La primera versión del conflicto de MVS con Carmen Aristegui, según esa
empresa, fue que había “comprometido” la marca al sumarse a la plataforma
Méxicoleaks. Pero después hubo otro argumento, del mismo corporativo,
señalando la reticencia de la conductora a plegarse a los nuevos “lineamientos”
para periodistas, los cuales, por cierto, minaban la autonomía de la comunicadora
y atentan contra la libre expresión, dice a Proceso Edison Lanza, relator de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Dos pretextos esgrimidos por la
misma compañía…
El viernes 13, tras dar a conocer en su portal informativo los “lineamientos a
conductores de noticias de MVS”, Alejandro Vargas, presidente de MVS Radio, fue
a ver a la conductora Carmen Aristegui. La periodista había terminado su última
emisión matutina, en la cual lamentó la posición de la empresa ante la inminente
ruptura.
Vargas le entregó el documento de los lineamientos –que ya se había hecho
público– y le propuso la reinstalación de los reporteros Daniel Lizárraga e Irving
Huerta, despedidos un día antes, si ella acataba las nuevas disposiciones que,
entre otras cosas, la obligaban a compartir sus investigaciones con otros
conductores y a modificar su barra de análisis.
“Pusieron ese ultimátum a sabiendas de que esos lineamientos iban en contra de
los términos de autonomía editorial, que estaba amparada en mi contrato”, dice
Aristegui en una nueva entrevista con Proceso al rememorar este pasaje del
conflicto que derivó en su salida de MVS.
“Este episodio es importante recordarlo porque el motivo de su diferencia conmigo
no era, entonces, el uso de la marca, sino imponer esos lineamientos. Ni siquiera
avisaron al árbitro que ambos habíamos convenido para asuntos de contenido”,
sentencia.
Cerrojazo a Woldenberg
Este árbitro, designado el 23 de junio de 2014 por ambas partes, es el exconsejero
presidente del IFE José Woldenberg, quien aceptó actuar en esa calidad “dado el
caso que existiera diferendo en el entendido o interpretación de los criterios y
reglas planteadas en el ‘Acuerdo General de Política Editorial y Reglas de
Conducta Ética’ que se constituyó como Anexo B” en el contrato suscrito entre
Carmen Aristegui y Alejandro Vargas Guajardo, representante de MVS Radio.
Una carta dirigida a Carmen Aristegui –de la cual tiene copia Proceso– fechada el
19 de marzo de 2015 y firmada por Woldenberg confirma que MVS Radio no le
avisó sobre los nuevos lineamientos editoriales y tampoco aceptó su arbitraje en el
diferendo con la periodista.
“El domingo 15 de marzo, estando en San Francisco, California, recibí una llamada
telefónica de Carmen Aristegui. Me planteó la posibilidad de activar el mecanismo
de arbitraje que se había pactado previamente en caso de diferencias entre ella y
la empresa MVS. Me comprometí con ella a tratar de hablar inmediatamente con
Alejandro Vargas. Entré en contacto con él y me dijo, por teléfono, que agradecía
la comunicación, que hablaría con sus abogados y que luego se comunicarían
conmigo”, relata Woldenberg en el primer párrafo de su carta.
Añade: “El martes 17 de marzo de nuevo Carmen Aristegui me volvió a buscar.
Hablamos por teléfono y quedé de hacer un nuevo intento con Alejandro Vargas.
Le marqué y volvió a tomar la llamada. Ante mi insistencia de eventualmente
activar el mecanismo de arbitraje, me señaló que el consejo había descartado
dicha posibilidad, que el arbitraje estaba previsto para asuntos de contenido y que
para ellos el diferendo tenía que ver con cuestiones de gobierno corporativo. Que
no tenía cabida el arbitraje”.
