domingo, 18 de marzo de 2012

EL PAN SIN BONO.

Federico Berrueto.


Es injusto trasladar a un partido el desastre educativo; sin embargo, sí hay una clara diferencia en responsabilidad, visión y proyecto de lo que han hecho los gobiernos nacionales del PAN y los del PRI. Al blanquiazul se le acabó el bono de la alternancia. El juicio sobre el pasado cambia a partir de la desastrosa situación presente.
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La Encyclopaedia Britannica deja el papel. Noticia que conmueve y, más que ello, da cuenta de lo radical del cambio; sobrevivió siglos, guerras y revoluciones, no así la transformación tecnológica. Adaptarse o perecer, no hay de otra. No así el país. La educación va en franco deterioro. La debilidad del Estado no sólo se advierte ante monopolios, EU o grupos criminales, también está frente a los poderosos gremios, los que de siempre han disputado el poder más allá del interés estricto de sus miembros. Lo más fácil es culpar a quienes andan en lo suyo; la causa real está en la debilidad de la autoridad ante quien exige más de lo justo o de lo que corresponde.

 El problema en la educación no es el costo, tampoco el sindicato. Lo peor, lo más lamentable es la calidad educativa en el país. Generalizar es injusto, hay excepciones, como es la educación técnica y algunas especialidades en universidades públicas. Pero el balance es desastroso. En el pasado priista los secretarios se la jugaban para mantener a raya al gremio. Con el PAN la situación cambió. El perfil de los secretarios es la medida del desinterés por la educación. Dice mucho que el titular de la SEP durante los seis años de Fox haya pasado sin rubor a coordinador legislativo de los diputados del partido del gremio magisterial.

Calderón designó a Josefina Vázquez Mota en la SEP, pero el modelo no cambió. Como ocurrió con Fox, el acuerdo del presidente Calderón con la maestra Gordillo imponía tono y alcances sobre lo que podía hacerse. Los acuerdos generosos para el sindicato habrían de solventarse, en buena proporción, a cuenta de las haciendas estatales. A los gobernadores desavenidos con los maestros se les venía el mundo encima, así ocurrió en Morelos, Oaxaca o Michoacán. Nadie con fuerza para contener la irracionalidad de Los Pinos de no hacer valer el interés del Estado mexicano.

 Es injusto trasladar a un partido el desastre educativo; sin embargo, sí hay una clara diferencia en responsabilidad, visión y proyecto de lo que han hecho los gobiernos nacionales del PAN y los del PRI. La demografía trasladó la presión educativa al nivel superior. El presidente Calderón presume como hazaña la inversión en universidades, nada comparado a lo que ocurrió hace 60 o 50 años con la educación pública básica. Ahora el déficit es de calidad y está presente en todos los niveles, incluso en la educación privada; escuelas patito aquí y allá. La investigación científica padece la precariedad por indolencia gubernamental y por la ausencia casi total del sector privado; como en los deportes, quienes destacan lo hacen a pesar del sistema; los demás, de panzazo.

 En tiempos electorales las cuentas pesan; lo mismo ocurre en el servicio exterior. El país ha perdido lugar en el mundo. Explicaciones habrá muchas, pero México es ahora referente de criminalidad, desastres naturales y hasta epidemias amenazantes. Los problemas en la inseguridad han llevado al gobierno a condiciones de humillante sometimiento a las autoridades de EU. Culpa de todos se dirá, pero la causa es la ausencia de sentido de dignidad por la corrupción, ejemplo el escándalo reciente de Bizjet. Nada para presumir en los últimos 12 años. Una pérdida monumental de una clase gobernante sin perspectiva histórica y sin capacidad para entender y ser consecuente ante las mejores páginas del pasado en política exterior.

Al PAN se le acabó el bono de la alternancia. El juicio sobre el pasado cambia a partir de la desastrosa situación presente. El PAN tiene que recurrir a 1994, ¡hace casi dos décadas!, para invocar el miedo a la inestabilidad económica. El voto definitorio de 2000 fue el del cambio, el de 2006 fue el miedo a cambiar y el de 2012 será el del desencanto. Aun así, Calderón se ha empecinado en culpar al pasado de lo malo que ocurre. Pero no lo puede hacer sin herirse, por los seis años de su antecesor y casi seis propios. Su candidata presidencial fue funcionaria de primer nivel en dicho periodo y también en su gobierno. Ella tiene el reto urgente de diferenciarse de Fox y Calderón. Los mismos panistas desecharon al proyecto de continuidad de Calderón personificado en Cordero y de Fox en Creel. Hoy día la variable más estable en los estudios de opinión es la baja proporción de quienes quieren que el PAN continúe en el poder, una tercera parte o menos.

 El doctor Córdova llega de bombero a la SEP después de haber sido maltratado en su aspiración a gobernar Guanajuato. Sustituye a Lujambio, también maltratado por el bomberazo del bicentenario y a quien se le desea lo mejor en su circunstancia. El nuevo titular encara exigencias gremiales, al tiempo que el PAN enfrenta las urnas sin bono.

 Twitter: @berrueto
 fberruetop@gmail.com

Leído en: http://impreso.milenio.com/node/9131285

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