Difiero del enfoque general de su escrito, en donde el PRI aparece como el malo de la película y el PRD y el PAN, como blancas palomitas, ojalá el análisis fuera tan sencillo y, si así fuera, desde hace tiempo, el PRI habría dejado de existir y, los demás partidos, no seguirían escogiendo a la gran mayoría de sus candidatos, entre los priistas que no han podido alcanzar sus pretensiones, debido a la limitación en los puestos más importantes de ese partido, y aceptan gustosos las ofertas de los partidos rivales. Tampoco el PRI se hubiera recobrado de sus dos derrotas presidenciales (que reconoció de inmediato, sin impugnaciones), recobrando cada vez más puestos de elección popular y, muy posiblemente, la Presidencia de la República. En consecuencia, los hechos desmienten a su percepción personal, muchos millones de mexicanos piensan diferente y así lo demuestran en las encuestas, en donde, en la tranquilidad de sus hogares, expresan su preferencia, sin influencias externas, por consiguiente, ese es el medio más confiable para conocer el sentir real de la población, lógicamente, no de todos piensan igual pues, en un régimen democrático existen diferentes simpatías. La única gran diferencia, que pone en duda la legitimidad de la elección, es la esperada inconformidad del candidato del PRD quien, nuevamente no acepta su derrota e inventa falsedades, cada vez más exageradas, para acusar, ahora al PRI (en el 2006 fue al PAN), de serias irregularidades, siendo inconcebible para muchos de nosotros que, ya conociéndolo, le den crédito a las mismas, sin embargo, es justo reconocer, que lo que ha perdido en la elección lo ha ganado en propaganda mediática, irónicamente, pues una de sus quejas es (y sigue siendo) en contra de los medios de comunicación, mismos que han colaborado, con la difusión de sus quejas, al convencimiento de, no podría definir, cuantos ciudadanos, incluida usted entre los mismos, de que existió una compra masiva de votos, por parte del PRI.
La situación
actual es muy diferente a la del 2006, en la que él y sus allegados eran los
únicos quejosos, ahora se están sumando grupos radicales, yosoy132 y el EZLN,
que amenazan con actuar en el caso de la “imposición” de EPN, siendo muy
preocupante y difícil de prever, hasta que punto cumplirán sus amenazas y las
consecuencias, que sufriremos todos, al ser prácticamente inminente, si se
actúa conforme a derecho, la declaratoria de
EPN como residente Electo y, posteriormente, como Presidente.
Afortunadamente, no es complicado desmentir
una violación a la libre voluntad de los electores de tal magnitud, únicamente
basados en los hechos y lo ilógico e irrazonable de que los resultados
obtenidos en la elección fueran debidos a una compra masiva de votos (primero 3
millones pero, al darse cuenta AMLO que, de cualquier manera hubiera ganado
EPN, tranquilamente, los aumentó a 5 millones). Según usted afirma “Es
indiscutible que estas elecciones son las más sucias que el PRI ha
protagonizado”, a lo cual yo le diría que, lo indiscutible, en todo caso, es
que fueron las elecciones más limpias y vigiladas de nuestra historia y, para
ello, lo único que requiero demostrar es la falsedad sobre la compra de 5
millones de votos, labor relativamente sencilla porque, me supongo que estamos
de acuerdo en que la depuración lograda en la recepción y suma de votos, por
ciudadanos independientes, con la asistencia de los representantes de todos los
partidos y observadores nacionales e internacionales, garantizaron la legalidad
de la elección, en este aspecto, así como también, que fueron correctos los
resultados obtenidos con el Conteo Rápido, los del PREP y los correspondientes
al conteo oficial de los votos en los 300 Consejos Distritales. Mi primera
pregunta sería: ¿Estamos, efectivamente, de acuerdo, en lo que menciono, que todo
fue correcto si excluimos, por el momento, la compra de 5 millones de votos?
Desde luego, salvo las compras de votos
acostumbradas, en baja escala, por todos los partidos y algunas otras
irregularidades que no influyen en los resultados.
