El líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, ha evitado pronunciarse sobre la relación del exsecretario de Salud guerrerense Lázaro Mazón Alonso con José Luis Abarca, el prófugo expresidente municipal de Iguala.
Señalado hasta hace días como el elegido por López Obrador para ser el candidato de Morena para gobernador del estado, Mazón promovió a Abarca para que llegara a la presidencia municipal. A cambio, su hermano Luis Mazón quedó como suplente del alcalde, mientras que su hermana Fabiola es la secretaria de Desarrollo Social del ayuntamiento.
Mazón fue secretario de Salud hasta el pasado jueves 16, cuando el gobernador Ángel Aguirre Rivero lo destituyó “a efecto de que pueda acudir a las instancias legales correspondientes y pueda explicar sus relaciones que tenga, o tenía, con el presidente municipal prófugo José Luis Abarca”, como dijo el mandatario el mismo día, en conferencia de prensa.
Fuentes cercanas a Mazón refieren que Aguirre le comunicó que la decisión de destituirlo no la tomó él, sino que se trató de una exigencia del gobierno federal por los estrechos vínculos del funcionario estatal con Abarca.
Apenas el 8 de junio anterior, en Acapulco, López Obrador había destapado a Mazón como candidato a gobernador de Guerrero. Morena todavía no era formalmente un partido político.
Acompañado de los presidentes de los comités ejecutivos estatal y municipal de Morena, César Núñez y Marcial Rodríguez, el dos veces candidato presidencial sostuvo que la selección de aspirantes a cargos de elección popular se hacía con transparencia “porque en Morena no hay tapados. Eso del tapado viene de Porfirio Díaz y lo heredó el PRI”.
Comentó entonces que la candidatura de Mazón Alonso era el resultado de un acuerdo con los dirigentes estatales de Morena. Ahí, calificó a Mazón Alonso como un “guerrerense de primer orden”.
Y agregó: “Sobre todo, es una persona con dimensión social, sensible, está del lado de los pobres, está a favor de la gente necesitada. Esto en buena medida es por su profesión de médico. Por lo general, los médicos son sensibles y no le dan la espalda al que sufre”.
Para López Obrador, Alonso Mazón cumplía otro requisito fundamental para Morena: “Es una persona honesta, además tiene experiencia en la administración pública. Fue presidente municipal de Iguala, senador de la República. Actualmente es secretario de Salud del gobierno de la entidad”.
En 2011 Mazón, integrante de la corriente perredista Nueva Izquierda (NI), coordinó la campaña electoral de Ángel Aguirre para la gubernatura de Guerrero. Fue él quien le presentó a Abarca con el expriista arropado por el PRD. Era un empresario exitoso que apoyaba la campaña, le dijo Mazón a Aguirre.
Durante todo ese año Mazón promovió a Abarca, quien no tenía experiencia política ni presencia electoral en Iguala. Luego comenzó el proceso dirigido a seleccionar candidatos a cargos de elección popular para los comicios de 2012. Las candidaturas del PRD en Guerrero quedaron en manos de las corrientes.
Para entonces el perredismo local ya conocía los antecedentes delictivos de Abarca, de lo cual hizo saber a la dirigencia. El entonces precandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador también fue informado de ello durante un acto de campaña en Iguala, antes de que se hiciera oficial la candidatura de Abarca a la alcaldía.
Según los perredistas consultados, López Obrador les respondió que la selección de candidatos municipales no era de su competencia (Proceso 1980).
López Obrador no varió su postura hacia Mazón hasta que el 26 de septiembre, en Iguala, policías municipales dispararon contra estudiantes y pasajeros, con trágicos resultados: seis muertos, 25 heridos y 43 normalistas desaparecidos.
Desde entonces, el líder tabasqueño sólo se ha pronunciado sobre el asunto en tres ocasiones y mediante sus cuentas en Twitter y Facebook, pero sólo condena la violencia contra los estudiantes y pide que se sancione a los culpables; no cuestiona las relaciones entre políticos y delincuentes en Guerrero.
El pésame en un tuit
Tres días después del ataque a los jóvenes, el 30 de septiembre, en su cuenta de Twitter (@lopezobrador), el dirigente de Morena comentó: “Además de nuestro pésame a familiares de los jóvenes asesinados en Iguala, Guerrero, exigimos se castigue a las autoridades responsables”.
Ocho días después, se refirió de nuevo al ataque: “Reitero: no debe quedar impune el artero asesinato de los jóvenes de Iguala. Es un horror y sería gravísimo optar por el encubrimiento”.
De manera paralela, Morena difundió un comunicado el miércoles 8, respaldó las movilizaciones pacíficas de familiares de los asesinados y desaparecidos, y señaló en general a las autoridades responsables de los hechos por “acción u omisión”. Pidió que no prevalezca la impunidad.
“Las autoridades municipales, estatales y federales que sean responsables –por acción u omisión– deben rendir cuentas ante la justicia. Además, se debe proteger a las familias de las víctimas y presentar a los desaparecidos con vida”, reclamó, para rematar con la afirmación de que el gobierno federal ha “sembrado y agudizado la violencia con sus reformas neoliberales”.
El 16 de octubre López Obrador volvió al tema en su cuenta de Facebook para recordar su convocatoria para realizar una concentración masiva el 26 de octubre, en el Zócalo de la Ciudad de México.
En tres párrafos extendió la convocatoria que lanzó desde el 15 de septiembre y originalmente destinada a demandar que se someta la reforma energética a la consulta popular, para que sus simpatizantes se sumen a la exigencia de justicia para los normalistas de Ayotzinapa y sus familias.
Antes de eso, el jueves 9, en una gira por el municipio de Tala, Jalisco, el tabasqueño anunció que “en uso de sus derechos ciudadanos” enviaría al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) una solicitud para que se informe a detalle cómo fue la compra del nuevo avión presidencial TP-01, modelo Boeing Dreamliner 787.
Al día siguiente, en Yahualica de González Gallo, otro municipio jalisciense, planteó que Enrique Peña Nieto debe renunciar a la Presidencia antes del 1 de diciembre porque “es público y notorio” que no puede manejar el país.
Cuatro días después fue a Estados Unidos, donde participó en el Foro Líderes de México, realizado por el Centro de Estudios Mexicanos en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Allá sentenció: “La corrupción se ha convertido en la principal función del Estado”.
En su discurso, tras un breviario histórico sobre los problemas nacionales, López Obrador manifestó la indignación de los mexicanos por el asesinato y desaparición de los estudiantes:
“Lastima expresarlo, pero ya llevamos mucho tiempo de luto ininterrumpido; ahora estamos consternados por el asesinato y desaparición de jóvenes normalistas en Iguala, Guerrero. Hace poco, un luchador social, el Padre Solalinde, dijo que México es una gran tumba clandestina”.
Fuente: http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=385166
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