lunes, 30 de abril de 2012

Armas

Cuando las armas sirven para expresarse musicalmente.



GUNS (EM) from Eclectic Method on Vimeo.

Alejandro Páez - El Presidente de la guerra perdida

–Solidaridad plena con los periodistas de Proceso. Justicia para Regina Martínez, asesinada en Veracruz. Justicia para los miles de muertos en esta guerra perdida






Nadie lo recuerda, pero Richard Nixon dio por lo menos dos golpes espectaculares durante su gobierno. Uno fue su acercamiento, en plena Guerra Fría, a la China comunista. Otro fue el lanzamiento del New Federalism, un conjunto de medidas sociales, un Plan Marshall para rescatar a los pobres de Estados Unidos –lo estoy simplificando en unas cuantas frases– con enorme impacto en la sociedad norteamericana.  Pero eso no aparece en la memoria colectiva. Nixon fue, es y será recordado por un golpe autoritario: el Watergate. 


En México, Felipe Calderón ha intentado durante seis años imponer un apellido para su mandato. Como lo del “Presidente del Empleo” fue una burla y lo sabe, se ha colocado otros títulos: “El Presidente de la Salud”, “El Presidente de la Infraestructura”, etc. 


Pero yo no creo que Calderón vaya a escoger su placa en la memoria colectiva.


Creo que los hechos ya han marcado su sexenio. Cientos de miles de desplazados por la violencia, miles de desaparecidos y entre 60 y 80 mil muertos en una guerra estúpida. Esa es la herencia, creo yo, por la que será recordado. 


Y por la corrupción imperante. Y por la impunidad. 


Un día, la guerra estúpida que lanzó Calderón por razones políticas –sin consultar a nadie y sin prepararse–; esa que evidenció la debilidad del Estado frente al crimen organizado y desató, como consecuencia, una violencia generalizada, quedará en los libros oficiales de texto. Pero eso será dentro de unos años. 


Lo que sigue para él, para Calderón, es lo que más debería ocuparnos. Pregunto: El primero de diciembre de 2012, ¿simplemente se irá a dar clases a una universidad estadounidense? ¿Se le permitirá formar parte de los consejos de administración de empresas globales? Qué, ¿se le dejará ir a disfrutar una nueva vida en el extranjero, como seguramente intentará hacerlo? 


Calderón cree que sí se lo permitirán los mexicanos. ¿Y saben qué? Es posible que así sea. 


Si Enrique Peña Nieto llega al poder con esos volúmenes de votos que hablan las encuestas, yo creo que será casi imposible llevarlo a juicio. Y le dijo a continuación por qué. Quiera o no, su destino está atado al gobierno que viene. Y consciente de que son reducidas las posibilidades de que el PAN conserve la presidencia; consciente de que su futuro está en manos del próximo Presidente, Calderón ha dado “gestos de buena voluntad” con el PRI, que yo calificaría, más bien, como “servilismo preventivo”. 


Varios gestos. Con la izquierda ni le mueve. Imposible una reconciliación con Andrés Manuel López Obrador: el mismo la ha rechazado. Pero con el PRI, con los que mueven a Enrique Peña Nieto (a la cabeza en las encuestas), ha hecho varios gestos de reverencia que yo no interpreto de otra manera que una negociación de facto para garantizarse un salvoconducto. 


El gobierno de Felipe Calderón salió en defensa del ex presidente Ernesto Zedillo, acusado por la masacre de Acteal. 


El gobierno de Calderón defiende, también en el extranjero, a Ulises Ruiz, el nefasto ex gobernador de Oaxaca. 


El gobierno de Calderón le hizo un funeral de Estado a Miguel de la Madrid. 


Este gobierno le ha otorgado el perdón de la omisión a Humberto Moreira, ex presidente nacional priísta, quien tiene varias denuncias en la PGR pero a quien no se ha tocado ni con el pétalo de una rosa. 


Calderón piensa que portándose bien con el PRI no lo perseguirán. Aún cuando tenga que defender, con el poder del Estado mexicano, a tipos nefastos: ¡Zedillo está acusado en una corte de Estados Unidos de armar grupos paramilitares que cometieron asesinatos! Pues sí. Y eso qué. “Haiga sido como haiga sido”, primero están sus intereses. Lo mismo con Ulises Ruiz, o con Moreira. Qué vergüenza. 


Mi impresión es que sus gestos tendrán efecto. Que el PRI le tenderá la mano a Calderón, si es que Peña Nieto llega a Los Pinos. Y honestamente no creo que la sociedad civil logrará que se haga justicia, que Calderón responda por este desastre nacional, si el PRI llega a la Presidencia. El PRI, he dicho antes, es el PRI. 


