-dijo el padre Venancio.

-No pensaba matarlo. Sólo quería asustarlo.

Mientras iba hacia su casa, crecía en mí la idea que él merecía morir. No podía desenmascararlo, porque al hacerlo, caería primero yo. Quise recordar algo bueno de lo que fue. No me quedó nada.

Nunca dijo palabras cariñosas. Sí, la ternura de algunos recuerdos, como cuando me acariciaba los cabellos o besaba mis mejillas cuando el llanto me ganaba.

Él me negó todo sobre su casamiento. Yo quería hablar. Dijo que era imposible, que podían vernos y que eso era muy peligroso .Que me fuera. Ya.

Sus ojos pequeños, formaban una línea recta bajo sus párpados hinchados.

Sus finos labios temblaron de cólera cuando dije que no me iría, que primero debía oírme.

Comprendí que nunca me amó. Siempre mintió. Me echó. Dijo que no volviera hasta que me llamase. 

No. No habría más llamadas. No habría más mentiras. No habría más besos. No habría más nada. .Y disparé

-¿Cómo lo hiciste?.

-Cerré con llave la puerta, borré mis huellas del arma con un pañuelo , la puse en su mano por breves instantes y después la dejé a un lado.

Huí por la ventana.Mi corazón bailaba en mi garganta. Mis pies volaban por el patio trasero de la casa, la calle giraba bajo mi sombra, yo reprimía los deseos de vomitar. Nadie me vio en la calle solitaria.

Apenas llegué a tiempo al convento por la huerta.

Unos minutos más y Rocío no me hubiera encontrado...

Me hundí en la oración Busqué fuerzas para salir de esto, que creí era seguir viviendo, ahora sé que no lo es.

Ya no quiero vivir, padre.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/79392207/cuentos-policiales


UNA INSENSATA BÚSQUEDA.



Una mujer estaba buscando afanosamente algo alrededor de un farol. Entonces un transeúnte pasó junto a ella y se detuvo a contemplarla.

No pudo por menos que preguntar:

–Buena mujer, ¿qué se te ha perdido?, ¿qué buscas?

Sin poder dejar de gemir, la mujer, con la voz entrecortada por los sollozos, pudo responder a duras penas:

–Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz, he venido a buscarla junto a este farol.

*El Maestro dice: No quieras encontrar fuera de ti mismo lo que sólo dentro de ti puede ser hallado. 

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India

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