1.- Como los procesos electorales a la mexicana no
se acaban hasta que se acaban (Yogui Berra como politólogo de pasillos
del Metro), la votación presidencial está a tres semanas de realizarse.
Todos hablan de alguna sorpresa, aunque podría ser que la sorpresa sea… que no haya sorpresas. El dato de la semana fue la versión de que el presidente Peña ya pactó con López Obrador una elección-transición ordenada, pero se trata de una obviedad sin necesidad de plantearlo y menos suscribirlo.
Pérdida la elección por su candidato a sucesor, el legado de Peña Nieto no es mantener al PRI en Los Pinos, ni siquiera mantener sus reformas, sino simplemente salir del cargo y no dejar el país incendiado. López Obrador, aún con pacto, tendrá que poner a Peña en el centro de su accionar político sólo para distraer la lucha en la Torre de Babel que es su gabinete, sus grupos sumados, sus candidatos y sus radicales.
Pérdida la elección por su candidato a sucesor, el legado de Peña Nieto no es mantener al PRI en Los Pinos, ni siquiera mantener sus reformas, sino simplemente salir del cargo y no dejar el país incendiado. López Obrador, aún con pacto, tendrá que poner a Peña en el centro de su accionar político sólo para distraer la lucha en la Torre de Babel que es su gabinete, sus grupos sumados, sus candidatos y sus radicales.