Calderón ganará su salvoconducto si facilita la llegada de Peña al poder, y si se muestra dispuesto a cooperar, como lo está haciendo. Unas por otras. Así se las gastan unos y otros. Y lo peor no es siquiera eso: que Calderón se vaya impunemente a disfrutar sus vacaciones pagadas. 


Lo peor es que, mientras él disfruta un posible acuerdo con el PRI –yo no creo que Josefina Vázquez Mota vaya ganar, y con AMLO es imposible que negocie–, miles de familias mexicanas seguirán sufriendo, durante décadas, a causa de una guerra inútil y sin sentido, a causa de un sexenio sangriento en el que nos gobernó un hombre arrogante, casi sin ninguna virtud –como las que tuvo Nixon–, pero con una enorme capacidad para salirse siempre con la suya.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/30-04-2012/6611. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Alberto Aguirre M - El juego de Elba Esther (Recomendación de RamnR)


A punto de cumplirse el primer mes de las campañas presidenciales, la estrategia de Nueva Alianza marcha conforme lo planeado. Tanto, que pueden darse el lujo de soportar las singularidades de Gabriel Quadri: nada podrá evitar que el partido magisterial refrende su registro nacional y se coloque -de acuerdo con sus cálculos- como la quinta fuerza política con más legisladores en el Congreso de la Unión.

La seguridad es absoluta. Y es que salvo una tendonitis que pronto requerirá una cirugía, Elba Esther Gordillo está en su mejor forma. Como en los viejos tiempos. Tiene el mando total de las bases magisteriales -salvo las secciones 14, de Oaxaca; 18 de Michoacán, y 22 de Oaxaca, las otras 55 secciones son elbistas-, que gracias a una sutil maniobra que les llevó dos años, ahora están alineadas a un mismo objetivo: resistir el embate final del calderonismo.
En esta empresa quijotesca, La Maestra, más que una generala, es como el flautista de Hamelín. 

Y supo convertir su pleito más reciente -con la cúpula de Televisa, donde de nada le sirvió haber invertido varios millones de dólares, con la intermediación de Enrique Jackson Ramírez- en una cruzada para garantizar la sobrevivencia de su organización gremial.
Frente a las costas californianas, hace una semana, Gordillo Morales atendió asuntos sindicales y partidistas: logró el respaldo de los integrantes del Consejo Nacional del SNTE para romper lanzas con el gobierno federal y condicionar la renegociación salarial -que debe concretarse antes del 15 de mayo- a la cancelación de la llamada evaluación universal.

Sobre todo, es una estrategia propagandística. “Servirá para identificar a los adversarios y para definir hasta dónde podremos jalar con Enrique Peña Nieto”, revela un elbista connotado, “y en la siguiente fase, permitirá responder puntualmente a Josefina Vázquez Mota y a Andrés Manuel 

López Obrador, quienes ya dejaron sentir que quieren el exterminio del SNTE”.
¿Es una estrategia ganadora? A saber, pues el debate sobre transparencia sindical y eficacia de la tarea de los afiliados al SNTE en la mejoría de la calidad educativa se ha convertido en uno de los temas de esta campaña. Y al final, podría verse afectada la intención de voto para Nueva Alianza.

Si las intuiciones mercadológicas de Jordi Segarra y Alex Terres -dos publicistas catalanes que han trabajado para el PRI- son exitosas o no, es irrelevante.

También, si Carlos Salomón Cámara logra explotar el potencial mediático de Gabriel Quadri. La estrategia elbista está basada -nuevamente- en una estructura de operadores electorales que cobra en la nómina de la SEP, pero trabaja en las tareas partidistas.
Para evitar sabotajes, la cúpula magisterial acordó en Tijuana modificar y establecer horarios a los comisionados en las oficinas sindicales para evitar problemas legales y trabajar de “tiempo completo”... en la cosecha de votos.

La meta es alcanzar 4 millones de votos para los candidatos de Nueva Alianza al Congreso de la Unión, el 1 de julio. Un millón saldrá de Puebla. Otro millón, de Sinaloa y Distrito Federal.


