jueves, 21 de junio de 2012

Celebrar el inicio del Verano.


Bajo el sol del verano

bajo el sol del verano
la luz invade los dias
bajo la claridad del cosmos
te observo
te llamo
te lleno de colores
bajo la atenta mirada
de todas mis lineas
camino hacia tu  vida
como  un beso a
una mejilla
como un niño hacia su madre.

la creacion fue exacta
y
siempre sera mas que exacta
     
de Roberto Zeta.







BUEN DÍA!!!

José Woldenberg - Dos momentos asombrosos

José Woldenberg
Que las elecciones sucedan y sucedan bien es lo más importante. No me cansaré de repetir que se trata de una de las construcciones civilizatorias más deslumbrantes. Una fórmula participativa, pacífica, institucional y ordenada, por la cual una sociedad abigarrada y contradictoria expresa sus preferencias para dotarse de un gobierno legítimo y un cuerpo legislativo que recoge la pluralidad de pulsiones que modelan a la propia sociedad.

El solo hecho de que no exista en el país una sola corriente política significativa que no proclame que la única vía legítima para arribar a los cargos de gobierno y legislativos es la electoral, es de por sí un basamento fundamental de nuestra convivencia. Y una fórmula, una convicción y un compromiso que debe refrendarse y fortalecerse.

A lo largo del siglo XX, luego de la Revolución, México celebró de manera regular elecciones. No fue poca cosa de cara al péndulo de golpes militares que en distintos países de América Latina interrumpieron a las frágiles democracias. Pero no fue sino en el último cuarto de siglo que construyó un sistema de partidos equilibrado y un sistema electoral imparcial y equitativo. De tal suerte que las elecciones competidas tienen una corta historia en nuestro país. A pesar de ello han venido aclimatando la contienda entre opciones diversas y generando fenómenos de alternancia en todos los niveles de gobierno.

Hay, sin embargo, dos momentos estelares en la cadena que edifica el episodio comicial, y a los cuales no se les presta la atención debida. Se trata no solo de los candados de seguridad más importantes de la elección, sino de la incorporación de cientos de miles de ciudadanos a la tarea crucial de recibir y contar los votos. El primer momento es en el que una institución del Estado deja en manos de ciudadanos la celebración de tan estratégica tarea. El lapso en el que el IFE deposita todos los paquetes electorales en más de 140 mil domicilios particulares. Y eso debe estar concluido la noche previa a la elección.

Quiero subrayarlo: el 30 de junio en la noche, en el norte y el sur, en las montañas y en los valles, en las ciudades y las rancherías y pueblos, todo el material necesario para celebrar la elección estará en las casas de los más de 140 mil presidentes de las mesas directivas de casilla. En los días previos, los vocales de organización de las Juntas Distritales Ejecutivas de los 300 distritos y sus equipos habrán distribuido a lo largo y ancho del territorio nacional los implementos necesarios para que los más de 79 millones de ciudadanos inscritos en la lista nominal puedan sufragar.

Los ciudadanos que serán los presidentes de las mesas, que salieron de un sorteo y que generosamente aceptaron ser capacitados para cumplir con su función, reciben en los días previos a algún funcionario del IFE que deposita en sus manos las urnas, las mamparas, las boletas, las actas, la tinta indeleble, las maquinitas para marcar las credenciales, los crayones, la lista nominal de electores correspondiente. Terminada esa labor, en ese terreno, el IFE se disuelve; ha puesto en manos de ciudadanos toda la parafernalia necesaria para que se lleven a cabo las elecciones.

Sigue entonces un momento de incertidumbre, de nerviosismo. Ya no es una institución del Estado la que se encuentra a cargo de los comicios, sino 140 mil personas que tienen en sus domicilios todo lo necesario para instalar las casillas. Y entonces sucede el segundo momento mágico. El día de la elección, cuando todos y cada uno de los presidentes de las mesas directivas de casilla cumplen con su misión, acompañados por el resto de los funcionarios (secretario y escrutadores), vecinos de la sección como ellos, e igualmente sorteados y capacitados (más de 900 mil con todo y suplentes), y los representantes de los partidos. Entre todos instalan la infraestructura que hace posible que los ciudadanos voten. Resulta asombroso, claro... para quien quiera verlo. (Más de 34 mil capacitadores fueron contratados por el IFE para instruir a los funcionarios de casilla).

En su momento fue una innovación fruto de la necesidad. La profunda crisis de confianza que generaron las elecciones de 1988 obligó a barrer con la añeja Comisión Federal Electoral, sus normas y sus usos y costumbres. La ley electoral de entonces establecía que el secretario de Gobernación, presidente de la CFE, tenía la facultad de nombrar a los presidentes y secretarios de los consejos locales y distritales, y que estos últimos, a su vez, debían nombrar a los presidentes y secretarios de las mesas directivas de casilla. No era una exageración cuando se afirmaba que toda la red de funcionarios electorales se "tejía" desde esa Secretaría.

Pues bien, la respuesta fue diseñar un método que deja en manos de cientos de miles de ciudadanos la recepción y cómputo de los votos de sus vecinos, vigilados por los representantes de los partidos. Se trataba y se trata de una sola cosa: transparentar el cómputo de los votos para construir confianza.

Leído en: http://noticias.terra.com.mx/mexico/jose-woldenberg-dos-momentos-asombrosos,9ae103d919e08310VgnVCM3000009acceb0aRCRD.html

Julio Hernández López - !Al lobo, al lobo!

Julio Hernández López
En las semanas recientes el PRI se ha aplicado en denunciar los presuntos preparativos para un conflicto poselectoral que estaría realizando el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

El confuso episodio de la cena en Lomas de Chapultepec, en que un asesor uruguayo de la campaña andresina solicitó seis millones de dólares (como una estimación personal, puntualizaría luego Luis Costa Bonino) tuvo como incentivada consecuencia mediática la siembra pautada de especulaciones respecto a un eventual destino de esos fondos para la supuesta rijosidad programada para después del 1 de julio próximo.

Ahora que el propio AMLO se ha puesto a recuperar de diarios y redes sociales la información relacionada con la asamblea en Toluca del cártel de los gobernadores que se reunió para hacer compromisos electorales, y del modelo Veracruz para el fraude gubernamental en los próximos comicios, los máximos jefes de la estructura formal del priísmo, Pedro Joaquín Coldwell y Miguel Ángel Osorio Chong, han recurrido de nuevo al expediente de ese conflicto anunciado, utilizándolo como parapeto distractor para no ir al fondo del asunto: la creciente evidencia de que, en realidad, lo que parece estar en preparación es un magno fraude comicial que, de darse, tendrá como consecuencia natural la protesta ciudadana.

Coldwell fue uno de los principales participantes en una peculiar reunión a la que asistieron 16 de los gobernadores estatales pertenecientes al PRI. El orador central fue EPN y según las versiones recogidas por periodistas locales el tema importante fueron las elecciones y la manera en que esos mandatarios habrán de apoyar al candidato presidencial. El uso de recursos públicos para ese acto partidista fue evidente, pues el encuentro se realizó en la Casa Estado de México, que es la residencia oficial del gobernador de la entidad anfitriona. El corresponsal de La Jornada, Israel Dávila, señaló que “en hermetismo” los gobernadores habrían estado “durante tres horas con el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, y con el dirigente nacional del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell” (“http://bit.ly/LVXK67”).