Proceso buscó la versión de Grupo MVS mediante su vicepresidente de
Relaciones Interinstitucionales, Felipe Chao, frente a esta versión de Woldenberg
y por las declaraciones del relator para asuntos de Libertad de Expresión de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, quien estuvo en
México y expresó su consternación por el hecho de que el programa de Aristegui
“haya sido borrado de un plumazo por una cuestión desproporcionada”.
La respuesta fue que, por consejo de los abogados del corporativo, ya no habrá
ninguna versión más de MVS frente a este diferendo.
Al periódico Reforma Chao le respondió que el arbitraje era “única y
exclusivamente para cuestiones editoriales y éste no es un problema editorial”.
“Creo que la salida a todo esto es hacer público la totalidad del contrato”, agregó el
vocero de MVS.
La otra versión
Apenas el domingo 22, en el comunicado “Falso que MVS Radio haya censurado
el reportaje de la Casa Blanca”, la empresa de los Vargas dio otra versión del
conflicto con Aristegui.
En respuesta a la entrevista que este semanario sostuvo con la periodista
(Proceso 2003), Grupo MVS se dijo “sorprendido” por la afirmación de que hubo
una petición para que no se difundiera a través de MVS el reportaje de la Casa
Blanca de Peña Nieto.
“Ha sido público y notorio la amplia difusión que dicho reportaje tuvo precisamente
en el espacio informativo de Noticias MVS desde el 10 de noviembre del año
pasado”, afirmó el comunicado.
Sin embargo, en el penúltimo párrafo, que reiteró varias preguntas hacia Aristegui,
MVS modificó su propia versión de la ruptura con la conductora:
“Como lo hemos informado, el motivo de la terminación del contrato, obedece
única y exclusivamente a que la periodista fijó como condición para resolver el
problema que enfrentamos la reinstalación de los dos reporteros separados de su
cargo, y como empresa no podemos aceptar condicionamientos o ultimatos (sic)
de nuestros colaboradores. No podemos permitir que nadie pretenda privilegios en
menoscabo de sus compañeros. Las actitudes individualistas no tienen cabida en
nuestro proyecto.
“Ratificamos que este es el momento en que cada quien se haga responsable de
sus propios actos. Los reporteros separados de su cargo son responsables de
haber comprometido una alianza de MVS en las que no fuimos consultados. Tú,
Carmen, eres responsable de la soberbia que te llevó a creer que podías desafiar
a la administración de MVS Radio para imponer tu voluntad, y nosotros, Carmen,
somos responsables de no aceptar ni tu desafío ni tus condiciones. Deja de
buscarle cinco pies al gato. MVS Radio se hace responsable de su libertad de
empresa y libertad de contratación”.
Ni una sola mención a los “lineamientos” editoriales que dieron a conocer el
viernes 13.
El jueves 19, en otro comunicado, Chao leyó un documento donde señala que “es
falso que MVS Radio transgreda la libertad de expresión a través de sus
lineamientos editoriales, mismos que hicimos públicos”. Incluso “retó” a quienes
los hayan leído que indiquen “dónde se pudiera ver afectada la libertad de
expresión”.
MVS ignoró a su propio ómbudsman, Gabriel Sosa Plata, quien afirmó que esos
lineamientos “modifican unilateralmente las condiciones del contrato y el acuerdo”
firmado por Aristegui y “no son producto de una acción consensuada”.
Sosa Plata consideró que “imponen ciertas condiciones que no estaban
consideradas en el acuerdo” con Aristegui y “en ninguna línea se menciona su
derecho a la libertad de expresión durante las emisiones” (Proceso 2003).
“El conflicto es con Carmen”
Por otro lado, un correo electrónico enviado por Sara Rocío Arango González,
coordinadora de corresponsales de Noticias MVS, a varios reporteros en el
extranjero confirmó que el conflicto de la empresa y los lineamientos que se
emitieron tenían un solo objetivo: la primera emisión conducida por Carmen
Aristegui.