Ciro - Un mes ya y no han sabido ni podido despeinar a Peña Nieto


Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador terminan en un atascadero el primer mes de la campaña. Les quedan dos.
El panorama para ambos es más desastrado de lo que era el 30 de marzo. Aquel viernes inaugural, la encuesta de seguimiento diario Milenio-GEA/ISA registraba:
Peña Nieto, 50 por ciento.
Josefina, 32 por ciento.
López Obrador, 17 por ciento.
Los números de ayer eran peores:
Peña Nieto, 54 por ciento.
Josefina, 26 por ciento.
López Obrador, 19 por ciento.
No han sido capaces de despeinar a Enrique Peña Nieto. ¿Por qué?
El candidato de las izquierdas tocó 25 por ciento tres días consecutivos (abril 19, 20 y 21). Parecía el ajuste de ritmo, el inicio de la gran remontada. Pero hoy amanece más lejos que nunca del mexiquense. Malas, malas noticias. Creo que llegó la hora de mandar al diablo a la república amorosa. Tender la mano firme, besar a su hijo, le han dulcificado la imagen. Punto. Punto y aparte. Porque a ese paso terminará como un viejo bonachón sepultado en las urnas, sin opción siquiera al lloriqueo.
Lo de Josefina no es menos deplorable. Peña Nieto la superaba por 18 puntos, hoy lo hace por 28. Su campaña está convertida en polvo y cenizas. ¿Para quién es atractiva? ¿Para los jóvenes, para la clase media? ¿Es más fuerte que el priísta en el otrora norte azul? ¿El grueso de las mujeres está con ella? No rompe con el presidente Calderón, tampoco se sirve de él. Si el concepto que mejor definiría a Peña Nieto es defensiva cerrada y a López Obrador dudosa reconversión, el de ella es… nada.
Las justificaciones en la derrota serán claudicantes, no les servirán. Dos meses y contando. El triunfo electoral es para quienes lo merecen.
Leído en http://www.vanguardia.com.mx/unmesyaynohansabidonipodidodespeinarapenanieto-1277174-columna.html

Jorge Zepeda - Calderolandia supera a Foxilandia

Calderón dijo hace algunos días que la migración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos cayó gracias a las oportunidades que su gobierno ha creado en materia de empleo. O sea, ya lo estamos perdiendo. Se necesita una enorme dosis de negación de la realidad, para no ver la obviedad de los verdaderos motivos: La contracción de la economía de nuestro vecino, el endurecimiento de las leyes migratorias y la severidad de la vigilancia en la frontera.

Para infortunio de Calderón apenas acababa de colocarse la estrellita en la frente, cuando Janet Napolitano, del comité de seguridad interna estadounidense, entregó el miércoles pasado un reporte puntual sobre el tema. En efecto la salida de mexicanos ha descendido 53 por ciento en tres años, pero eso es porque los agentes fronterizos han aumentado a casi al doble (10 mil a 19 mil), se comenzó a aplicar tecnología punta en la vigilancia y las sanciones a los empleadores de ilegales crecieron exponencialmente. No es el empleo en México lo que ha crecido como quiere hacernos creer el presidente, sino el desempleo en Estados Unidos.

En descargo de Calderón habría que decir que por lo general todos los soberanos suelen terminar encerrados en sus torres de marfil. Se alimentan exclusivamente de la información “a modo” que les ofrece el círculo cerrado que les rodea. Mientras existan funcionarios que sigan respondiendo “las que usted diga, señor” a la pregunta ¿qué horas son?, los presidentes vivirán en su burbuja personal.

Quizá porque nunca tuvo apetito real por el poder y llegó a Los Pinos por mera circunstancia, Ernesto Zedillo se inventó un buen recurso para escapar a la jaula de oro. Cuando hacía giras por alguna ciudad, se tomaba media tarde para hablar con líderes locales. Uno a uno y durante 20 minutos por persona recibía a un rector, algún presidente de ganaderos, un director de periódico local (era mi caso en Guadalajara), un intelectual destacado, etc. Durante la conversación a solas, sin secretarios o funcionarios presentes, Zedillo exhortaba a su interlocutor a externar su opinión sobre el gobierno federal y el estado de cosas en la entidad. Supongo que muchos elogiarían al Presidente, pero me consta que algunos aprovechábamos la ocasión para expresar críticas y diferencias de criterio. Luego de la primera sesión, en la que fui particularmente severo con algunas de sus decisiones, asumí que nunca más sería invitado a otro ejercicio similar. Para mi sorpresa tuve otras dos “encerronas” con el Presidente giras posteriores.

Supongo que si Zedillo hizo esto a lo largo de todo el país su visión de la realidad debió ser mucho más rica y compleja que los descafeinados y pasteurizados reportes que le ofrecían sus subordinados. (A mi parecer Zedillo ha sido el más republicano de los últimos presidentes. No sólo permitió la alternancia política y las reformas que llevaron a ella, contra la opinión de buena parte de su partido; me parece también que ha sido el menos avorazado en términos de corrupción y enriquecimiento personal. Para su desgracia y la de todos los mexicanos, cometió el más grande error de la historia moderna del país: El brutal endeudamiento derivado del Fobaproa. Y no es el rescate financiero lo que se cuestiona, sino la manera abusiva en que fue aplicado, pero esa es otra historia). 