El tema, publicado el 13 del presente mes, fue denunciado ayer por López Obrador, quien añadió que en el cónclave de Toluca habían sido fijadas cuotas electorales a los gobernadores presentes por parte de Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo, secretario de organización del comité nacional priísta y operador tan de confianza de Peña Nieto que se le menciona como firme aspirante a ser secretario de Gobernación si Peña Nieto llega a Los Pinos.

Como era obligado, Osorio Chong negó haber establecido obligaciones electorales a los mandatarios estatales pero aceptó que en instalaciones del Gobierno mexiquense se realizó una sesión partidista. Eso sí, le adjudicó intenciones casi poéticas, bucólicas: “Fue para ver el panorama político”. Dieciséis gobernadores, con el candidato presidencial y los líderes nacionales priístas, dedicados a observar desde ventanales toluqueños el transcurrir electoral. Eso sí, ayer, el ex gobernador de Hidalgo adjudicó la denuncia lopezobradorista a la desesperación derivada de la desventaja que le adjudican las encuestas de opinión y a que va preparando la “cantaleta” del fraude electoral, ahora incluso adjudicándola a teléfonos celulares que serían utilizados en las urnas para comprobar a compradores de votos que el sufragio fue emitido conforme al mercadeo convenido. Joaquín Coldwell, por su parte, dijo que AMLO piensa reventar el proceso electoral, como lo hizo en 2006.

Al tema de los gobernadores obligados a entregar cuotas de votos para EPN, López Obrador añadió el hallazgo de un documento que muestra operación electoral priista en un distrito de Veracruz. “Todos con Coatepec y la región”, se llama la asociación civil que tiene como coordinadores a Adelina Ronzón Costeño, Raúl Martínez Martínez y Raúl García Ronzón. Su propósito explícito es conseguir 6,600 votos para Enrique Peña Nieto mediante un programa de tres semanas que contaría con 600 promotores a cada uno de los cuales se le pagarían 600 pesos, en dos entregas, para que llevaran diez votantes más, entre amigos y familiares.

En total, se piden 440 mil pesos (con lo cual cada uno de los 6,600 votos acabaría costando, sólo en efectivo, unos 67 pesos), que incluyen “50 desayunos de movilización de promovidos el día de la jornada”, “estímulos para dos brigadas de jóvenes” y “un capturista”, además de gasolina y “saldo para celulares”. Además, se piden 6,600 “unidades de propaganda” pro EPN, como “lapiceras, sombrillas, destapadores, relojes, termos, trípticos”, y “estímulos en especie para promotores”, como “despensas, láminas, cemento, relojes”.

El programa de promoción priista del voto denunciado por AMLO es poca cosa, sin embargo, comparado con el plan Sumemos 10 que en esta columna fue denunciado días atrás y que en “http://bit.ly/O0yxHq”puede verse al detalle. En ese mismo distrito modélico, Coatepec, subsecretarios y directores de la Secretaría de Educación de Veracruz actúan como promotores del voto tricolor, mediante un esquema que analiza la situación electoral de cada municipio, secciones y colonias del distrito, con abundancia de datos y metas electorales a alcanzar en cada lugar. Esa misma secretaría de educación del gobierno de Javier Duarte fue acusada de alojar en una de sus bodegas una “montaña” de material utilitario y propagandístico a favor de diversos candidatos priístas, proveniente no sólo del propio PRI sino también de una fundación de asistencialismo proselitista que juega con el apellido del mandatario y se denomina Ayudarte (antes, AyuDuarte).

Conforme se acerca la hora de las urnas asoman más evidencias de que discursos, debates y campañas tienen frente a sí la implacable realidad de un intento de fraude electoral que pretende realizarse extracasillas, mediante la operación Ruleta y otras formas de compra del voto, aunque el IFE y sus voceros oficiales y extraoficiales se nieguen a aceptar una realidad creciente e inocultable. ¡Hasta mañana! (fin)

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/al-lobo-al-lobo

León Krauze - Campaña sin substancia

León Krauze

Yo creo que muchísimos electores indecisos se quedaron con las ganas de escuchar propuestas específicas, propuestas concretas, más allá de menciones fugaces y demagógicas y vacías, propuestas específicas debatidas con profundidad entre los candidatos. No hubo sustancia. Lo que sí hubo, y eso por supuesto es de celebrarse, es método. Los mexicanos, creo yo por primera vez, nos enamoramos de la discusión del método de la democracia durante una campaña.




 




Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/21-06-2012/7688   Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Jorge Castañeda - Las implicaciones de una victoria del PRI

Jorge Castañeda
Las elecciones del 1 de julio han generado infinidad de comentarios en México y un casi nulo interés en el resto del mundo, abrumado por sus propias tribulaciones: la supervivencia del euro, los próximos comicios presidenciales en Estados Unidos, el enfriamiento de las principales economías de América del Sur y, por supuesto, de la India y China. Parte de la indiferencia ante los inminentes acontecimientos mexicanos proviene también de la falta de incertidumbre en el resultado: los mercados, los apostadores y las encuestas dan por descontada una victoria, por un margen de 8 a 12 puntos, del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Pero los amigos y socios de México harían bien en mirar más de cerca el paisaje político azteca: el desenlace no está en duda, pero sus implicaciones, sí.

La discusión es sencilla, y la disyuntiva se antoja meridiana: según algunos —una mayoría de los comentaristas, y una minoría de los votantes— un triunfo del PRI constituiría una restauración autoritaria, corrupta, nacionalista y desacreditada; ¿será Peña Nieto un Luis XVIII más joven y delgado que el de 1815, que, junto con sus amigos y colaboradores de la Corte borbona, “n’a rien appris, ni rien oublié”? O, de acuerdo con otros, más allá de las personas y sus atributos, talento y debilidades, el regreso del PRI a Los Pinos equivaldría más bien al funcionamiento normal de la alternancia en democracia, incluso en una democracia imperfecta, incipiente y precaria como la mexicana.

Viniendo de alguien que dedicó buena parte de su vida a procurar el fin de la dominación priísta, puede parecer paradójica mi respuesta: la posible victoria de Peña Nieto el 1 de julio no es una restauración, ni debe ser motivo de miedo o preocupación para los mexicanos. No es el resultado deseado por mí, pero tampoco es el fin del mundo. Por supuesto que hubiera preferido otra cosa: el triunfo de un candidato independiente; de un social-demócrata moderno, globalizado y democrático, o incluso de un aspirante del PAN que defendiera lo bueno de los sexenios de Fox y de Calderón, y rompiera con lo malo . Pero no me espanta la alternativa.

En primer lugar, Peña Nieto sería el primer presidente del PRI en la historia electo por el sufragio universal, no por el “dedo” de su predecesor. Aún Ernesto Zedillo, el último presidente priísta, que arribó a la primera magistratura hace 18 años, reconoció tiempo después de su llegada al poder que su elección fue limpia, pero no equitativa. E igual, fue nombrado candidato por Salinas de Gortari, en lugar de ser producto de un proceso interno de un tipo o de otro.

En segundo lugar, México no es el mismo: el contexto es distinto al que prevalecía en 1994. Cualquier candidato que gane enfrentará los mismos contrapesos, obstáculos y retos que Fox y Calderón: carecerá de mayoría en por lo menos una cámara legislativa; salvo López Obrador, del PRD de izquierda, tendrá frente a sí en el Distrito Federal al segundo personaje electo más poderoso del país del PRD, con el segundo o tercer presupuesto de México; si es Peña Nieto, la tercera parte de los gobernadores provendrán de partidos distintos al suyo, y casi seguramente obtendrá menos del 50% de los votos. 

