miércoles, 27 de enero de 2016

Rafael Loret de Mola - De lógica política

Si comenzó mal 2016, en cuanto a la política y no solo en este renglón, los meses subsecuentes pueden ser mucho peores por la descomposición del tejido social y política y la inminencia de una crisis financiera imparable, rendido el peso ante el dólar, más bien vapuleado, y con los precios del crudo por debajo de sus costos de extracción.

Una quiebra no anunciada, diríamos si se tratara de una empresa y no de una nación, que sobrelleva la tremenda afrenta de una supervivencia a cambio de jirones de soberanía... y ya quedan muy pocos.

Muchos se preguntan, con razón, cómo en este escenario tan adverso, brutal diríamos, el Gobierno mexicano insiste en la continuidad del partido enseñoreado de la Presidencia de la República, aun cuando miente, con descaro, al subrayar que nuestra economía está “estable y en crecimiento” mientras, por ejemplo, en Francia, ante la realidad, se declara una emergencia económica como efecto, entre otras cosas, del terrorismo que hizo encallar a la gran industria del turismo.









Y lo mismo ha sucedido con otras naciones líderes en el mundo occidental cuyas finanzas resienten los efectos globales de la depresión que Estados Unidos intenta superar a costa de guerras en el Medio Oriente al lado de sus aliados desfalcados como los galos.

En este entorno, el año electoral que se plantea a partir del fraude en Colima –la guerra sucia y las truculencias durante la jornada comicial se dieron en el ring exclusivo de los caciques regionales, los ex gobernadores Mario Anguiano Moreno y Fernando Moreno Peña, quien sufrió un atentado todavía no esclarecido aún cuando las evidencias señalan hacia el primero-, no es solo complejo sino de alto riesgo porque el partido en el Gobierno, sus corifeos e incluso sus aliados soterrados de la “oposición” –no solo los miserables verdes situados fuera de la ley y bajo la impunidad-, parecen querer jugar con fuego y pueden quemarse...

Incluyendo al soberbio Manlio Fabio Beltrones quien, por supuesto, no aclara el destino de los millones de pesos sustraídos de su administración en Sonora:

Mil millones, nada menos.

Lo que falta. El PRI ya tiene candidatos en la mayoría de las entidades que elegirán gobernador en julio próximo.

Son doce en total pero claves no solo por su importancia política y económica sino, sobre todo, en el mayor número de estas por cuanto a la influencia determinante de las mafias con dominio territorial sobre ellas cuya expansión, dentro del organigrama gubernamental, es consecuencia de la ausencia de medidas drásticas para frenar la colusión entre los capos relevantes, por ejemplo, y altos miembros de la clase política.

En esta condición, Tamaulipas se lleva la palma a la par con el descastado gobernador Egidio Torre Cantú, hermano del médico Rodolfo, el candidato asesinado en las vísperas de los comicios lo que propició la designación de Egidio como sucedáneo. Insisto:

La cobardía del personaje es tal que no siquiera se animó a intentar resolver el magnicidio que le precedió aunque se tratara de la misma sangre, su sangre.

Si se tiene la menor lógica política y considerando que hace seis años el tal Egidio y sus corifeos afectados ganaron sobre una abstención del ochenta por ciento de los electores –muy distante de la mayoría que legitima-, puede augurarse que el PRI no puede ganar ni moral ni prácticamente salvo un escándalo más a la manera “Beltrones” –como en Sonora recientemente-, esto es bajo la escuela de los grandes alquimistas que han favorecido al tricolor con las mayores desviaciones de la voluntad general.

La abstención es un arma de mayor peligro que las nueve milímetros del Ejército.

En Aguascalientes, la cuna del beodo mandatario Carlos Lozano de la Torre, no podría ganar el PRI si se aplica el voto de castigo y no mete las manos quien fue capaz de aliarse con el panista amoral, Luis Armando Reynoso Femat, represor y enfermo sexual entre otras cosas –lo ladrón nadie se lo quita-, y mantener a su entidad en un largo marasmo inundado por el miedo inconcebible.

