Escucharemos, seguramente, los clichés arrastrados desde hace tres décadas (monopolio, manipulación, bla, bla), pero me temo que poco de los conceptos que dominan los grandes centros de producción y decisión televisiva en el mundo. Como el de la idea de la libertad del televidente de solo ver cosas que de verdad le gustan.
Tim Wu, quien acuñó el término neutralidad de la red, escribe en uno de los ensayos: “Siguiendo una estrategia que va a contracorriente de muchas de las normas y creencias más asentadas, Netflix pretende, nada más y nada menos, reprogramar a los espectadores. ¿Qué le pasará a la cultura de masas si lo consigue?”
El crítico Álvaro Bisama revisa en otro la cultura imperante de las imágenes que carecen de arte, “pero se viralizan hasta el infinito”, así como los fenómenos de Breaking Bad, Mad Men, YouTube, Vimeo, Flickr, iTunes…
Veinte páginas indispensables sobre los dilemas de la televisión, en presente y en futuro. No en pretérito demagógico.
Leído en http://www.milenio.com/firmas/ciro_gomez_leyva/Diputados-senadores-revolucion-televisada_18_238956120.html
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