Se equivocan quienes creen que la
primera tarea de Virgilio Andrade como "zar anticorrupción" es
investigar si hubo conflicto de intereses en la adquisición de
propiedades por parte de Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray. No, la
primera tarea tendría que abordar si hubo conflicto de intereses en su
nombramiento por parte del Presidente.
Vamos, es que el asunto parece una burla. Pero como genera muy pocas
ganas de reírse, mejor analicémoslo porque en una de esas no es lo que
parece.
Que el nuevo secretario de la Función Pública es un hombre del PRI no
constituye ningún secreto. Haber sido asesor del equipo de campaña de
Peña Nieto y ex representante (suplente) de ese partido ante el IFE, son
credenciales que eliminan cualquier brizna de credibilidad o pátina de
imparcialidad a su nombramiento.
La pregunta entonces es: ¿qué pretende el Presidente con la
designación de un árbitro que se presenta en la media cancha con la
camiseta de uno de los equipos que van a jugar? Cualquiera de las
respuestas a esta pregunta produce escozor, si no es que franco pavor.
Una: es lo que es. Peña Nieto decide llenar la vacante del ministerio
de la Función Pública luego de los escándalos de corrupción en su
gobierno, pero sin ninguna gana de que eso le genere dolores de cabeza.
Designa a Andrade porque asume que mantener vacío ese escritorio es
señal de desinterés y le daña más aún que colocar a un incondicional. Si
tal es el caso, Andrade investigará al Presidente y a su gabinete y,
pasado el tiempo, entregará la cabeza de algunos personajes menores y
asunto concluido. Pero incluso esa pantomima le reporta dividendos a Los
Pinos: desde ahora todo el aparato del Estado divulgará por el mundo
que México cuenta ya con un "zar anticorrupción". The Economist, una
revista usualmente crítica con los excesos y abusos del Gobierno
mexicano arranca un artículo sobre el tema con un entusiasta
espaldarazo: "No sucede todos los días que un presidente lance una
investigación sobre sus propios asuntos, pero eso es justo lo que acaba
de hacer el presidente de México, Enrique Peña Nieto".
Pero lo que puede reportar dividendos en el exterior se convierte en
fuente de burla y deslegitimación a escala nacional. Para la opinión
pública local constituye una muestra más de la insensibilidad frente a
la indignación que genera la corrupción en las altas esferas. Es tan
contraproducente esta medida que tendríamos que preguntarnos dónde quedó
el cacareado oficio político que se le endilga a los priistas. Y
justamente eso es lo que más me preocupa; que las autoridades hayan
perdido todo contacto con el estado de ánimo del hombre y la mujer de a
pie, sustento mismo del arte de gobernar. Ya desde el día en que el
Presidente pidió a su mujer explicar ante la televisión el origen de la
"casa blanca", creyendo que con eso apaciguaría los ánimos, se revelaba
una enorme incapacidad para anticipar los efectos de sus propias
medidas. Como sabemos, el tiro le salió por la culata. Si de veras cree
que el nombramiento de Andrade para que investigue las propiedades
presidenciales es una muestra de su honestidad, francamente muestra,
como en el caso de John Snow de la serie Juego de Tronos, que el
Presidente no ha entendido nada.
Dos: adiós Videgaray. Como algo en mi fuero interno se resiste a
creer que los priistas sean tan despistados, quisiera contemplar una
segunda explicación al anuncio de un nuevo titular en la Secretaría de
la Función Pública. Los Pinos necesitaba a un incondicional para operar
el sacrificio de una pieza importante. Un fusible desechable del
gabinete, alguien que al margen del sustento de las investigaciones
resulte políticamente correcto y exhiba ante el mundo el deseo auténtico
de Peña Nieto para limpiar a su gobierno. ¿Qué tal que Andrade entró
allí para operar la inmolación de Luis Videgaray en Hacienda o Gerardo
Ruiz Esparza en la Secretaría de Comunicación y Transportes, por
mencionar a alguno? Discúlpenme por ser mal pensado pero las
declaraciones de Andrade asegurando que Videgaray era su amigo desde
hace más de veinte años parecerían preparar el terreno para hacer más
impactante la entrega posterior de su cabeza. Eso ofrecería una muestra
incontrastable ante el mundo de que Peña Nieto estaría decidido a
combatir a la corrupción cueste lo que cueste. Una jugada, ahora sí,
políticamente muy hábil.
O quizá estoy viendo movidas estratégicas de tres bandas donde no hay
más que mofa y desprecio por la opinión pública. ¿Hay un cálculo
ingenioso detrás de la pantomima, un as bajo la manga en esta operación
política o simplemente un acto burdo revelador de que a estos priistas
los perdimos hace rato? ¿Usted que cree?
Leído en http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1085136.y-si-lo-de-andrade-no-es-burla.html
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.