Luego de ver los dos primeros debates
presidenciales cualquiera “con dos dedos de frente” puede concluir que
algo está muy mal en la democracia mexicana.
¿Cómo
es posible que –según las encuestas–, el puntero presidencial sea un
“líder social” con la ignorancia mostrada por Andrés Manuel López
Obrador?
Se puede entender que los ciudadanos
de a pie, sin la información, atrapados entre el enojo y el odio, se
digan hartos del PRI, PAN y PRD luego de los malos gobiernos de esos
partidos. Se puede entender que gracias al eficiente discurso populista
de AMLO muchos ciudadanos comunes se digan decididos a votar por el
candidato de Morena.
Pero lo que no tiene pies ni cabeza,
lo que resulta inexplicable –por donde se le vea–, es que reputados
intelectuales, académicos y hombres de empresa aplaudan y hasta se dicen
convencidos que el candidato de Morena es el mejor para encabezar el
Ejecutivo Federal, cuando en los hechos ha mostrado –hasta el
cansancio–, su absoluta ignorancia de todo lo que concierne al Estado.
Pero cuando vemos que en redes y
digitales miles de anónimos salen a la defensa rabiosa de la ignorancia
mostrada por AMLO en los dos debates, el asunto adquiere matices de
tragedia. ¿Por qué?
Porque ya no sólo asistimos al
fanatismo en torno a Obrador, sino al culto a la ignorancia, la mentira,
la transa y la estupidez. Es decir, el puntero es el candidato más
ignorante, el más incapaz, el más atrasado, el más mentiroso, el menos
preparado y el que muestra las ideas más cortas.
Y seguramente muchos reaccionarán
airados contra la conclusión anterior. Sin embargo la terca realidad es
contundente; muchos ciudadanos mexicanos, de distintas regiones del
país, confirman todos los día que estarían dispuestos a votar a favor
del más tonto, el más ignorante y hasta el más imbécil. ¿Lo dudan?
1.- ¿Cómo es posible que en Ciudad de
México sea puntera la señora Claudia Sheimbaun, quien escondió el
desfalco de “los segundos pisos” en el gobierno de AMLO en la capital,
quien participó con Carlos Imaz en el desfalco a Carlos Ahumada; quien
hizo una gestión desastrosa en Tlalpan y quien fue responsable de la
tragedia del Colegio Rébsamen?
¿Cómo se explica que esa candidata sea puntera?
La respuesta es lapidaria; por el
culto a la ignorancia, la mentira, la transa y la estupidez; porque
muchos ciudadanos claudicaron y en su percepción del cambio apuestan por
la reversa, por la mediocridad y la vuelta al pasado. ¿Aún lo dudan?
2.- ¿Cómo es posible que en Morelos
haya llegado al puesto de alcalde de Cuernavaca el futbolista Cuauhtémoc
Blanco; un analfabeta funcional, golpeador de mujeres y presuntamente
vinculado con el crimen organizado. Hoy “Cuau” es el preferido de los
votantes.
¿Es un problema de la ignorancia y la imbecilidad de “Cuau” o de los votantes que lo hicieron alcalde de Cuernavaca?
¿Y cómo explican que hoy sea el
puntero al gobierno estatal de Morena; cuando en su gestión frente a la
alcaldía de Cuernavaca fue una nulidad; si no asistió a los debates
entre candidatos porque es incapaz de articular dos palabras? ¿Por qué, a
pesar de todo lo anterior, muchos aplauden al futbolista y estarían
dispuestos a votar por él?
3.- Pero el culto a la mentira, la
transa y la estupidez no sólo está en las filas de Morena y en su dueño.
También está en el candidato del PAN, PRD y MC. ¿Recuerdan que el tema
de la inversión extranjera en CDMX fue tema en los dos primeros debates
presidenciales?
Pues en el debate del pasado domingo,
Anaya desenmascaró a Obrador, quien maquillo las cifras de la inversión
externa en CDMX entre 2000 y 2005. ¿De verdad AMLO creyó que nadie se
daría cuenta del engaño y la mentira? ¿Pero qué creen?
Que también Anaya hizo trampa al
exhibir una portada de la revista Proceso, en donde mutiló el “cintillo”
que anuncia un reportaje de las compañías nefastas de Anaya. ¿Qué
quiere decir lo anterior?
Que un aspirante presidencial
mexicano, como Ricardo Anaya, es capaz de mutilar la portada de Proceso,
sólo para ganar un debate. ¿Imaginan de lo que será capaz con el poder
presidencial?
¿Creyó –el candidato Anaya–, que
nadie se daría cuenta? ¿Ya olvidó que copió conferencias magistrales de
famosos polemistas, y las presentó como de su autoría? ¿Imaginan lo que
habrían dicho si Peña y/o Meade hicieran esas trampas? ¿Por qué nadie
dijo nada?
Porque la sociedad, igual que muchos
medios –escritos y electrónicos–, ya votaron. Y votaron por la reversa;
porque el regreso al pasado también es un cambio.
Y no pasa nada porque es generalizado el culto a la mentira, la ignorancia, la transa y la estupidez.
4.- Y a propósito de la estupidez.
¿Dónde está la crítica a la estupidez de nacionalizar el banco privado
City Banamex? ¿Recuerdan quien lo dijo? Sí, el rey de la estupidez,
Jaime Rodríguez Calderón, motejado como “El Bronco”.
¿Son o no son una vergüenza tres de los cuatro candidatos presidenciales?
Sí, se salva Meade, el más preparado y
más experimentado, pero al que menos quieren los votantes. ¿Abrirán los
ojos los electores?
Al tiempo.
Leído en https://www.laotraopinion.com.mx/culto-a-la-ignorancia-la-transa-y-la-estupidez/#
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