Casi todos suponen que la elección presidencial ya se resolvió.
Muchos creen que el puntero, el
candidato de Morena, ya es el nuevo presidente sobre todo por la
soberbia con la que se mueve en campaña y en declaraciones por todo el
país.
Pero otros se han percatado de esa
suerte de trampa al imaginario colectivo en que se ha convertido la
campaña que pretende hacer creer que “el arroz” de la presidencial “ya
se coció”; percepción sembrada en redes y digitales y luego a las
encuestas y más adelante a los medios militantes.
Sin embargo, a poco más de 20 días de
la elección presidencial crece el nerviosismo entre el equipo cercano
al puntero y cada vez son más los que empiezan a dudar sobre el
resultado del 1 de julio.
A esa posibilidad se suma una
creciente reagrupación del PRI, que en estados como Hidalgo, México,
CDMX, Campeche, Yucatán… y otras regiones del país empieza a mostrar un
verdadero fortalecimiento.
Pero la mayor señal de que el puntero
en las encuestas no tiene nada seguro la ofreció el propio López
Obrador luego de su encuentro de casi tres horas con empresarios. ¿Qué
se dijeron los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios y el
candidato López Obrador?
Poco se sabe. Sabemos del abrazo a
Claudio X González, del saludo de mano a cada uno de los integrantes de
ese selecto grupo y sabemos de la descortesía de López Obrador de no
probar bocado. Es decir, no compartió el pan y la sal con los más
grandes empresarios del país.
¿Qué se dijeron empresrios y
candidato presidencial? ¿Qué le dijeron a López Obrador? ¿Qué palabras,
qué argumentos, qué señalamientos formularon para que el candidato de
Morena saliera del encuentro con cara de funeral?
Y es que si bien la expresión facial
de Obrador y su mensaje corporal sólo reflejan una parte de lo que pasó
detrás de las puertas cerradas del encuentro, también es cierto que el
candidato y sus anfitriones no querían que los ciudadanos y potenciales
votanres conocieran el contenido de su encuentro.
¿Por qué “en lo oscurito”? ¿Por qué no de cara a la nación, como pregonó por décadas la dizque izquierda mexicana”.
Sin embargo, una pista de lo que pudo
ocurrir en el encuentro a puerta cerrada la ofreció el propio López
Obrador, de manera puntual.
A la pregunta de los periodistas AMLO dijo pausado y con claros signos de agobio: “Lo
más importante es que hay el acuerdo de que, si el pueblo de México
decide que ganamos la presidencia, vamos a tener una relación de
cooperación entre el sector privado y el sector público”.
Dicho de otro modo, que luego del
encuentro con empresarios, López Obrador fue más cauto, olvidó el
contundente “vamos a hacer…” y lo cambio por el modesto “si el pueblo
quiere”. El lenguaje y la expresión facial y corporal de AMLO cambiaron
de manera radical.
Y es que según expertos, el voto se
decide en las dos semanas previas a la elección, por un lado, y frente a
la urna, por el otro.
Y ya empezó el tiempo de “velar armas”. Y López Obrador sabe que es real la posibilidad de una tercera derrota.
Al tiempo.
Leído en https://www.laotraopinion.com.mx/amlo-sabe-que-puede-perder/
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