Aunque su calidad deje en ocasiones mucho que desear, los medios de comunicación mexicanos son más libres y poderosos que nunca.

Sobre todo, el nuevo mandatario deberá convivir con una importante cantidad de entes que el país ha construido en estos años, y que no conforman simples cajas de resonancia para las instrucciones de Los Pinos. La primera, y la más importante, es la Suprema Corte de Justicia. La segunda es el Instituto Federal Electoral, que a pesar de sus altos y bajos recurrentes, le imprime un sello de legitimidad a cada elección federal en México. El Banco de México fue dotado de plena independencia desde 1993, y constituye una garantía parcial de prudencia macroeconómica, por lo menos en lo que corresponde al ámbito monetario. El Instituto Federal de Acceso a la Información, autónomo también, es fuente de transparencia y de jaquecas para todos los poderes en México. Ni Peña Nieto ni nadie podrá domar a estas burocracias, suponiendo que deseara hacerlo.

El contexto externo también ha cambiado. México se halla inmerso en una maraña de acuerdos de libre comercio, con cláusulas contra la corrupción, democráticas y de respeto a los derechos humanos, laborales, ambientales, de género, indígenas, etc, que no pueden ser desconocidos o menospreciados por capricho. Hay que escoger: o hemos construido una democracia representativa o la victoria del PRI es intolerable.

Quizás habrá priístas que sigan intentando robar; habrá también, como bajo Fox y Calderón, muchos vigilantes que los desnuden. Peña Nieto cumplía apenas dos años de edad cuando sucedió la masacre de Tlatelolco, perpetrada por los expresidentes priístas Díaz Ordaz y Echeverría. Tenía 16 cuando López Portillo nacionalizó la banca en 1982; 22 al momento del fraude electoral de 1988 a favor de Salinas; y 28 años en el fatídico 1994, cuando se alzaron los zapatistas, fue asesinado Luis Donaldo Colosio, y el país sufrió, a finales de año, su peor crisis económica y financiera.

Pero hay que escoger: o los mexicanos hemos construido una democracia funcional, en cuyo caso la alternancia que resuelvan los electores, no la comentocracia, es tan válida y legítima como cualquier otra; o la victoria de los derrotados del 2000 es intolerable, y entonces la democracia que tenemos es inútil. México ha sobrevivido a desgracias; sobrevivirá al regreso del PRI, y en una de esas, hasta prosperará con la elección —esta sí de verdad— de Peña Nieto.

Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/lasimplicacionesdeunavictoriadelpri-1314255-columna.html

Rafael Loret de Mola - Costos del Priísmo/Hablar sin Sentido

Rafael Loret de Mola
Los priístas, a través de una historia turbulenta, han debido pagar con creces los costos de la disciplina y la ausencia de valor civil para enfrentar a los superiores, salvo muy contadas excepciones –una de ellas me honra y anidó en Yucatán-. Por lo general, los grupos de poder solían conformarse a la vera de un presidencialismo tan asfixiante como visceral. ¿Cuántas veces, desde Los Pinos, se dispusieron candidaturas por el compadrazgo y la complicidad y no por los esfuerzos y los méritos? Sólo en muy contadas ocasiones; por lo general solía premiarse a quienes hacían alguna tarea sucia al servicio “del Estado”, reducido éste a la antología de la voluntad superior. La dictadura perfecta, como rezó la terrible y certera sentencia de Vargas Llosa.

Los priístas siguen pagando por las desviaciones y corruptelas de sus dirigentes, uno de los amortiguadores que detienen y oscurecen la decisión del electorado por votar por esta causa. El caso Moreira es uno de los más significativos: sobre él se fueron los operadores catalanes al servicio de la Presidencia porque sabían, de antemano, que había suscrito una deuda pública prácticamente impagable al corto plazo...y por eso, claro, el empeño de colocar a su hermano mayor, Rubén, como sustituto y respaldo en el gobierno de Coahuila. Cuando el escándalo surgió, no fueron los Moreira los más afectados –Rubén, al fin y al cabo, llegó a la gubernatura-, sino quien, de hecho, se perfilaba como el candidato “idóneo” sobre algunos sacudimientos menores causados por las pataletas de Manlio Fabio Beltrones quien, desde luego, subestimó al ex gobernador mexiquense y no tuvo el valor ni la convicción necesaria para situarse donde debía estar: como candidato de su partido al gobierno del Distrito Federal, evitando así la debacle de Beatriz Paredes, la tlaxcalteca, a quien nada le debe el PRI...salvo composiciones huecas e incluso traiciones descaradas. ¿Olvidamos que los dos anteriores gobernadores de su entidad, formaron parte de su equipo, presidiendo, cada uno, al PRI estatal? Y acabaron cada no en distintos partidos mientras la señora Paredes se regodeaba con el fracaso de su enemigo, su correligionario, el actual mandatario del estado. La torpeza con la que se impuso, por segunda vez, la señora Paredes para liderar al PRI en pos del gobierno defeño, desaprovechando la oportunidad de oro que devenía de la corriente peñista, por un lado, y del cansancio por las desviaciones y corruptelas también de las administraciones perredistas, es muestra clarísima de la falta de sensibilidad política y de visión hacia una perspectiva en la que el PRI no parecía –digamos hace un semestre- tener rivales de cuidado para disputarle la Presidencia. Pero contra los pronósticos, crecieron.

El PAN hizo bien en postular a Josefina Vázquez Mota, quien arrasó en las internas por su perfil y carisma –aunado a la tendencia a favor de las mujeres con presencia presidencial en el continente-, pero no cuando, de hecho, la dejó sola, con sus operarios catalanes –hay muchos rumores sobre las interrelaciones personales con uno de éstos-, para dar seguimiento al rencor presidencial luego de que sus “delfines” le fallaron: uno porque fue posiblemente asesinado, Juan Camilo Mouriño, y otro porque sencillamente iba a contracorriente de la historia, Ernesto Cordero.

Quizá el PRD, en principio, pudo haber seleccionado a Marcelo Ebrard y no a López Obrador. Muchos estarían más tranquilos si así hubiera sido. La declinación del jefe del gobierno defeño más pareció una pausa, convencido de que la izquierda estaba fuera del juego en esta ocasión, sin medir la capacidad de crecimiento de Andrés Manuel, el “misionero” de la política capaz de presentar, en cada campaña, su lado diabólico y el angelical. ¿Quién dice que no quiere a la “iglesia”? Desde luego, es poco probable que Marcelo hubiera sido tan habilidoso ara negociar debajo del agua e incluso tender “puentes” subterráneos hacia Los Pinos, pero esto jamás lo sabremos. Los hechos hablan y no las especulaciones y, por ello, no deja de ser sorprendente la manera como López Obrador se metió a la pelea con posibilidades ganadoras.

Desde luego, hay diferencias sustantivas con cuanto sucedió en 2006. La más trascendente es que, hace seis años, los competidores que llegaron casi empatados, de acuerdo a los inducidos sondeos, estaban colocados en el extremo: uno era el candidato oficial, otro representaba la posibilidad de un viraje extremo al que se consideró “un peligro” mientras no pocos mexicanos mordían el anzuelo de las inducciones gubernamentales. Por supuesto, triunfó el aspirante del establishment, con un grave desaseo de por medio, sin que los afrentados perredistas supieran, con legalidad y asumiendo las reglas del juego aceptadas por ellos, defender los sufragios a su favor, el de este columnista incluido.

