sábado, 22 de agosto de 2015

TEPOZTECO - CONTESTANDO A EDUARDOANTONIO. PRIMERA PARTE.

CONTESTANDO A EDUARDOANTONIO. PRIMERA PARTE.

POR TEPOZTECO.

Como te lo aclaré, voy a contestar a todo lo que expusiste y a pedirte que tú también respondas a las preguntas que surjan en mi exposición y no te quedes callado (como acostumbras). Comprometiéndome yo también a hacer lo mismo.

Para empezar, es conveniente aclarar lo de minoría y mayoría, desde el punto de vista democrático y estadístico, al utilizarlo tú como el título e inicio tu columna.

Efectivamente, en este sitio yo soy minoría en comparación con el grupo de anti priistas a que perteneces, sin embargo, el Universo, para fines estadísticos y democráticos, no es este sitio sino nuestro país, al estar debatiendo la problemática nacional. En consecuencia, los elementos del análisis estadístico no son los participantes de este foro sino la población de nuestro país. Por otro lado, el grupo de referencia (ustedes), en este caso, no puede considerarse como una muestra estadística, por adolecer de diversidad.





A nivel nacional, aunque les pese, según los porcentajes de votaciones en las últimas elecciones, el PRI sigue siendo el primer lugar en las preferencias de los que votaron pero, como en este caso sí se cumple el requisito de diversidad entre los diferentes electores (condición socio-económica y escolaridad), este porcentaje sí lo podemos considerar como muestra estadística válida para reflejar, con suficiente certeza, el sentir Nacional.

Por consiguiente, en base a lo anterior, es absurdo que les sorprenda mi simpatía por varias acciones del Gobierno en turno (por ser mi sentir muy similar al de la mayoría de los mexicanos) y consideren como algo descabellado que mis convicciones sean muy diferentes a las suyas. Aclarando que, al contrario de lo que me adjudican, yo solo defiendo (con fundamentos) las acciones que me parecen correctas y censuro, como lo hacen todos los demás, las que no lo son.

En virtud de lo anterior, entre nosotros dos, tú eres la minoría, no yo. ¿Estás de acuerdo?

En tus intervenciones me llamas terco y necio, te pido justificar el motivo o, en su defecto, aceptar que tan solo me lo dices para tratar de ofenderme. Únicamente te pido aclararlo pues, si algo he recibido de quienes difieren de mis puntos de vista es, en lugar de argumentos, insultos; a los cuales, he respondido como corresponde, por lo tanto, no me quejo, estamos parejos y si esa es la manera que desean utilizar para debatir, por mí encantado, nunca me han faltado recursos para defenderme.

“Normalmente se retiran al no poder refutarme”.

Tan solo se requiere repasar los debates en que he intervenido para comprobar si es verdad o no lo que expreso. En particular, en tu caso, salvo en esta ocasión, mis contestaciones a lo que escribes se quedan sin respuesta. ¿Estás de acuerdo?

“Comentarios a mis espaldas”.

Aunque, como bien dices, todas las participaciones quedan registradas, para enterarme de lo que ustedes expresan sin intervenir yo en el intercambio de puntos de vista, tendría que dedicarme a leer todas las opiniones vertidas sobre cada uno de los artículos que se publican diariaamente, lo cual, lógicamente, sería muy tedioso, largo y aburrido. Lo censurable es que no se tratan de referencias a mi persona recordando lo que haya dicho, sino de ofensas o distorsiones dolosas, expresadas de manera burlona y despectiva. Por poner un solo ejemplo (cuyo conocimiento surgió, precisamente, al revisar algunos comentarios anteriores y haberme ya dado cuenta de la costumbre que han adoptado). Jose enrique, al opinar sobre un artículo del 21 de julio pasado, termina diciendo: “Pensando en el imponderable Peña, me acordé del Tepozteco, por aquello de que alguien dijo: es muy malo ser tonto, pero qué peligroso es un tonto malo”. En mi opinión ese es un insulto cobarde, al no hacérmelo de frente pero, lo que más indigna es el haberlo dicho sin ninguna provocación ni razón aparente. ¿Tú qué opinas?

Incluyo este ejemplo por tratarse de una persona de la que yo tenía un alto concepto, considerándola muy seria en sus exposiciones y respetuosa de los demás, en consecuencia, anteriormente hice varios intentos por tratar debatir con él correctamente (sin alusiones personales), sin embargo, en sus discusiones conmigo ha ido mostrando su verdadera personalidad y actualmente mi opinión sobre su persona es completamente diferente. Posteriormente le daré una respuesta adecuada al comentario que hace en esta columna.

Quiero aclarar que no pretendo modificar la nueva costumbre que han adoptado, únicamente la señalo, dándome enterado y manifestando que la considero muy censurable. Ya quedaron muy lejanos aquellos tiempos en que pedí perdón a todos los participantes de este foro por haber escrito un tema en el cual la mayoría demostró completa ignorancia (La polémica sobre la existencia de Dios). Posteriormente, he recibido tantos insultos que ya aprendí, perfectamente, cuál es el tipo de personas con las que estoy tratando y les respondo como corresponde .

