sábado, 31 de octubre de 2015

UN POEMA DE:

La muerte
Si hay algo importante es darle una hermosa solución a la vida.
Miguel Hernández

IX

Hoy fue día de los muertos,
día de muerte y de olvido...
Nunca nadie supo nada
del que se fue del camino.

Por una noche sin astros
los muertos vagan perdidos.
El que va ya no vuelve,
para volver no hay camino.

¡Tú que sabes lo que dices!
Son más arduos los destinos...
Día de los muertos, día
-dirás- de nosotros mismos.

Juan Ramón Jiménez


La muerte

No es cuchillo, y nos corta la mirada.
No es hielo, y la sangre nos congela.
No tiene alas, y en sus brazos vuela
nuestra alma, hacia lo alto convocada

Sin ser la cárcel, en la fosa helada
-meta y liberación- nos encarcela.
Su invisible presencia nos desvela.
Todo-al final-comienza entre su nada.

No tiene ojos, pero nos acecha.
Ignora el almanaque, más la fecha
que nos asigna, nunca se le olvida.

No es el polvo, y al polvo nos regresa.
Es la derrota, más con ella empieza
el duradero triunfo de la vida.

Óscar Echeverri Mejía


Verdad es

Cada día
me acerco más a mi esqueleto.
Se está asomando con razón.
Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada,
él siempre preguntándome, sin ver
cómo era la dicha o la desdicha,
sin quejarse, sin
distancias efímeras de mí.
Ahora que otea casi
el aire alrededor,
qué pensará la clavícula rota,
joya espléndida, rodillas
que arrastré sobre piedras
entre perdones falsos, etcétera.
Esqueleto saqueado, pronto
no estorbará tu vista ninguna veleidad.
Aguantarás el universo desnudo.

Juan Gelman


Cuando la muerte llame a mi puerta
XC

El día que la muerte llame a tu puerta, ¿qué presente le ofrecerás?
Mostraré a mi visitante la rebosante copa de mi vida, y no tendré ningún temor de que se vaya con las manos vacías.
Y la dulce cosecha de todos mis días de otoño y todas mis noches de verano; los frutos y ganancias de mi vida atareada, todo se lo ofreceré el último de mis días, cuando la muerte llame a mi puerta.

Rabindranath Tagore


Piedra negra sobre una piedra blanca

Me moriré en París, con aguacero.
un día del que tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París, y no me corro.
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala, y jamás como hoy me he vuelto
con todo mi camino, a verme solo.
"César Vallejo ha muerto". Le pegaban
todos, sin que él hiciera nada.
Le daban duro con un palo, y duro
también con una soga. Son testigos
los días jueves y los huesos húmedos,
la soledad, la lluvia , los caminos.

César Vallejo


Sus ojos se cerraron

Sus ojos se cerraron...
y el mundo sigue andando,
su boca que era mía
ya no me besa más,
se apagaron los ecos
de su reír sonoro
y es cruel este silencio
que me hace tanto mal.
Fue mía la piadosa
dulzura de sus manos
que dieron a mis penas
caricias de bondad,
y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las lágrimas pensadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelo
de poder llorar.

¡Por qué sus alas tan cruel quemó la vida!
¡por qué esta mueca siniestra de la suerte!
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!

Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento.
Todo es mentira, mentira es el lamento.
¡Hoy está solo mi corazón!

Como perros de presa
las penas traicioneras
celando mi cariño
galopaban detrás,
y escondida en las aguas
de su mirada buena
la suerte agazapada
marcaba su compás.

En vano yo alentaba
febril una esperanza.
Clavó en mi carne viva
sus garras el dolor;
y mientras en las calles
en loca algarabía
el carnaval del mundo
gozaba y se reía,
burlándose el destino
me robó su amor.

Alfredo Le Pera


Voy a dormir

Dientes de flores, cofía de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados
Voy a dormir, nodriza mía; acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sóla; déjame romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides...Gracias...Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsina Storni





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