Propuse ayer aquí que la ostentación de la opulencia de los servidores públicos sale cada vez más cara, porque esa riqueza está quedando inexorablemente asociada con la imagen de corrupción, de patrimonio mal habido que se debe repudiar y sancionar.
Y pregunté después de las experiencias de la familia Peña Nieto-Rivera y los secretarios Videgaray y Osorio Chong, ¿en dónde van a vivir los funcionarios del peñanietismo, qué van a hacer con sus riquezas?
Recibí comentarios en el sentido de que algunos de ellos han formado un capital al margen del gobierno. Otros vienen de familias acaudaladas. Pero quizá la mayoría solo han sido servidores públicos, por lo que la justificación de su patrimonio se torna más complicada.
Un lector me pidió revisar a cinco funcionarios supuestamente muy ricos. En orden alfabético: Emilio Lozoya, Enrique Martínez y Martínez, Jesús Murillo Karam, Rosario Robles, Gerardo Ruiz Esparza. Rápidamente:
Emilio Lozoya, director de Pemex, 40 años. Es de los pocos que puede acreditar un incontrovertible éxito profesional fuera del servicio público. Ha sido un codiciado consejero de empresas y director del rentable fondo de inversiones JFH. En el gobierno había sido analista del Banco de México, puesto que dejó para irse al mundo de las finanzas cuando tenía 26 años.
Enrique Martínez y Martínez, secretario de Agricultura, 66 años. Son míticas sus propiedades en Mission, Texas, y el rancho en Zacatecas. Ha reportado ser dueño de 16 terrenos de entre 45 y 90 hectáreas, más ganado y una buena cantidad de cuentas bancarias e inversiones bursátiles. Es presidente de Grupo Empresarial Martínez, poderoso en el ramo de las agencias funerarias. Pero la realidad es que prácticamente no ha dejado el sector público desde que tenía 25 años. Trabajó en el Gobierno de Coahuila entre 1976 y 1987. De 1988 a 1991 fue Diputado federal. Regresó a la Cámara en 1997. De 1999 a 2005 fue Gobernador. En 2010, asumió como delegado del PRI en el Estado de México de Enrique Peña Nieto y se sumó a la campaña. Poco tiempo habría tenido para hacer fortuna en la iniciativa privada.
Jesús Murillo Karam, secretario de Desarrollo Agrario y Territorial, 67 años. No sé si tiene fama de rico, pero a diferencia de Lozoya y Martínez y Martínez, no se le conocen ni reporta actividades empresariales. Fue dos veces Diputado federal y una Senador entre 1979 y 1993. De ahí saltó al Gobierno de Hidalgo, luego a la Subsecretaría de Gobernación, al equipo de campaña de Francisco Labastida y a diversas posesiones en el PRI, incluida la Secretaría General, para regresar al Senado en 2006. De ahí a la PGR en 2012. Carrera pública por los cuatro costados.
Mañana revisamos los otros dos casos.
Leído en http://www.vanguardia.com.mx/columnas-lasfortunasdelozoyamurillokaramymartinezymartinez-2302605.html
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