martes, 28 de enero de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Delincuentes muertos resucitados

El 15 de marzo de 2013 el periódico Cambio de Michoacán y el semanario Proceso reportaron que ese mismo día había muerto Dionisio El Tío Loya Plancarte, uno de los principales narcotraficantes de Michoacán, al enfrentarse a balazos contra soldados cerca de la comunidad El Alcalde, en el municipio Apatzingán. De acuerdo al diario moreliano, su muerte fue “una supuesta represalia del gobierno federal por la desaparición de tres elementos del Estado Mayor Presidencial entre los municipios Apatzingán y Buenavista Tomatlán, a principios de mes”.

La nota de Cambio y Proceso fue recogida por otros medios impresos y electrónicos del país, y también ampliamente difundida por las redes sociales. El gobierno federal nunca la desmintió y, para efectos prácticos, Loya Plancarte, por quien las autoridades ofrecían una recompensa de 30 millones de pesos, estaba bien muerto.





Cuál sería mi sorpresa ayer en la tarde, cuando la Secretaría de Gobernación, por medio de un comunicado, informó que el famoso Tío había sido capturado vivito y coleando, en Morelia, a las 5:30 de la mañana. Cayó así uno de los principales capos del cártel autodenominado Los Caballeros Templarios y de la extinta Familia Michoacana.


Esto es lo que informó el Boletín 49 de Gobernación:
“Mediante tareas de inteligencia y sin que se haya efectuado un solo disparo, a las 05:30 horas del día de hoy, Fuerzas Federales detuvieron en Morelia, Mich., a Dionisio Loya Plancarte y a un menor, de 16 años de edad.
“Al arribo de las Fuerzas Federales Loya Plancarte se escondía en un closet.
“Esta persona, originaria de Apatzingán, Mich., presuntamente era quien controlaba el tráfico de estupefacientes en la ciudad de Morelia, manteniendo un vínculo directo y estrecho con los dirigentes de un grupo delictivo que tiene presencia en la entidad.
“De igual forma, se le identifica por difundir videos a través de las redes sociales, mediante los cuales daba a conocer las actividades del grupo delincuencial al que pertenecía, amenazando también a grupos antagónicos que operan en el estado de Michoacán.
“El detenido cuenta con una averiguación previa por delincuencia organizada y contra la salud; se le vincula además con 14 expedientes por su probable participación en hechos delictivos”.
En pocas palabras, El Tío resucitó después de que en marzo lo mataron a balazos.
Por ahí hay otro muerto que probablemente aparecerá tarde o temprano, vivo o con pocas horas de haber muerto cuando se anuncie su aparición. Me refiero a Nazario Moreno González, también conocido como El Chayo, El Dulce, El Doctor o El más Loco, también exmiembro de La Familia Michoacana y líder máximo de Los Caballeros Templarios. De acuerdo con el gobierno de Felipe Calderón, El Chayo murió el 9 de diciembre de 2010 al enfrentarse contra las fuerzas federales en El Alcalde, pero su cadáver nunca apareció. Según los líderes de las autodefensas michoacanas, sigue con vida y en control de los Templarios.
Es indudable que vivimos en un país mágico, donde delincuentes que estaban muertos son capturados vivos, resucitados.

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