domingo, 4 de enero de 2015

José Emilio Pacheco - Dentro de una esmeralda

José Emilio Pacheco 1939 - 2014

Dentro de una esmeralda

Remota herencia y tradición familiar, alli estaba con sus aristas y sus planos. Opaca, dormida o traslúcida, viva al ponerla a contraluz para que revelase sus abismos, sus mares y espesuras de piedra.  Un día, pasados muchos años de no verla, la reencontré al buscar unos papeles en los arcones del desván. Yo estaba solo, mi mujer y mis hijos hablan salido. Acaricié la esmeralda, la puse como siempre a contraluz. Vi en su interior la miniatura perfecta de una mujer desnuda que alzaba los brazos para suplicarme que la librase de su prisión.

Imposible reducir mi tamaño, descender a su en­cuentro, escalar los muros y los farallones de roca verde. Só­lo podía romper, hendir la esmeralda para rescatar a quien desesperadamente lo suplicaba.  Quizá el diamante de mi anillo podría cortar la gema. Al precio de arruinar el engar­ce, lo desmonté con unas pinzas. Presa de un frenesí cercano a la demencia, hice muchos intentos de penetrar en el abis­mo de esa piedra. Cuando lo conseguí al fin la punta agudísima del diamante cortó en dos el cuerpo de la mujer


El tajo fue perfecto. No hubo sangre. Se escuchó el lamento más doloroso que se ha oído jamás. Entre llantos y gritos traté en vano de unir las dos mitades frágiles de la muchacha. Regresó mi familia. Al encontrarme en medio de las joyas destruidas, advirtió en mi el estallido de la locu­ra por tanto tiempo enjaulada como dentro de una esme­ralda. Al día siguiente me encerraron en esta celda verde traslúcida.


Y permaneceré entre sus paredes de piedra hasta que un día alguien venga a librarme con un tajo que divida en dos mitades mi cuerpo.






Leído en http://www.creatividadinternacional.com/group/puros-cuentos/forum/topics/dentro-de-una-esmeralda-de-jos-emilio-pacheco 

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