miércoles, 23 de abril de 2014

Martín Moreno - ¡Es la censura, estúpidos!

Rechazo generalizado a “ley mordaza” peñista

 ¿Cortina de humo para no tocar al duopolio de TV?
Ni victimismo ni fanatismo: el rechazo a la censura –una tentación real y de alto riesgo impulsada desde Los Pinos-, es un asunto de ética y de libertades. Ha mutado ya de la alerta ciudadana y de algunas –solamente de algunas- plumas y voces que se oponen a ese apartado de la Ley de Telecomunicaciones, a la oposición institucionalizada de partidos y organismos.
 
Qué vergüenza por las plumas erigidas ya –sin recato alguno- en defensoras de oficio de Peña Nieto y de su gobierno, cuando intentan desprestigiar o ridiculizar cualquier protesta por los intentos de censura oficialista. No podría ser de otra manera: están en la nómina mexiquense.
 
 
 
 
 
 

 
En las últimas horas, el rechazo a la intentona de controlar y censurar Internet o “regular” a las redes sociales, se ha convertido en discusión pública con posturas más que definidas.
 
Peña y el PRI, a favor – como siempre ha sido- de la censura.
 
El PAN, en contra.
 
El PRD, en contra.
 
La CDHDF, en abierto (y plausible) rechazo.
 
La prensa oficialista, diciendo “sí” a todo lo que venga de Los Pinos.
 
Los periodistas que intentan escurrirse de los intentos de censura, alertando y oponiéndose al control informativo desde el gobierno. Sí: como ocurre en Venezuela. De Chávez a Nico.
 
Y la mayor parte de los ciudadanos, protestando por los intentos censuradores.
 
¿Censura institucionalizada? ¡NO!
 
*****
 
El Artículo 197, fracción VII, de la Iniciativa de Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, no tiene desperdicio y es altamente preocupante:
 
“Bloquear, inhibir o anular de manera temporal las señales de telecomunicaciones en eventos y lugares críticos para la seguridad pública y nacional a solicitud de las autoridades competentes”.
 
¿Por qué huele a censura?
 
Por una razón indiscutible: las “autoridades competentes” no son otros más que Presidente de la República, gobernadores, legisladores o alguna otra instancia gubernamental que, llegado el caso, podrían argumentar “razones de seguridad pública” cuando algún opositor, periodista o medio, los denuncien, critiquen, cuestionen o revelen información que los exhiba. Este punto siempre se prestará a la interpretación amañada de los políticos en aras de cuidar su imagen.
 
Es decir: te callas por “razones de seguridad pública” porque así le conviene al Estado. Y punto.
 
Eso se llama censura.
 
Aún más: el Artículo 145, Fracción III, establece que los concesionarios y autorizados que presten el servicio de acceso a Internet, podrán bloquear el acceso a determinados contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad  o sean contrarios a alguna normatividad.
 
¿Y quién determinará esa “normatividad”?
 
Pues la secretaría de Gobernación.
 
¿Y a quién representa Gobernación?
 
Pues al gobierno de la República.
 
Javier Lozano, senador panista, apuntó en su cuenta de TW:
 
“Y sólo les digo que nuestro dictamen sobre #telecomunicaciones elimina toda censura o bloqueo en Internet y otras tantas preocupaciones…”.
 
¿De veras, senador Lozano?
 
Por la misma vía le pregunté a Lozano:
 
“La propuesta “Bloquear, inhibir o anular de manera temporal señales de telecomunicaciones… (Art. 197 Fracc VII) SE ELIMINA?
 
Lozano, hasta la entrega de esta columna, no había respondido.
 
A los políticos no hay que creerles la mitad de lo que dicen. Y la otra mitad hay que ponerla en duda.
 
Pero algo trae podrido la mentada Ley de Telecomunicaciones que ha provocado rechazos absolutos y criticas frontales.
 
La postura de la CDHDF, que encabeza Perla Gómez, es muy clara:
 
“(La iniciativa) vulnera la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información, establece controles ilegítimos a medios de comunicación públicos y sociales, introduce mecanismos de censura previa.
 
“Retira facultades especiales del Instituto Federal de Telecomunicaciones, carece de perspectiva de género, amenaza la privacidad de las personas y controla el Internet, afectando los derechos que se ejercen de manera digital en este espacio”.
 
Rotunda la postura de la CDHDF. Sin ambigüedades ni temores. Llamarle a las cosas por su nombre. Perla Gómez ha comenzado a ganarse respeto.
 
Para quienes ofenden y desprecian a los opositores a la censura oficialista: ¿acaso la CDHDF también forma parte de esa secta malévola que quiere crucificar a Peña Nieto y derrocarlo inclusive?
 
Vamos más allá:
 
En una postura que, al menos a este columnista, le fue sorpresiva, el PAN anunció ayer que dirá NO a la propuesta de Reforma en Telecomunicaciones del presidente Peña Nieto, apoyada por el PRI, para introducir controles a Internet. Cecilia Romero, presidenta panista, calificó de “retrógrada” la propuesta peñista.
 
“No permitiremos que se vea violentado el derecho de los ciudadanos y sus libertades en Internet, así como en cualquier medio”, estableció Romero. Otra postura frontal.
 
Para quienes ofenden y desprecian a los opositores a la censura oficialista: ¿acaso el PAN también forma parte de esa secta malévola que quiere crucificar a Peña Nieto y derrocarlo inclusive?
 
Como dicen las plumas de nómina mexiquense: “Ay, ternuritas”…su oficialismo vergonzante ya es patético.
 
Rechazar la censura no es por dogma de fe o por fanatismos políticos. Quienes pretenden encapsular las múltiples protestas contra el gobierno y etiquetarlas como “fanatismos”, han perdido ya la capacidad de crítica imparcial. La nómina habla por su pluma. Lástima.
 
Lo cierto, es que cada vez son más las voces en contra de la censura que pretende imponer el gobierno de Peña Nieto. Como bien lo apunta SinEmbargoMX: “El PAN ha hecho bloque con analistas, especialistas, el PRD, activistas y organizaciones civiles mexicanas y extranjeras, que han calificado la iniciativa como un intento por dar más poder a la Secretaría de Gobernación, al súper poderoso ente político de la administración federal para que pueda censurar políticamente la web”.
 
*****
 
¿Qué el intento de censura en Internet, medios y redes sociales, es una cortina de humo de Peña y su gobierno para ocultar la verdadera intención de no tocar o afectar al duopolio televisivo, desviando la discusión pública hacia otros temas y dejar de lado los privilegios de Televisa y TV Azteca? Es posible. Los priistas son de poco fiar.
 
Sin embargo, nunca está de más no ceder ni un milímetro en el espacio ganado dentro de la libertad de expresión.
 
De por sí la mayoría de los medios se han convertido ya en oficinas de relaciones públicas al servicio de Los Pinos, de Gobernación o de Hacienda. Mucho tenemos ya algunos columnistas batallando con mantener alejada a la censura, como para permitir, a estas alturas, que se institucionalice.
 
Y por lo que toca a la apertura de la televisión mexicana, ya serán los legisladores quienes den la batalla por que no sea mera astracanada o simulación del gobierno. (Más sobre el tema en la Red Pública Peña-TV: la verdadera prueba. 12/Marzo/2014. SinEmbargoMX)
 
Por lo pronto, rechacemos, todos, los intentos de censura.
Twitter: @_martinmoreno
 
 
 

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