Abrirse a otra información no ha sido el fuerte de Calderón. En los cuatro encuentros en los que he participado por razones periodísticas durante su presidencia, el michoacano se ha caracterizado por su propensión a polemizar. Los testimonios concuerdan; el Presidente utiliza toda conversación o encuentro en palestra unilateral para difundir sus razones. Oye pero no escucha. Mucho menos a sus subordinados que viven atemorizados por sus regaños o sus reacciones iracundas frente a reportes adversos. En beneficio del mandatario habría que decir que en algunas materias parece un profundo conocedor de los detalles. Siempre maneja cifras y conoce la legislación respectiva. Pero es una selección de estadísticas invariablemente parcial; sólo aquellas que favorecen 
sus argumentos.

Hace una semana Calderón aseguró en Washington que la providencia había colocado a la “gente acertada en el momento adecuado”, refiriéndose a su cruzada personal en contra del Narco. Nunca fue fácil dialogar con el Presidente, mucho menos ahora que recurre a explicaciones de origen celestial, para justificar sus actos. No hay manera de cuestionar y mucho menos de modificar su estrategia contra el crimen organizado si, como él dice, es resultado de la voluntad divina. Mala cosa cuando la desinformación y el fundamentalismo terminan generando un universo paralelo. La Disneylandia de Fox me resultaba más inofensiva y frívola que esta extraña Calderolandia en la que se está deslizando el Presidente.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/calderolandia-supera-a-foxilandia1

Alemán - De la izquierda a los brazos de Peña Nieto

A lo largo de su periplo en busca del voto y la comprensión de los electores, que lo mandaron al tercer lugar de la contienda presidencial, el candidato Andrés Manuel López Obrador enfrenta una realidad apabullante hasta para el más pintado: la incontenible fractura de las izquierdas.

Y es que en todas o casi todas las plazas a las que llega el dos veces aspirante presidencial, se enfrenta al mismo reclamo, a idéntica queja y similar el regaño. Y es que en todo el país las tribus estatales de las llamadas izquierdas están en guerra permanente, mientras que el clientelismo campea entre las franquicias del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.

Todo ello mientras que a gritos –desde los templetes en donde intenta ganar electores– López Obrador también trata de poner orden, ya sin tener la misma influencia y el respeto que llegó a tener en los previos a 2006, cuando era el jefe indiscutible de las izquierdas.

Pero la desesperación que todos los días exhibe López Obrador en sus mítines y concentraciones por todo el país –debido a una izquierda partida, fracturada y en guerra, que ha perdido todos sus bastiones históricos–, no es el único lamento desesperado. También es recurrente que uno de los fundadores del PRD –y artífice de la unidad de las izquierdas–, Cuauhtémoc Cárdenas, también alerta sobre la división, la fractura y las mezquindades de las izquierdas, a las que alguna vez dijo representar.

Y es que el partido, que nació en mayo de 1989 como una gran esperanza de que finalmente la izquierda mexicana no sólo lograría la unidad, sino que se podría convertir en alternativa del viejo PRI, en realidad fracasó luego de dos décadas de tropiezos, guerras intestinas, excesos políticos, corruptelas, gobiernos cuestionados y una ambición sin límite por los cargos públicos. En realidad poco o nada queda hoy de las llamadas ideologías de izquierda, convertidas en partidos que más bien parecen rentables empresas del poder, que ya olvidaron que el interés ciudadano está o debiera estar en el centro de su atención.

Y ha sido tal el fracaso de esas izquierdas, han sido tan malos sus gobiernos, y es de tal magnitud la descomposición, que vive esa tendencia política que, en cuestión de horas, se formalizará una alianza entre distintos grupos de las llamadas izquierdas y el PRI de Enrique Peña Nieto. Sí, de ese tamaño es la fractura, la ruptura y la crisis de las izquierdas. ¡Aunque usted no lo crea, la izquierda partidista terminó por pudrirse! Pero, ¿cómo que se aliarán al PRI de Peña Nieto?

En efecto, resulta que el grupo político de izquierda que, a lo largo de tres décadas convirtió a Iztapalapa en uno de los municipios más poderosos –sea por sus recursos económicos, sea por su capacidad de movilización política–, anunciará de manera formal que en pocas horas establecerá una alianza con el PRI de Enrique Peña Nieto, a quien entregarán sus votos.

Se trata de la corriente política de la izquierda que se identifica con la tendencia socialdemócrata, encabezada por los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo, quienes junto con Ruth Zavaleta y con otros ex perredistas harán campaña a favor de Peña Nieto y la alianza PRI-Partido Verde. Pero la alianza no es de a gratis. No, los otrora militantes de las izquierdas darán su voto a Peña, a cambio de candidaturas a distintos puestos de elección popular.