Pese a ello, los cartones están igualados porque el posible abanderado del PAN, Martín Orozco, en lisa por segunda vez, no ha logrado resolver las acusaciones malsanas sobre la venta oscura de unos terrenos aledaños a los basureros.

Ha dejado pasar el tiempo y, de nuevo, sus poco honestos adversarios, encabezados por la priísta Lorena Martínez Rodríguez, tendrán tela de dónde cortar.

En Chihuahua, caramba, la línea del masoquismo electoral debe cesar igualmente tras el periodo oscuro de César Duarte Jáquez –jaqueca debería escribirse-, y el reiterado cúmulo de señalamientos; y en Durango, parte de triángulo dorado que es refugio de cárteles y bandas, los momios van parejos igualmente por la ausencia de definiciones políticas; lo mismo en Hidalgo, tierra de viejos caciques, en donde al mandatario Francisco Olvera Ruiz, a quien ni se vio ni se expuso, será el responsable de una continuidad con una creciente oposición.

Oaxaca es un polvorín con tendencia a una reconquista priísta que se antoja imposible bajo el fuelle de los juniors y la ausencia de conocimientos sobre la extendida problemática local; para colmo, los aliancistas están tan desprestigiados, como Gabino Cué Monteagudo, que tampoco parecen opción bajo el peso de la explicable irritabilidad; y en Puebla, el célebre “góber bala”, Rafael Moreno Valle, sueña con que los panistas ni siquiera tengan rival en una deformación que se acerca al antiguo fascismo y con tal de “salir limpio” como presunto precandidato de su partido a la Presidencia. Causa náuseas.

Sigue Quintana Roo en donde los priístas Roberto Borge Angulo, gobernador, y su padre, Roberto Borge Martín, dentro de un extenso clan familiar que se ha adueñado de la más joven entidad del país –que antes fue propiedad de once miembros de la “casta divina” yucateca-, han reprimido, cooptado y difamado a los críticos valiéndose de mercenarios que aplauden, entre otras cosas, la destrucción de los manglares de la Riviera Maya para entregarles tierras a los consorcios hoteleros del exterior.

Despiadados egocidas que debieran ser castigados, como su partido, aunque parece difícil dado los controles electorales abyectos.

Lo de Sinaloa se cuece aparte. Mario López Valdés, aliancista pero priísta por formación y convencimiento, hizo del Gobierno una suerte de lupanar propio para los grandes capos pertenecientes a la Confederación de Sinaloa, mucho más poderosa y presente que el mandatario, el tal MALOVA, quien ya debiera estar ante la justicia.

Aquí los narcos mandan y, casi seguramente, los priístas sabrán negociar mejor mientras el miedo pervive entre un colectivo maniatado.

Y también Veracruz marcha igual en una disputa entre Yunes que solo arrojará miseria y turbiedades al estado sea cual fuese el ganador.

Las mafias se han impuesto a la política por el indecoro del represor por antonomasia Javier Duarte de Ochoa. Este gran estado parece que no tiene futuro; y a éste le sumamos Tlaxcala y Zacatecas; en esta última los hermanos Monreal, siguiendo la ruta de los Moreira de Coahuila, esperan el milagro de la resurrección con el apoyo de MORENA, el tercero o cuarto partido –según sea el personaje- de los partidos a los que se han afiliado. Un mundo de caciques sin antifaces.

¿Díganme ustedes si con esta perspectiva, una de las peores visualizadas desde el inicio de cada año, podemos los mexicanos sentirnos tranquilos o si, al contrario, la agitación de los rencores justos de la ciudadanía está a punto de explotar aunque se haya apaciguado al Volcán de Fuego en Colima?

¿Fue así o todavía los colimenses serán capaces, siquiera, de recuperar lo perdido oponiéndose a la impunidad reinante y exhibiéndola?

A veces me resulta inexplicable la pasividad de las sociedades afrentadas, sobre todo la mexicana.

A la vista de las complicidades que saltan a la vista, el recurso del sufragio tampoco parece ser certero por los usos ilegales de recursos y las constantes trampas contra la voluntad de la ciudadanía.

Es esto, sí, lo que debiéramos evitar para separarnos del carril de la tolerancia que nos asfixia.

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/de-logica-politica-1453877778



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