Pocos recuerdan que cuando recaló en Estados Unidos, acabada la Guerra Civil española, tuvo que renunciar a su puesto de colaborador del Museo de Arte Moderno de Nueva York por las sospechas que despertaban su abierto ateísmo y sus ideas de izquierdas. Tampoco, pese a sus peticiones, se le concedió la nacionalidad estadounidense. En el extraño péndulo que es la vida, quizá esa fuera una suerte para la historia del cine. Este rechazo y los problemas económicos derivaron sus pasos hasta México. La tierra de promisión de los exiliados republicanos.
Los olvidados |
La historia de Jaibo y Pedro, su abismal negrura y, ante todo, la ruptura con las narrativas almibaradas de Hollywood, hicieron de Los olvidados una obra maestra cuyos ecos aún perduran en estos tiempos de sicarios y decapitaciones. “Buñuel digirió de tal forma la cultura del Distrito Federal, que con Los olvidados aprendimos lo que era México", ha dicho el escritor mexicano Jordi Soler.
Rodaje de Belle de jour |
Pero más allá de los galardones, el verdadero éxito en vida de Buñuel fue precisamente ser Buñuel. De algún modo, nunca abandonó a ese joven surrealista, fascinado por André Breton, que había dado luz a alucinaciones tan demoledoras como El perro andaluz o La edad de oro. En la ensordecedora brutalidad del siglo XX, el cineasta de Calanda hizo sonar siempre que pudo el tambor de su voluntad. Ya fuese en México, España o Francia.
Quienes le recuerdan de su etapa mexicana, como el director Arturo Ripstein, hablan de un ser hosco, pero dotado de un humor vitriólico. Un hombre desolado y rugiente que se nutría de la devastación de su experiencia para crear arte. “Estaba muy solo, nadie se le acercaba. Daba miedo porque era Buñuel. El genio asusta. Y la profesión no le quería, porque no había posibilidades de comparación”, rememora Ripstein.
Un perro Andaluz |
El 29 de julio de 1983, Luis Buñuel falleció en la Ciudad de México. Lo que queda de él es mucho más que una obra. Es una historia tallada en la honestidad. La del genio que nunca renunció a su forma de entender el cine. Hoy, como cualquier otro, es un buen día para recordarlo.
Leído en http://cultura.elpais.com/cultura/2016/07/28/actualidad/1469740822_644410.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.