¿Por qué afirmar que con Porfirio Díaz inició la recuperación de la economía cuando empezó a crecer durante la República restaurada?
Porfirio Díaz es el mejor ejemplo de lo que no debemos hacer en nuestro país. Repatriar sus restos es repatriar un símbolo, cuyo recuerdo debemos preservar para no repetirlo jamás. Porfirio Díaz fue candidato cuatro veces a la Presidencia de la República y fue derrotado electoral y civilizadamente. ¿Qué ideó ante tanta frustración e impotencia? Echar mano de la violencia, en primer término, por medio del Plan de la Noria que establecía: “La reelección indefinida, forzosa y violenta del Ejecutivo federal ha puesto en peligro las instituciones nacionales”. (Sí, sí, la reelección, dije la reelección…) Fracasó en su intento de derrocar a Juárez en 1871, el padre de la patria, sin embargo, tuvo éxito en 1876 cuando a través del Plan de Tuxtepec depuso a Lerdo de Tejada, el Presidente constitucional de México, con la misma bandera de la no reelección sólo para reelegirse por más de 30 años en siete ocasiones. Llegó al poder por medio de las armas y fue largado del poder por medio de las armas, sólo que dejando a México hundido en un baño de sangre.
¿Quién en su sano juicio sufre de nostalgia por aquellas sentencias de “¡mátalos en caliente!” o “tengo a los periodistas a mi servicio como perros dogos, listos para saltar al cuello de la persona que yo designe” o “ese gallo quiere su maíz” o “quien cuenta los votos gana las elecciones”? ¿Quién? Los reaccionarios de siempre.
¿De qué sirvió la Revolución de Ayutla que convocó al Congreso constituyente? ¿De qué sirvió la guerra feroz, criminal, que incendió a la nación al grito de Religión y Fueros? ¿De qué sirvieron las leyes de Reforma de 1859 dictadas por el verdadero héroe de la reforma y verdadero padre de la patria, Benito Juárez? ¿De qué sirvió la obra legislativa durante el gobierno de Lerdo de Tejada, que incorporó las leyes de 1859 a la Constitución de 1857? ¿De qué sirvieron? ¿De qué sirvieron las disposiciones electorales redactadas por ilustres mexicanos para garantizar el desarrollo de nuestra democracia? ¿Qué mérito tiene haber precipitado al país en la barbarie, obligándolo a vivir sin Constitución, como lo hizo el tirano?
Pero, sobre todo, ¿por qué afirmar que con Porfirio Díaz inició la recuperación de la economía cuando ésta empezó a crecer durante la República restaurada, es decir, a lo largo de los gobiernos de Juárez y de Lerdo de Tejada, quienes empezaron a sanear las finanzas y a estabilizar las instituciones, al tiempo que pacificaban al país? La buena economía empezó con la salud política como la concibieron los liberales y no como la entendió y la aplicó el tirano. Es importante comprender un punto de rigor histórico: la paz y el desarrollo porfirianos reportaron beneficios enormes para unos cuantos (casi todos extranjeros) a costa de la supresión de garantías y derechos, de la cancelación de libertades como la de expresión que tanto había costado conquistar, de hacer de las elecciones una burla democrática, de la desaparición de poderes federales, de la derogación por la vía de los hechos de nuestra Carta Magna de 1857, un nuevo atraso político y social inaceptable.
Este asesino, golpista, dictador, traidor a la Constitución de 1857, restaurador de los privilegios del clero no puede ser El héroe de la Reforma. Es mejor que descanse sin paz en París.
Twitter: @fmartinmoreno
Leído en
http://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-martin-moreno/2015/07/08/1033483
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