27 Dic. 13
Termina 2013, el rocambolesco año que, a punta de reformas a la Constitución y cambios en leyes fundamentales, marca el punto de arranque para un proceso transformador, cuya amplitud y profundidad afectarán la vida de este país y de sus ciudadanos en plazos tan largos que se antoja imaginarlos por décadas. ¿Cómo y con qué alcances cambiará México a partir de estas reformas?, es la inquietante y principal pregunta que nos acompaña, como sociedad, ante la inminencia del año nuevo y recién pasada la Navidad.
Una vez consumados cambios impensables hasta hace muy poco, como la apertura energética y petrolera con las modificaciones a los artículos 25, 26 y 27 de la Constitución, el fin de año nos toma llenos de interrogantes. ¿Qué tipo de país se configurará a partir de tan veloces y repentinas transformaciones? ¿Qué cálculos políticos y sociales se habrán hecho para dar pasos hacia una determinada dirección?
Parte fundamental de lo que venga dependerá de cómo se elaboren las llamadas leyes secundarias por realizarse en 2014 y en la aplicación de las que ya fueron aprobadas en el año que está por terminar.