jueves, 27 de noviembre de 2014

Francisco Rodríguez - Peña Nieto y el ciudadano Kant

En el Claustro Universitario de Chihuahua se puede leer el principio latino: Sapere aude. Usted que entiende latín sabe que significa “atrévete a saber”, aunque también suele interpretarse como “ten el valor de usar tu propia razón”… algo que, definitivamente, en nuestros días del post mexican moment, no es poca cosa.

Ese principio Sapere aude fue utilizado en el ensayo ¿Qué es la ilustración? debido al filósofo liberal Emanuel Kant y fue en este donde se definió, por primera vez, en respuesta al absolutismo monárquico, la idea del Estado de Derecho.

Entendido, por Kant y Humboldt, como aquél donde la actividad estatal se sujeta, junto con todas sus creaciones, al imperio de la Constitución y las leyes, desde entonces el famoso Estado de Derecho ha sido demasiado torturado por los “gobernantes”, por decir lo menos.








El tan llevado y traído Estado de Derecho, no es otra cosa que aquél donde la autoridad sólo puede hacer lo que la ley le autoriza y los ciudadanos pueden llevar a cabo todo lo que la ley no les prohíbe. Hasta ahí.


Todo lo demás es bisutería, escudo de complicidades, distractor de los incapaces.


El Estado de Derecho‎ “a la mexicana”, que ahora funciona lo mismo para un barrido que para un trapeado, no es un adjetivo político de ocasión. Es un auténtico sustantivo que ha resistido el paso de los siglos.


Sin embargo, son tantos los barbarismos –y desatinos– para los que se teje y desteje, que hasta a los jerarcas ya se les ocurrió, en defensa de la mayor crisis de todos los tiempos –but of course!, si no ¿cuándo?–, armar a contentillo una Comisión de Reforma del Estado para lograr una “mejor política de justicia”. Eso es lo que, nos dicen, va a anunciar hoy Enrique Peña Nieto. Presto, ligerito, ¡más de dos meses después de la tragedia de Iguala!


Si hay un reducto donde se puede usar la política por excepción –si acaso, para atenuar el mayor o menor ‎agravio o lesión– esa es el campo de la justicia. Dar a cada quien lo suyo. Suum cuique tribuere. Nada más.


Debe saberlo el señor Enrique Peña Nieto. Él estudió Leyes, Abogacía, así y haya sido en una Universidad “patito”. Yo, apenas, Nociones de Derecho Positivo Mexicano. En la Prepa y en la Facultad. Ambas –¡qué orgullo!– de la UNAM.

¡LISTAS LAS CÁMARAS Y EL TELEPROMPTER!

Pero, independientemente de que se lleguen a poner de acuerdo en este cenáculo –que más bien huele a cena de negros– en el que estarán hoy los tres poderes, las tres instancias de gobierno, empresarios, intelectuales, comunidad cultural embravecida, medios de comunicación, partidos políticos y… sociedad civil, ¡faltaba más!, y por más que se comprometan a dar resultados para entrado el próximo año, la verdad yo no me explico qué es lo que van a reformar.


¿‎Por qué mejor no se zambullen, en serio, con la ayuda de todo el equipo de inútiles a enderezar correctamente la averiguaciones previas en curso?


Si ya definieron a los once responsables del “golpe”, fundamenten bien las acusaciones, no sea que al rato el pueblo esté en la calle ¡burlándose otra vez!
Produce vergüenza ajena a los ciudadanos constatar que los abogados –chaparritos– de la Presidencia nunca hayan sacado a un borracho de una comisaría. Conmueve saber que no saben redactar una demanda o un pliego acusatorio.‎ Cuantimenos una iniciativa de ley. Dan grima sus argumentos!

NOS RECETARÁN MÁS BLA, BLA, BLA

Con la ceremonia y los discursos de hoy vamos a entrar otra vez en una competencia de impresentables, con rollos funambulescos y panegíricos interminables a la inmaculada ley, para llegar a conclusiones ñoñas: control de confianza a policías locales, más polígrafo y camaritas (que son un buen bisnes), mando único, sistema anticorrupción… ¡y una nueva Secretaría de Justicia!


