martes, 26 de abril de 2016

Dan T - AMLO vs. Nuño

Un capo pesado del narcotráfico descubrió que su contador le había robado 10 millones de dólares de la caja chica. Y obviamente, tenía que devolver la lana y ser castigado. Pero había un detalle: el contador era sordo. De hecho por eso fue admitido en el trabajo: pues como no podía oír nada, en caso de una eventual detención y juicio, no podría actuar como testigo.

Por eso cuando el capo lo fue a interrogar para que le devolviera sus 10 millones de dólares fue acompañado por una de sus abogadas, una guapa e inteligente mujer que no sólo hablaba cuatro idiomas y cantaba en albanés, sino que también conocía el lenguaje de las señales de los sordomudos.

–¿Dónde están los 10 millones que te llevaste, infeliz? –le gritó el capo y la abogada tradujo usando el lenguaje de señas.

–No sé de qué me habla, jefe –respondió a señas el sordo.

–Que no sabe de qué le hablamos –tradujo la abogada.

–Ah ¿no sabes, cabrón? –dijo el capo al tiempo que sacaba su Glock 9 milímetros y se la apuntaba a la cabeza–. A ver, abogada, pregúntele de nuevo: ¿Dónde está mi lana?










La abogada por medio de señales le dijo al contador:

–Te va a matar si no le cuentas dónde está el dinero.

Llorando desesperado, el contador respondió con señales:

–Ya, ya, ¡perdón! Fui un imbécil. ¡Perdón! Les voy a decir pero no me maten. El dinero está en una maleta verde que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Chucho. Es en el número 400 de la calle Hidalgo, Barrio de Santa María. Mi primo no está, anda de viaje y regresará en dos meses.

–¿Qué dijo? –le preguntó el mafioso a la abogada.

–Dice que chingue usted a su madre, que no tiene miedo de morir; que a usted y a toda su familia les faltan huevos para apretar el pinche gatillo... ¡y que arriba las Chivas!

Por eso a mí no me gusta tener intermediarios. Eso de pedirle a alguien que vaya y le diga a otro siempre termina mal. Eso es justo lo que les está pasando a Andrés Manuel López Obrador y a Aurelio Nuño. Tanto el presidente-candidato de Morena como el secretario de Educación Pública se andan mandando mensajitos como novios de secundaria. Que si tú dijiste esto y yo quise decir lo otro. Que por qué no me lo dices en la cara. Que no le saques. Pues no le metas. Que si mi papá es bombero y te moja. ¡Basta! Para acabar de una buena vez con este teléfono descompuesto entre ambos precandidatos presidenciales, esta columna ha decidido tomar cartas en el asunto. Es por eso que anuncio que, junto con Oscar de la Hoya Productions, organizaré el combate entre Andrés Manuel “El Peje” López y Aurelio “El Niño” Nuño. Esta función ¡ni Obama la tiene! Estarán permitidos los piquetes de ojo, los golpes por debajo del cinturón, las patadas voladoras y los golpes con sillas, mesas y extinguidores.

Tanto López Obrador como Nuño deberán demostrar que son lo suficientemente valientes para pasar de las bravatas a cosas más sustanciosas como un par de jabs, dos upper, tres ganchos al hígado y, por supuesto, la mítica Hurracarrana. El vencedor de esta pelea podrá seguir en la competencia por la Presidencia para el 2018. El perdedor tendrá que irse a su casita y dejar de estar jodiendo por lo que resta del sexenio. La cita es el próximo sábado en el Colliseum de Las Vegas, el cual renté a precio especial, como una contribución de esta columna a la democracia. ¡Que gane el mejor!



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/amlo-vs.-nuno-1461659790



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