Pero ésa no es la única transformación. Apenas el pasado viernes, la señora Rosario Robles –fundadora del PRD y a ex jefa de Gobierno del DF– confirmó lo que toda la clase política sabía: que desde hace meses realiza campaña a favor de Peña Nieto. También en ese caso el apoyo se produjo a cambio de posiciones, una de ellas a la hija de Robles. Pero no es todo, en el PRI del DF se produjo una ola de protestas a causa de candidaturas a diputados locales y jefes delegacionales, entregadas a ex perredistas.

En pocas palabras, que el “efecto Peña Nieto” también conquistó a distintas corrientes de la llamada izquierda, con las que sostendrá intensos amoríos político-electorales. ¿Pero qué fue lo que pasó? ¿Acaso hablamos de una vulgar infidelidad; de una traición sin nombre? No, lo cierto es que vemos que “los jefes” de la izquierda cosechan lo que sembraron.

Todos saben que el grupo de “Los Chuchos” abandonó a AMLO. Pero todos recuerdan que AMLO combatió hasta la muerte a “Los Chuchos”. AMLO y Marcelo destruyeron a los hermanos Arce y Círigo y esos hermanos cobran venganza. Y AMLO destruyó y echó del PRD a Rosario Robles. Hoy Robles le cobra la factura. ¿Qué tal? ¡Chulada de izquierda!


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/de-la-izquierda-a-los-brazos-de-pena-nieto

Denisse Dresser - El niño burbuja

En los 70 se volvió popular una película llamada “The Boy in the Plastic Bubble” -El niño en la burbuja de plástico- y el protagonista vivía aislado del mundo por un problema inmunológico. En México hoy tenemos nuestra propia versión encarnada por el candidato Enrique Peña Nieto. Así como John Travolta temía a los microbios, el puntero priísta le teme a los debates. Le teme a la confrontación de ideas y cómo defenderlas. Le teme a las preguntas incómodas y cómo contestarlas. Prefiere vivir en un mundo controlado, artificial, encapsulado, lejos de cualquier paso en el mundo real que podría mostrar su debilidad discursiva. Su fragilidad propositiva. La acusación de vaciedad que lo perseguiría en los auditorios ante los cuales no se quiere presentar. La percepción de incapacidad que lo acompañaría frente a los foros que rehúye. Peña Nieto prefiere ser catalogado de cobarde que de estúpido.

“Dame la palabra correcta y moveré al mundo”, escribió Joseph Conrad. Porque las palabras son poder. Poder para persuadir, para convencer, para disentir, para construir democracias y habitarlas. Poder que el priísta demuestra que no tiene. La libertad se forja a martillazos sobre el yunque del debate y eso es precisamente lo que Peña Nieto evade. Prefiere -por lo visto- el autoritarismo silencioso a la democracia gritona. No quiere construir espacios cívicos y participativos, plurales y educativos. Y con ello revela su problema principal: no ha aprendido a debatir ideas sino a memorizarlas; no ha aprendido a pensar en las políticas públicas sino a repetir lo que le colocan en el teleprompter.

Y la reticencia de Peña Nieto tiene efectos y muy graves. México tiene un problema de desinformación ciudadana. De personas que se oponen a las reformas estructurales, pero no entienden por qué otros subrayan su necesidad. De personas que le apuestan a líderes providenciales y no asumen responsabilidades individuales. Los mexicanos cuentan con pocos mecanismos para expresar sus preferencias más allá del voto sexenal. No tienen acceso al aprendizaje sobre la cosa pública más allá del periódico que leen de manera superficial y del programa de televisión que contemplan de manera pasiva. México hoy padece una democracia delgada, una democracia de urnas presentes y ciudadanos ausentes. Y Peña Nieto contribuye –al rechazar el debate– a esa democracia de baja calidad.

Como lo argumenta el filósofo político Benjamin Barber en “Strong Democracy”, la democracia necesita ciudadanos eficaces: hombres y mujeres ordinarios haciendo cosas extraordinarias de manera regular. Por ello, la tarea más urgente para el país es la construcción cotidiana de ciudadanos. El cultivo de lo que Tocqueville llamó “los hábitos del corazón”. La promoción de actitudes necesarias para que la democracia funcione. La construcción de foros públicos donde se discuta, se aprenda, se presenten datos, se comparen cifras, se conozca al otro y qué opina. La transformación de cada estudiante y cada trabajador y cada ama de casa y cada periodista en un aprendiz de la libertad. Al negarse a debatir -más allá de los dos debates acortados y acartonados del IFE- Peña Nieto coarta la posibilidad de esa transformación.

Hoy, con todo lo que hay en juego en la elección presidencial hay que concebir el debate para educar no solo para influenciar; el debate para construir ciudadanos no solo para presionar a políticos; el debate para proveer conocimiento a la población y no sólo para atarse a preguntas prestablecidas; el debate para informar a la opinión pública y no sólo para usarla como público de telenovela.

