El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática se refirió ayer a la situación que vive Michoacán. Jesús Zambrano demandó “un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas, económicas, sociales para regresarle la paz que requiere”, según informa el boletín distribuido por su oficina a propósito de sus declaraciones.
Para construir ese acuerdo, se me ocurre, podría ser útil que el PRD comience por reconocer lo que sabe de cuanto ha ocurrido en el suelo michoacano, que gobernó (es un decir) durante diez años (2002-2012).
Porque el boletín sobre las declaraciones de Zambrano incluye aseveraciones muy cuestionables. Por ejemplo, desliza que la crisis michoacana surge de la enfermedad de Fausto Vallejo. El comunicado arranca con “el vacío de poder que vive el estado de Michoacán…”. Más adelante se agrega que el líder perredista “reconoció que tras la nueva licencia al gobernador priista Fausto Vallejo para atender un padecimiento que genera muchas dudas por el hermetismo con el que lo manejan él y su partido, los grupos criminales lanzaron una ofensiva para ocupar precisamente el vacío de poder que desde el inicio de la administración se vive en Michoacán”.
No, el vacío del poder en Michoacán es de larga data. Y se incubó, al menos, desde tiempos de Lázaro Cárdenas Batel y tuvo condiciones extremas durante la administración de Leonel Godoy (2008-2012).
El Partido de la Revolución Democrática pudiera contar, por ejemplo, cómo fue la negociación para hacer diputado a Julio César Godoy Toscano, prófugo de la justicia por sus ligas con quienes martirizan Michoacán. Hoy ha trascendido que hubo altos perredistas que advirtieron a Leonel Godoy sobre lo inconveniente de que su medio hermano tuviera poder.
Además el PRD podría conminar al ex gobernador Leonel Godoy a que diga qué hizo cuando el anterior gobierno federal, según ha contado una fuente, le dio un reporte sobre diversos funcionarios michoacanos que en realidad trabajaban para los cárteles de la droga y la extorsión. Godoy se escudó en que no tenía dinero para correrlos. Se le dieron los recursos, pero nada cambió. Y entre esos funcionarios señalados estaban algunos dedicados a dar la primera respuesta a cualquier reporte de la ciudadanía sobre un ilícito o emergencia. Ni más ni menos.
Zambrano, siempre según el boletín repartido por su oficina, fue más allá en sus comentarios michoacanos. Dijo: “Estamos convencidos de que debe haber un —ya— basta, un basta con la ley en la mano y con acuerdos de las distintas fuerzas del estado de Michoacán para que todo mundo cerremos filas en torno del Estado de Derecho”.
La información que Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy aporten (porque van a decir lo que saben, ¿no?) podría resultar crucial para que el eventual acuerdo, de los distintos partidos y el gobierno de Enrique Peña Nieto, parta de una base real y detallada de la dimensión del problema y de cuán arraigado está.
Ser coautores de un “ya basta”, como pide Zambrano, requiere de un mea culpa del PRD, y de que sus figuras michoacanas aporten la información necesaria para trazar la mejor hoja de ruta de lo que seguro será un largo esfuerzo por recuperar lo que no empezó, ni de broma, con la enfermedad de Fausto Vallejo.
salvador.camarena@razon.mx
Twitter: @salcamarena
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