Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador terminan en un atascadero el primer mes de la campaña. Les quedan dos.
El panorama para ambos es más desastrado de lo que era el 30 de marzo. Aquel viernes inaugural, la encuesta de seguimiento diario Milenio-GEA/ISA registraba:
Peña Nieto, 50 por ciento.
Josefina, 32 por ciento.
López Obrador, 17 por ciento.
Los números de ayer eran peores:
Peña Nieto, 54 por ciento.
Josefina, 26 por ciento.
López Obrador, 19 por ciento.
No han sido capaces de despeinar a Enrique Peña Nieto. ¿Por qué?
El candidato de las izquierdas tocó 25 por ciento tres días consecutivos (abril 19, 20 y 21). Parecía el ajuste de ritmo, el inicio de la gran remontada. Pero hoy amanece más lejos que nunca del mexiquense. Malas, malas noticias. Creo que llegó la hora de mandar al diablo a la república amorosa. Tender la mano firme, besar a su hijo, le han dulcificado la imagen. Punto. Punto y aparte. Porque a ese paso terminará como un viejo bonachón sepultado en las urnas, sin opción siquiera al lloriqueo.
Lo de Josefina no es menos deplorable. Peña Nieto la superaba por 18 puntos, hoy lo hace por 28. Su campaña está convertida en polvo y cenizas. ¿Para quién es atractiva? ¿Para los jóvenes, para la clase media? ¿Es más fuerte que el priísta en el otrora norte azul? ¿El grueso de las mujeres está con ella? No rompe con el presidente Calderón, tampoco se sirve de él. Si el concepto que mejor definiría a Peña Nieto es defensiva cerrada y a López Obrador dudosa reconversión, el de ella es… nada.
Las justificaciones en la derrota serán claudicantes, no les servirán. Dos meses y contando. El triunfo electoral es para quienes lo merecen.
Leído en http://www.vanguardia.com.mx/unmesyaynohansabidonipodidodespeinarapenanieto-1277174-columna.html
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