Por ello hay que obligar a Peña Nieto a salir de su burbuja y darle un buen pinchazo para romperla. Obligarlo a salir a la democracia contestataria y sin acordeones. Obligarlo a contestar por qué el Estado de México ocupa el primer lugar en robo de automóviles de toda la República. Obligarlo a responder por qué en los últimos años han muerto más mujeres en la entidad que gobernó que en Ciudad Juárez. Obligarlo a explicar por qué el territorio mexiquense ocupa un lugar tan malo en el índice de transparencia gubernamental elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad. Obligarlo a decir por qué, ahora sí, el PRI apoyaría reformas estructurales que ha pasado los últimos dos sexenios rechazando o saboteando.

En países con una cultura del debate se enseña a los ciudadanos a pelear con las palabras, y en México llegó la hora de que el puntero presidencial aprenda a hacerlo también. En países con democracias funcionales, las personas entienden que la información no es prerrequisito del debate, sino su producto, y Peña Nieto debe enseñarnos que sabe cómo dominarla. Que sabe cómo convertir copetes acicalados en argumentos duros. Que sabe confrontar ideas para esclarecerlas. Que está dispuesto a participar en un argumento con el objetivo de arribar a la verdad. Para llegar a ella México necesita, como lo diría Hamlet, “palabras, palabras, palabras”. Pero palabras pronunciadas en debate tras debate y no sólo leídas en un teleprompter.


Marín - ¿Cuántos y por cuánto como Walmart?


Hace casi un año, en su Índice Nacional de Corrupción, Transparencia Mexicana señaló que el Distrito Federal continúa siendo la entidad más representativa del soborno, lo mismo para evitar infracciones de tránsito que para realzar trámites y contratación de servicios en el sector público.
La corrosiva práctica se da en todo el país, en casi todas las áreas de la administración y en los tres niveles de gobierno.
Si los mexicanos, según aquel estudio, untaron la mano de servidores públicos en 10.3 de cada 100 trámites realizados en 2010, ¿en qué proporción lo habrán hecho representantes de empresas trasnacionales como Walmart?
Entre 2002 y 2005, esa firma repartió dádivas por aproximadamente 24 millones de dólares, según revelación de The New York Times.
Durante ese lapso abrió en México 233 tiendas y, de entonces a la fecha, mil 900 más.
¿Para cuántas, en qué localidades, a quiénes y con cuánto sobornó Walmart a funcionarios mexicanos?
El de Transparencia Mexicana es un índice que se levanta cada dos años en las 32 entidades federativas.
Hace un año dio cuenta del empeoramiento y el mejoramiento del problema, resaltando que en 16 estados decrecieron las cifras de corrupción… pero que el promedio nacional se incrementó en tres décimas.
La elaboración del índice implicó entrevistas en 15 mil 300 domicilios y contabilizó ¡200 millones de transacciones! en las que se recurrió a esa corrosiva práctica.
Entre las entidades con menor corrupción figuraron Baja California Sur, Durango y Nayarit.
Las menos presentables fueron el DF, el Estado de México y Guerrero.
Transparencia Internacional (de la que forma parte TM) reportó en agosto de 2011 que Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Suiza, Canadá y los países nórdicos integran el top 10 de los países con menos corrupción. Los últimos 5 son Uzbekistán, Iraq, Afganistán, Myanmar y Somalia.
En esa tabla, México figuró en la posición 98 (entre 178 países), compartiendo el sitio con Egipto y Burkina Faso (un país de África occidental, del tamaño de Ecuador y con una población de 15 millones de habitantes, que limita con Malí, Níger, Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín).
Consuelo de tontos: Chile lleva la delantera en América Latina (7.2) y le sigue Uruguay (6.9), detrás de Estados Unidos, Brasil, Perú, Guatemala, Panamá y Colombia, que merecen calificaciones similares a México (3.0).
El caso Walmart escandaliza tanto por el monto de sus sobornos como por el hecho de que se trata de una sola empresa.
De otras firmas menos emblemáticas, las de modestos vendedores ambulantes y taqueros a las de restaurantes, hoteles y desarrollos habitacionales, taxis autorizados y piratas; a edificios de oficinas y plazas comerciales o proyectos turísticos, las dádivas son obligado requisito para muchos empleados municipales, delegacionales, estatales y federales que autorizan licencias, uso de suelo, salidas de emergencia y tomas de agua.
Será bueno conocer los nombres y cargos, aunque sea, de los que se arreglaron con Walmart.

Anónimo - Historia de Abdula, el mendigo ciego.

Las mil y una noche

Historia de Abdula, el mendigo ciego.

