El petróleo no es del gobierno, es de la nación.
Es del pueblo de México.
Andrés Manuel López Obrador
Tiene razón López Obrador. El petróleo es del pueblo de México. El reto es que esos recursos nos lleguen en la mayor cantidad posible, incluidos nuestros hijos y nietos. El sindicato de Pemex y los administradores de la empresa no son el pueblo de México. Tampoco aquellos contratistas que venden caro porque tienen amigos en la administración de Pemex. Cada peso que desperdicia Pemex por mala administración o por exceso de personal, es un peso que alguien privatiza a su favor y que no le llega al pueblo de México. Todo gasto adicional por una mala regulación son recursos del pueblo de México tirados a la basura. Igual sucede cuando hay accidentes, por la razón que sea. ¿Cuál debe ser la mejor forma de extraer esos recursos naturales para beneficio de todos los mexicanos? ¿Cómo maximizar la llamada renta petrolera?
Por renta petrolera se entiende el excedente que queda después de todos los gastos que se requieren para extraer los hidrocarburos. El tamaño de la renta es el valor de los recursos a los que puede acceder el pueblo de México. Si la empresa que extrae el petróleo tiene costos altos, la renta que nos llega es menor. Si pretende subsidiar los productos que vende, también
disminuye la renta.
El mejor arreglo institucional es aquel que permite minimizar los costos de extracción. En el caso de que fueran empresas privadas las que explotaran el petróleo, las utilidades de los accionistas serían un componente de esos costos; como sucede hoy con las utilidades de los contratistas de Pemex que son parte de sus costos. Si la empresa pública es muy ineficiente, sus costos pueden ser mayores que los de una privada, incluyendo sus utilidades. Para tener renta hay que extraer petróleo. Si no hay dinero para invertir, o el que se tiene se usa mal y no se encuentran nuevas reservas de hidrocarburos o estas no se logran extraer, la renta actual irá desapareciendo.
No hay renta petrolera en las actividades industriales de Pemex. Puede haber un excedente que se le extrae al consumidor, como lo haría un monopolio en cualquier sector que puede vender caro o productos de mala calidad. En la parte industrial del sector lo que debe privar es una política que permita que, sin subsidios, se tenga el mejor precio, disponibilidad y calidad posibles en estos productos, para lo cual se requiere, como en todos los lugares del mundo que conozco, quitar las restricciones y permitir la competencia.
¿Qué se hace con esa renta, qué tanto le llega al pueblo? En este artículo discuto únicamente cuál es la mejor forma de ampliar la renta petrolera. Sin embargo, un reto central es que el recurso le llegue a la gente con bienes y servicios de calidad o en pagos en efectivo. En el sexenio pasado, por el aumento del precio del petróleo en los mercados mundiales, se incrementó esta renta en poco más de tres puntos del pib adicionales disponibles cada año. No está claro en qué se benefició al pueblo, dado que buena parte de este dinero se usó mal, incluido mucho del que fue destinado a entidades y municipios, aunque sin esa renta los mexicanos habrían tenido que pagar muchos más impuestos para este mismo nivel de gasto público.
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