El texto del correo, cuya copia tiene Proceso, reproduce así el punto 9 de los
lineamientos sobre “corresponsales y agencias internacionales”: “Dadas las
necesidades de optimizar los recursos financieros de la empresa a partir de esta
fecha, la cobertura de los sucesos en el extranjero se llevará a cabo vía Agencias
Internacionales, que darán servicio a todas las emisiones noticiosas de la
Empresa”.
Arango comentó que su jefa y directora de información, Sheila Amador, “ya habló
conmigo al respecto, para a su vez hacerles extensivo el mensaje:
“No hay de qué preocuparse, seguiremos trabajando como hasta ahora, el asunto
se enfocó principalmente a la Primera Emisión y el conflicto entre MVS y Carmen
Aristegui, del que seguramente ya ustedes tienen conocimiento.
“Les reitero, no hay de qué preocuparse, muy por el contrario necesitamos sus
propuestas informativas y el contacto permanente.”
Algunos corresponsales y colaboradores extranjeros decidieron renunciar y
retirarse de MVS a pesar de este comunicado. Fue el caso de Manuel de Santiago
Freda, corresponsal en España. En su cuenta de Twitter, De Santiago sentenció:
“Los lineamientos nunca tuvieron la intención de cumplirse y siempre fueron un
mecanismo de presión a Carmen Aristegui. Es un hecho #MVSMiente”.
Censura indirecta
Por su parte, Edison Lanza afirma a Proceso que los lineamientos de MVS se
oponen a las “buenas prácticas” que tenía esta empresa y manifiesta su rechazo a
“la imposición de códigos” que vayan contra la libertad de expresión.
Entrevistado tras su participación en el acto organizado por Artículo 19 para dar a
conocer su informe “Estado de censura”, sobre las agresiones a la prensa en este
gobierno, Lanza considera que lo sucedido entre MVS y Aristegui “es un mensaje
realmente regresivo” y puede constituir un ejemplo de censura indirecta, que “es
cuando el gobierno hace uso de mecanismos legítimos o de mecanismos sutiles,
en forma oculta, para interferir y obstaculizar el flujo informativo e interferir en la
labor periodística”.
–¿Un conflicto contractual, como en el caso de MVS-Aristegui, puede volverse un
mecanismo de censura indirecta? –se le pregunta.
–Sobre todo si ese mecanismo es utilizado en forma desproporcionada y sin una
razón válida aparente para dejar fuera o impedirle el trabajo a un periodista o
silenciar a un grupo de periodistas por el hecho de que han publicado información
que a algunos funcionarios no les gusta. Esta es la principal duda que queda en
este caso.
–¿Conoce usted los lineamientos que dio a conocer MVS? ¿Responden a los
estándares de otros países?
–En general en América Latina hay muy poca práctica y experiencia de hacer
públicos los lineamientos de trabajo y los códigos de ética de los medios. Hay
mucha opacidad en la región.
“En este sentido, MVS se había movido en una buena práctica cuando el contrato
con Aristegui incluía un código de ética y de autonomía. En segundo lugar, porque
nombró a un ómbudsman de las audiencias.
“La relatoría se ha pronunciado en contra de que los gobiernos les impongan
códigos a los medios. Tanto la relatoría como la Comisión y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos han dicho que deben ser mecanismos
explícitos, transparentes y respetuosos de la libertad de expresión y el derecho a
la información.
–¿Qué papel debe tener la autoridad mexicana en este caso?
–Al gobierno le correspondería dar una señal clara, contundente, de que sería
bueno mediar en el conflicto. La reinstalación en el mundo del trabajo no es un
instrumento extraño, existe en las democracias. En segundo lugar, la justicia
tendrá que tomar cartas en el asunto, en la medida que Aristegui ha anunciado
que buscará el amparo de la justicia. Ahí lo importante es que se garanticen los
estándares de respeto a los derechos humanos.
Fuente: http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=399708
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