El mendigo ciego que había jurado no recibir ninguna limosna que no estuviera acompañada de una bofetada, refirió al Califa su historia:

-Comendador de los Creyentes, he nacido en Bagdad. Con la herencia de mis padres y con mi trabajo, compré ochenta camellos que alquilaba a los mercaderes de las caravanas que se dirigían a las ciudades y a los confines de tu dilatado imperio.

Una tarde que volvía de Bassorah con mi recua vacía, me detuve para que pastaran los camellos; los vigilaba, sentado a la sombra de un árbol, ante una fuente, cuando llegó un derviche que iba a pie a Bassorah. Nos saludamos, sacamos nuestras provisiones y nos pusimos a comer fraternalmente. El derviche, mirando mis numerosos camellos, me dijo que no lejos de ahí, una montaña recelaba un tesoro tan infinito que aun después de cargar de joyas y de oro los ochenta camellos, no se notaría mengua en él. Arrebatado de gozo me arrojé al cuello del derviche y le rogué que me indicara el sitio, ofreciendo darle en agradecimiento un camello cargado. El derviche entendió que la codicia me hacía perder el buen sentido y me contestó:

-Hermano, debes comprender que tu oferta no guarda proporción con la fineza que esperas de mí. Puedo no hablarte más del tesoro y guardar mi secreto. Pero te quiero bien y te haré una proposición más cabal. Iremos a la montaña del tesoro y cargaremos los ochenta camellos; me darás cuarenta y te quedarás con otros cuarenta, y luego nos separaremos, tomando cada cual su camino.

Esta proposición razonable me pareció durísima, veía como un quebranto la pérdida de los cuarenta camellos y me escandalizaba que el derviche, un hombre harapiento, fuera no menos rico que yo. Accedí, sin embargo, para no arrepentirme hasta la muerte de haber perdido esa ocasión.

Reuní los camellos y nos encaminamos a un valle rodeado de montañas altísimas, en el que entramos por un desfiladero tan estrecho que sólo un camello podía pasar de frente.

El derviche hizo un haz de leña con las ramas secas que recogió en el valle, lo encendió por medio de unos polvos aromáticos, pronunció palabras incomprensibles, y vimos, a través de la humareda, que se abría la montaña y que había un palacio en el centro. Entramos, y lo primero que se ofreció a mi vista deslumbrada fueron unos montones de oro sobre los que se arrojó mi codicia como el águila sobre la presa, y empecé a llenar las bolsas que llevaba.

El derviche hizo otro tanto, noté que prefería las piedras preciosas al oro y resolví copiar su ejemplo. Ya cargados mis ochenta camellos, el derviche, antes de cerrar la montaña, sacó de una jarra de plata una cajita de madera de sándalo que según me hizo ver, contenía una pomada, y la guardó en el seno. 

Salimos, la montaña se cerró, nos repartimos los ochenta camellos y valiéndome de las palabras más expresivas le agradecí la fineza que me había hecho, nos abrazamos con sumo alborozo y cada cual tomó su camino.

 No había dado cien pasos cuando el numen de la codicia me acometió. Me arrepentí de haber cedido mis cuarenta camellos y su carga preciosa, y resolví quitárselos al derviche, por buenas o por malas. El derviche no necesita esas riquezas -pensé-, conoce el lugar del tesoro; además, está hecho a la indigencia.

Hice parar mis camellos y retrocedí corriendo y gritando para que se detuviera el derviche. Lo alcancé.

-Hermano -le dije-, he reflexionado que eres un hombre acostumbrado a vivir pacíficamente, sólo experto en la oración y en la devoción, y que no podrás nunca dirigir cuarenta camellos. Si quieres creerme, quédate solamente con treinta, aun así te verás en apuros para gobernarlos.

-Tienes razón -me respondió el derviche-. No había pensado en ello. Escoge los diez que más te acomoden, llévatelos y que Dios te guarde.

Aparté diez camellos que incorporé a los míos, pero la misma prontitud con que había cedido el derviche, encendió mi codicia. Volví de nuevo atrás y le repetí el mismo razonamiento, encareciéndole la dificultad que tendría para gobernar los camellos, y me llevé otros diez. Semejante al hidrópico que más sediento se halla cuanto más bebe, mi codicia aumentaba en proporción a la condescendencia del derviche. Logré, a fuerza de besos y de bendiciones, que me devolviera todos los camellos con su carga de oro y de pedrería. Al entregarme el último de todos, me dijo:

-Haz buen uso de estas riquezas y recuerda que Dios, que te las ha dado, puede quitártelas si no socorres a los menesterosos, a quienes la misericordia divina deja en el desamparo para que los ricos ejerciten su caridad y merezcan, así, una recompensa mayor en el Paraíso.

