domingo, 20 de enero de 2013

TWITTER Y LA "LIBERTAD DE EXPRESIÓN".





Actualmente las redes sociales han cobrado una fuerza inusitada que se va acrecentando día a día; tal es el caso de Twitter, un medio donde con tan solo 140 caracteres se puede escribir desde banalidades hasta temas de verdadera trascendencia.



La libertad de expresión en esta red social se puede ver coartada de manera abrupta. En esta ocasión, me enfocaré en temas de política, donde los ánimos se ‘calientan’ y es común ver que cuando no se está de acuerdo con las  ideas radicales de los seguidores de un político (AMLO o EPN), se desatan  agresiones, insultos y amenazas; y en casos más severos, la unión de grupos de radicales para “SPAMEAR” cuentas ‘indeseadas’ y ‘tirarlas’. Yo fui ‘víctima’ hace unos meses de estas agresiones, cuando al enviar ligas de artículos que hablaban sobre Andrés Manuel López Obrador, fui  amenazada por sus fieles seguidores, quienes en tan solo unas horas, lograron que Twitter ‘desapareciera’ mi cuenta. Este ejemplo refleja la intolerancia  por parte de personas que sacan a relucir sus frustraciones a través de este medio, sin considerar que ante todo, el RESPETO hacia las ideas políticas de los demás debe  prevalecer, sin importar la diversidad de tendencias.



Debemos reflexionar y detener estos exabruptos, pues de lo contrario podría darse el caso de “autocensurarnos” por temor a ser agredidos…



Mi pregunta es: ¿Hasta dónde debemos permitir que la intolerancia se anteponga a nuestro libre derecho a expresarnos?



Mi reflexión se deriva del artículo escrito por uno de los tuiteros más aguerridos de Twitter, (Milo, a quien pueden ubicar como @emerihz), cuya inteligencia para sortear a este tipo de personas, es única.


Helena.





“¡Esos Malditos tuiteros!”





Mucho se ha hablado y elogiado sobre el carácter “libre” de las redes sociales como facebook y Twitter, pero lo cierto es que existe la censura y ésta viene de los propios usuarios, personas que comparten intereses comunes y se organizan para buscar y hostilizar a los que no comulgan con sus ideas, preferentemente políticas, algo que yo he llamado genéricamente “Campañas del Terror”.


Yo como usuario asiduo de Twitter puedo dar mi testimonio sobre tales comportamientos, para lo que he aseverado anteriormente me baso en la evidencia escrita por dichas personas, no en rumores ni chismes. La gente que describo, en muchos casos, únicamente utiliza su contacto en Twitter para liberar todo el odio que los caracteriza, ya no se trata de libertad de expresión, es el abuso de este derecho acompañado de una determinación total para reprimir la crítica adversa y exterminarla por medio del hostigamiento constante, la rutina de las campañas del terror.


Uno podría considerar la hipótesis de «ustedes (mis amigos y yo) son los que provocan», a esto yo replico que la diferencia está en que nosotros –para quienes Twitter es  un medio de distracción, usamos el mismo derecho de escribir y decir lo que se nos pegue la gana, la diferencia está en que no vamos a buscar extraños para agredirlos.


Ahora, para estos grupos radicales existen temas tabú sobre los cuales hacer el chiste más inocente implica sufrir las consecuencias de atreverse a tocar lo intocable, eso desde mi punto de vista los hace repugnantes en demasía, pues, como se dice de forma corriente, «se llevan y no se aguantan». A su vez he leído una infinidad de comentarios burlones, además de escritos en el lenguaje más soez sobre el ex presidente Calderón, Lujambio, etcétera... Esa actitud de atacar con tanta ira a los que no están dentro de sus simpatías y ofenderse al punto de la indignación absoluta sólo indica una cosa, fanáticos con doble moral, a modo, gusto y conveniencia a sus intereses mezquinos.


Un ejemplo perfecto de esta moral torcida y la rabia que conlleva se dio con el evento del primero de diciembre, para los radicales de izquierda es permisible hablar del «glorioso principio de la primavera mexicana» (sic) o que «la revolución ha comenzado» (sic) pero es totalmente reprobable hacer algún comentario sobre Uriel Sandoval que no sea para lamentar su tragedia o utilizar su accidente como incentivo de lucha y resistencia al «malvado gobierno impuesto» (sic). Particularmente en lo que a mí se refiere,  he recibido cualquier cantidad de adjetivos peyorativos y mentadas de madre por aplicar mi sátira pesada a los temas intocables de estos extremistas; como cuando parodié la canción Chilanga Banda y la volví “La Chilanga Banda de Uriel Sandoval" o por uno de mis tuits más celebrados donde criticaba con humor la irresponsable acción del porro de la tercera edad, ePIGmenio Ibarra, al declarar que una persona había muerto.



La censura existe, las redes sociales no son lo que se proclama con tanto fervor utópico... De cualquiera forma por las cosas que mencioné y otras más, mis amigos y yo, junto con otros que no conocemos pero opinan como nosotros, nos hemos ganado a pulso con mucho orgullo y no menos lisonja por parte de estos extremistas-radicales-locos-fanáticos varios apelativos honoríficos, mi favorito, “¡esos malditos tuiteros!”




Milo @emerihz

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