La situación ahora es otra: quienes disputarán, en serio, la Presidencia no corresponden a la línea oficial ni surgieron del partido en el poder, obviamente rezagado por el pésimo papel de Felipe Calderón a través de seis años de violencia extrema, parálisis económica y bombardeos políticos que culminaron con una oleada de crímenes no suficientemente indagados. Tal ha sido, en todo momento, el grave handicap que ha debido asumir, sin deslindarse como lo hizo respecto a su antigua “amiga” Elba Esther, la abanderada del PAN. Con Josefina fuera de la pelea, las consignas presidenciales estarán supeditadas no sólo a los intereses del jefe de Los Pinos sino a los compromisos que haya suscrito con Estados Unidos y España. Esta es la condición en la que los perredistas parecen ir abajo.

No obstante, un horizonte distinto nos indica que el PRI puede perder todas –o casi- las gubernaturas en disputa además de una derrota extrema en el Distrito Federal. Esto es inusual y perfila el rechazo al partido, pero no explícitamente a su candidato presidencial pese al sabor de las mafias y las aportaciones non santas a su campaña. ¿Se atreverá el IFE a ponerlas sobre la mesa si Peña resulta electo?¿O se cernirá a la nueva época del retorno... a la dictadura “casi” perfecta? Las interrogantes, en el aire, plantean el futuro con enorme, tremenda rigidez.

Desde luego, como están las cosas y la estructura que atesoran, ni López Obrador ni Peña Nieto, tan desconfiados y por ende sospechosos de las maniobras presidenciales, aceptará una derrota por una diferencia mínima. Sendos personajes tienen capacidad para recurrir la eventual victoria de su adversario con el apoyo de incondicionales y socios quienes han debido ceder hasta la camisa. Y, en medio, además están los violentos, divididos casi a la mitad, unos a favor y otros en contra de cada aspirante. Nunca la complejidad política había alcanzado estas cuotas; y estamos ya al cuarto para las doce. 

¿Declinará, en las próximas horas, alguno de los aspirantes sin posibilidades pensando en reforzar a uno u otro de los que queden?¿Josefina experimentaría con López Obrador para evitar el “reto0rno” priísta?¿Y el señor Quadri, esbirro de la señora Gordillo, cedería sus tres o cuatro puntos porcentuales para cederlo al abanderado priísta que debe llegar a la orilla respirando? Todavía hay unas cuantas jornadas por delante –siete para ser exactos- y aún no puede asegurarse que el fiel de la balanza se haya inclinado definitivamente hacia unos de los lados, con la violencia merodeando encima de los zopilotes.

Debate

La desesperación es la peor consejera y a través de la campaña se ha podido apreciar con claridad, sea para conservar ventajas o para igualarlas. Peña Nieto, por ejemplo, hizo célebre su postulación con los derrapes literarios y su evidente ignorancia sobre las obras de dos historiadores y escritores mexicanos; y, desde entonces, todavía en fase de precampaña, no ha podido sacudirse el sambenito de la ignorancia; López Obrador, por su cuenta, no sale jamás bien librado de las preguntas sobre cultura general –ni siquiera habla inglés, contrariando nuestro consejo de que aprendiera este idioma-, ni se detiene a explicar sus graves contradicciones ideológicas y políticas como la cooptación de la más contaminada basura priísta, representada por la figura del execrable Manuel Bartlett, quien en Puebla no es capaz de convencer ni a sus vecinos; y, finalmente, Josefina Vázquez Mota, tampoco es capaz de contener la verborrea que se emite sin pensar.

No hace muchos días, a mitad de mes en Zacatecas, la señora Vázquez Mota -¡qué segundo apellido más infortunado para estos tiempos!-, habló de que si era electa, ella solucionaría el grave problema de la sequía que azota a esta región de la patria. ¿Pensará divorciarse del pobre Sergio Ocampo Muñoz para casarse con Antonio, digo con Tláloc, dios de la lluvia, y así asegurar que no sigan desertificándose tantas miles de hectáreas cada año?¿O se volverá “la señorita nube” para situarse sobre el centro de la República y dejar caer sus parabienes convertida en una especie de deidad con sitio material en Los Pinos?

Los dislates, y la ausencia de definiciones concretas sobre temas álgidos –digamos el avance de la “cultura” homosexual que tiende a considerar inferiores a quienes no la profesan-, han marcado esta etapa de la campaña, la recta final, con el miedo a flor de piel. ¿Están agazapados los violentos, esperando el momento oportuno?¿Y las fuerzas al servicio del señor Calderón, acaso el mandatario mexicano peor calificado de la historia aunque sus partidarios pretendan una defensa imposible? En cambio de ello, volvemos a los lugares comunes, a las trampas semánticas, al chasquido grosero y a la insolencia como norma existencial básica. Y faltan sólo una semana para dar por terminada esta campaña de lo absurdo. ¿Ganarán, en fin, las redes sociales? Veremos.

La Anécdota

Mi amigo, el conductor de noticiarios, además de abogado, Mario Rosales, soltó el otro día una sentencia que cayó como bomba entre un grupo de personajes de nuestro gremio:

-En 2006 se decía que había un peligro para México; ahora son cuatro. Vamos rompiendo récords.

Te faltó uno, Mario: el abstencionismo que anula la democracia. Son, pues, cinco, los jinetes del Apocalipsis mexicano.

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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx

SI NINGUNO DE LOS PONENTES NOS CONVECE, HAGAMOS UNA SIMPLE REFLEXIÓN: NO PODEMOS ENCONTRAR AL CANDIDATO PERFECTO PORQUE LOS HOMBRES –Y LAS MUJERES- SOMOS IMPERFECTOS. DEBEMOS ESCOGER A UNO (A) QUE TENGA ALGUNA CAPACIDAD PARA ASEGURARNOS UN DESTINO MEJOR. NO ES TAREA SENCILLA, PERO ES NUESTRO DEBER HACERLO.
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Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/costosdelpriismohablarsinsentido-1309937-columna.html

Ciro Gómez Leyva - No habrá conflicto poselectoral, Joaquín.


Ciro Gómez Leyva

Disiento con lo escrito ayer por Joaquín López-Dóriga sobre el inexorable “conflicto poselectoral que viene, ya que Andrés Manuel López Obrador rechazará cualquier resultado que no lo dé por ganador, porque es él o es el fraude”.
Lo hago a partir de la información que perfila un triunfo de dos dígitos de Enrique Peña Nieto. Pero aun si la victoria del priista se estrechara a seis o siete puntos, la diferencia rondaría los 3 millones de votos. Sería demencial aludir a un “fraude” con esos números.
Por la forma en que se está comportando, coincido en que López Obrador se asumirá víctima de una “guerra sucia” que solo está en su imaginación y su estrategia, intentará manchar el triunfo de Peña Nieto con el insolente argumento (significa que los mexicanos son estúpidos) de que fue impuesto por Televisa desde años atrás y tachará al nuevo gobierno de ilegítimo e inmoral. Pero no tendrá margen para ir más allá de un par de marchas.
No lo tendrá incluso con una diferencia más cerrada. El IFE y el Tribunal Electoral han estudiado, renglón por renglón, la experiencia de 2006 y no dejarán margen a la duda. La del próximo 1 de julio será, además, la elección más vigilada y fiscalizada de la historia. Y se celebrará con una ley que es, en buena medida, producto de la revuelta del voto por voto, casilla por casilla, de hace seis años.
No habrá conflicto, Joaquín. La circunstancia, las condiciones y la inmensa mayoría de ciudadanos lo impedirán.
Veo, más bien, un desenlace como el de 1994, aquellas elecciones posfraude del PRI de Carlos Salinas de Gortari, las del EZLN y el asesinato de Colosio: una semana de ruido y movilización, y punto.