La codicia me había ofuscado de tal modo el entendimiento que, al darle gracias por la cesión de mis camellos, sólo pensaba en la cajita de sándalo que el derviche había guardado con tanto esmero.

Presumiendo que la pomada debía encerrar alguna maravillosa virtud, le rogué que me la diera, diciéndole que un hombre como él, que había renunciado a todas las vanidades del mundo, no necesitaba pomadas.

En mi interior estaba resuelto a quitársela por la fuerza, pero, lejos de rehusármela, el derviche sacó la cajita del seno, y me la entregó.

Cuando la tuve en las manos, la abrí. Mirando la pomada que contenía, le dije:

-Puesto que tu bondad es tan grande, te ruego que me digas cuáles son las virtudes de esta pomada. 

-Son prodigiosas -me contestó-. Frotando con ella el ojo izquierdo y cerrando el derecho, se ven distintamente todos los tesoros ocultos en las entrañas de la tierra. Frotando el ojo derecho, se pierde la vista de los dos.

Maravillado, le rogué que me frotase con la pomada el ojo izquierdo.

El derviche accedió. Apenas me hubo frotado el ojo, aparecieron a mi vista tantos y tan diversos tesoros, que volvió a encenderse mi codicia. No me cansaba de contemplar tan infinitas riquezas, pero como me era preciso tener cerrado y cubierto con la mano el ojo derecho, y esto me fatigaba, rogué al derviche que me frotase con la pomada el ojo derecho, para ver más tesoros.

-Ya te dije -me contestó- que si aplicas la pomada al ojo derecho, perderás la vista.

-Hermano -le repliqué sonriendo- es imposible que esta pomada tenga dos cualidades tan contrarias y dos virtudes tan diversas.

Largo rato porfiamos; finalmente, el derviche, tomando a Dios por testigo de que me decía la verdad, cedió a mis instancias. Yo cerré el ojo izquierdo, el derviche me frotó con la pomada el ojo derecho. Cuando los abrí, estaba ciego.

Aunque tarde, conocí que el miserable deseo de riquezas me había perdido y maldije mi desmesurada codicia. Me arrojé a los pies del derviche.

-Hermano -le dije-, tú que siempre me has complacido y que eres tan sabio, devuélveme la vista. 

-Desventurado -me respondió-, ¿no te previne de antemano y no hice todos los esfuerzos para preservarte de esta desdicha? Conozco, sí, muchos secretos, como has podido comprobar en el tiempo que hemos estado juntos, pero no conozco el secreto capaz de devolverte la luz. Dios te había colmado de riquezas que eras indigno de poseer, te las ha quitado para castigar tu codicia.

Reunió mis ochenta camellos y prosiguió con ellos su camino, dejándome solo y desamparado, sin atender a mis lágrimas y a mis súplicas. Desesperado, no sé cuántos días erré por esas montañas; unos peregrinos me recogieron.

Leído en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/otras/1001/abdula.htm

UNA CAÑA DE BAMBÚ PARA EL MÁS TONTO.



Existía un próspero reino en el norte de la India. Su monarca había alcanzado ya una edad avanzada. Un día hizo llamar a un yogui que vivía dedicado a la meditación profunda en el bosque y dijo: 

–Hombre piadoso, tu rey quiere que tomes esta caña de bambú y que recorras todo el reino con ella. Te diré lo que debes hacer. Viajarás sin descanso de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo y de aldea en aldea. Cuando encuentres a una persona que consideres la más tonta, deberás entregarle esta caña. 

–Aunque no reconozca otro rey que mi verdadero yo interior, señor, habré de hacer lo que me dices por complacerte. Me pondré en camino enseguida.

El yogui cogió la caña que le había dado el monarca y partió raudo. Viajó sin descanso, llegando sus pies a todos los caminos de la India. Recorrió muchos lugares y conoció muchas personas, pero no halló ningún ser humano al que considerase el más tonto.

Transcurrieron algunos meses y volvió hasta el palacio del rey. Tuvo noticias de que el monarca había enfermado de gravedad y corrió hasta sus aposentos. Los médicos le explicaron al yogui que el rey estaba en la antesala de la muerte y se esperaba un fatal desenlace en minutos. El yogui se aproximó al lecho del moribundo. Con voz quebrada pero audible, el monarca se lamentaba:

–¡Qué desafortunado soy, qué desafortunado! Toda mi vida acumulando enormes riquezas y, ¿qué haré ahora para llevarlas conmigo? ¡No quiero dejarlas, no quiero dejarlas!

El yogui entregó la caña de bambú al rey.

*El Maestro dice: Puedes ser un monarca, pero de nada sirve si tu actitud es la de un mendigo. Sólo aquello que acumulas dentro de ti mismo te pertenece. No hay otro tesoro que el amor.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India