Desde antes de la
elección, era ya perfectamente predecible quien sería el ganador, según las
encuestas, 5 de las cuales sobreestimaron su ventaja, pero acertaron en los
porcentajes del segundo y tercero lugares y a quienes les correspondían, y 6 atinaron los porcentajes y los lugares de todos los candidatos. Según AMLO, las
encuestas se utilizaron como propaganda y el PRI compró a las empresas
encuestadoras, lo cual no merece muchas explicaciones para desmentirlo, al
haber atinado todas en las posiciones de los contendientes y la mayoría en
todos los porcentajes de los mismos. En donde sí estamos de acuerdo con él es
en la utilización, solamente como propaganda,
de la encuesta en que tenía una ventaja de dos puntos sobre EPN, sin aclarar
cuál fue la empresa responsable, si
realmente existió. ¿Estamos de acuerdo en esto?
EPN ganó la
Presidencia pero no la mayoría del Congreso, evidencia irrefutable de que los
ciudadanos emitieron un voto razonado, y decidieron no otorgarle dicha
mayoría. Si tenemos evidencia de que un
mismo ciudadano, al emitir su voto, escogió a un partido para la Presidencia y
a otro para el Congreso, ¿Podría esto suceder si los votos fueran comprados?,
tercera pregunta.
A pesar de haber
ganado el PRI, hubo votos de castigo en tres Estados: Nuevo León, Tamaulipas y
Veracruz, en los tres ganó el PAN.
¿Sería esto posible con votos comprados?, cuarta pregunta.
Si supusiéramos,
por un momento, que el triunfo de EPN se debió a la compra de 5 millones de
votos, y aceptáramos lo dicho por AMLO, que él hubiera ganado en el caso de no
haberse comprado, y suponiendo que si así fuera, esos 5 millones de votos se le
restarían a EPN y se repartirían, la mayor parte a AMLO y el resto JVM,
desquiciando todas las encuestas, ¿Será posible que todas las empresas encuestadoras
se equivocaran en los porcentajes de todos los candidatos y en los lugares
ocupados por dos de ellos?, cuarta pregunta.
En su escrito
menciona a empresarios que aportan su “dinerito” a cambio de prebendas pero,
las quejas a este respecto las ha acumulado el PRD. Una muy difundida, conocida
como “el charolazo” de 6 millones de dólares, si recuerdo bien y, aunque no se
concretó, se aceptó el intento de recabar fondos de esa manera. También existe
la denuncia del PRI sobre el donativo de 110 millones de pesos del dueño de
Villa Acero y la denuncia de la aportación del SME, adicionalmente, el no
rendir cuentas de las aportaciones de varias de las organizaciones controladas
por AMLO, algunas de las cuales, ni siquiera están registradas en Hacienda. Yo
no recuerdo ninguna denuncia en contra del PRI en este particular. ¿Estamos de
acuerdo? Quinta pregunta.
Analicemos ahora
si la mayor parte de los millones de votos supuestamente comprados se realizó
con las tarjetas de Soriana.
En mi opinión,
que coincide, parcialmente, con la suya, se trató de un recurso desesperado
para demostrar una compra masiva, inexistente, de votos, sin prever la
facilidad con que se podía demostrar su falsedad. Según el Director Comercial
de Soriana, desde que AMLO ocupara la jefatura de gobierno del D.F., tenía un
convenio con ellos para distribuir
dinero para las personas de la “tercera edad” a través de tarjetas de
Soriana. Dichas tarjetas, como aclaró dicho funcionario, si eran susceptibles de
recibir dinero, no siendo así las correspondientes a un acuerdo que tenían con
la C.T.M., 3500 de ellas fueron exhibidas por AMLO, las cuales eran solamente
de descuento y no admitían que se les cargara efectivo. Posiblemente, AMLO
supuso que las otras tarjetas también tenían la misma característica de las de
su convenio, y se le ocurrió utilizarlas como prueba de compra masiva de votos,
a través de las mismas.
Unos días
después de las elecciones, en una de las tiendas de Soriana, ubicada en el
D.F., un grupo numeroso de supuestos “compradores” vació de mercancía, casi por
completo, varios estantes, estando “casualmente” presente un fotógrafo de La
Jornada, quien tomó las fotográficas incriminatorias. Según Soriana, los
supuestos “compradores”, efectivamente llenaron los carritos de mercancías pero,
los dejaron regados en el interior de la tienda, sin acceder a las cajas. La
tienda fue posteriormente clausurada, a pesar de haber operado aproximadamente
10 años sin ningún problema y, posteriormente, se clausuró otra de ellas. Lo más extraño es que, la “compra” de pánico
sucedió solamente en una de las 600 tiendas que tiene Soriana, distribuidas en
la República y, desde luego, tampoco en ninguna otra de las que operan en el
D.F. Para cualquiera, supongo, se trató solamente de un burdo “montaje”. ¿Usted
qué opina? Sexta pregunta.