Salvador García Soto - ¿Resistirá?

A nueve días de que los mexicanos acudan a las urnas para elegir a un nuevo presidente, hay signos evidentes de que el sistema político y electoral se preparan, no para ejercicio de las votaciones en el que, salvo imponderables o problemas de último momento, todo está prácticamente dispuesto; se preparan más bien para enfrentar un conflicto postelectoral que, todo indica, será desatado para impugnar el resultado y descalificar al proceso.

Tribunales, consejeros, actores políticos, candidatos y sectores sociales, junto con alguno que otro vocero oficioso, mandan mensajes con una preocupación cada vez más clara: que el 2 de julio el país amanezca con una elección definida en las urnas, pero con un candidato que desconoce las cifras y cuestiona la legalidad del proceso. Y el candidato que les preocupa tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador.

La actitud del tabasqueño en las últimas semanas, en las que augura su triunfo y habla de encuestas propias que le favorecen -en contraste con lo que indican la mayoría de los sondeos que dan ventaja a Enrique Peña Nieto, entre los siete y los 12 puntos- hace que surjan las dudas en torno a qué pasará con López Obrador si el resultado final no es el que el espera y cómo expresara su protesta.

No es gratuito que la palabra “fraude” comience a aparecer por todos lados en los discursos -”no hay margen para el fraude en estas elecciones: magistrados”; “no hay posibilidades de un fraude: IFE”; “sin riesgos de fraude: empresarios”- como si se quisiera exorcizar la nefasta palabreja y evitar que alguien pueda gritarla o utilizarla con miras a descalificar las próximas votaciones.

Pero mas allá del escenario de un López Obrador inconforme, que ya muchos dan por descontado, las preguntas que flotan en el ambiente en víspera del 1 de julio son dos: qué tanto se radicalizará esta vez el tabasqueño y hasta dónde llevaría su protesta, y la segunda, quizás la más preocupante, ¿resistirá el sistema político y económico otro embate de un movimiento político cuya fuerza o aceptación social son todavía una incógnita?

Porque en un escenario de conflicto podrían intervenir factores nuevos que no estaban presentes en el movimiento de la “resistencia pacífica” lopezobradorista de 2006; como los jóvenes, cuyas movilizaciones claramente a favor de Andrés Manuel durante la campaña, podrían replicarse pero ahora en una movilización postelectoral que resultaría, por lo inédito de esa combinación de factores, de pronóstico incierto.

Todo eso en el supuesto de que un movimiento como el que podría encabezar López Obrador encontrara eco en la sociedad. Porque también es un hecho que el mismo sistema que será cuestionado responderá con sus instrumentos, sus medios y sus voceros a una eventual protesta lopezobradorista y lo que se vería en ese caso sería un duelo político y mediático que terminaría igualmente en tensión y riesgos de enfrentamiento. Y la pregunta vuelve a ser la misma del principio: ¿Resistirá? 

sgarciasoto@hotmail.com | @sgarciasoto

Leído en: http://www.24-horas.mx/resistira/

Ricardo Alemán - Josefina, aval del triunfo de Peña

Ricardo Alemán
En un vuelco inesperado --y de última hora--, es casi un hecho que el segundo lugar de la contienda presidencial será para la candidata Josefina Vázquez. ¿Por qué?.

Porque en la recta final de la contienda, la aspirante azul habría mostrado su mejor rostro político electoral, al tiempo que errores continuos habrían desfondado al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, quien pese a su reconocida mitomanía electoral --porque insiste que puntea en las encuestas--, podría terminar en la tercera posición.

¿Y de qué depende que, al final de cuentas, la señora Vázquez Mota se afiance en la segunda posición?.

La respuesta parece elemental. Josefina podría seguir recuperando terreno, si es que continúe con la estrategia que puso en marcha durante y después del segundo debate presidencial. ¿Y cual es esa estrategia?. Que decidió vincular su propuesta de gobierno, con el gobierno del que es producto; el de Felipe Calderón.

Y es que, les guste o no a los simpatizantes de Acción Nacional y a otros observadores, lo mejor que tienen para "venderle al electorado", es la exitosa gestión de Felipe Calderón, sobre todo en el resbaloso terreno de la estabilidad económica, que ha sido reconocida, incluso, por las 20 naciones más desarrolladas del orbe, que --apenas hace horas--, concluyeron su encuentro en Los Cabos.

Resulta que uno de los grandes aciertos de la señora Vázquez Mota durante el segundo debate, fue precisamente vincular su propuesta de gobierno, con la cara exitosa del gobierno de Calderón. Esa estrategia fue llevada a las plazas y a los spots, donde fue contrastada con las recurrentes crisis que padecimos los mexicanos, y que aún están en la memoria de mexicanos de 40 años para arriba.

Ese acierto --y no el chabacano recurso del "cuchicuchi"--, detonaron la recuperación que experimenta en todas las encuestas la candidatura del partido en el poder presidencial. Aún así, el tiempo ya no le alcanzará a la candidata del PAN, que se quedará con un segundo lugar, que será determinante para la estabilidad del nuevo gobierno.

Pero al acierto de la derecha se debe sumar la cadena de errores y horrores cometidos por el candidato de las izquierdas, el señor López Obrador. A los ojos de todos están errores como el del "pase de la charola", que documentó de manera incuestionable El Universal, y que fue explicado por AMLO y sus estrategas con un recurso viejo, desgastado y que, en el extremo, ofende a la inteligencia de los votantes: el de culpar al mensajero y decir que se trata de un complot en su contra.

Luego vino la presentación en el programa Tercer Grado, en donde AMLO mintió de manera flagrante, no sólo al presumir que iba arriba en las encuestas, sino al descalificar las cifras oficiales y exhibirse como un verdadero mesías. A ese error le siguió el tropiezo del segundo debate, en donde quiso aparecer como un monje de la política, cuando todos saben que es un fajador callejero. En los dos foros más importantes –por su nivel de audiencia--, AMLO decepcionó al presentarse con una careta que, todos saben, no es la propia.

Todo eso se produjo en medio de otro acto fallido, que lastimó a no pocos los luchadores de la vieja izquierda, cuando AMLO apareció en la plaza de Las Tres Culturas para apropiarse de la conmemoración de la matanza del 2 junio. Nadie le dijo que ese acto ofendió a viejos militantes de las izquierdas que lo identifican, a AMLO, como representante del "echeverriismo tardío". ¿Por qué?. 

Porque pregona que el suyo es un "necesariato electoral", porque su propuesta es populista, y porque lo siguen los herederos de Echeverría. Y hace apenas unas cuantas horas –por si faltara algo--, se destapó un nuevo escándalo. Se confirmó que AMLO y su claque metieron la mano en el movimiento estudiantil #Yosoy132 que, como todos saben, enarboló las banderas de AMLO y se presentó como el más poderoso instrumento contra Enrique Peña Nieto.

De esa manera, todo indica que, al final de cuentas, el segundo lugar será ocupado por la candidata del PAN. ¿Y que importancia tiene que la señora Vázquez Mota ocupe la segunda posición, en las preferencias electorales, luego del 1 de julio?.

