martes, 24 de marzo de 2015

Ricardo Alemán - MVS, libertades de expresión y analfabetas democráticos

Gracias al reciente espectáculo mediático que nos regalaron la empresa MVS y su ex conductora, aparecieron miles de “conocedores” e interesados en periodismo y expertos en libertades como la de expresión.

Sin más argumento que su simpatía por un periodismo militante, los “expertos” inundaron las redes sociales con la consigna de que fue censura y atasque a la libertad de expresión el despido de la conductora. Y según los reputados “conocedores”, el Estado mexicano y MVS son culpables de las horribles violaciones a derechos fundamentales de los mexicanos.

Lo curioso es que las mismas “voces expertas” se dieron a la tarea de censurar e insultar a todos quienes pensaban distinto y –sobre todo–, a los críticos del espectáculo y las mentiras de la conductora, hasta el extremo de proponer la cancelación de la libertad de expresión de todos los que no pensaban como ellos.







En pocas palabras, resulta que el affaire MVS confirmó que la mexicana es una democracia sin demócratas; una democracia de analfabetas funcionales de los básicos democráticos –como la libertad de expresión–, en donde una mayoría ciudadana ignora el significado, el origen y el papel de la libertad de expresión.

Y es que pocos de los miles de participantes en el affaire MVS saben, por ejemplo, que no es posible una democracia sin libertad de expresión; ignoran que una condición básica para la democracia es la existencia de libertad de expresión y tampoco saben que, a su vez, la libre expresión es producto de un derecho natural; el pensamiento y la producción de ideas.

Sí, la libertad de expresión no es otra cosa que la libre manifestación de las ideas, sea a través del lenguaje oral, escrito; mediante imagen, color, señas y signos; sea por medios tradicionales –como prensa, radio y televisión–, o los modernos sistemas tecnológicos como internet. En todos los casos, la libre manifestación de las ideas es pilar de la democracia y su límite es la frontera y el derecho de los otros.

La libertad de expresión es, por tanto, la extensión de la facultad humana de pensar y generar ideas. A su vez, el pensamiento y las ideas son únicas, íntimas y exclusivas de cada quien. Por eso, no existe ley moral, ética o religiosa capaz de limitar, regular o sancionar el pensamiento.

Cualquier ciudadano puede pensar desde la peor atrocidad hasta la más sublime idea y nadie –ninguna ley humana o divina–, puede sancionar lo que piensa. En cambio, cuando ese ciudadano comunica ese pensamiento a otros –a través del lenguaje o medio que se quiera–, esa libre manifestación de ideas de someterse a las reglas y las leyes del Estado.

En el affaire MVS nadie impidió a la periodista, a sus amigos y seguidores pensar y expresar sus ideas. Lo que se cerró fue un medio, el micrófono de MVS –a causa de un conflicto laboral–, pero nunca cerraron otras plataformas de expresión. Además, no existe una sola prueba de la mano del Estado en la supuesta censura. ¿Y por qué no existen pruebas?

Porque no ocurrió la supuesta censura. Y basta analizar los niveles de audiencia, debate y manejo informativo que mostró el affaire, para entender que en México la libertad de expresión goza de cabal salud.

Lo grave, en todo caso, es que aquellos que gritaron que se canceló la libertad de expresión y que existió censura, son los más rabiosos censores de las opiniones distintas y los que exigieron cancelar la libre manifestación de ideas de los que piensan diferente a ellos. Analfabetas democráticos. Al tiempo.



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/mvs-libertades-de-expresion-y-analfabetas-democraticos-1427181590

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