No tiene edad para retirarse, ni se le ven ganas de probar fortuna en una embajada. Tampoco parece interesado en las oficinas de los secretarios de Estado que las columnas ubican como próximas a desocuparse. Enrique Peña Nieto tiene deudas con Manlio Fabio Beltrones porque como coordinador de la bancada priista en la Cámara baja le entregó buenos resultados. Para lo bueno y también para lo malo fue uno de los principales operadores del Pacto por México, y por ello toca ahora que cobre una recompensa digna. El problema para el Presidente radica en que ninguno de los premios imaginables viene exento de costos.
Hay quien ve obvia la llegada de Beltrones a la dirigencia del Revolucionario Institucional. Él mismo ha hecho saber que tiene interés en ese cargo. Otros lo han propuesto para que sea el futuro secretario de Gobernación. Lo cierto es que ambos puestos convertirían a Beltrones en potencial candidato a la Presidencia dentro de tres años. ¿Quiere el actual habitante de Los Pinos colocar al sonorense en esa pista donde muy pocos correrán? ¿Tiene opción de no hacerlo?
Si sustituye a César Camacho como presidente del tricolor, Beltrones participará en la selección de 12 candidaturas para gobernador que van a construirse el año próximo y que serán fundamentales para definir al abanderado priista del 2018.
Enrique Peña Nieto construyó su propio camino hacia el poder a partir de una red de gobernadores aliada a los intereses de su grupo político. Si Beltrones fuera el próximo dirigente nacional del PRI, nada le impediría hacer lo mismo: tejer un proyecto político donde las candidaturas a gobernador del próximo año jugaran en sintonía con sus aspiraciones más elevadas.
Ya antes Roberto Madrazo hizo esto mismo. Desde la cabeza del PRI apuntaló su candidatura a la silla grande. A la postre la experiencia resultó fallida pero al respecto Beltrones querría argumentar que el ensayo puede ser mejorado.
La misma reflexión que aquí se hace con respecto a la dirigencia nacional del tricolor puede cometerse a propósito de la Secretaría de Gobernación.
También desde ahí se tienen ventajas para competir en la ruta que lleva hacia Los Pinos, pero son mucho mayores; además de los recursos políticos, en esa dependencia se concentran hoy grandes activos económicos, de espionaje y de control policial.
Si Beltrones llega a Gobernación, sería un destape anticipado y un viaje político sin retorno para Peña Nieto.
La pregunta cabe: ¿por qué habría el Presidente de darle las llaves de su coche principal al sonorense? Esa es la interrogante que debe estarse haciendo en estos días el jefe del Estado mexicano y sin duda, todos los demás suspirantes a la silla del águila que sí son parte de su equipo político más próximo.
Ahora que, tan grave como no mantener asociado a Beltrones con el peñanietismo es romper con él. Lejos del alcance del brazo presidencial, este hombre tendría libertad para convertirse en un serio opositor al régimen, dentro del PRI. Ese escenario es igualmente pesadillesco.
ZOOM
Cabe que Manlio Fabio Beltrones acepte dirigir el PRI y ofrezca a cambio renunciar a sus aspiraciones presidenciales. El problema de una promesa así es que solo el sonorense se la creería.
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/que-va-a-hacer-pena-nieto-con-beltrones-1435825206
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