En realidad sería lo mejor que le pudiera pasar al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. ¿Por qué?. 

Porque Josefina y el PAN podrían ser el aval de la victoria del priísta, al reconocer –la noche del 1 de julio--, el resultado electoral. De esa manera, si la candidata que alcanza la segunda posición reconoce la limpieza del proceso, entonces habrá desactivado la tentación golpista de AMLO. Y claro, le habrá pagado el favor, de 2006, al PRI. Al tiempo.

Leído en: http://www.ricardoaleman.com.mx/index.php/itinerario-politico/2012/junio/2839-josefina-aval-del-triunfo-de-pena-

Jorge Zepeda Patterson - ¿Baja la espuma de López Obrador?

Jorge Zepeda Patterson
La encuesta de Reforma indicaría que López Obrador ha experimentado un retroceso en su embestida final para alcanzar a Peña Nieto. De 4 puntos de distancia habría retrocedido a 12, faltando apenas semana y media para la elección. El resto de las encuestas sigue reportando un margen superior a 10 puntos. Incluso la medición de Berumen, encargada por el sector académico, que fue difundida como un empate técnico, en realidad marcaba un promedio de separación de 6 puntos (EPN 30.9% a 35.9%; AMLO 22.8% a 31.8%). En realidad fue el diario Reforma quien ofreció el margen más estrecho con su encuesta de los 4 puntos, pero ha vuelto a abrir la brecha en su reporte de este martes.

Hace dos semanas todo parecía favorecer la posibilidad de un final de fotografía el 1 de julio. Pero algunas variables se han movido en los últimos días.

La principal de ellas fue el debate. No es que López Obrador lo haya perdido, ni mucho menos. De hecho se vio mejor que Peña Nieto, pero por muy poco margen según sondeos y análisis. En pleno crecimiento de su espuma, el debate debió ser la puntilla para rematar el ascenso del tabasqueño. Por desgracia, López Obrador fue el que menos horas dedicó a preparar su exposición. Confió en los argumentos en los que cree, que ha repetido una y otra vez en la plaza pública. Pero la televisión es implacable. El ritmo vertiginoso de la propia mecánica del debate, con un cronómetro a la vista de todos, contrastó con el tono pausado y en ocasiones repetitivo del mensaje del candidato de la izquierda. Era el único, por ejemplo, que miraba al moderador, Javier Solórzano, en lugar de fijar la vista en la cámara, es decir, en el teleauditorio.

Por el contrario, a Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota se les veía las horas dedicadas a preparar cada minuto de exposición, los simulacros que sostuvieron con sus colaboradores, las frases cuidadosamente preparadas para atacar o responder a los ataques, la enumeración de propuestas en cada punto. A Peña Nieto, todo eso le alcanzó apenas para pasar de panzazo, pero lo hizo. Está claro que hablar sin telepromter no es lo suyo, por más que trató de memorizarse todas sus fichas.

Pero Vázquez Mota lució atrevida, ingeniosa y documentada. Muchas de sus afirmaciones serían difíciles de comprobar y algunas de sus propuestas son irrealizables. Pero el tono y el fraseo estaban cuidadosamente preparados para causar un buen efecto. Lo consiguieron.

Justamente ese es el segundo factor que se modificó en las últimas semanas. Todo indica que el desplome de Josefina se ha detenido. Fox ganó en el 2000 gracias a que pudo concentrar el voto antipriísta; Cárdenas apenas consiguió un 17%. López Obrador necesitaba que ella siguiera cayendo hasta llegar a una cifra similar, de tal forma que el tabasqueño se viese beneficiado por el fenómeno del voto útil.
Por desgracia para AMLO el desplome de Josefina se estabilizó entre 22 y 24% de la intención de voto efectiva. Reforma incluso reporta un ligero crecimiento, presumiblemente por su desempeño en el debate.

Desde luego quedan todavía muchos cabos sueltos. El impacto de las redes, profundamente anti Peña Nieto, el debate de este martes convocado por los jóvenes “#YoSoy132” al que no acudirá el priísta, el peso de Morena que no conoceremos hasta el 1 de julio y el hecho de que los indecisos aún representan un porcentaje cercano a los 20 puntos. Todo eso contra el colchón de 10 o más puntos que presumiblemente tiene el abanderado del PRI.

La última andanada de encuestas serán decisivas para generar una percepción u otra. Recordemos que en esta encuesta, la última, cada empresa trata de hacer su mejor trabajo porque sus datos serán comparados con la votación final. Pero de igual forma, es tanto lo que se juega en esos resultados, que las casas encuestadoras serán objeto de una enorme presión.

La espuma que generó Andrés Manuel el mes pasado parece haberse estabilizado. La inevitabilidad del triunfo de Peña Nieto vuelve a rondar entre amplios círculos. AMLO necesitará un cierre histórico, un imponderable afortunado, un error mayúsculo del puntero, algo que genere en la opinión pública la noción de que el resultado del 1 de julio todavía está en el aire.

@jorgezepedap
www.jorgezepeda.net

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/20-06-2012/7669   Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Federico Reyes Heroles - Autoflagelación

Federico Reyes Heroles
Palabras más palabras menos el encuentro comenzó así. He venido a México a aprender. La estabilidad económica que ustedes han logrado en las últimas décadas es un ejemplo a seguir. Las regulaciones bancarias son mucho más sólidas que las nuestras. Los bancos están mucho mejor apalancados que los nuestros,... y por ahí se fue. Mi asombro crecía por minutos. Acostumbrado a siempre ser vapuleado en las comparaciones frente a otros países y a cierta soberbia estadounidense, las palabras pronunciadas por un funcionario de la Reserva Federal de los Estados Unidos me parecían increíbles. La conversación fue rica, muchos de los asistentes eran directivos bancarios y también del Banco de México. Richard Fisher haría públicas sus opiniones en el Financial Times unos días después (24/05/2012).

Aquí estamos después de una crisis económica sólo comparable con la del 29 -aunque hay quien afirma que la del 2008 fue peor- con un crecimiento económico, alrededor de 3.5%, lejano a lo deseable pero que tampoco puede caer en el desprecio, con un monto de reservas que jamás soñamos, con una fluctuación que ya no repercute directamente en la inflación y que ya no provoca traumas nacionales. De los países de la OCDE en este año sólo Chile nos supera en crecimiento. Los pronósticos de inflación tanto para este año como para el 2013 son benignos, 3%, y el crecimiento en el 13 podría incrementarse un poco, 3.8%, según la SHCP.

Detrás de esa historia de tranquilidad está la auténtica independencia del Banco Central impulsada por Pedro Aspe durante la gestión del innombrable Salinas de Gortari. También está la flotación del peso -logro de Zedillo- que se consiguió después de la traumática crisis del 94-95 y por supuesto una larga lucha contra el déficit fiscal que en el fondo fue un cambio de cultura económica. Recordemos los años en que un mayor déficit era expresión de una política económica "progresista". El Estado obeso fue puesto a régimen y aunque el gasto burocrático sigue siendo el mayor de la OCDE y todavía hay mucha tela de dónde cortar, hoy el crecimiento ya no depende del Estado y los análisis muestran que el paciente está en mejores condiciones. Mientras en los países europeos la deuda pública es de tres dígitos -el promedio de la OCDE es de 107%- en México asciende al 35%. Mientras la eurozona decrece nosotros crecemos. No está mal.

