viernes, 27 de diciembre de 2013

Ricardo Alemán - Peña Nieto: cambios para el 2014

Según los viejos practicantes del poder, en política el cambio es regla de oro. Es decir, que la política y el ejercicio del poder son evolución permanente.

Y el gobierno de Enrique Peña Nieto no es y no puede ser la excepción a la regla del cambio. En realidad el nuevo gobierno del PRI parece obligado a un cambio permanente de hombres, tácticas y estrategias, de lo contrario se parecerá cada vez más al viejo partido que fue echado del poder en 2000.

Pero antes de hablar de potenciales cambios primero debemos detectar los errores cometidos en el primer año de gestión de Peña Nieto. ¿Dónde han fallado el Presidente y sus principales colaboradores? Aquí creemos que las deficiencias en el primer año son tres, en donde el Presidente ya metió mano.







 Nos referimos, en ese orden, a la comunicación social, a la seguridad y a la escasa o nula respuesta del gobierno federal ante grupos violentos que le apuestan a la ingobernabilidad, como CNTE, EPR y “autodefensas” que operan sin control en Guerrero, Michoacán y Oaxaca.

 En el primer caso —el de la comunicación del gobierno de Peña con la sociedad—, los estrategas de la casa presidencial detectaron que para posicionar con mayor eficacia el mensaje oficial los medios convencionales no eran suficientes. Por eso se decidió nombrar un “vocero presidencial”, que se encargaría de responder dudas, dar contexto y resonancia al mensaje presidencial.

 Y como ocurre en esos casos no se hizo esperar la disputa por el nuevo espacio de poder. Luego de una fuerte puja de los cercanos al Presidente, el elegido fue Eduardo Sánchez, quien se desempeñaba como vocero de Gobernación. Pero la mayor duda es sobre el elegido. ¿Por qué Sánchez?

 Además de cualidades mostradas en Segob para la comunicación, el vocero pertenece al grupo del titular de Hacienda, Luis Videgaray, quien desde el gobierno mexiquense mantiene fricciones constantes con David López, el verdadero jefe de la Comunicación Social de Los Pinos. ¿Qué va a pasar en 2014 en esa estratégica oficina, luego de los reacomodos? Nadie lo sabe.

El segundo tema con deficiencias serias en el gobierno de Peña es en la seguridad. En este caso también el propio Peña puso el acento al reconocer —el pasado 20 de diciembre durante la 35 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública—, que las cosas no van bien en temas como el secuestro.

 Dijo: “Aún hay temas sensibles que no podemos soslayar y menos dejar de atender de manera inmediata y con eficacia; me refiero al secuestro, que ha tenido, lamentablemente, una tendencia a la alza en los últimos meses. Por eso quiero instruir al titular de la Secretaría de Gobernación para que en enero presentemos una estrategia específica que nos permita hacerle frente”.

 ¿Cómo entender la declaración y su respectiva instrucción presidencial? No hay duda. Algunos responsables de la seguridad no están dando los resultados esperados. ¿Quiénes no hacen su trabajo de manera correcta? ¿Son servidores públicos, gobernadores, legisladores?

 En comederos políticos se insiste en el relevo del comisionado de Seguridad, Manuel Mondragón, y, por consecuencia, en la potencial llegada de Ardelio Vargas, comisionado del Instituto Nacional de Migración y/o del senador hidalguense, Omar Fayad. También se habla del relevo del titular del Cisen, Eugenio Ímaz. No está claro quiénes llegan. Lo cierto es que algunos servidores públicos de primer nivel no dan los resultados esperados.

 Y el tercero de los temas tiene que ver con la notable incapacidad del gobierno federal para contener a grupos violentos, sean anarquistas, guerrillas o de la CNTE. ¿Quién, en ese terreno, no está dando el resultado esperado? ¿La tolerancia fue una estrategia sólo durante las reformas? ¿Qué viene?

Por lo pronto, el pasado 23 de diciembre, en la ceremonia del 198 aniversario luctuoso de Morelos —que encabezó Peña Nieto—, Miguel Ángel Osorio Chong lanzó una advertencia que no debe pasar desaparecibida.

 Dijo: “A nadie se busca lastimar, a nadie se pretende excluir, este gobierno seguirá abierto a escuchar, todas las voces que quieran ser parte de la edificación del México de oportunidades para todos. Pero que nadie se confunda: tolerancia es gobierno, pero también tiene límites y también es firmeza”.

 ¿Para quién es el mensaje? ¿Para la CNTE, el EPR, los radicales que han sido tolerados por el GDF? Lo cierto es que una vez aprobadas las reformas que más le importaban al gobierno de Peña Nieto, los cambios parecen estar a la vuelta de la equina; cambio de hombres y de estrategias. Al tiempo.

Leído en http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2013/12/105104.php




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