Los jerarcas del “gobierno” siguen engañándonos –engañándose, en realidad– con el sobado garlito de que “reformando el sistema de justicia se abatirán los niveles de impunidad, se garantizará el respeto a derechos humanos y se fortalecerá al Estado”… ¡Habrase visto!
¿Qué embozado enemigo les aconsejaría la venta de este pavoroso culebrón?
Me resisto a creer que sea otro episodio para “El Canal de las Estrellas”. Ya no tendría rating. El tiempo cambió, ya no es el mismo. Nosotros, los de entonces,‎ tampoco.

LA CRISIS ES DE LEGITIMIDAD

¡Creíamos que ya habían aprendido! México no atraviesa por una crisis de legalidad, sino por otra más seria, que es de legitimidad! No ganamos nada con aprobar un nuevo tambache de iniciativas‎ y legislar normas que nunca se van a cumplir ni a respetar. Ya es tiempo de darles puerta a los incompetentes. ¡Arre!


Mientras siga mandando el núcleo inútil de fruncionarios – negociantes, nada será posible. El Ejecutivo anda buscando respuestas a sus problemas en la estratosfera, sin darse cuenta que los problemas –y la solución– los tiene enfrente, todo el día.


Le ahorraría un gran costo en dinero y sangre al país si el hombre de Los Pinos se atreviera a cambiar a los responsables de la política económica, de la política interior antes de que deveras tenga que renunciar “por default” y no por causas “patrióticas”. No hay otra solución. Lo demás es lo de menos.


Los “gobernantes” tienen una noción muy equivocada sobre los actuales tiempos del país. Creen que tienen demasiado todavía para poder seguir malgastándolo en distractores y en Comisiones pontificales de seis meses.


El país y sus mejores posibilidades se han escapado a pasos agigantados. No hay margen de maniobra para jugadas de ranversé‎, holandeses de espalda ni tejidos de filigrana. Los últimos 60 días, y sus crisis de legitimidad, de imagen, de proyecto e internacional, han encuerado al aparato y son muy pocos privilegiados del gabinete los que de verdad son culpables del pasmo y el miedo a actuar de los demás.


Los otros poderes, siguen funcionando igual que siempre. No tienen por qué ser distintos. Ahí no ha pasado nada. El Judicial y el Legislativo, administrando sus fuerzas, votando según sus propios partidos y aprobando lo que les envían.


Los gobiernos de los estados, en su justa medianía. Los municipales, con las filtraciones de siempre, ahora más asustados, reducidos a simples receptores del presupuesto etiquetado que les llega desde fuera.


De ahí a pensar que la citada Comisión va a reformar todo el aparato para cambiar lo que no sirve, es otra historia. ¿Qué tienen que decir ante la citada Comisión de Estado? Cómo quien le enseña un tostón a un puerco, ni gestos.

UNA COMISIÓN, PARA NADA RESOLVER

¡Ah!, pero ya están pensando en “padres de la patria” para encabezar la Comisión de marras. Van a elegir, seguramente, a otro Campeón de la Demagogia para encabezarla, por si algo nos faltara. Y después, según ellos, a coser y a cantar.


A lo mejor su verdadera apuesta es poner el resto al carácter festivo de los mexicanos, que nunca nos arrellanamos en el dolor‎. Total, las encuestas que mandaron a levantar ya les dijeron que van a arrasar en las próximas elecciones. ¡Los que vengan atrás que arreen! ¡Los otros, que se chinguen para que aprendan!


No celebramos el sufrimiento, como los rusos, los hebreos o los argentinos. Somos únicos para la pachanga. Entraremos a las fiestas navideñas y con un poco de centavos, en los días de descanso se nos pasará todo. Ayotzinapa incluido, por desgracia.


¿Los jerarcas lo creen así? ‎¡Brillante estrategia! Que sigan las comaladas de millonarios y de políticos inmensamente ricos. ¿Y mi Cheyenne, ‘apá?


¿Y el maltratado Estado de Derecho? Siguen siendo todos los trastupijes “conforme a derecho”? Para eso me gustaban!


‎Lo siento por el incomprendido ciudadano Kant.

www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com / @pacorodriguez



Leído en http://www.indicepolitico.com/pena-nieto-y-el-ciudadano-kant/


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