martes, 23 de julio de 2013

Salvador García Soto - Marcelo y el síndrome Madrazo

El último político que buscó ser presidente de su partido para de ahí brincar a la candidatura presidencial fue Roberto Madrazo Pintado y su estrategia fue un rotundo fracaso. Madrazo no sólo mandó al PRI a un tercer lugar nacional de votación en 2006, sino que dividió completamente al tricolor, provocó una desbandada de militantes y terminó repudiado por el priismo. Hoy, siete años después, Marcelo Ebrard intenta repetir el mismo esquema y la fallida estrategia madracista, pero en el PRD.




Con el relanzamiento de su corriente interna dentro del perredismo -curiosamente llamada igual que la alianza que encabezó Andrés Manuel López Obrador en 2012- Ebrard busca trazar la ruta política que lo reposicione al interior de su partido y le otorgue una plataforma desde la cual construir su verdadero proyecto: la candidatura presidencial por la izquierda en el 2018. Pero a juzgar por lo que se vio el domingo, en la segunda presentación de su Movimiento Progresista, ninguno de los dos objetivos se ven nada fáciles para el ex gobernante capitalino.

Marcelo cometió un error táctico al anunciar públicamente, desde que dejó la jefatura del Gobierno del DF, que su próxima meta era lograr la presidencia del PRD y dejar entrever sus aspiraciones para la próxima sucesión presidencial. Desde ese momento, diciembre del 2012, la mayoría de los grupos internos del perredismo, incluido el que recién formaba su antiguo pupilo, Miguel Ángel Mancera, decidieron cerrarle el paso a cualquier intento por llegar al CEN del partido; salvo los Chuchos que, según se dice pactaron con él apoyarlo para su llegada a la dirigencia, el resto de las tribus y especialmente la administración de Mancera mostraron desde el inicio su hostilidad hacia el proyecto de Ebrard.

Después de saber que era un competidor más en la incipiente sucesión y que buscaba hacerse del control del PRD para apuntalar su proyecto político, fue natural que al ex jefe de Gobierno se le cerrarán los espacios y muchos de los que le adulaban cuando despachaba en el Palacio del Ayuntamiento le comenzaron a dar la espalda. La primera señal de hostilidad que recibió Marcelo fue directa del GDF y fueron los datos que comenzaron a circular en todos los diarios sobre el sobregiro en la Línea 12 del Metro, la entrega de obras inconclusas y otras lindezas que lo obligaron a replegarse en su primer intento de reaparición pública, allá por febrero de este año.

De entonces a la fecha Ebrard trató de reinventarse y logró algunas alianzas aún insuficientes para lograr su propósito. Se montó burdamente en el tema de la reforma petrolera, tomando la bandera de opositor a la privatización; se acercó a René Bejarano y al parecer logró el apoyo del profesor, a juzgar por la presencia de Dolores Padierna en su acto del domingo, y se volvió un duro crítico del Pacto por México. Pero todo eso no le alcanzó para que su movimiento tomara un verdadero impulso.

Tal vez por eso tuvo que anunciar que iniciará recorridos y giras por todo el país para promover adhesiones a su proyecto, en otro claro intento de imitar la estrategia que mantuvo vivo a López Obrador entre el 2006 y el 2012, pero sin el carisma y el liderazgo social del tabasqueño.

Es mucho más probable, a juzgar por lo que se ve hasta ahora y las animadversiones que despierta dentro del PRD, que Marcelo Ebrard Casaubon repita más bien los pasos del otro tabasqueño, Roberto Madrazo, y termine como el priista en sus intentos, a creer que el inteligente pero poco carismático político que es el ex jefe de Gobierno, que decidió no pelear en 2012 por la candidatura, pueda pensar en repetir la hazaña lopezobradorista de atravesar el desierto y salir vivo y fortalecido.

NOTAS INDISCRETAS…El ataque contra civiles que protestaban contra Los Templarios en Los Reyes, Michoacán, pone en entredicho dos declaraciones oficiales. La primera del gobierno federal que afirma que la situación en el estado está “bajo control” tras el envío de tropas militares a la entidad, y la segunda, la del gobernador interino, recién ratificado, Jesús Reyna, que el domingo por la noche dijo muy seguro: “En Michoacán sólo mando yo”. Que se los diga a los familiares de los cuatro muertos y los heridos ayer en Los Reyes…Los dados mandan Serpiente Doble. Falló el tiro.


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