De los 34 países de la OCDE México es el séptimo con menor desempleo. Y aunque esto se explica en parte por la informalidad -alrededor del 30% del total del PIB- ella ha operado como una eficiente válvula de escape. Otra cosa es la ilegalidad que debe ser combatida frontalmente. Nuestro Índice de Desarrollo Humano supera al de los famosos BRIC's. La pobreza alimentaria, la más grave de todas, se disparó después de la crisis del 2008 hoy desciende y podría ser de un dígito en la próxima gestión. La mayoría de los mexicanos ve bien el comercio internacional -casi el 60%- y el intercambio comercial con Estados Unidos rebasa los 600 mil mdd. Tampoco está mal. El costo de la manufactura mexicana regresó a niveles atractivos. Parece que el susto que nos llevamos con la mano de obra barata en particular de China ya no está operando a su favor. Buena noticia.

Según la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), de 118 economías México ocupa el lugar número 30 en competitividad industrial. Por supuesto que debemos mejorar pues China está en el quinto lugar con casi el doble, pero la ruta es correcta. Hay ramas como la automotora en la cual México ocupa el octavo lugar habiendo desbancado a Canadá, Francia y España. La semana pasada Embraer, la compañía brasileña que produce o ensambla aviones, anunció el posible establecimiento de una planta en el Bajío. Querétaro se perfila como un cluster muy atractivo en esa área. México produciendo aviones, podría ser, ya lo es parcialmente. En México se gradúan más ingenieros que en Alemania, Brasil o España. Nuestra participación en el mercado mundial asciende a 1.42%; es cierto Brasil e India nos superan por poco (1.66 y 1.69) pero ellos tienen respectivamente 80 y 1050 millones más de habitantes. Sea como sea México es la onceava nación más poblada y nuestra economía ocupa ya el lugar 14 de casi 200.

En las campañas se dicen muchas barbaridades: que estamos peor que hace 100 años dijo un senador, que los pobres se han multiplicado, que México está estancado, que vamos para atrás. Salvo en violencia -que es una discusión en sí misma muy compleja- raro es el indicador que no muestre una claro avance. Dos partidos han gobernado desde la presidencia y no admiten ningún logro del otro. PRI y PAN se imputan recíprocamente las lacras del país. Otra mecánica, con menor sex appeal, menor atracción para el circo político sería aceptar que ni unos ni otros lo han hecho tan mal. El ciudadano confundido es el gran perdedor de este proceso de autoflagelación. Pero por algo está aquí el G20.

debate@debate.com.mx

Leído en: http://www.debate.com.mx/eldebate/Articulos/ArticuloOpinion.asp?IdArt=12180118&IdCat=6115

Sergio Aguayo - Mayores de edad

Sergio Aguayo
A la memoria de Alfredo Witschi defensor de refugiados en México y el mundo.

La compra y coacción de votos se reproduce como plaga porque ni los partidos quieren frenarla ni la trinidad arbitral puede castigarla.

La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) atiende denuncias individuales. Son pocas las que sobreviven al largo y sinuoso proceso. El inicio es fácil: se hace la imputación por teléfono o en persona; luego viene el calvario de probar lo dicho. El denunciante que quiera asesoría legal deberá pagar alrededor de 200 mil pesos (el asunto tarda un par de años). Si se gana es magra la victoria: sólo se castiga a la persona que cometió el delito, no al candidato o partido que lo ordenó o al que benefició.

Los partidos tienen al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero rara vez lo utilizan por el alto nivel de exigencia probatoria. Revisé el caso paradigmático de una demanda del PRI contra el PAN en 2009 que había ganado con compra y coacción el Distrito 3 de Veracruz por 89 votos. El PRI acumuló evidencia y testigos que certificaron con notario.

La Sala Regional del TEPJF en Jalapa le dio la razón al tricolor; anuló tres casillas y le entregó la curul. El asunto llegó a la Sala Superior y Alejandro Luna Ramos se puso hiperexigente. Desechó a un testigo porque dijo que la coacción se había dado "durante la jornada", cuando debió haber precisado "durante toda la jornada"; al notario lo descalificó por haber sido diputado del PRI, etcétera. El PAN terminó quedándose con la diputación pese a la evidencia presentada.

El abogado Iván Castillo es un experimentado litigante en materia electoral y su posición es tajante: es "virtualmente imposible evitar legalmente la compra y coacción", es como "pelear contra una pared", no "pasa absolutamente nada". Ello explica su incontrolable crecimiento. Leí una buena cantidad de discursos y declaraciones y los árbitros tienden a callar o silenciar el problema. Aquí un pequeño incidente que revela la inercia. En marzo de este año Leonardo Valdés Zurita presentó un libro en Querétaro y el Diario de Querétaro reprodujo su preocupación por la compra y coacción. En el boletín del IFE desapareció lo relacionado con ese ilícito.

De cuando en cuando algún alto funcionario reconoce el problema. En mayo de 2011 la procuradora Marisela Morales lamentó las "prácticas cada vez más sofisticadas de compra y coacción del voto", y el ex titular de la Fepade, José Luis Vargas, reconoció en una entrevista que el marco jurídico está desfasado. En 2011 la Fepade y la PGR propusieron una reforma penal electoral para corregir la situación; nunca fue aprobada y el entonces gobernador Enrique Peña Nieto fue quien más trabas puso. 

Los partidos son corresponsables de lo que pasa. No combaten la compra y coacción de votos porque todos las practican aunque es obvio que lleva ventaja quien tiene más recursos o cargos. En estos días que se acrecientan las denuncias y los reclamos por estos usos y costumbres, las respuestas dependen del México en el que uno se ubique.

Habrá tres elecciones en México: la primera es la moderna donde las casillas se instalarán y la información fluirá en un alarde de organización y tecnología. En la segunda se ultiman los detalles para el festín de compra y coacción; en la tercera más de cinco millones de electores irán a sufragar en zonas de alta peligrosidad. Los resultados estarán contaminados por lo que suceda en el México pobre y el México violento.

Los árbitros electorales tienen un marco legal insuficiente y están a merced de unos partidos insolentes. Lo resuelven parapetándose tras una muralla de silencio, evasivas o triunfalismo. Realzan todo lo bueno que tenemos y dan la espalda a los tres grandes fallos estructurales del actual sistema electoral: los gastos ilegales de campaña, la inseguridad y la compra y coacción del voto.

¿Ayuda que Leonardo Valdés asegure que si la compra y coacción se "denuncia, la Fepade" perseguirá y castigará el delito cuando eso rara vez sucede? ¿Es justo que regañe a la ciudadanía porque no denuncia cuando son los partidos y los árbitros los principales responsables de lo que está pasando? Si queremos mejorar la calidad de las elecciones debe reconocerse que en México se compran votos y se intimidan electores. Negarlo o disimularlo provoca escepticismo y desencanto. Sólo pedimos ser tratados como mayores de edad.

LA MISCELÁNEA

En un fallo impecable el juez 24 absolvió a Sergio Dorantes, injustamente acusado de un asesinato que no cometió. He seguido el caso durante casi una década y ahora sólo falta que la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del DF, presidida por Edgar Elías, haga definitiva la inocencia de Dorantes.

Colaboraron Abraham Rojas M. y Maura Roldán. Agradezco la asesoría de Reyes y Castillo Consultores, bufete especializado en derecho electoral y constitucional, dirigido por Iván Castillo y Joel Reyes.