Esta empresa ha
sufrido considerables pérdidas y, los directivos habían decidido demandar a
AMLO pero, al estar ya sufriendo manifestaciones en su contra y previendo lo
que sucedería si lo hacían, han preferido aguantar sin quejarse de todo lo
sucedido y solamente presentar toda la información requerida por las
autoridades.
En las
elecciones pasadas, en el D.F., el
candidato del PRD “arrasó” con una ventaja considerable con respecto a las
demás contendientes, y los porcentajes obtenidos, por cada uno de ellos, fueron
los previstos en las encuestas, lo cual no hubiera sucedido si hubiera existido
una compra masiva de votos, inclusive, Marcelo Ebrard, aseguró que en el D.F.
no se había dado esa pretendida compra. ¿Usted cree que si hubo compra masiva
de votos en el D.F.? Séptima pregunta.
Independientemente
de no ser posible cargar efectivo a las tarjetas que obran en poder de AMLO, su
sola existencia no prueba nada y no fue presentada ninguna prueba de que
millones de ellas fueran utilizadas para la compra de votos, lo cual se
comprueba en la conclusión de IFE remitida al Tribunal Electoral:
“En su extensa
argumentación, el organismo electoral desvirtúa cada uno de los agravios que
esgrime el Movimiento Progresista, entre ellos el uso de las polémicas tarjetas
de Soriana y los monederos electrónicos Monex, de los que solicita sean
desestimados como valor probatorio de la compra y coacción del voto. De su
presentación no se desprenden circunstancias de modo, tiempo y lugar, por lo
que su valor es meramente indiciario.
Referente a las aproximadamente 2 mil 345 tarjetas Soriana, en
relación con las denuncias del rebase de los topes de gastos de campaña, deben
de igual forma desestimarse en cuanto a su valor probatorio, cuya emisión no se
acredita que corresponda a Soriana, toda vez que no existen elementos de prueba
que adminiculados hagan evidente su autoría (...) No existe la certeza de que
efectivamente las mismas hubieran sido recibidas por los medios que ellos
refieren y su simple existencia no revela tampoco que su entrega haya sido
condicionada, bajo qué supuesto y menos aún que contuviera dinero o algún tipo
de prestación”.
Al
abundar en la entrega de estos instrumentos –Soriana, Monex y otros–, el órgano
electoral agrega elementos para desestimarlos como prueba: “No ha sido
comprobado y por tanto no puede hacer prueba plena (que el) otorgamiento de las
tarjetas de ‘beneficios’ hayan sido con el objeto de presionar o coaccionar a
los electores a emitir su voto a favor de determinada coalición y con ello se
acredite la vulneración del derecho del voto libre, con independencia de que
ese hecho sea determinante o no en el cómputo de la votación”.
Aquí es muy importante mencionar la manipulación que están haciendo
AMLO y sus allegados, en lo referente a las pruebas que deben presentarse,
según expresa el derecho: “el peso de la prueba corresponde a la parte
acusadora”, tal y como se observa en los párrafos anteriores, ellos no están
presentando pruebas, sino suposiciones, para ser investigadas por la autoridad,
engañando a la sociedad al decir que la autoridad no investiga pero, la función
de la autoridad es investigar la validez de las pruebas presentadas, no la de
investigar suposiciones. ¿Está de acuerdo con esto? Octava pregunta.
Es tan
deficiente la presentación de pruebas, por parte del PRD que, en las que
presentó, posteriormente, ante el Tribunal Electoral, con espectacular desfile
de cajas, impresionando por su gran volumen, el escritor de izquierda, Sergio
Aguayo, quien votó por AMLO, y analizó las pruebas presentadas, terminó un
artículo, escrito en días pasados, de la manera siguiente: “Como votante de
izquierda también espero que los partidos de esa corriente sustenten recursos
jurídicos con evidencia sólida. Ya basta de improvisaciones y novatadas; es
tiempo de que dejen de actuar como aficionados”.
