jueves, 5 de julio de 2012

Ciro Murayama - ¿Por qué es clave el recuento de votos?


Ciro Murayama
Miembro del Comité Técnico Asesor del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP)
El domingo votaron 49 millones de personas. Esa misma noche el consejero presidente del IFE dio a conocer los resultados del conteo rápido con las siguientes estimaciones: Josefina Vázquez Mota alcanzaría entre 25.1% y 26.03% de los votos, Enrique Peña Nieto entre 37.93% y 38.55%, Andrés Manuel López Obrador entre 30.9% y 31.86% y Gabriel Quadri entre 2.27% y 2.57%.
A partir de las 20:00 horas del 1 de julio se comenzaron a publicar las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Al cierre del PREP, el 2 de julio, se había alcanzado la cifra histórica de captura de 98.95% de las actas, con estos datos de la votación presidencial: Vázquez Mota, 25.45%; Peña Nieto, 37.95%; López Obrador, 31.79%, y Quadri, 2.31%.
Los resultados del conteo rápido del IFE y del PREP convergen con extrema precisión por una sencilla razón: el conteo rápido es una encuesta y el PREP un censo cuya fuente es la misma, las actas de escrutinio y cómputo llenadas a puño y letra por los funcionarios de casilla.
Apenas 24 horas después de cerradas las casillas, el IFE publicó en internet la imagen digitalizada de cada acta capturada en el PREP. Se trata de 426 mil 510 actas de las tres elecciones federales. Con las imágenes de las actas se puede corroborar la confiabilidad del PREP, que debe reflejar los datos asentados en las actas. A la vez, como el IFE les fue entregando desde el domingo esas imágenes de las actas a los partidos, éstos pudieron tener copia de las actas, aun de aquellas casillas a las que no enviaron representantes.
Ahora bien, toda la información del conteo rápido y del PREP es preliminar y no tiene consecuencias jurídicas para los resultados oficiales. El cómputo distrital inicia por ley al siguiente miércoles de la elección, por lo que ayer se reunieron los 300 consejos distritales del IFE. En cada consejo votan el presidente de la junta distrital —único funcionario del IFE— y seis consejeros electorales que son ciudadanos independientes de prestigio en su localidad. Adicionalmente, en dichos consejos hay representantes de los partidos, con voz pero sin voto.
Cada consejo debe hacer el cómputo distrital de la elección para presidente, luego al Senado y finalmente a la Cámara de Diputados. Por ley, si en algún distrito la diferencia entre primer y segundo lugar es de menos de 1%, deben recontarse todos los paquetes electorales. Asimismo, si en alguna casilla el acta es ilegible, si todos los votos son para un partido o si los votos nulos superan la diferencia entre primer y segundo lugar, también debe abrirse ese paquete electoral y hacerse el recuento.
El IFE anunció ayer que se haría el recuento en 78 mil casillas de la elección presidencial, en 87 mil de senadores y en 86 mil de diputados. Si los partidos muestran que es necesario recontar más, seguramente se hará, lo cual debe ser bienvenido. Entonces, en cada distrito se revisan las actas, si hay duda se recuentan los paquetes y finalmente se suman los resultados de cada casilla. Eso dará el resultado distrital. El 7 de julio sesionarán los 32 consejos locales del IFE —uno por entidad— y agregarán los resultados de sus cómputos distritales, lo que confeccionará los resultados oficiales por entidad. Aunque se llama “cómputo” no lo hacen computadoras, sino consejeros, delante de representantes de partidos, por lo que no hay riesgo de triquiñuela informática.
Por cierto, será clave el recuento en las muy reñidas elecciones de diputados federales. De acuerdo con el PREP, el PRI ganaría en 157 distritos, pero hay al menos una docena donde la diferencia es de menos de 1 por ciento. Si el PRI perdiera alguno de ellos, no alcanzaría mayoría en Cámara de Diputados incluso sumando a legisladores del PVEM y Panal. Es ahí donde está el interés del recuento, no en la elección presidencial.
@ciromurayama

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