Tú eres uno de los que los que frecuentemente me citan con ofensas sin estar presente en la discusión, ¿te parece apropiado?

“…demostrando su bajeza (no bajez) moral”.

Me enteré, casualmente (4 días después), de las alusiones que hacía Lobo-Estepario a dos foristas y a mí (sin haber participado ninguno de nosotros en los comentarios que hicieron sobre un artículo), adjudicándonos las palabras que se le antojó y llamándonos tarugos. Como uno de los aludidos era mariantonieta, a mí me pareció muy censurable el incluir en el insulto a una dama. ¿Tú estás de acuerdo con él?

“…por consiguiente, ahora le pido públicamente, contestar a mis preguntas”.

Al parecerme incorrecto que Lobo me incluya en sus comentarios sin ser yo uno de los participantes, imputándome además, las palabras que se le antojaron e insultándome, sin ninguna razón, lo lógico, en mi opinión, es que le pidiera contestarme directamente y delante de los demás las preguntas que le hago. Sí se trata de un reto. ¿Tú no estás de acuerdo con lo que hice?

“Sentimiento que me he ganado “a pulso” al exhibir sus limitaciones”

Por el momento, solo justificaré lo expresado en tu caso y en el de Lobo, por ser tú quien me lo pide y por ser él quien insiste en provocar una respuesta apropiada, a pesar de haber yo tratado de terminar nuestro último intercambio. Le voy a dar gusto. En cada uno de los demás casos lo haré solo si me lo piden o se justifica por otros motivos.

Hace tiempo traté de colaborar en el incremento de las participaciones en este sitio escribiendo sobre algunos temas. Al hacerlo sobre feminicidios me llevé dos grandes sorpresas, al demostrar dos de los que intervinieron con sus puntos de vista, una total incomprensión sobre dos conceptos muy sencillos: porcentaje y tasa de feminicidios, mezclando los conceptos uno de ellos.

Es conveniente, primeramente, recordar su significado.

Si deseamos saber el porcentaje de una parte con respecto a su todo, calculamos el valor equivalente de la parte en el caso de que el todo fuera 100, y el resultado se expresa en por ciento.

En el caso de los feminicidios, para poder comparar correctamente la gravedad de este problema en entidades con diferentes poblaciones femeninas, se calcula la cantidad de feminicidios por cada cien mil mujeres. Al coincidir la población considerada en cada caso (cien mil mujeres), la que muestre mayor número de feminicidios será la que tenga mayor gravedad en este problema, ya sin importar que su población total sea diferente. A lo anterior se le denomina Tasa de Feminicidios.

Es claro que el Porcentaje y la Tasa de Feminicidios persiguen objetivos muy diferentes y no tienen ninguna relación entre si.

En tu caso, a pesar de mis esfuerzos por explicarte (de diferentes maneras) el motivo por el cual, el Estado de México, no obstante tener el mayor número de feminicidios anuales en comparación con el resto de los Estados, no ocupaba el primer lugar en la evaluación de la gravedad de este problema, al aplicarse el recurso diseñado para fines comparativos (la Tasa de Feminicidios), no lo pudiste comprender y terminaste diciendo que, para ti, el Estado de México era el primer lugar en la gravedad de los mismos.

En el caso de Lobo, su respuesta inicial a este respecto fue la siguiente:

“Das verdadera pena Tepozteco, las tasas no se inventan por ningún organismo, simplemente son el porcentaje resultado de calcular una parte de un todo en relación a ese universo, las tasas no son del otro mundo, de hecho son muy simples y fáciles de entender, el hecho de que paraa ti sean complicadas y te enmarañes en ellas no significa que sean difíciles como tu tontamente afirmas, los porcentajes se enseñan desde la educación primaria, creo que cualquier niñito de sexto entiende los porcentajes mejor que tu…”

Toda una “joya” de sabiduría, equivocada. Al principio supuse que, como a cualquiera nos puede pasar, estaba confundido y traté de explicarle su error pero, para mi sorpresa, a pesar de múltiples explicaciones, en una cantidad apreciable de intercambios, siguió insistiendo en que las tasas eran porcentajes. Aunque yo no quise complicar más la discusión, su explicación sobre los porcentajes es incorrecta, la correcta es la que yo expongo.

Como, tanto los porcentajes como las tasas son conceptos extremadamente sencillos de comprender, sin necesidad de que nadie nos los explique, quien no los entienda y, sobre todo, a pesar de intentar explicárselos en varias ocasiones, demuestra deficiencias de comprensión y de razonamiento. Esas son las limitaciones a las que me refería. ¿Quedó debidamente aclarado este punto?

Seguiré contestando en una segunda parte, pero dijiste que te interesaría saber qué tanto entendí y en qué me seguía confundiendo sobre tu columna, me podrías ilustrar si, hasta el momento, entendí bien lo que escribiste y si me confundo en algo? Muchas gracias de antemano por tu atención.



Un cordial saludo.


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