Antes de
analizar lo correspondiente a Monex, en donde la denuncia inicial del PAN no
era por compra de votos, sino por exceder los montos de campaña, adornada,
posteriormente, por el PRD y ese partido con la suposición de utilización de
dinero “ilícito”, me gustaría preguntarle si, después de lo expuesto en estos
párrafos, continúa suponiendo que existió una compra de 5 millones de votos y,
en el caso de ser así, ¿En qué se funda y como lo lograron? Novena
pregunta.
En otra parte
del fallo del IFE se expresa lo siguiente:
“Sobre Monex y
las facturas de Grupo Comercial Inizzio SA y Comercializadora Epfra –que el
Movimiento Progresista aporta para sostener que hubo dinero ilícito en la
campaña de Enrique Peña Nieto–, el instituto considera que la queja debe ser
infundada, toda vez que parte de la premisa errónea de que la mera presentación
de las facturas acredita la infracción aducida. Refiere que en la queja del PAN
al respecto, la Unidad de Fiscalización deberá valorarlas de manera
adminiculada con la totalidad de indicios aportados”.
Este último
punto aclara la gran diferencia en las denuncias presentadas por el PAN y por
el PRD. El 25 de junio, el PAN presentó una denuncia ante el IFE, aduciendo que
el PRI había rebasado, por más del doble, los topes en los gastos de campaña.
El 15 de julio, el Movimiento Progresista presenta al IFE facturas de cuentas
en Monex, por 179 millones 639 mil 71 pesos, presuntamente relacionadas con la
compra y coacción del voto. Por ese motivo, inicialmente Madero aclaraba que
hubo irregularidades de parte del PRI
(exceder los gastos de campaña) pero no acompañaban al PRD en solicitar la
anulación de la elección (al no ser éste motivo de anulación de la misma).
Para algunos
puede resultar extraño el comportamiento del dirigente del PAN, al ir cambiando
sus pronunciamientos iniciales e irlos
haciendo cada más graves, en contra del PRI: que sí hubo compra de votos, que
ganó gracias a un “billetazo” y, por último, en compañía del PRD, que el PRI
había utilizado recursos ilícitos, pero se trata simplemente de su temor a ser
substituido, en la próxima Asamblea del PAN, siendo muy diferente hacerlo
responsable de su terrible derrota a justificarla, por haber ganado el PRI de
manera ilegal.
AMLO tenía
programada una sala de prensa para el 18 de junio, en la noche, en donde
expondría su Plan Nacional de Defensa de la Democracia pero, precisamente, ese
día en la mañana se publicó el fallo del IFE sobre sus denuncias: http://www.jornada.unam.mx/201...,
con lo cual podía, prácticamente, considerar que sus quejas tampoco iban a
progresar ante el Tribunal Electoral, en consecuencia, se requería una razón
más poderosa para seguir justificando su petición de la anulación de la
elección, la solución fue acusar al PRI de utilizar recursos “ilícitos”,
presumiblemente, lavado de dinero. Modificó el tema de su sala de prensa y
presentó la acusación correspondiente, acompañada de gráficas en donde
aparecían diferentes empresas, supuestamente involucradas en dicho ilícito. Esa
demostración la vimos todos por televisión, pero no la sección posterior de
preguntas y respuestas. Según el periodista y columnista, Alemán (perdón pero
no sé su nombre de pila), cuando le preguntaron a Jaime cárdenas, encargado de
hacer la demostración: ¿Dónde están las pruebas que vinculan a esas empresas y
sus malos manejos, con la campaña de Peña Nieto y del PRI?, bajó la cabeza,
pensó unos segundos y confesó: ¡No hay ninguna!
Afortunadamente
para el PRI, el PAN y el PRD, presentaron una denuncia ante la PGR, a lo cual
el PRI presentó otra por difamación de esos dos partidos, digo afortunadamente
porque la investigación, seguramente, terminará en un corto plazo, aclarándose
por completo a quien le corresponde la razón.
Aquí termino con
este kilométrico escrito y, aunque la preguntas van dirigidas a Helena, mucho
les agradecería a los demás foristas, si a bien lo tienen, participar en la
respuestas pues, no se trata de una “imposición” (término de moda) de mis
argumentos, tan solo de una presentación de los mismos, sujetos a ser refutados
por quien lo estime conveniente.
Un cordial
saludo a Helena y a todos los demás foristas, invitándolos, nuevamente, a no
dejar morir este foro.