Leído en: http://www.sergioaguayo.org/html/columnas/Mayoresdeedad_200612.html

Carlos Ramírez - Actúa el #YoSoy132 ¡como priísta!

Carlos Ramírez
Con un abrazo a Pancho Garfias y a la memoria de su hermano Marco Antonio.

Con la bandera muy en alto de la democracia, los jóvenes universitarios del movimiento YoSoy132 han dado muestras muy concretas de que son… antidemocráticos, fundamentalistas, intransigentes, excluyentes y fanáticos.

Es decir, que ese grupo nació para oponerse al PRI por las vías no democráticas pero sus comportamientos autoritarios son típicamente priístas. Su bandera de la democratización de los medios, su debate anoche organizado como celada al candidato priísta Enrique Peña Nieto y su militancia intolerante a favor del candidato perredista Andrés Manuel López Obrador han dibujado ya el perfil político del 132.

Y se habla de perfil porque hasta ahora los pronunciamientos de los múltiples voceros y comisiones del 132 no alcanzan a posicionarse como pensamiento político; el discurso político de los jóvenes universitarios, liderados por estudiantes de varias escuelas de ciencias políticas, se reduce a la disputa por la plaza y por la mención en los medios y nada tiene que ver con la ocupación del espacio público.

Muy pronto, sin saberlo, aprovechando la intolerancia de sus carteles contra la televisión privada, el 132 se convirtió en carne de cañón de grupos de interés: Lo tomó el lopezobradorismo y lo impulsó contra Televisa para atacar a Peña Nieto; y los jóvenes, sin capacidad de reflexión analítica y sin entender la lógica de la política, se lanzaron contra Televisa ignorando que le están haciendo el juego a Carlos Slim en su lucha por un espacio televisivo abierto. Cilindreados por espacios noticiosos subsidiados por Slim, los chavos que están chavos gritonearon contra Televisa por su dominio del mercado pero racionalizar el problema del monopolio de Teléfonos de México privatizado por Carlos Salinas.

Los chavos del 132 se autoetiquetaron como los defensores de la democracia y se la han pasado cerrándole los espacios democráticos al PRI: La forma intolerante, violenta, agresiva, de vandalismo con que el 132 atacó al candidato Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana nada tiene que ver con el diálogo democrático. Y luego el 132, con estudiantes de ciencias políticas a la cabeza, gritonearon a favor de la democracia pero cerrándole espacios a un candidato legalmente registrado y se pasaron días saliendo a la calle para insultar a Peña para luego invitarlo democráticamente a debatir con los chavos que se exhiben llenos de odio en sus expresiones antipriístas.

Irónicamente, el 132 nació contra el simbolismo de la pantalla de televisión pero sobrevive gracias a la televisión porque carece de algún pronunciamiento doctrinario de tipo político sobre la coyuntura nacional y sobre el proceso de democratización. Eso sí, asumen una conducta maniqueísta y fundamentalista al presentarse como la única vía juvenil para hacer política y el único espacio de debate. Al final, el 132 no es la expresión juvenil sino un grito de protesta de chavos de universidades privadas que se sintieron ofendidos porque los priístas ocuparon el espacio de la comparecencia de Peña Nieto y algunos priístas los ofendieron regateándoles su representatividad, pero hasta ahora no han mostrado alguna defensa de los jóvenes que no pueden estudiar en universidades privadas, ni contra los programas de estudios de instituciones privadas que los preparan para el mercado, ni contra la política económica neoliberal que empobrece a los mexicanos pero que se enseña en universidades privadas.

Los jóvenes del 132 perdieron el control por la visita de la vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, quien vino a la UAM Xochimilco a hablar de generalidades y a mostrar su simpatía por el 132, pero ninguno de los del 132 tuvo la inquietud política de rescatar el discurso del presidente socialista Salvador Allende en Guadalajara en 1972, en el que les recomendó a los jóvenes ir a las fábricas, a las comunidades campesinas a la realidad crítica de la pobreza para entender la política y que no bastaba andar todo el día con el manifiesto comunista bajo el brazo. La semana pasada se tuvo la impresión de que Camila Vallejo carece de un discurso político socialista y que sólo les dio el avión a los chavos del 132.

Eso sí, los chavos del 132 se han instalado en el fundamentalismo democrático que carece de racionalidad política y que muestra el otro lado de la enajenación ideológica de la realidad cincelada por la televisión. Hasta ahora, varias semanas después de su irrupción, los chavos del 132 parecen discos rayados con su cantaleta de “la democratización de los medios” sin explicar qué quiere decir, sin ofrecer un razonamiento politológico del concepto. Como Generación Poltergeist ni siquiera han reflexionado su propio problema epistemológico porque ignoran el origen limitado de su conocimiento: Son hijos videns de Televisa y están atrapados en el mundo Twitter-Facebook donde no existen las relaciones sociales de producción.

Al final, los chavos del 132 padecen el síndrome de la caverna de Platón (libro VII de La República, que a lo mejor los estudiantes de ciencias políticas del 132 sí leyeron o cuando menos vieron en power point): Están de espaldas a la realidad y tienen frente a sí una gran pantalla de televisión de plasma donde desfilan las sombras de lo que no ven. Por eso el discurso político del 132 es visual, de frases, de carteles en marchas, limitado al problema de la televisión como expresión y no como razonamiento de un poder fáctico derivado del poder político y este producto de relaciones sociales de poder. Por eso también quienes pelean por poseer una cadena de televisión empujan a los chavos del 132 a seguir protestando contra Televisa, y no contra el sistema de poder que prohijó a Televisa y también a los que aspiran a ser una nueva cadena. Así, el 132 enarbola la bandera de la democratización pero está enfermo de maniqueísmo y violencia contra el que no piense como él.

carlosramirezh@hotmail.com

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/actua-el-yosoy132-como-priista

Ray Bradbury - La costa

Ray Bradbury
(1920-2012)
La costa

Marte era una costa distante y los hombres cayeron en olas sobre ella. Cada ola era distinta y cada ola más fuerte. La primera ola trajo consigo a hombres acostumbrados a los espacios, el frío y la soledad; cazadores de lobos y pastores de ganado, flacos, con rostros descarnados por los años, ojos como cabezas de clavos y manos codiciosas y ásperas como guantes viejos. Marte no pudo contra ellos, pues venían de llanuras y praderas tan inmensas como los campos marcianos. Llegaron, poblaron el desierto y animaron a los que querían seguirlos. Pusieron cristales en los marcos vacíos de las ventanas, y luces detrás de los cristales.

Esos fueron los primeros hombres.

Nadie ignoraba quiénes serían las primeras mujeres.

Los segundos hombres debieran de haber salido de otros países, con otros idiomas y otras ideas. Pero los cohetes eran norteamericanos y los hombres eran norteamericanos y siguieron siéndolo, mientras Europa, Asia, Sudamérica y Australia contemplaban aquellos fuegos de artificio que los dejaban atrás. Casi todos los países estaban hundidos en la guerra o en la idea de la guerra.

Los segundos hombres fueron, pues, también norteamericanos. Salieron de las viviendas colectivas y de los trenes subterráneos, y después de toda una vida de hacinamiento en los tubos, latas y cajas de Nueva York, hallaron paz y tranquilidad junto a los hombres de las regiones áridas, acostumbrados al silencio. 

Y entre estos segundos hombres había algunos que tenían un brillo raro en los ojos y parecían encaminarse hacia Dios...

Leído en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/rb.htm